6 de diciembre de 2024
Gauche Révolutionnaire (Izquierda Revolucionaria – CIT en Francia)
(Imagen: El efímero primer ministro francés, Michel Barnier. Wikimedia Commons)
Tres cortos meses y ¡se fue! El presidente Emmanuel Macron sólo consiguió mantener en su puesto a su primer ministro provisional, Michel Barnier, y a su gobierno, durante sólo tres meses. Su hoja de ruta era clara: continuar con las mismas políticas que solo benefician a los grandes patrones y a los más ricos. Barnier, ¡buen viaje! Su nombramiento había sido un nuevo golpe de autoritarismo típico en la caja de herramientas de Macron. Y encima, todo ha sido una nueva admisión de debilidad, después de que su repentina disolución de la Asamblea Nacional el verano pasado y las posteriores elecciones generales pusieran a su bando, tan odiado, en minoría.
¡Barnier fuera, Macron y todos sus políticos fuera también!
La mayoría de nosotros ya estamos en una situación muy difícil, y son sus políticas las que han empeorado todo. Hay 5 millones de parados que no encuentran trabajo, a pesar de que las 40 mayores empresas obtuvieron 150.000 millones de euros de beneficios el año pasado y ya 72.000 millones en el primer semestre de este año. Para que todos tengan trabajo, el movimiento obrero dice: «El dinero existe: ¡en las arcas de la patronal!». Macron da a las grandes empresas tanto dinero público a través de subvenciones y otras medidas -dinero que en realidad es nuestro- que el Estado es sencillamente incapaz de decir ¡cuánto! Y luego pretenden descubrir un déficit mágico para justificar sus ataques. Desde que se anunció que el gobierno utilizaría la cláusula legal del «artículo 49.3» para forzar la aprobación de su presupuesto para 2025 sin la aprobación parlamentaria, los capitalistas y sus medios de comunicación se han declarado preocupados por el futuro económico del país. ¡Como si las perspectivas económicas fueran buenas antes de la semana pasada! Les preocupa la estabilidad política y social, pero al mismo tiempo están centrados en obtener los máximos beneficios posibles, lo más rápidamente posible, mediante la superexplotación de los trabajadores y de los «mercados» creados por el caos de los restos de nuestros antiguos servicios públicos. Así pues, Macron utilizará el pretexto de la crisis para intentar continuar con las mismas políticas e imponer un presupuesto de austeridad.
Partido de la Agrupación Nacional (RN)
El RN de Le Pen-Bardella ha tenido a menudo dificultades desde septiembre para ocultar hasta qué punto están de acuerdo con las políticas del Gobierno. Han validado la investidura del primer ministro Barnier. En los debates sobre el presupuesto, estaban de acuerdo con todo lo esencial: la reducción de los salarios, mediante la reducción de las cotizaciones sociales de la patronal (robando así sobre las espaldas de los trabajadores y de la población), la destrucción de los servicios públicos, etc. Para aparentar ser la oposición y mantener a su electorado anti-Macron, finalmente votaron la «no confianza» en el gobierno. Pero podemos ver la realidad; sus políticas son tan antisociales y antiobreras como siempre, e incluso más racistas y, sin duda, más autoritarias y represivas.
¿Cómo se podrían llevar a cabo medidas a favor de los trabajadores?
La caída del gobierno y un llamamiento a la dimisión de Macron son apoyados por el partido de izquierda France Insoumise [LFI], lo cual es bienvenido. Esto debería ser apoyado mucho más abiertamente por las organizaciones que defienden a los trabajadores, incluidos los sindicatos. Al fin y al cabo, ¿de qué otra forma pueden aplicarse las políticas en favor de los trabajadores, los jóvenes y la población si no es en este contexto?
