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Un mundo socialista es posible: La historia del CIT

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Por Peter Taaffe, 21 Abril 2004

Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT)

 

Introducción al 30 aniversario

 

El trigésimo aniversario de la fundación del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) aconteció en abril del 2004.  El Secretariado Internacional (SI) del CIT decidió, con el fin de celebrar las actividades y contribuciones del CIT al movimiento internacional de los trabajadores en los últimos 30 años, reeditar una versión actualizada y ampliada del documento “La historia del CIT”, escrito en 1997 (en español -hasta ahora- la traducción y publicación era inédita).  El período posterior a su primera publicación estuvo lleno de eventos importantes, sucesos y desarrollo del movimiento de los trabajadores.  El papel y la influencia que el CIT desarrolló también cambió, y en algunas regiones y países esto ocurrió de manera radical.

 

Hemos visto el surgimiento del movimiento anticapitalista, asi como también el importante y colosal movimiento de millones de personas en oposición a la guerra de Bush y Blair en Irak.  Esto fue acompañado de una lucha defensiva feroz de la clase trabajadora, particularmente en Europa, contra la ofensiva brutal del neoliberalismo lanzada por los capitalistas en contra de sus derechos y condiciones.  El resultado fue una serie de huelgas –algunas huelgas generales de un día o huelgas del sector público- por todo el continente.

 

En vista de esto, el SI del CIT vio la necesidad de proveer una actualización de las visiones del CIT, tanto en relación a esos acontecimientos como también sobre nuestro papel, en contraste con las visiones y acciones de otros que reivindican del marxismo o el trotskismo. Así como un análisis de las políticas y programas de otras organizaciones y de que maneras estas son comparables a las del CIT.  El método de hacer contrastes fue empleado por los grandes marxistas –comenzando por Marx, Engels, Lenin y Trotsky- cuando lidiaban con ideas, tendencias y organizaciones que ellos veían que no respondían a las necesidades de la clase trabajadora y del movimiento obrero.

 

Se debe reconocer que este método –las polémicas- parecieran estar fuera de moda en el período “post moderno”, particularmente en los años 90.  Las “Conversaciones” –planteamientos que pasan por debates- se tornaron una norma para los ideólogos del capitalismo y sus defensores, para los líderes de la ex social democracia y de los partidos comunistas.  La superioridad del capitalismo y el triunfo  del “mercado” debían ser aceptados automáticamente; las discusiones sólo eran para tomar posiciones dentro de ese contexto.

 

La configuración de la situación política, en tanto, sobre todo en los primeros años de este nuevo siglo, ha resultado en conflictos más intensos de lo que fue la norma en los años noventa.   En este sentido, durante la guerra en Irak hubo divisiones entre los círculos de la elite de los EE.UU. y Gran Bretaña por un lado, Francia y Alemania por otro.  De la misma forma, la rabia de la clase trabajadora ante las traiciones de los líderes derechistas del laborismo y de los sindicatos ha tenido como consecuencia un hambre de demandas dentro del movimiento obrero por claras direcciones y explicaciones de clase en torno al camino hacia adelante.   Como siempre, la precondición para entender que métodos y organización necesita la clase trabajadora en este período esta ligado orgánicamente a la comprensión de los principales aspectos políticos de la situación.  Esto, a la vez, envuelve el entendimiento de la historia reciente y los cambios, algunos de carácter extremadamente repentinos, que actualmente tienen lugar o tomarán lugar en el próximo período.

 

La situación en la década de los noventa se desarrolló en un terreno difícil para el CIT y para otros que permanecieron a la izquierda, en particular los socialistas y la izquierda marxista- trotskista.  El colapso del estalinismo anunció un período totalmente diferente al que enfrentaron las generaciones del siglo xx; Fue la situación más difícil, en cierto modo, de los últimos 50 años.  Ninguna otra Internacional trotskista entendió tan rápida y claramente  las principales características de la situación que siguió tras la caída del Muro de Berlín como el CIT.  Con un Muro de Berlín que tiraba abajo no sólo al estalinismo sino también a la economía planificada de Europa del Este y de la Unión Soviética.

 

En contraste -como veremos en el análisis de las posiciones de diferentes organizaciones- algunas actuaron como “avestruces” políticos.  Enterrando sus cabezas se negaron a reconocer, aun mucho tiempo después, que estos eventos significaron una gran derrota para el movimiento obrero internacional.  Algunos encararon esta situación como un “revés” pero no de un carácter decisivo.  Otros lo vieron como una catástrofe histórica terrible; el socialismo y las perspectivas para la revolución socialista no sólo estarían fuera de la agenda por décadas, sino que para siempre.   El CIT concluyó que el colapso del estalinismo fue una derrota y una derrota seria, pero no al nivel del período de entre guerras, cuando los regímenes fascistas triunfaron en Italia, Alemania y España,  preparando el camino para la calamidad de la Segunda Guerra Mundial y sus incontables víctimas.

 

El colapso del estalinismo le dio la posibilidad al capitalismo mundial de juzgar al socialismo como un “fracaso histórico” (igualando –falsamente- el socialismo con los regímenes estalinistas).  Esto, por una parte posibilitó la conducción de una campaña ideológica feroz contra el pensamiento socialista.  Al mismo tiempo, ellos defendían con miles de argumentos que solamente el “mercado” puede ofrecer un modelo permanente para la humanidad.  Esto fue resumido con el “sofisticado” argumento de Frances Fukuyama sobre “el fin de la historia”.  Con esto él dedujo la siguiente idea; “el capitalismo democrático y liberal no puede ser superado”.  Sería entonces, según ellos,  la única forma de organización de la sociedad que hoy es posible y  deseable.

 

Greenspan declara el triunfo de las “economías de mercado”

 

El Wall Street Journal, de manera cruda, simplemente declaró a favor de los grandes “hombres de negocios” que representa y del capitalismo mundial: “Hemos Vencido!”.  Incluso recientemente un portavoz del imperialismo norteamericano –procurando un tranquilizante para ellos mismos y su clase en un mundo más turbulento que la situación surgida post 1989- resaltaron las virtudes de su sistema y reprodujeron los mismos puntos.

 

Alan Greenspan, presidente del Banco de la Reserva Federal de EE.UU. y principal gurú económico del capitalismo norteamericano, declaró recientemente en Berlín: “Yo he mantenido por años que el debate más importante entre las teorías en conflicto sobre la organización ideal de la economía durante el siglo veinte fue resuelto, presumiblemente de manera definitiva, aquí, hace más de una década atrás como resultado del desmantelamiento del Muro de Berlín.  A excepción de la Unión Soviética, las economías del bloque soviético fueron, en el período de pre guerra, similares en varios aspectos relevantes a las economías basadas en el mercado de occidente.  Durante las primeras cuatro décadas de post guerra en Europa, ambos tipos de economías se desarrollaron lado a lado con interacciones limitadas.  Esto fue lo máones limitadas.  Esto fue lo mas próximo a un experimento controlado acerca de la viabilidad de sistemas económicos que pudieron haberse implementado.

 

“Los resultados, evidentemente tras el desmantelamiento del Muro, fueron inequívocamente a favor de las economías de mercado.  Las consecuencias fueron grandes.   El largo debate entre las virtudes de la economía organizada a través de mercados libres y aquellas gobernadas centralmente por el socialismo planificado, esta esencialmente llegando a su fin.  Ciertamente son pocos los que aun sustentan un socialismo pasado de moda.  Para una gran mayoría de antiguos adherentes el socialismo esta bastante diluido en una amalgama de equidad social y eficiencia de mercado, a veces llamada socialismo de mercado.  El veredicto sobre la rígida planificación centralizada fue dado y apreciado en general como algo irrestrictamente negativo.  Esto no fue un elogio para la planificación centralizada; dejando atrás su defensa una gran mayoría de naciones desarrolladas cambiaron rápidamente del socialismo hacia economías mas orientadas por el mercado.”

 

Sin embargo, contra el escenario de una amenaza seria de la economía mundial y la catástrofe a consecuencia de la invasión y ocupación de Irak, estos comentarios de Greenspan son sólo destellos en la oscuridad para mantener el espíritu de la clase dominante que él representa.  Sus comentarios pertenecen a un período inicial de los años 90.  Por un tiempo, en la década de los 90, la conciencia socialista – y principalmente la comprensión general de la clase trabajadora- indudablemente tuvo un retroceso.  Sin embargo, a pesar de estar debilitada, el poder potencial básico de la clase trabajadora permaneció intacto.  La relación de fuerzas de clase no quedó significativamente a favor de la clase dominante como ocurrió en los años 30.

 

La campaña ideológica de la burguesía, sin duda tuvo efectos materiales en la implementación de políticas neoliberales, que debilitaron los derechos y las condiciones de la clase trabajadora.  Por otro lado de la moneda en tanto, la intensificación de la globalización capitalista disminuyó las barreras nacionales, en lo que concierne al “libre movimiento de capital”, que realiza rápidas transferencias de recursos de un país y de un continente a otro.  Todo esto ayudó a los trabajadores a pensar en términos continentales e incluso mundiales.  En otras palabras, el capitalismo preparó las bases objetivas para un nuevo internacionalismo, manifestado en primera instancia, en un poderoso movimiento “antiglobalizacion” a fines de los 90 y en los inicios del presente siglo.

 

De Londres a Seattle, de Praga a los históricos enfrentamientos de Génova y Gotemburgo, en Niza, Québec, Porto Alegre, Paris y Mumbai, el inhumano y “moderno” capitalismo era rechazado en un brutal movimiento.  En un principio, esto fue expresado en los cambios de visión y de acción de la gente joven, apoyados en algunos momentos por significativos sectores de los trabajadores.  El embrión de esto es un nuevo internacionalismo que se identifica con la lucha del pueblo -una diferenciación de clase se verá en cierta fase- ahora en términos continentales y globales.  .   Karl Marx en su tiempo fue el primero en reconocer la “globalización”, el desarrollo del mercado mundial y con esto a la clase trabajadora mundial que hace posible la historia mundial.  “El proletariado puede… existir mundial e históricamente, del mismo modo que el comunismo, su acción solo puede tener una existencia histórico-mundial”.  Y más adelante: “…la extensión de los mercados hacia la formación de un mercado mundial –que de hecho se hace posible y se amplia cada día más- provocaron una nueva fase de desarrollo histórico…”.

Esto fue en un tiempo en que la interdependencia del mundo, a través del desarrollo de la división mundial del trabajo estaba en su “infancia” y,  comparado con hoy, era muy invisible para las masas de la población.

