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España: Las elecciones generales anticipan nuevas convulsiones y la necesidad de una alternativa socialista revolucionaria

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Tony Saunois.

Comité por una Internacional de los Trabajadores, CIT.

Las elecciones generales que tuvieron lugar el 28 de abril en el Estado español, al igual que las elecciones en toda Europa, en esta época, estuvieron marcadas por una profunda polarización. Las elecciones se celebraron tras las revueltas revolucionarias que sacudieron Cataluña en 2016 -2017 y la impactante victoria electoral de la derecha y la extrema derecha en las elecciones regionales en el antiguo bastión del Partido Socialista (PSOE) de Andalucía. Entonces el partido tradicional del capitalismo desde 1989, el Partido Popular, junto con el centro populista de derecha, Cuidadanos, y la extrema derecha fascista, VOX, ganaron la mayoría y formaron el gobierno.

La derecha española esperaba capitalizar esto y repetir una votación similar en las elecciones generales. Sin embargo, sus esperanzas de victoria se vieron frustradas. Las elecciones fueron una derrota y un revés para la derecha y la extrema derecha. Para el Partido Popular (PP), liderado por Pablo Casado, fue un desastre. El partido sufrió su derrota más grave desde su formación. Perdió el 45% de los votos que obtuvo en las elecciones de 2016. En 2016, ganó el 33% de los votos – esta vez, se derrumbó a un patético 16,7%. El número de escaños que tiene en el parlamento se redujo de 137 a sólo 66! Este fue el peor resultado para el PP en su historia! La dramática caída del apoyo a los partidos capitalistas tradicionales ha sido una característica de muchas elecciones europeas en el período reciente, como las de Francia y Alemania, por ejemplo. Esta evolución refleja una fragmentación y polarización política en toda Europa. En el Estado español, el fragmentado voto de la derecha se movió más hacia la derecha.

Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera
Lideres de la derecha española

Una gran parte del voto colapsado del PP fue al recientemente resurgido partido fascista de extrema derecha, VOX, dirigido por Abascal. Aunque el apoyo a VOX no fue tan alto como algunos sondeos habían indicado, es una importante advertencia el que dichol partido consiguiera el 10,6% de los votos y haya entrado en el parlamento con 24 escaños. Es la primera vez que un partido de extrema derecha entra en el Parlamento desde el final de la dictadura franquista. El partido populista de centro derecha, Cuidadanos, liderado por Albert Rivera, aumentó su participación en la votación de 13.1% y 32 escaños a 57 escaños y 15.86 % de los votos.

El aumento de la participación y la derrota electoral del bloque de derechas fue sin duda el efecto del látigo de la contrarrevolución, especialmente tras la victoria de la derecha en Andalucía. La perspectiva de la llegada al poder de una coalición reaccionaria de derecha, que sin duda habría asumido un carácter represivo, provocó una reacción violenta entre la clase obrera, la clase media radicalizada y la juventud.

Al mismo tiempo, la victoria del PSOE, que surgió como el partido más grande, ofreció algunas reformas limitadas en estas elecciones. Desde que Sánchez asumió el cargo de Primer Ministro, en 2018, cuando el ex Primer Ministro del PP, Mariano Rajoy, perdió un voto de confianza, el salario mínimo se elevó en un 22% y los trabajadores del sector público recibieron un escaso aumento salarial del 2,5%. Esto y la promesa de algunas reformas más limitadas probablemente incrementaron el apoyo del PSOE entre un estrato y otro. Sin embargo, los ataques contra la clase obrera seguramente seguirán a medida que el crecimiento económico extremadamente efímero y superficial dé paso a una crisis social y económica aún más profunda.

La gran mayoría de los trabajadores y jóvenes españoles no han sacado nada en limpio del pequeño y débil crecimiento económico del último período. El desempleo masivo y los empleos precarios, especialmente para los jóvenes, siguen siendo la realidad de la vida de millones de personas. Una nueva era de inestabilidad y agitación social seguirá inevitablemente a las elecciones.

Pedro Sánchez, líder del PSOE

El PSOE, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, logró reconquistar temporalmente su apoyo electoral. Anteriormente había colapsado debido a su giro a la derecha y a las políticas pro-capitalistas y también por el crecimiento explosivo de PODEMOS, que surgió del movimiento «Indignados» en 2011. Del 22,7% de los votos y 85 diputados, el PSOE ha aumentado su apoyo electoral al 28,7% y 123 escaños. Gran parte de esto fue un voto en contra de la derecha más que a favor del PSOE.

Sin embargo, los avances logrados también fueron consecuencia del colapso del apoyo a PODEMOS, que se transfirió principalmente al PSOE. Las grandes esperanzas y expectativas que existían inicialmente en PODEMOS y en su líder, Pablo Iglesias, se han hecho añicos, como predijimos, si PODEMOS no consolidaba una izquierda radical o una base socialista, con democracia interna y control democrático del partido.