La cuestión de un gobierno formado por el Nuevo Frente Popular [NFP, alianza dirigida por France Insoumise] está de nuevo sobre la mesa. Pero incluso más que en septiembre, el Parti Socialiste [un partido dentro del NFP] está tentado de llevar a cabo políticas compatibles con los capitalistas y más o menos como las de Macron. Es lo que ya están haciendo con EELV [los Verdes, también en el PFN] o el PCF [Partido Comunista, también en el PFN] en varias colectividades locales que dirigen.
¡Por una huelga masiva contra las políticas de Macron!
El final del capítulo Barnier abre una nueva página. El gobierno se ha derrumbado, al tiempo que este jueves 5 de diciembre tiene lugar una huelga nacional de funcionarios, organizada contra el plan presupuestario de Barnier y compañía y en defensa de los servicios públicos. La cólera y las huelgas se multiplican en todos los sectores: contra los despidos (en Michelin, Auchan, etc.), los recortes de empleo (en Educación, la agencia de empleo France Travail, la compañía ferroviaria SNCF, etc.), contra los recortes presupuestarios, por aumentos salariales… Asistimos a un aumento de la cólera de forma organizada.
La única garantía de que se aplique una política a favor de los trabajadores es que los trabajadores entren en lucha todos juntos, con huelgas masivas, apoyados por una movilización de la juventud por su propio futuro, lo que construiría un equilibrio de fuerzas a favor de la clase obrera. Esto es lo que puede parar las políticas de austeridad y luchar contra las medidas para mejorar realmente nuestras vidas, ahora.
Tras la huelga de funcionarios, debemos aprovechar la crisis política para amplificar la lucha. Los trabajadores deben estar en el centro de esta batalla. Las organizaciones de trabajadores deben llamar a una huelga de todos juntos, tanto del sector público como del privado, los días 10, 11 y 12 de diciembre, basándose en las movilizaciones que ya se han anunciado; Una huelga militante, por aumentos salariales, más empleos y ningún despido, pero también contra la austeridad que afectará a todos, a través de los servicios públicos y las autoridades locales. Una huelga masiva contra toda la agenda de Macron y los capitalistas.
A nosotros nos toca decidir: ¡Por un gobierno obrero!
La debilidad y la crisis de los gobernantes pueden beneficiarnos a nosotros, trabajadores y jóvenes, si entramos en la lucha y la acción política. Basta ya de políticas pro-capitalistas, ¡somos nosotros los que debemos decidir! Necesitamos un gobierno con un programa firme contra los capitalistas, que defienda los intereses de los trabajadores con políticas para satisfacer las necesidades de la población, mediante una planificación de la economía democrática y ecológicamente sostenible. Los trabajadores tienen que organizarse, a través de la toma de decisiones democráticas en asambleas en el lugar de trabajo, organismos sindicales, etc., apoyados por partidos políticos de izquierda que se oponen al capitalismo, activistas comunitarios, jóvenes, etc., para formar la base de ese nuevo gobierno.
Un gobierno formado sobre esta base sería capaz de renacionalizar los servicios públicos privatizados, y pasar a ser de propiedad pública, bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores y la población, las empresas que despiden trabajadores y todos los grandes sectores de la economía, incluyendo las finanzas, la energía, el transporte y la distribución. Esto nos permitirá recuperar los miles de millones de los ultrarricos y las multinacionales (y la evasión fiscal) para que todo el mundo tenga un empleo, una vivienda… La lucha por una economía socialista libre de la propiedad privada de los medios de producción y explotación está a la orden del día.
¡Únete a la Gauche Révolutionnaire!
Un partido obrero de masas sería la mejor herramienta para que los trabajadores y la juventud puedan organizar y defender este programa de clase. Los militantes de Gauche Révolutionnaire (Izquierda Revolucionaria – CIT en Francia) ponen todo esto en discusión con los jóvenes, los trabajadores, en las calles y en los lugares de trabajo, con los huelguistas, los militantes, los sindicalistas… Reforzar la lucha y más ampliamente la organización de los trabajadores y de la juventud, proponer un programa para acabar con la barbarie capitalista construyendo el socialismo, esto es por lo que luchamos. Ven a charlar con nosotros, ¡únete!