 

Grandes movimientos de personas

 

Hoy la situación es diferente, a través de Internet, de la televisión satelital con alcance mundial y sus noticias las 24 horas, de los viajes al exterior, etc., la ligazón del mundo es una realidad palpable y visible reconocida por la mayoría de la población mundial.  Televisión y teléfonos celulares estan cada vez más disponibles en algunas de las regiones más subdesarrolladas y pobres del planeta.  Esto es una manifestación de la ley de Marx del “desarrollo desigual y combinado”: la última palabra en tecnología es alimentada por relaciones sociales feudales y semi-feudales.  La tecnología es empleada en sociedades subdesarrolladas que aun no completaron la “revolución democrático burguesa, nacional y democrática”, que envuelve una reforma agraria completa, unificación del país y el desarrollo de estas sociedades en los parámetros modernos.  Esta revolución fue llevada a cabo por  los capitalistas en Europa hace centenares de años atrás.  Sin embargo en grandes regiones de Asia, África y también en América Latina, la revolución democrático burguesa sólo puede ser llevada a cabo por el ascenso de la clase trabajadora al poder y movilizando a la población rural detrás, para de esa forma establecer el poder de los trabajadores –un gobierno de trabajadores y campesinos.   Esto a su vez iría acompañado de medidas socialistas a escala nacional, continental y mundial.  Esta es la esencia de la teoría de la `Revolución Permanente` de Trostsky que mantiene su completa validez hoy en los países que son mantenidos en el atraso  y en la pobreza bajo el capitalismo a través de la perpetuación de relaciones sociales y económicas feudales, semi-feudales y arcaicas.

 

Pero la humanidad no permanece paralizada y no es condescendiente con  las condiciones de estancamiento y deterioro.  Los medios de comunicación a nivel mundial levantan la ilusión de una vida mejor en el mundo, pero sólo para algunos, mientras tanto se establece una creciente pobreza para la mayoría.  Este mundo de consumo y abundancia que el capitalismo ofrece produce un efecto magnético para los sectores  más enérgicos de la población de África, Asia y América Latina, o incluso para aquellos con recursos que quieren procurar el acceso a bienes avanzados y altos estándares de vida en Europa, en Japón y EE.UU..  Estan teniendo lugar grandes movimientos de personas, emigrando desde áreas pobres y siguiendo cualquier oportunidad para escapar de esa situación o siendo sacadas de sus casas a causa de guerras y persecuciones.

 

La reacción de los capitalistas ante la inmigración esta llena de hipocresía y contradicciones, porque ellos estan obligados a depender de la inmigración para mantener bajos salarios,  así como también para llenar el vacío del trabajo cualificado.  A través del flujo de jóvenes inmigrantes, intentan compensar el envejecimiento de su población.  Pero al mismo tiempo los capitalistas pretenden usar a los inmigrantes como `chivo expiatorio` por las fallas del sistema.  Hablar de `Fortaleza Europea` es también un intento por sustentar la extrema derecha europea que avanza en posiciones electorales ante los principales partidos capitalistas.

 

Sin embargo, mientras los inmigrantes llegan a las puertas de las sociedades industriales avanzadas, un proceso opuesto esta teniendo lugar; una masiva relocalización de empleos, tanto en la manufactura como en las recientemente creadas ocupaciones de servicios,  hacia China, India y otras partes del mundo subdesarrollado.  Esta situación ahora incluye al Este de Europa y a Rusia.   Todo esto en una escala nacional plantea la necesidad para los trabajadores, particularmente a los sindicatos, de levantar un programa con el fin de defender sus trabajos contra esta fuga perniciosa de empresas de `outsourcing`, y al mismo tiempo la defensa de los derechos laborales de los inmigrantes.  Esta es simplemente la última manifestación de los capitalistas en su intento por  maximizar sus ganancias.  Si esto se hace a costa de la pérdida de millones de empleos, con relativamente altas remuneraciones en el sector manufacturero y reemplazándolos parcialmente con empleos temporales de baja remuneración en la  llamada industria de servicios.  Para poner un ejemplo del destino de los trabajadores bajo el capitalismo moderno; en España un tercio de la fuerza de trabajo esta bajo contratos temporales, con un promedio de permanencia de diez días!

 

La consecuencia de esto ha sido el empobrecimiento de sectores significativos de la clase trabajadora.  Bien remunerados en el pasado, los trabajadores con empleos estables y con derechos conquistados fueron reemplazados por un ejército de pobres y ya no sólo sin empleo, sino en trabajadores pobres.  Esto ha creado condiciones para el levantamiento de masivos movimientos por mejoras salariales de los sectores empobrecidos de la clase trabajadora.  Desarrollándose casi en las mismas líneas que los trabajadores del petróleo, de los portuarios y de la industria de fósforos en Gran Bretaña durante finales del siglo diecinueve.    El argumento de los grandes ‘papas’ del capitalismo es que el proceso de globalización es inexorable,   no puede ser interrumpido.  Según ellos, esto en última instancia beneficia a todos, creando nuevos trabajos y nuevas industrias, tanto en el mundo neocolonial como en las regiones industrializadas (en vías de desmantelamiento) del mundo.

 

Díganle esto a las trabajadoras de las maquilas en México, donde los patrones prefieren el trabajo femenino, usualmente madres solteras debido a que son menos capaces de resistir mediante huelgas las ofensivas del capital con recortes de salarios y empeoramiento de las condiciones laborales.  Los defensores del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) –entre EE.UU., Canadá y México- argumentan que el acuerdo significa un beneficio mutuo para los trabajadores de América del Norte y Central.  Pero en lugar de esto, millones de empleos en los EE.UU. fueron relocalizados hacia México, mientras las condiciones de la clase trabajadora en México han estado lejos de ser beneficiadas, con  unos empleos que a nivel general se han deteriorado.

 

Con esta experiencia, la idea que irá creciendo en los sectores afectados de trabajadores es la que plantea que  los empleadores no pueden cerrar fábricas como un niño guarda sus juguetes o cambiar ventajas productivas de un país o continente a otro sin ninguna  resistencia.  La necesidad de una política común para los trabajadores en diferentes países –por ejemplo, en Europa, en el próximo período- coordinada con los sindicatos, luchando por remuneraciones comunes se ira profundizando entre los trabajadores.   El mismo proceso se desarrollará en relación a los trabajadores de China, India y otros.  Ellos ya estan enfrentando ferozmente al capitalismo venal recién llegado que amenaza con la súper explotación a ellos y sus familias.  Este nuevo internacionalismo en el plano industrial es paralelo al del terreno político.   Donde se estan realizando  intentos, a tientas y vacilantes, que apuntan a una unidad internacional, continental y mundial de resistencia política.  Aunque algunos intentos estan en el terreno utópico, con propuestas como las que plantea el escritor y ambientalista ingles George Monbiot, de establecer un Parlamento mundial (planteado en su libro “La era del consenso”) con el fin de fiscalizar y controlar al capitalismo. Pero que sin embargo son manifestaciones de demandas emergentes del movimiento anticapitalista, planteando soluciones políticas a nivel internacional para los problemas que existen hoy.  Este proceso viene acompañado de un crecimiento en la conciencia, de enorme potencial, tanto dentro como entre las naciones, desarrollado a lo largo de los años 90.

 

Las diez personas más ricas del mundo, en el 2002, tenían una riqueza combinada de 266 billones de dólares.  Esto es cinco veces el flujo anual de ayuda de las naciones ricas hacia las pobres.  Esto es suficiente para financiar todas las llamadas metas del milenio lanzadas por  Naciones Unidas, por ejemplo  para revertir el crecimiento del SIDA, la malaria y otras enfermedades infecciosas; reducir la mortalidad infantil en dos tercios y disminuir en tres cuartos la mortalidad en los  partos de aquí al 2015.

Las estadísticas que demuestran la escala y profundidad de la pobreza mundial han sido bastante repetidas en los medios.  Gran parte de la población mundial es ahora consciente de que la mitad del globo vive con sólo 2 dólares o menos por día y un quinto con menos de un dólar diario.  A pesar de la abundancia global de comida, 840 millones de personas estan catalogadas oficialmente como desnutridas.  Ciento ochenta y cuatro millones de personas en el mundo estan desempleadas, esto, sin incluir quienes sobreviven con trabajos temporales, precarios, informales o  subempleados.  El Banco Mundial estima que 54 países, con una población conjunta de 750 millones de personas han llegado a un deterioro real de sus ingresos en los últimos 10 años.  El poder real del planeta esta en las manos de 500 individuos (predominantemente hombres ricos y un ínfimo número de mujeres).  Ellos controlan la mayoría de los medios de producción, la organización del trabajo, la ciencia, la tecnología, etc.  Las instituciones del capitalismo mundial –Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional- apoyadas por alianzas militares como la OTAN estan subordinadas, en última instancia, a este poder que es reflejado en la llamada mano invisible del mercado.  Los gobiernos nacionales son impotentes frente a los inversores, que en el nuevo capitalismo global y desregulado pueden subyugar a los gobiernos a menos que estos se comporten como perros obedientes.  El propio presidente Clinton en EE.UU. fue forzado por la presión del mercado o específicamente por quienes financian la deuda norteamericana a abandonar un tibio programa de estímulos sociales en 1993.  Clinton se convirtio en un Eisenhower Republicano y esto fue para satisfacer a, como el mismo Clinton señaló; “un bando de negociantes desgraciados”.

 

Primera etapa de la rebelión global

 

El movimiento contra la globalización capitalista representa la primera etapa de esta rebelión internacional contra el sistema capitalista mundial.  Su gran mérito es haber movilizado por primera vez a millones de personas en acciones conjuntas y especialmente a jóvenes.  No todos aquellos que participaron en el movimiento se oponían al capitalismo de una manera consciente, muchos inicialmente estaban protestando contra los “efectos” del capitalismo en los niveles de vida, el medio ambiente, la creciente militarización, las guerras y el futuro monstruoso que este sistema significa para la humanidad.

Hasta ahora el movimiento obrero y la clase trabajadora en general habían participado en este movimiento anticapitalista en una posición subordinada y no aparecía como una fuerza independiente y con sus propias banderas políticas.  Esto se debe  principalmente al papel de las derechistas direcciones sindicales que apoyadas obviamente por los líderes de los ex partidos obreros en Europa y otras partes del mundo ahora se han convertido -en su mayoría- en verdaderos baluartes del capitalismo mundial.

No obstante,   es erroneo  sobreestimar este movimiento (antiglobalización) y su real  influencia, pero no hay duda que  son una anticipación de los futuros movimientos de masas de la clase trabajadora.  La organización y acción de los trabajadores será mas consciente de las barreras al progreso que significa el capitalismo e instintivamente levantaran demandas clasistas como la mejor solución a los problemas del mundo.