En 2015 el voto combinado de PODEMOS y la Izquierda Unida (IU) superó los 6 millones. Desde entonces, el partido PODEMOS ha ido más a la derecha, se ha distanciado de los movimientos sociales de masas, se ha negado a apoyar el movimiento independentista en Cataluña y ha sido dirigido por la dirección de una manera cada vez más vertical y antidemocrática. En 2016, la votación de PODEMOS/IU fue de poco más de 5 millones. En 2019, su voto cayó a 3.732.929! En esta elección PODEMOS cayó del 21,1% al 14 % y de 72 a 42 escaños! PODEMOS ofrecía poco o nada a la izquierda del PSOE, mucho menos una alternativa socialista radical.

En esta situación, ¿por qué los trabajadores y los jóvenes deberían votar por la copia cuando la cosa real, en forma de PSOE, se ve como una opción más viable? PODEMOS ha permitido al PSOE reconstruir temporalmente su apoyo electoral, debido a la falta de una alternativa viable. No debemos olvidar que el PSOE ha desempeñado un papel reaccionario durante el movimiento independentista en Cataluña, implementando un programa de gestión del capitalismo que implicará inevitablemente un ataque a la clase obrera.

PODEMOS pierde votos

El giro a la derecha de PODEMOS y la debilidad de su programa (que tal como se formó era más de carácter populista radical que de alternativa socialista radical) siempre fue, como advirtió el CIT, un peligro que podría amenazar el futuro de PODEMOS como un vehículo viable para que la clase obrera organizara una alternativa política. La falta de participación consciente y activa de la clase obrera en la lucha en PODEMOS, y la dominación de la organización por sectores radicalizados de la pequeña burguesía empobrecida y de capas semi-obreras, reforzaron estas debilidades.

Pablo Iglesias y Unidos Podemos

El fracaso en ofrecer una alternativa socialista radical y una lucha revolucionaria para romper con el capitalismo, en un período de crisis y agitación capitalista, conducirá inevitablemente al tipo de traición que SYRIZA llevó a cabo en Grecia, conduciendo a una derrota de los trabajadores griegos. Este mismo proceso se ha visto claramente en el Estado español y con la implosión de PODEMOS antes de llegar al poder. Esta es una dura advertencia para otros de la izquierda, especialmente para Jeremy Corbyn, en Gran Bretaña.

Ahora parece que PODEMOS está a punto de desempeñar el mismo papel que el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista en Portugal, apoyando al gobierno «socialista» pero sin ofrecer una alternativa socialista radical.

Cataluña

En Cataluña, la derecha sufrió una derrota devastadora, reflejando el movimiento revolucionario que había tenido lugar allí. Por primera vez los partidos apoyan la independencia por mayoría. Sin embargo, el principal beneficiario electoral fue la Izquierda Republicana Catalana (Esquerra Republicana de Catalunya, ERC).

La ERC tenía una base electoral en gran medida entre la clase media urbana, pero ahora ha ganado el apoyo de sectores de la clase obrera. Esquerra Republicana presentó demandas para la liberación de los encarcelados durante el movimiento independentista y la oposición a la represión, lo que le ayudó a aumentar su apoyo. Sin embargo, su dirección, sin control democrático de los miembros, apoyó a los anteriores gobiernos capitalistas de Cataluña y votó a favor de recortes presupuestarios. No es una alternativa para la clase obrera catalana.

La crisis en Cataluña seguramente va a estallar de nuevo, uno de los conflictos a los que se enfrentará el nuevo gobierno del PSOE.

La derrota o el revés de la derecha en las elecciones es un hecho positivo. Sin embargo, la victoria de los partidos de la llamada «izquierda», que no ofrecen una alternativa socialista radical sino que defienden el capitalismo, reflejan los desafíos a los que se enfrenta ahora la clase trabajadora.

La derrota electoral de la extrema derecha en estas elecciones no significa que la amenaza que representan haya desaparecido. El fracaso de PODEMOS y otros de la «izquierda» para ofrecer una alternativa real significa que la amenaza de la derecha puede resurgir durante una crisis aún más profunda del capitalismo español que está a punto de producirse.

La falta de un nuevo partido de masas construido por la clase obrera española, en este momento, puede inyectar contradicciones y complicaciones en la explosiva situación que existe en el Estado español. Es un error de algunos en la izquierda revolucionaria española tratar de esconder la cabeza en la arena e ignorar estas debilidades y peligros. Celebrar la derrota de la derecha y proclamar una «victoria de la izquierda» no es suficiente. La derecha y la extrema derecha no han desaparecido. El papel de los marxistas no es tratar de embellecer la situación, sino ayudar a la clase obrera a llegar a las conclusiones de las tareas necesarias para avanzar en la lucha por romper con el capitalismo y llevar a cabo una transformación socialista de la sociedad española.

Las elecciones en el Estado español abrirán una nueva era de polarización, lucha y agitación, en la que la clase obrera, la juventud y otros explotados por el capitalismo tendrán que construir una alternativa socialista revolucionaria para defender sus intereses.

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