 

El movimiento anticapitalista ha conducido su oposición contra varias instituciones del capitalismo mundial, como el FMI y el Banco Mundial.  Esta lógica proviene de la política que plantean muchos líderes de este  movimiento que creen que no es posible dirigir un ataque frontal sobre el capitalismo y, por lo tanto, canalizan la crítica sólo a algunos aspectos del capitalismo moderno.  Algunos, como George Monbiot, son punzantes críticos del Banco Mundial, el FMI e incluso de la ONU.  Señalando lo estéril que resulta  plantear reformas serias a estas instituciones, como sugieren algunos en el movimiento anticapitalista, pero dicho esto, no va más alla en su crítica.  Monbiot retrocede y, en efecto, sólo plantea soluciones dentro de los límites del sistema.

 

Este movimiento, sin embargo esta pasando por una nueva fase en la cual Monbiot y otros en la dirección se muestran vacilantes.  En el futuro esta actitud se ira pronunciando.  Porque muchos activistas estan buscando un programa e ideas que puedan establecer un mundo nuevo alternativo, real, que no puede ser un programa capitalista renovado, sino que debe tener un contenido socialista.

 

 

 

 

El movimiento de masas contra la guerra en Irak tuvo como efecto cambios profundos en la conciencia en todos los sectores de la sociedad y particularmente entre los jóvenes.  Los marxistas siempre han planteado que la guerra es la partera de la revolución.  Por ejemplo la revolución rusa de 1905 fue precedida por la guerra Ruso-Japonesa y la Revolución Rusa de 1917 por la Primera Guerra Mundial.

A pesar de la resistencia de las masas iraquíes a la ocupación,  la guerra en Irak aun no ha desenvocado en una revolución, aunque ésta potencialmente puede convertirse en el inicio de una. En la perspectiva de millones que se han radicalizado bajo estos sucesos convulsivos esta resistencia en algun punto se convertiría en una revolución o el inicio de ella y en las mentes de muchos que ven la necesidad de  cambios se levanta la idea del socialismo.

 

 

Como llevar a cabo este “nuevo mundo” reclamado por crecientes sectores del movimiento es una cuestión clave.  La historia hace mucho y en el pasado reciente  ha demostrado que esta voluntad no puede ser lograda de una forma total o parcialmente espontanea.  El siglo XX estuvo marcado por heroicos movimientos de la clase trabajadora y levantamientos revolucionarios que llegaron a derribar el poder de los capitalistas.  Y en algunos casos el poder se le escapó de las manos a la clase trabajadora,  esto fue el caso en España 1936-37 donde inicialmente cuatro quintos del país estaba bajo el control de la clase trabajadora.  En Chile bajo Allende en 1973, 40% de la tierra y de la industria fueron nacionalizados; mientras que en Portugal en 1975 un movimiento de masas obligó al gobierno a nacionalizar  los bancos y el 70% de la industria.  El fracaso de la clase trabajadora en mantener el poder no fue debido a su `inmadurez` política, sino a causa de la dirección de sus propias organizaciones, de sus dirigentes que a la cabeza del movimiento socialista, de los partidos reformistas y comunistas fueron una barrera para el triunfo de la clase trabajadora.  En muchos casos estos dirigentes entregaron de vuelta el poder a los capitalistas en lugar de defender una solución para las necesidades y reclamos de los trabajadores mediante la revolución.

 

Las `Internacionales`

 

Todos estos movimientos fueron instintivamente internacionalistas –buscando la salida y las soluciones a escala internacional – y provocando un tremendo apoyo de la clase trabajadora mundial.

Desde el inicio, con el poder en sus manos, la clase trabajadora procura una solución no solamente en la esfera nacional sino también a nivel internacional.  La Liga Comunista fue organizada por los jóvenes Marx y Engels en la década del 40 del siglo XIX cuando la influencia del Cartismo en Inglaterra –el primer movimiento industrial político independiente de la clase trabajadora mundial- estaba aun presente.  Hubo cinco intentos serios de unir el poder de movilización política de la clase trabajadora a escala mundial: la Liga Comunista, la Asociación Internacional de los Trabajadores, también organizada por Marx y Engels, la Internacional Socialista (Segunda Internacional), la Internacional Comunista (Tercera) creada luego del triunfo de la Revolución Rusa y la Cuarta Internacional de Trotsky.  Todas estas organizaciones jugaron importantes papeles en el crecimiento del poder y la comprensión de los trabajadores, como explicaremos a lo largo del próximo capítulo.

 

Hoy, en la primera década del siglo veintiuno, cuando el capitalismo demuestra sus debilidades y, al mismo tiempo la globalización acentúa la oportunidad para un internacionalismo real y la creación de una organización internacional, a nivel mundial no existe ninguna internacional de gran inserción política de la clase trabajadora basada en partidos de masas.  La tarea del CIT es ayudar a crear las condiciones para la formación de tal organización internacional.   Sin embargo, ésto sólo es posible en base al aprendizaje de las lecciones del pasado y, principalmente de los errores de las internacionales anteriores.  Un gran paso hacia una Internacional de masas debiera ser la creación de partidos de masas a nivel nacional.  Aunque la construcción de tal internacional no puede limitarse solo al establecimiento de estos partidos, un poderoso embrión para esta organización internacional debe ser creado en este período explosivo que se esta levantando.  Creemos que el CIT puede jugar un papel importante en apoyar este proceso.

 

Sin embargo, el terreno político esta sembrado con los resquicios de fracasadas y pretendidas Internacionales.  Algunas de ellas tenian raíces muy superficiales o ninguna en el movimiento real de la clase trabajadora.  La mayoría de estas organizaciones esta fragmentada.  La mayoría también han adoptado una posicion oportunista o ultra-izquierdista.  Y algunas de ellas lamentablemente se  reivindican trotskistas.  Explicaremos en el próximo capítulo, las razones por las cuales la concepción original de Trotsky de la `Cuarta Internacional` lanzada en 1938 no logró ganar gran apoyo.  A pesar que en algunos casos el trotskismo tubo un efecto poderoso entre el movimiento obrero -como en Sri Lanka, Latino América, Vietnam, Francia e Inglaterra en los años 70 y 80- nunca se convirtió en una fuerza de masas.  La razón de por que la `Cuarta Internacional`  no tuvo éxito fue debido a una combinación de factores y dificultades objetivas desfavorables, junto a varios errores cometidos  por sus dirigentes.

 

Sin embargo el siglo XXI nos presenta la oportunidad para aprender del pasado.  El proceso puede comenzar –algunos pasos pueden por lo menos ser dados- con el lanzamiento de los fundamentos para una nueva Internacional. Y esta tarea es principalmente política; la única justificación para intentar construir una organización política aparte de las otras, como todos los marxistas concuerdan, es la existencia de serias diferencias en torno a la política y el programa.  Diferencias incidentales, secundarias, personales o incluso tácticas no son una justificación suficiente para mantener una organización distinta sobretodo cuando dicha organización esta formada por docenas, centenares o incluso miles de personas.

Por esta razón, tras la caída del Muro de Berlín y con la nueva situación abierta, el CIT exploró la posibilidad de llegar a acuerdos con otras tendencias del trotskismo en cuestiones fundamentales.  Discutimos y abrimos correspondencia con el Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional -SU-CI- también conocido como la Cuarta  Internacional.  Tuvimos contacto y discusiones con los trotskistas de la corriente Morenista, con fuerte tradición en América Latina.  Aún intentamos, desafortunadamente con muy pocos logros, trabajar en actividades comunes y en alianzas con la Tendencia Socialista Internacional (TSI), cuya sección más importante es el Socialist Workers Party (SWP- Partido Socialista de los Trabajadores) en Inglaterra.  Iniciamos estas discusiones con la mente abierta y la esperanza que, como hemos dicho, estas organizaciones pudieran talvez aprender de los errores del pasado, reajustar sus políticas y a través de esto lanzar bases sólidas para el trabajo común y un posible acuerdo político sobre las tareas hacia delante.

Lamentablemente las conclusiones que la mayoría de estas organizaciones sacaron de la nueva situación mundial enfrentada por la clase trabajadora y por el movimiento marxista es distinta de la nuestra y en algunos casos de una manera decisiva.   El colapso del estalinismo, simbolizado por la caída del Muro de Berlín fue uno de esos momentos decisivos de la historia que, al menos que sea apreciado correctamente, puede llevar a errores políticos, programáticos y organizativos graves.  Ninguna de estas organizaciones se ajustó y entendió los principales aspectos de la situación inmediata post-estalinismo tan rápida y claramente como el CIT.

 

Partido Socialista Escocés (Scottish Socialist Party)

 

Los “terribles años noventa” que siguieron al colapso del estalinismo son el origen objetivo del oportunismo que  muchas organizaciones han adoptado.   Paradójicamente esta posición también se desarrolló en el CIT -reflejada en el alejamiento del trotskismo revolucionario por parte de los líderes del que luego pasó a llamarse Partido Socialista Escocés (SSP), que inadvertidamente también vinieron a reforzar este giro oportunista.  La formación y el fenómeno electoral del SSP se ha trasformado hoy en un modelo para aquellos que apresuradamente se han alejado del marxismo y del trotskismo.  La decisión de los entonces dirigentes de la sección del CIT en Escocia, a fines de los años 90, de construir una formación socialista mas amplia -el SSP- representó el  abandono de la tarea por construir un partido revolucionario y significó un rompimiento fundamental con el programa, con la táctica y la estrategia revolucionaria del CIT.  Este proceso encabezado por personas que cumplieros roles importantes en el CIT en el pasado, como Tommy Sheridan, Alan McCombes y otros, no fue de ninguna manera algo accidental.  Fue ocacionado, principalmente, por la incapacidad de mantener la defensa de un programa revolucionario frente al establecimiento de cambios dramáticos en el clima político.

La posición de estos compañeros para muchos, al principio, no parecía representar un abandono fundamental de nuestro análisis y programa.  Sobre todo cuando habían sido los dirigentes del CIT y no los dirigentes de la sección Escocesa -Tommy Sheridam y Alan McCombes- los primeros en plantear la formación de un nuevo partido de masas de los trabajadores.  Basándose en análisis acerca del aburguesamiento de la social democracia (Nuevo Laborismo), los partidos comunistas y la mayoría de los partidos obreros a nivel mundial.   Sin embargo, los esfuerzos de Alan McCombes y Tommy Sheridam tenían el objetivo de retratar a la mayoría del CIT como si estuvieran rechazando la idea de formar un partido amplio, pero sus argumentos no tuvieron efecto sobre la mayoría de los miembros del CIT.

 

La objeción al lanzamiento de tal formación se debió fundamentalmente a que ésto podía significar el riesgo de una liquidación de la corriente revolucionaria al interior de esta formación amplia.    La dirección del CIT con apoyo de una abrumadora mayoría en este debate, correctamente anticipó la evolución política que luego tomaría la dirección del SSP.  A pesar de negar que en realidad estos fueran sus deseos, predijimos el retroceso político y la liquidación final de nuestra organización en el SSP, lo que llevó a un viraje hacia el reformismo que en la práctica significó el fin de Militant Scottish Labour, el que sí era un partido revolucionario.

Al principio, cuando Tommy Sheridam y Alan Mccombes -ya dentro del SSP- formaron el International Socialist Movement (Movimiento Socialista Internacional), el proceso de liquidación  no era muy evidente, pero en enero del 2003 la dirección propuso terminar el ISM; pues según ellos el SSP “estaba cumpliendo ese trabajo” (el de partido revolucionario).   Esta propuesta fue congelada poco después de las elecciones parlamentarias escocesas de aquel año, pero en octubre del mismo año el asunto fue levantado nuevamente.  Se acordó mantener el ISM pero había muy poco entusiasmo en construirlo, en la intención de sus dirigentes estaba la necesidad de  mantener la apariencia de que funcionaban como organización debido a la oposición política que había dentro del ISM, además  de  la amenaza que entonces representaba este paso a la liquidación para  sus posiciones frente a otras tendencias dentro del SSP, particularmente del CIT.  En concreto, el ISM es la facción mayoritaria en la dirección del SSP.

 

Sin embargo a pesar de todo, el SSP estaba llenando parcialmente el vacío que existía en la izquierda del Laborismo y tuvo la capacidad de convertirse en fenómeno electoral y aumentó el crecimiento de su militancia.  El fenómeno electoral en las elecciones parlamentarias del año 2003 tuvo como efecto, entre otros, la afiliación del sindicato RMT (Rail Maritime and Tranport Unión) al SSP.

Como consecuencia,  en algunos grupos de la izquierda revolucionaria internacional esto fue visto como un modelo para construir y entregaba fundamentos para nuevos partidos de la clase trabajadora.  Con fuerte énfasis se recalca la necesidad de ampliarse, pero en la práctica esto significa la disolución de las organizaciones revolucionarias en estas formaciones.

Aunque los riesgos  parecían estar justificados con el fenómeno del SSP, lo que se omitía regularmente era que este fenómeno se dio sólo en Escocia.  Existían condiciones concretas y específicas que no se presentaban en otros lugares, donde no era posible reproducir o copiar un tipo de partido como el SSP.  Sin duda la cuestión nacional dio el formato para la situación política desarrollada en Escocia y de la cual el SSP se benefició.

 

El  Socialist Party (Partido Socialista –sección del CIT en Inglaterra y el País de Gales) también tuvo éxito en el campo electoral logrando excelentes resultados en once elecciones a nivel local que significaron  la elección y re-elección de concejales socialistas.  Desde el 2001 los votos ganados en Coventry, en la campaña electoral de Dave Nellist del SP, han sido los mejores de los partidos a la izquierda del Nuevo Laborismo (New Labour) en Inglaterra y Gales.  Por otra parte, mientras el SSP recibió el 5,2% de los votos en Escocia durante las elecciones europeas del 2004, el SP (CIT) en Irlanda obtenia el 5,5% en la zona de Dublín en la misma elección Europea.  Estos resultados electorales en efecto reflejan que el apoyo electoral puede ser ganado sin abandonar un programa marxista y trotskista consistente.

 

Nosotros dimos la bienvenida y apoyamos la construcción del SSP –a pesar de las denuncias completamente falsas de su dirección sobre nuestra oposición a tal formación. Y  hemos insistido en continuar construyendo una tendencia marxista claramente identificable dentro del SSP.  Esto corresponde a la táctica delineada en los años 90 – la doble tarea de rehabilitar y luchar por las ideas del socialismo y al mismo tiempo la de ayudar a construir nuevos partidos de la clase trabajadora manteniendo las ideas del marxismo revolucionario al interior de estas nuevas formaciones.  La dirección del SSP cumplió con la primera tarea pero abandonó la segunda, vital para los marxistas en este período.  Presos de la impaciencia frente a un corto giro hacia la popularidad,  ellos diluyeron las ideas por las cuales anteriormente habían adherido al CIT.  Hoy ni ellos, ni nosotros, ni ninguna otra organización seria en el movimiento internacional describiría a los dirigentes del SSP como `trotskistas` conscientes.   Ellos han procurado al máximo establecer una distancia entre sus actuales posiciones y su pasado revolucionario en el  Militant y del Scottish Militant Labour así como del CIT.

 

El abandono de la posición marxista

 

Los discursos de Tommy Sheridan no son consistentemente socialistas o marxistas en su contenido,  a modo de ejemplo como líder del SSP, él explica en una entrevistas para la BBC que, “hay un numero de países que han tenido una mixtura de propiedad pública e impuestos altos… como Noruega y Dinamarca, donde se administra para combinar altos niveles de propiedad pública con altos impuestos a la riqueza”.  Esto implica que el capitalismo noruego y danés es el referente de un tipo de sistema que a Tommy Sheridam le gustaría ver en Escocia.  Él entonces llegó a decir: “ahora, no pienso que sea necesario nacionalizar Tesco (una gran cadena de supermercados).   Lo que creo que es necesario imponer a Tesco son salarios y condiciones de empleo dignos.  Lo que debiéramos estar haciendo es regular los negocios.  Usted no tiene porque tenerlos, sólo debe regularlos”  (`The Herald` Glasgow, 30 de abril 2003).

 

En algunas intervenciones Tommy Sheridam ha dicho: “Lo que estamos diciendo, es que en una futura, independiente y socialista Escocia, queremos trabajar por la educación y por la calificación.  Queremos ofrecer una economía altamente calificada, una fuerza de trabajo motivada para los grandes negocios.  Si esto funciona en Alemania y en Francia, donde hay salarios altos, mejores niveles y producción de mejores productos, ¿Porque no hacer esto aquí en Escocia?”.

 

Dejando de lado los deseos de Tommy Sheridam, de ofrecer a los grandes empresarios una “fuerza de trabajo altamente motivada”, mientras en Alemania muchos trabajadores ganan sólo 2 o 3 euros por hora o los trabajadores franceses que ven sus salarios y condiciones atacadas con el neoliberal programa del Primer Ministro Raffarin, no se puede considerar que ellos estan “bien pagados”!  Porque sobre bases capitalistas los llamados `altos salarios`  se han transformado en cosa del pasado en Alemania y en otros lugares.  En el periódico del SSP, The Óbice, Kevin Williamson, un colaborador cercano a Tommy Sheridam y Alan McCombes, publicó una posición liberal y en ningún caso clasista que plantea: “Aquellos que ven la política solamente en términos de capitalismo o socialismo todavía deben realizar serios esfuerzos para explicar como una clase controladora puede ser prevenida de llegar a una posición de poder en una sociedad post-capitalista.  (Mientras tanto) el resto de nosotros necesita implementar alternativas prácticas.”

 

Este mismo retroceso –comparado al período en que ellos eran miembros del CIT- se aplica a la posición del SSP en asuntos internacionales.   Que va del apoyo acrítico al estado Cubano de Fidel Castro, al cual describen como `socialista` o  al completo abandono de una solución socialista al conflicto Palestino-Israelí – de una Palestina socialista y de un Israel socialista dentro de la esfera de una confederación socialista de Medio Oriente.  De hecho en la conferencia del 2002 del SSP, aceptaron la errónea consigna del Socialist Worker Party en torno a “un estado Palestino con derechos de minoría para los israelíes”.  A pesar que esta posición fue retirada en la conferencia siguiente, en los periódicos del SSP y en declaraciones públicas de dirigentes del SSP la idea de un estado palestino con derechos de minoría para los israelíes aún aparece.  Esta consigna  nunca será aceptada por la población de Israel porque ello  implica que su propio estado sea liquidado y serían obligados a incorporarse al estado Palestino.

 

En el momento en que se escribe este texto, a causa de brutales medidas de represión del régimen de Sharon y sus efectos sobre la población Palestina -desnutrición y hambre en las áreas palestinas- la mayoría de los palestinos en su desesperación parecen abandonar la esperanza de una solución para dos estados.

Una parte de la burguesía palestina se unió a la idea de abandonar la meta de un estado Palestino separado, dejando la lucha de los palestinos para una igualdad de derechos dentro del estado de Israel.  Ellos esperan que sobre la base de factores demográficos –con una alta tasa de natalidad de la población palestina- los judíos israelíes se trasformaran en una minoría en su propio estado en diez o veinte años!  Obviamente, la burguesía israelí nunca aceptara tal solución y optarán si es necesario por una evacuación forzada de los árabes israelíes y su repatriación de la zona.  En otras palabras, la consecuencia de cualquier solución para UN estado sera el escenario de un conflicto sangriento interminable.

Mientras se aplica la caricatura de una política de dos estados genuinos, la propuesta de Sharon se asemeja a un “Bantunstan” para los palestinos.  Temporalmente incluso  la idea de una solución socialista parece retroceder, pero en el futuro resurgirá y sera apoyada por la mayoría de la población de Israel y Palestina.

 

El retroceso político, teórico y organizacional de los ex miembros del CIT en Escocia se convierte a su vez en modelo para procesos similares que afectan a otras organizaciones que se reivindican como marxistas.   Algunas de éstas aun reivindican formalmente estar bajo la bandera de la izquierda revolucionaria o del trostskismo.

 

Para el Democratic Socialist Party (DSP- Partido Socialista Democrático) de Australia, la Tendencia Socialista Internacional o el secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU-CI), el giro de los dirigentes del SSP sirvió de inspiración para un giro a la derecha y también como un modelo o el prototipo del  tipo de partido que puede ser establecido en cualquier parte.

 

El socialismo científico desde los tiempos de Karl Marx hasta el trotskismo como expresión actual, siempre se vio a sí mismo -en palabras del Manifiesto Comunista- como “el movimiento del futuro en el movimiento del presente”.  Y siempre ha estado relacionado con el nivel de conciencia y comprensión de la clase trabajadora, la tarea de los marxistas genuinos acerca de la cuestión del programa, tácticas y organización esta puesta en dirección a la mirada de los sectores más avanzados de la clase trabajadora para los objetivos del socialismo.   Necesariamente,  debe hacerse una clara demarcación entre un consistente acercamiento marxista con las ideas y métodos de la izquierda reformista y centrista que pueden desarrollarse en periodos de tensión social.  Aquellos que desean seguir los pasos de los dirigentes del SSP estan en efecto sacrificando el futuro de la clase trabajadora con los éxitos a corto plazo obtenidos  hoy.

 

Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU-CI)

 

En el plano internacional, el Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU-CI) ha mirado en dirección al SSP que, cada vez más,  responde a su propia visión política.  Es la organización internacional identificada con el  trotskismo más conocida.  El SU-CI tiene una presencia considerable  en Francia a través de LCR, aunque  este no ha sido el caso en la mayoría de los países de Europa del Este.  Porque las fuerzas de las diferentes “izquierdas revolucionarias” internacionales no es sólo una cuestión de su fortaleza actual sino de su potencial.

 

Y este potencial depende del análisis correcto del estado actual y de todas las conclusiones que la sociedad y la clase trabajadora estan sacando hoy.  Cuando el número de una organización es de docenas, cientos, miles o millones la posición política es de vital importancia debido al efecto que el entendimiento y el análisis tiene de cara a los trabajadores y cuando la situación se agudiza, la visión de una organización  se convierte en su  premisa.

 

Seria criminal formar o mantener una organización de izquierda separada a menos que existan diferencias fundamentales que no pueden ser acomodadas dentro de ésta, mediante una  unificación de diferentes organizaciones o tendencias con algunas difiriendo radicalmente de otras.

 

Al mismo tiempo un partido revolucionario no es la misma cosa que una formación transicional más amplia donde conviven diferentes posiciones políticas, organizaciones y tendencias, algunas difiriendo radicalmente de otras, pero que logran la colaboración y el trabajo conjunto.

 

La necesidad por la unidad viene de acuerdos básicos dentro de la clase trabajadora para combinar sus fuerzas contra el enemigo común, la clase capitalista.  Es nefasto cuando algún partido político u organización política en períodos críticos cae en el camino de urgir la unidad a toda costa.  Los marxistas siempre deben hacer causa común en particular con organizaciones afines que tienen raíces en la clase trabajadora, en acciones específicas, iniciativas del tipo frente único, etc.  Pero esto no debe ocurrir a costa de sumergir o esconder las banderas, retardando o dejando de lado el programa del marxismo.  El futuro de las diferentes “Internacionales” será determinado por el acercamiento político que se hace hoy y comprobar si sus ideas tropiezan con las necesidades de la situación actual.

Ni la TSI ni  el SU-CI han brindado hasta hoy, un análisis marxista o trotskista de manera consistente acerca de la situación.  El SU-CI reclama el linaje de Trotsky y es reconocida en los círculos “intelectuales” como representante del trotskismo ortodoxo.  Pero  lamentablemente ésta no ha sido  la realidad, como se demuestra en el examen de los análisis y programa actuales del SU-CI.

 

Ser llamado Trotskista y defender la herencia de  Trotsky, sus métodos de análisis y, en general, su actividad en el movimiento obrero no significa dar un cheque en blanco para aceptar todo lo que Trosky planteó.  Sin embargo, una reciente serie de artículos editados en la publicación internacional del SU-CI; “International Viewpoint” dedicados a Trotsky, muestra una serie de criticas y ataques a sus ideas y métodos.  En lugar de identificar los errores que Trotsky cometió –que en vida él los admitió abiertamente- el SU-CI y sus actuales dirigentes lo acusan de errores en los que el revolucionario ruso nunca participó y condena sus puntos fuertes en lugar de los débiles.  Haciéndose eco, quizá inconscientemente, de la cíitica que los estalinistas lanzaron sobre la supuesta debilidad de Trotsky.

 

Trotsky y el partido revolucionario

 

Tomemos por ejemplo la cuestión sobre la necesidad de un partido.  Francois Vercammen, Secretario del SU-CI escribió un articulo titulado: “La cuestión del partido: el punto débil de Trotsky”.  Vercammen comenta: “Su punto débil fue el problema del partido… Trotsky no tuvo capacidad (1903-1917) o la oportunidad (después de 1917) de participar directamente en la construcción de un partido revolucionario en sus principales aspectos (sacando análisis generales y perspectivas), a saber,  la elaboración e implementación de una línea política y tácticas concretas, un trabajo colectivo dentro de una dirección central, la construcción de un aparato político-organizacional y trabajo en común con otros militantes y dirigentes.  Y en general la implementación de una dialéctica interna que priorizara  la experiencia de los militantes del partido y la elaboración de una línea.  Entre 1903 y 1917 habiendo roto con Lenin, no intentó organizar una corriente o un partido (confinándose a sí mismo a una actividad como periodista u orador).”

 

Una increíble incomprensión de la posición de Trotsky dentro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), una crítica hacia Trostsky que reflejaba el intento frustrado de la burguesía por una explicación “sociológica” de la revolución.  Esto a su vez, es el reflejo de la difamación hecha por los estalinistas.  La debilidad de Trotsky no es aquella puesta por Vercammen, es decir una incomprensión de la necesidad o del carácter del partido en aquella fase.   La observación de Vercammen acerca de “análisis y perspectivas generales”  ignora la mayor contribución de Trotsky al éxito de la revolución socialista, en su monumental trabajo, el libro “Resultados y Perspectivas”, en el cual explica y desarrolla la “Teoría de la Revolución Permanente”.  En esta, Trotsky, anticipa correctamente todas las fuerzas envueltas en la primera y segunda Revoluciones Rusas y, en particular, el papel decisivo de la clase trabajadora como fuerza principal en alianza con el campesinado, que le permitió a ésta la toma del poder en octubre de 1917.

 

El error de Trotsky –admitido abiertamente por él, en su “Diario en Exilio” – no fue la cuestión del partido, la necesidad de dicho partido o el carácter de tal partido, etc., sino su “conciliacionismo” o su esperanza de una reconciliación entre Bolcheviques y el Mencheviques, de 1907 a 1912.  Él esperaba que, como en la revolución de 1905,  Bolcheviques y Mencheviques se verían obligados a unirse debido a  la presión de las masas y en esta posición no estaba solo.  Las filas del partido Bolchevique pusieron tanta presión sobre Lenin que en varias ocasiones entre 1906 y 1912 fue obligado a iniciar negociaciones para la unidad con los mencheviques.  Además, Bolcheviques y Mencheviques estaban unidos en organizaciones comunes en varias partes de Rusia (excepto Petrogrado), hasta septiembres de 1917.

 

A diferencia de estos singulares “bolcheviques”, Trotsky nunca tuvo ilusiones políticas en los mencheviques, al contrario, divergió radical y agudamente con sus programas y perspectivas políticas.  Por lo tanto, en la caracterización política de los mencheviques, Trotsky estaba junto a Lenin.  Reiteramos que donde Trotsky erró no fue en la cuestión del partido si no en  la ilusión de que, bajo la presion de las masas, ambos brazos del POSDR serían obligados  a juntarse aceptando los principales lineamientos en su aproximación a la revolución, principalmente sobre la revolución permanente y la estrategia y táctica que surgiría de ésto.  Lenin, por otro lado, entendió primero y más claramente que los Mencheviques ya se habían acercado a las concepciones de la pequeña burguesía y de la burguesía en torno a la revolución que venía.

 

A pesar de esta percepción de Lenin, Trotsky estuvo más certero en su análisis de la revolución y, particularmente del análisis de la clase trabajadora como principal agente conductor en la toma del poder del proletariado; atrayendo tras de sí a las masas campesinas.  Es un hecho histórico que Lenin en efecto abandona la `formula algebraica` de la “dictadura democrática del proletariado y del campesinado” después de la Revolución de Febrero, y en la práctica adopta totalmente la posición de Trotsky.

 

No había ninguna diferencia fundamental entre Lenin y Trotsky en sus aproximaciones, tácticas, estrategia, etc. para la revolución.  Lo mismo no puede ser dicho de Stalin, Kamenev o Zinoviev.  Vercammen escribió,  absurdamente que: “Fue la determinación de Lenin en conectarse con el movimiento real en Rusia, combinado con la sucesión de coyunturas socio-políticas complejas, lo que creó y arraigó al partido Bolchevique en la sociedad (urbana) Rusa.   Esta fue la política de Lenin que fue determinante y no su `concepción` del partido, como es comúnmente comprendido (Centralismo Democrático, Programa General)…  Fue la debilidad de la política de Trotsky la base de su derrota a nivel organizacional.  Se puede seguir esto de la siguiente manera: antes de 1917, su capacidad extraordinaria por comprender el significado en las tendencias de la época y de esbozar perspectivas estratégicas no le permitieron desarrollar una política revolucionaria (él fue incapaz o estuvo poco dispuesto a crear un colectivo militante).  Su debilidad en el partido esta localizada en este marco.”

 

Sostenemos que  Trotsky en vez de Lenin tuvo perspectivas más claras de las fuerzas y de los efectos de la Revolución Rusa.  Vercammen alaba la política razonablemente correcta de Lenin con relación a 1917- pero todavía habla de la “debilidad política de Trotsky”.    Y todo esto, que durante mucho tiempo hemos defendido contra los Estalinistas, es parte de una llamada “defensa” de Trotsky!

Las raíces de este reciente criticismo en torno a los llamados errores de Trosky vienen de la propia incapacidad del SU-CI de construir organizaciones importantes en el pasado.  Vercammen habla sobre los errores de su propia organización en 1965-68, y compara esto al período que va de 1895 a 1914, cuando Lenin fue capaz de establecer las líneas  del partido revolucionario que maduró y tomó el poder en octubre 1917.

 

Lamentablemente, Vercammen no comprende el carácter general del periodo de 1965-68 y sus diferentes coyunturas.  El Estalinismo y la Socialdemocracia, argumenta él, comenzaron a “desintegrarse” en el periodo previo a los eventos de Mayo de 1968.  Pero esta afirmación es falsa; las organizaciones reformistas y la conciencia que la acompañaba todavía en general mantenían un dominio en las mentes de las masas en aquel periodo.  Para nosotros, como marxistas, los partidos de masas estalinistas y socialdemócratas eran factores objetivos, que sólo podian ser superados por los eventos.

Esto fue lo que aconteció hasta cierto punto en los revolucionarios sucesos de mayo-junio de 1968 en Francia.    Sin embargo, la ausencia de un partido revolucionario de masas y dirección en esos momentos permitió que el estalinista Partido Comunista francés y los “Socialistas” reformistas tomaran el control y arruinaran el potencial revolucionario.

 

En Inglaterra, durante los años 70 y 80, la organización Militant (precursor del actual Partido Socialista) realizó grandes avances en Liverpool y en la lucha contra el poll tax.  Como hemos explicado antes, lamentablemente el promisorio inicio para la construcción de un partido revolucionario fue atravesado por el “boom” de los 80 y claro, por el colapso del estalinismo.

La reinterpretación de Vercammen del papel de la llamada debilidad de Trotsky en los problemas de organización y del partido, etc., combinado con una sublime crítica politica esconde un acercamiento impaciente al problema de levantar la construcción y  el delineamiento de un partido.

Este acercamiento involucra la tarea de entender los diferentes estados  y niveles de comprensión por los cuales atraviesa la clase trabajadora.  Y esto quiere  decir estar preparados para “nadar contra la corriente” en ciertos periodos, con el riesgo de ser acusados de  sectarismo.

Pero también significa armar los cuadros de la clase trabajadora, enraizando el partido en los márgenes y en las organizaciones de la clase trabajadora –sindicatos, organizaciones sociales, etc.- aprovechando las oportunidades para crear una base de masas o parcialmente de masas cuando estas se presenten.

Increíblemente, Vercammen acusa a Trotsky de ser “indeciso y confuso (incluso después de 1905) sobre el problema del apoyo electoral a la pequeña burguesía”,  evitando cualquier esfuerzo por explicar que quiere decir Vercammen con esto.

Sin embargo cuando llega a la cuestión del campesinado, ataca a Trotsky y de esta forma  a uno de los principales elementos de la Teoría de la revolución Permanente de Trotsky;  Vercammen argumenta: “En 1906 y en los años que siguieron, él se conforma con dos generalizaciones teóricas que traducen todos los prejuicios del marxismo europeo de aquella época (post-Marx); Históricamente el campo sigue a la ciudad y el campesinado al proletariado (industrial, urbano) porque al mismo tiempo el campesinado es incapaz de seguir una línea política autónoma y crear una organización independiente”.  Aquí Vercammen también se hace eco de la crítica estalinista y de los recientes teóricos `estalinistas` del Partido Social-Demócrata de Australia, argumentando que: “Trotsky no contempla, como Lenin, la construcción de una alianza real de trabajadores y campesinos, con todas sus demandas.  Por su carácter abstracto, la teoría probó ser una verdadera trampa para Trotsky”.  Esto es un simple eco del repetido argumento estalinista sobre la subestimación de Trotsky del potencial revolucionario del campesinado.

 

La Revolución Permanente

 

Un punto similar es tratado por Michael Lowy en International Viewpoint, supuestamente en defensa de la revolución permanente.  El autor escribe: “La teoría de la revolución permanente fue verificada dos veces en el curso de la historia del siglo XX.  De un lado, por los desastrosos resultados del etapismo y la aplicación ciega de los partidos comunistas en los países dependientes de la doctrina estalinista de la revolución por etapas en bloque con la burguesía nacional, desde España en 1936 a Indonesia en 1965 o Chile en 1973”.

 

Michael Lowy continua, diciendo que la teoría fue verificada tambien de otra forma; “Esta teoría, desde que fue formulada en 1906, nos permitió predecir, explicar e iluminar ampliamente las revoluciones del siglo XX, que fueron todas revoluciones permanentes en los países periféricos.  Lo que sucedió en Rusia, China, Yugoslavia, Vietnam o Cuba corresponden en general a la idea planteada por Trotsky: La posibilidad de una revolución combinada e ininterrumpida –democrática y socialista- en un país de capitalismo periférico, dependiente o colonial.  Pero a pesar de todo, los dirigentes de los movimientos revolucionarios después de Octubre de 1917 no reconocieron el carácter permanente de estas (con algunas excepciones, como Ernesto Che Guevara) o lo hicieron empleando una terminología distinta y en ningun caso haciendo una relación histórica efectiva…”

 

“Hoy como ayer, las transformaciones revolucionarias que estan en la agenda de las sociedades de la periferia del sistema no son idénticas a aquellas de los países centrales.  Una revolución social en India no puede ser, desde el punto de vista de su programa, su estrategia y sus fuerzas motoras una pura revolución de trabajadores como en Inglaterra.  El papel político decisivo –ciertamente no contemplado por Trotsky- ejercido en varios países por parte de los movimientos indígenas y campesinos, como el FZLN en México, el MST en Brasil, o CONAIE en Ecuador, demuestran la importancia y el potencial de explosión social que significa la cuestión agraria y su estrecha relación con la liberación nacional”.

Ambos puntos estan completamente errados;  Primero, Trotsky comprendió la importancia de movilizar al campesinado, particularmente en Rusia donde el proletariado era minoría.  Y estaba en lo correcto al comprender que el campesinado era heterogéneo e incapaz de llegar y mantener el poder independientemente.  En cierto modo, Lowy esta en lo correcto al decir que la teoría de la revolución permanente fue sustentada por las victorias de la revolución en China, Yugoslavia, Vietnam y Cuba.  Pero estas victorias fueron tales, no en el sentido clásico planteado por Lowy, sino como una verdadera caricatura.

A diferencia de Rusia en 1917, la clase trabajadora no toma el poder directamente, ni establece organizaciones independientes de los trabajadores, como soviets, etc..   Movilizando al campesinado en la Revolución China, un grupo Bonapartista liderado por Mao Zedong fue capaz de tomar el poder equilibrándose entre las clases y construyendo un estado que desde el inicio fue un régimen a imagen y semejanza de la Rusia estalinista.

 

Esto no es reconocido en los análisis del SU-CI y el proceso que llevó a la creación de estos estados.  Debido a esto, ellos han cometido errores fundamentales en torno al problema del campesinado.  Como demostraremos en el próximo capitulo, para el SU-CI ésto resultó en enormes y numerosos errores en el pasado, que tienen que ver con el problema de las tácticas de guerrillas, el papel del campesinado en la revolución, etc, y que llevó a esta organizacion a apoyar aventuras guerrilleras en Uruguay y Argentina, donde los mejores sectores de la juventud y de la clase trabajadora fueron sacrificados en un conflicto militar esteril con el Estado.   También dieron un apoyo acrítico al IRA en Irlanda, entre otras aventuras.

 

Desafortunadamente el SU-CI no aprendió de sus errores, como ahora vemos ejemplificado en los comentarios de Lowy y la posición de Trotsky en relación al campesinado, diciendo: “La principal limitación del análisis de Trotsky es de naturaleza “sociológica” en lugar de estratégica al considerar al campesinado principalmente como un “soporte” del proletariado revolucionario, como una clase de pequeños propietarios y cuyo horizonte no va más alla de las demandas democráticas.  Tuvo problemas en aceptar, por ejemplo, un Ejercito Rojo Chino compuesto en su gran mayoría por campesinos.  Su error –como muchos marxistas rusos y europeos- fue adoptar sin un examen crítico el análisis de Marx en el Dieciocho Brumario sobre el campesinado francés como una clase atomizada y pequeño burguesa, y aplicar ésto a las naciones coloniales y semi-coloniales con características muy diferentes.  Sin embargo, en uno de sus últimos escritos, Preconcepciones de la Revolución Rusa (1939) Trotsky argumentó que la apreciación marxista del campesinado como una clase no socialista nunca tuvo un carácter absoluto e inmutable”.

 

Esta crítica hacia Trotsky se equivoca de principio a fin.  Un correcto balance del campesinado entre pequeños propietarios, campesinos pobres y trabajadores sin tierra, que tienden a penetrar en las filas del proletariado difiere de continente en continente o de país en país.  Sin embargo, la posición general marxista -y del propio Marx- acerca de su carácter heterogéneo mantiene su completa vigencia en relacion al mundo neo-colonial de hoy.  La brillante idea de Marx, que plantea  que sólo la clase trabajadora organizada en grandes industrias, disciplinada por la fábrica y el lugar de trabajo puede desarrollar la cohesión social necesaria y, en última instancia,  la conciencia necesaria para realizar una salida socialista ha sido sustentada en todas las revoluciones.  Este fue el caso principalmente en la Revolución Rusa pero incluso también es aplicable a las revoluciones que no tomaron una forma `clásica` como la China.

 

China, Yugoslavia y Cuba

 

De hecho, los escritos de Trotsky sobre China, específicamente su caracterización del Ejercito Rojo de Mao Zedong en los años 30, fue brillantemente acertada.  Planteando que éste fue el eco rural de la revolución obrera derrotada en 1925-27.   Los ex comunistas que estaban dirigiendo ese movimiento, dice él, generaron durante un periodo cierta sospecha y hostilidad hacia la clase trabajadora, aunque fueran victoriosos y entrasen a las ciudades.  Esto fue debido a que estaban condicionados a la existencia rural de las masas campesinas en las cuales se basaban socialmente.  ¿Acaso no fue lo que aconteció cuando el Ejercito Rojo derrotó al Koumintang y tomó las mayores ciudades de China?  Antes de que ocuparan las ciudades hicieron un llamado para que las masas no se levantaran, advirtiendo que las huelgas podrían ser castigadas.  No habían soviets ni organizaciones independientes de la clase trabajadora  o incluso del campesinado en estos sucesos.  Trotsky defendió la posibilidad que, como todos los movimientos campesinos a través de la historia, el Ejercito Rojo Chino podría obtener la victoria y derrotar al Koumintang pero permanecería dentro de la estructura del capitalismo.  Esto podría resultar en la configuración de una nueva dinastía que llegaría a degenerar en un régimen feudal burgués, entonces el proceso de oposición revolucionaria campesina podría comenzar nuevamente.

 

Los eventos en China no ocurrieron de esta manera a causa del equilibrio de las fuerzas mundiales manifestadas en China.  Crónicamente débil, la burguesía y los grandes propietarios de tierras salieron de China junto a los ejércitos derrotados de Chiang Kai Shek.  El vacío que quedó fue ocupado por Mao representando a una camarilla Bonapartista y la cabeza de un ejercito victorioso.  Esta camarilla maniobró entre las clases pero es obligada por la presion desde abajo a tomar el camino de la expropiación a los terratenientes y del derrocamiento del capitalismo.  En ninguna parte Trotsky escribe lo que Lowy sugiere; que el campesinado y particularmente las capas mas bajas; los campesinos pobres, etc., fueran impermeables a las ideas del socialismo.

 

Incluso durante la Revolución rusa, como John Reed plantea en su libro; Diez dias que estremecieron al Mundo, los soldados campesinos contemplaban la Revolución de Octubre como el comienzo de un mundo nuevo y desde un punto de vista socialista.  Además, hoy en varias partes del mundo colonial tal es la desesperación del campesinado con su pequeño e inviable pedazo de tierra, que la idea de cooperativas e ideas generales de `socialismo` ciertamente pueden llegar a ser atractivas, principalmente cuando son defendidas por partidos con fuertes raíces en la clase trabajadora urbana e industrial.

 

Marx y luego Trotsky describieron las limitaciones del campesinado y su carácter disperso y estratificado como clase y que este no seria capaz de jugar un rol independiente.  No obstante puede y debe  jugar un necesario y vital papel en el apoyo al movimiento revolucionario industrial de la clase trabajadora urbana en la toma del poder.

Indudablemente, donde la clase trabajadora es minoría en la sociedad y ante un clásico levantamiento de la clase trabajadora, este deberia ser complementado con una “segunda edición de la guerra campesina”, un movimiento de campesinos que incluso contenga elementos de guerrilla.  El CIT siguiendo el método de análisis de Trotsky realiza sin embargo claras diferenciaciones.  Los métodos utilizados en el campo entre la población rural, como auxiliar al movimiento de la clase trabajadora en las áreas industriales, son diferentes de los métodos  de lucha utilizados por los trabajadores.

Esto debería ser el ABC básico para los marxistas y en especial aquellos que reivindican el trotskismo.  Lamentablemente el SU-CI sobre esto y otros asuntos es responsable de retrocesos teóricos.  En la practica  este tipo de errores puede llevar a desastres en el futuro si una organización con esta posición  tiene la intención de influir en el movimiento de masas.

 

Lo mismo se aplica a la caracterización que el SU-CI hace de lo que llaman “regímenes burocraticos”.  Argumentando que siempre fueron críticos a regímenes como la Yugoslavia de Tito, Cuba, China, etc., esta critica sin embargo se hacia bajo el planteamiento que estos regímenes eran básicamente “estados obreros relativamente sanos”.  Si existían elementos de “burocratismo”, estos eran del “mismo tipo” de distorsiones burocráticas como las que existían cuando Rusia era un estado obrero sano en el periodo 1917-23.  Ernest Mandel, el antiguo líder teórico del SU-CI, argumentó insistentemente contra el CIT cuando discrepamos de este análisis.

Nos opusimos, por ejemplo, a la teoria del SU-CI de que Tito era un “Trotskista inconsciente”,  esta política involucraba  el envío de “voluntarios” a Yugoslavia cuando Tito se enfrentaba a Stalin en 1949.  Sin embargoTito fue un estalinista nacional que había entrado en conflicto con el régimen de Stalin no por el carácter de su régimen (que de hecho había sido modelado en Moscú) sino como una expresión de la oposición nacional de la burocracia yugoslava ante el “gran hermano” en Moscú.

 

La misma aproximación fue adoptada por el SU-CI en el tiempo de la disputa Chino-Soviética a fines de los años 50 y principio de los 60.   En aquel momento, Mandel creía que una “revolución anti-burocrática”, es decir una revolución política no era necesaria en China pues el régimen de Mao era un estado obrero relativamente sano con leves deformaciones burocráticas.  Tal posición es insostenible hoy, dado las revelaciones y de hecho los los crímenes cometidos por Mao y sus súbditos para suprimir las demandas de las masas chinas por derechos democráticos básicos.

 

En relación a Cuba, el mismo acercamiento erróneo fue empleado por los dirigentes del SU-CI.  Esta revolución fue un enorme golpe para el imperialismo.  El CIT , tal como el SU-CI, apoyó entusiastamente esta revolución.  Reconocimos el impacto masivo que tuvo para el mundo y poderosamente para América Latina y el mundo neo-colonial.  Sin embargo los orígenes de la Revolución Cubana fueron diferentes, en algunos aspectos,  a los de la Revolución China, con el régimen de Castro ocupando y gozando de un aplastante apoyo popular.

 

No obstante los trabajadores no poseían y todavía no poseen medios para ejercer el control y el poder de manera independiente; no existió, ni existe el derecho a reclamar ante el gobierno, ni elecciones para elegir representantes genuinos de los trabajadores, no hay limites claros para la diferencia salarial entre aquellos que estan en las cupulas y los trabajadores de base.

 

Hemos defendido permanentemente a Cuba de los ataques del imperialismo, pero al mismo tiempo hacemos un llamado por la instauracion de una real democracia de los trabajadores como la única garantía capaz de movilizar el apoyo –en la propia Cuba, en América Latina y a traves del mundo- contra el terrorismo del imperialismo y sus intentos por retornar a Cuba al capitalismo.

 

Es incorrecto plantear hoy,  como lo hace una resolución adoptada en el 15’ Congreso Mundial del SU-CI en el verano del 2003, que plantea:  “Nosotros siempre hemos combatido los regímenes burocráticos que se reivindican socialistas mientras mantenían regímenes opresivos contra el pueblo y los trabajadores en nombre de los derechos de auto-organización, de auto-determinación y de democracia de los trabajadores”.   A pesar de parecer simple para los dirigentes del SU-CI concluir esto ahora,  claramente no fue lo que aconteció en los casos citados arriba.  Es más fácil, después del hecho, cuando el carácter de los regímenes se fueron mostrando claramente burocráticos, realizar este o aquel tipo de critica.

El  SU-CI, desde el inicio de la revolución cubana nunca tuvo un claro análisis trotskista, que incluia el apoyo a las medidas anti-imperialistas y anti-capitalistas tomadas por Castro y el establecimiento de una economía planificada con  enormes beneficios para el pueblo cubano comparado con el desacreditado régimen de Batista.

El SU-CI hizo esto, pero al mismo tiempo hizo un  llamado a la construccion soviets el cumplimiento de otras demandas esenciales para el establecimiento de un estado obrero sano y para dar  inicio a un movimiento hacia el socialismo.

 

Oportunidades perdidas en Francia

 

En Europa, la sección nacional más importante del SU-CI es la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) de Francia.  En varias ocasiones desde 1995, incluyendo las recientes elecciones, existieron oportunidades para dar pasos decisivos en la formación de un nuevo partido de masas de los trabajadores.  La LCR junto a Lutte Ouvriere (LO) parecían estar atrayendo un apoyo significativo de los jóvenes y los trabajadores debido al  giro a la derecha de la “izquierda pluralista”, principalmente del Partido Socialista y también del Partido Comunista Francés (PCF).  Por ejemplo, en enero del 2004, dos meses antes de las elecciones regionales en Francia, las encuestas indicaban que el 9% de la población votaría por los candidatos de LO/LCR y otro 22% estaba considerando seriamente esta posibilidad.  Sin embargo la alianza LO/LCR sufrió un grave retroceso.  Logró solamente el 3.3% de la votación en las elecciones europeas y perdió a sus cinco miembros en el Parlamento.

Una rápida fuga de votos de pequeños partidos de izquierda algunas veces puede ocurrir cuando los votos se suman a una oposición que se presenta como el “mal menor” para derrotar a los partidos de derecha.  Sin embargo, LO/LCR hicieron una campaña desanimada que fue incapaz de levantar demandas de lucha y una clara explicación de la alternativa socialista.   Atacando a los partidos de la “izquierda tradicional” como el Partido Socialista y describiendolos como “social liberales” sin explicar todo lo que esto significaba, no levantaron la idea de un nuevo partido de los trabajadores como una alternativa socialista frente a estos partidos capitalista.  Siendo  descartado como algo para después de las elecciones, en la segunda vuelta presidencial otra oportunidad fue perdida.

Lo que se necesitaba era una activa campaña y un plan de acción para la formación de un nuevo partido de los trabajadores.

Dos años atrás, el voto combinado de LO y de LCR había alcanzado el 10% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y era muy grande la oposición al gobierno PS/PCF en ese periodo  El movimiento contra Jean Marie Le Pen, que llega a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales derrotando al entonces Primer Ministro Jospin,  fue una oportunidad enorme para iniciar una vigorosa campaña para  la construcción de  un nuevo partido de los trabajadores.

 

En cambio la LCR,  adoptando la consigna; “Lucha contra el Frente Nacional en las calles y en las urnas”, no representó una posición independiente de la clase trabajadora,  permitiendo que esta se movilizase detrás de Chirac, el actual Presidente.  Chirac, quien recibió menos del 20% de los votos en la primera vuelta de las elecciones y era visto como un corrupto, alcanzo en la segunda vuelta el 82% de los votos.  Esto sento las bases para una segunda victoria electoral de la derecha y en consecuencia la formación de un gobierno comprometido a atacar los derechos fundamentales de los trabajadores, por ejemplo a través de la “reforma” a las pensiones y a la salud.

 

En mayo y junio del 2003, hubo otra oportunidad para formar un nuevo partido de los trabajadores,  las protestas contra el gobierno por las reformas al sistema de previsión llevaron a una situación cercana a la huelga general, con millones de trabajadores manifestándose contra el derechista gobierno de Raffarin.  La necesidad de un partido de masas que defendiera los derechos de los trabajadores y de los pobres estaba en la cabeza de todos, nadie creía que los partidos de la “izquierda plural” (PS, PCF y Verdes) tuvieran una alternativa que ofrecer.

 

En una encuesta de opinión realizada en la semana posterior a las manifestaciones de masa, el domingo 25 de mayo del 2003, un 47% de los encuestados dijeron que el PS no seria mejor ni peor en lidiar con la reforma previsional (47% dijo lo mismo sobre la reforma a la educación y un 50% sobre la reforma a la salud).  En las manifestaciones un sector de los trabajadores culpó a la izquierda radical por llamar a votar por Chirac en las elecciones presidenciales del año anterior, debido a  que esto había significado un gobierno de derecha mas fuerte.  Luego de la lucha contra la reforma previsional, cuando los dirigentes de los sindicatos simplemente habían salvado al gobierno evitando una huelga general, la atención de los trabajadores se volco al plano político.

 

El partido revolucionario hoy

 

Con los errores del SU-CI en Francia y en otros lugares, esta organización dejo fuera principios fundamentales de una organización revolucionaria, rechazando la concepción de partido revolucionario y de Internacional revolucionaria que Lenin y Trotsky habían defendido. Por el contrario, han favorecido formaciones mas amplias como Rifundazione Comunista (RC) en Italia o el Scottish Socialist Party (SSP) en Escocia.

Esta claro que no es suficiente,  en el actual periodo, marcado por la globalización capitalista y el post-estalinismo, simplemente repetir formulas ya desgastadas del pasado y  esto es cierto tanto a nivel organizacional como en el terreno de las ideas políticas.

 

Para explicar la necesidad de la organización, ha sido particularmente importante tomar en cuenta las sospechas y el rechazo que despierta en las  nuevas generaciones una organización autoritaria.  Entre estos sectores hay una clara reacción contra el carácter burocrático tanto del estalinismo como de la ex-socialdemocracia que,  de cualquier manera,  a nivel organizacional imita los métodos del estalinismo.

 

Esto a veces toma la forma de un  rechazo radical a toda “organización” en general y al concepto de “partido” en particular, así como de la “política” principalmente la política burguesa.  Los marxistas deben tomar en cuenta esta situación, pero  lamentablemente en algunos casos este proceso ha demorado y tenido como consecuencia un intento por  adaptar de una manera oportunista los sentimientos pasajeros y transitorios.

 

Para el SU-CI,  esto ha significado un rechazo a las experiencias del pasado, tanto de su propia organización como de las contribuciones teoricas de Trotsky o del trotskismo de cara a las luchas de la clase trabajadora actual.  Como ejemplo, tomemos los escritos de Daniel Bensaid, uno de los teóricos de la LCR de Francia, la sección mas conocida del SU-CI, que comenta sobre lo que fue según él; “una de las características mas debatidas del Leninismo; el Centralismo democrático”.

 

En la década de los 90 los marxistas estuvieron y estan aun hoy, bajo feroces ataques.  El CIT estuvo preparado para debatir la concepción de partido de Lenin, el carácter del partido que fue construido en Rusia y sus aplicaciones en la lucha actual de los trabajadores.  El aspecto centralista fue indudablemente enfatizado por Lenin y por los Bolcheviques debido a la fuerte lucha dada contra la dictadura zarista.  Pero al mismo tiempo el Bolchevique fue un partido extremadamente democrático, el partido de masas de los trabajadores más democrático de la historia.

 

Sin este elemento –el centralismo democrático- totalmente desarrollado en el periodo de febrero a octubre de 1917,  la clase trabajadora y sus sectores mas avanzados no hubiesen encontrado un lugar dentro de aquel partido.  Ni podrían las masas haber brindado su esperanza y apoyo a los Bolcheviques, que lideraron la Revolución de Octubre.

 

En cierto momento de la década del 90 el CIT dio cuenta de los prejuicios contra la idea del centralismo democrático, distorsionado por la herencia del estalinismo -y su centralismo burocrático-, proponiendo utilizar en su lugar la frase “unidad democrática”.  Sin embargo, luego quedo claro que el termino tendia mas a confundir que a clarificar.  Restaurando el concepto de Lenin que, explicado con propiedad,  refleja lo que la clase trabajadora en la lucha demanda de su organización.

 

Las organizaciones obreras necesitan y demandan el máximo de democracia, particularmente en el periodo actual cuando la clase capitalista promueve alrededor del mundo ilusiones en la democracia burguesa y donde al mismo tiempo concentran y centralizan cada vez mas su poder  económico y el de su maquina estatal.

 

Concepciones espontáneas, semi-espontáneas y anarquistas de organización,  contra esta fuerza concentrada de los capitalistas, no solo son inadecuadas sino que pueden ser fatales en las luchas que dará la clase trabajadora en la próxima década.  Un partido genuinamente revolucionario, centralizado y democrático no es igual al modelo estalinista, de  centralismo autoritario y burocrático dominado en la cupula por auto-proclamados dirigentes y un partido de castas.  En el periodo actual este modelo ha sido imitado por las direcciones de la ex-social democracia, como el Nuevo Laborismo de Blair o el Partido Socialista de Chile.   Estos no son partidos democráticos sino burocráticos y una pesadilla si se compara a lo que eran 20 años atrás, cuando eran por lo menos un vehículo para las luchas de los trabajadores en Inglaterra o Chile.

 

La nueva generación de jóvenes y trabajadores no quieren un partido rígido y controlado, en el cual los dirigentes sean omnipresentes y omniscientes.  Por ejemplo, un nuevo partido de masas de los trabajadores necesariamente tendría que tener algo de los rasgos que poseian los partidos obreros en su periodo de formación o en  sus “mejores días”.  Es decir, debería tener un carácter amplio y federalizado –debido a los distintos sectores que representaban inicialmente- y estaría abierto a todos aquellos que estuviesen dispuestos a luchar sobre un programa socialista básico.

 

Un partido revolucionario no es una formación transicional, como sí seria el caso de un nuevo partido de masas de los trabajadores.  Y representa el agrupamiento de las fuerzas revolucionarias mas consientes, que entenden la necesidad de crear el embrión de un partido combativo que pueda tener proporciones de masas en un estado posterior.

Tales partidos revolucionarios, hoy no serian estrictamente el patrón del concepto de Lenin para Rusia en la primera parte del siglo XX.  Este partido revolucionario tomaria prestado mucho del ejemplo del Partido Bolchevique, pero sumaria a estas experiencias del pasado los métodos y tradiciones democráticas de la clase trabajadora de cada país.

A través de que debates y discusiones y como podría llevarse a cabo este proceso internamente, que espacio se daría a las minorías organizadas dentro del partido y como éstas serian expresadas no solo interna sino públicamente,  son cuestiones que serán debatidas y discutidas en el curso de la creación de tales partidos.  Pero un hecho es absolutamente cierto, mientras son necesarios el máximo de democracia y discucion, también sera necesario actuar unidos cuando una decisión es tomada.

Este concepto elemental es comprendido, por ejemplo, por todos los trabajadores envueltos en una huelga, donde la decisión de la mayoría impone disciplina a la minoría y esta tiene que aceptar las decisiones y actuar en conjunto.  Es fundamental no tener diferencias cuando el partido revolucionario debe actuar en la escena politica.

 

Esta aproximación sobre la construcción del partido fué  lamentablemente  abandonada por el SU-CI y reemplazada por un concepto que involucra virtualmente “cualquier cosa”, y significa un gran retraso a nivel de organizacion.  Lo mismo se aplica al problema de una nueva Internacional de masas.   ¿Cuál seria el carácter de dicha Internacional y como será construida?  La respuesta del SU-CI es dejar fuera las verdaderas lecciones de la contribucion de Lenin y Trotsky sobre este asunto.

Lamentablemente el SU-CI cedio de forma oportunista a las presiones de la década de los 90 y dejaron esto para la primera parte de este siglo.  Esto se clarifica cuando se examina el balance que los dirigentes del SU-CI esbozaron sobre las experiencias pasadas, el carácter del partido y de la Internacional que se requiere en la era moderna.

 

En el reciente Congreso Mundial del SU-CI, los dirigentes defendieron “La constitución de una nueva fuerza militante internacionalista, pluralista, revolucionaria, con impacto de masas”.  Ellos explican: “Esta afirmación implica una significativa revisión de lo que la Cuarta Internacional puede llevar a cabo.  Esto no es “el Partido Mundial de la Revolución Socialista” (un objetivo adoptado al momento de su fundación) ni tampoco el núcleo central de tal partido a futuro.  Los 65 años que nos separan de esta proclamación no fueron marcados por un proceso unificacion de las fuerzas revolucionarias sino mas bien por rupturas, grupos divididos y desavenencias.  Somos una corriente trotskista entre las otras, una corriente revolucionaria entre las otras.  No existe mas un periodo en que le bastaba a la Cuarta Internacional tener la perspectiva para ser presentada frente al proceso revolucionario con la ayuda y el esfuerzo militante, junto al análisis correcto y a una exitosa batalla dentro del movimiento trotskista”.

En otros documentos,  el SU-CI plantea que el modelo que ellos desean es algo similar al de la Primera Internacional.  Es verdad que el CIT en discusiones con el SU-CI y otros  a principios de los 90 sugirió que a la luz de la nueva situación puesta para el movimiento trotskista y el movimiento obrero en general, una organización internacional o un algo similar a la Primera Internacional podría jugar un papel importante.  Esto podría ayudar al proceso de clarificación teórica, iniciando las bases para un trabajo común, etc., sin embargo nosotros nunca percibimos esto como el objetivo y el fin ultimo de los marxistas revolucionarios.  Lo planteamos  como una organización transitoria –como Marx y Engels entendieron originalmente la Primera Internacional- para dar paso una organización posterior mucho más sólida ideológicamente y basada en las ideas del socialismo científico.

Retomar el concepto de la Primera Internacional como un modelo histórico definido para la clase trabajadora de hoy es una equivocación.  Si tal organización se levantara participariamos pero no podriamos disolver nuestras fuerzas, manteniendo nuestras ideas y programa, así como nuestra organización dentro de esta formación.

 

En otras palabras, con la concepción de nuevos partidos de masas de los trabajadores a escala nacional, una  Internacional como esta no constituye, como afirmó Tony Benn (una figura de izquierda en Inglaterra) una “Quinta Internacional”.  Esto deberá ser una reunión de diferentes organizaciones bajo una forma de organización federada que pueda  permitir colaboraciones, discusiones y acciones comunes.  Por lo tanto no seria –dicha Internacional- un fin en sí mismo, en el sentido clásico que los marxistas y trotskistas lo entienden.

 

Esta claro que el SU-CI desechó la idea de una Internacional, dejando de lado este nombre por el momento y planteando que debería ser el “Partido Mundial de la Revolución Socialista”.  El SU-CI sostiene que seria “el núcleo central de dicho partido” o Internacional.   La justificación para esto esta en las llamadas “fallas” del concepto original de una Cuarta Internacional revolucionaria de masas.  Como mostraremos en el próximo capitulo, el fracaso de dicha Internacional en su desarrollo fue a causa de realidades objetivas al inicio de la Segunda Guerra Mundial,  junto con los errores de los dirigentes del SU-CI (después de la muerte de Trotsky) en periodos claves del siglo XX.  El CIT nunca ha creído que la realización de la idea de Trotsky de una Internacional de masas sería conseguida sólo “por el esfuerzo militante, un análisis correcto y una batalla exitosa dentro del movimiento trotskista”.

Una nueva Cuarta Internacional revolucionaria sería producto de una claridad de ideas, que tomaría como punto de partida los métodos de Trotsky y de la Oposición de Izquierda Internacional, continuamente actualizado y reformulado junto a la suma de las nuevas fuerzas de masas.  La precondición para esto es el surgimiento de una nueva generación de jóvenes y trabajadores que, a través de la experiencia, verán la necesidad de dicho partido revolucionario.

 

TSI/SWP

 

La Tendencia Socialista Internacional (TSI), cuya organización mas relevante es el Socialist Workers Party (SWP) de Inglaterra es otro ejemplo de llamados trotskistas que cometen errores políticos y tácticos que afectan y pueden destruir parcialmente el movimiento de los trabajadores y la juventud en la lucha por poner fin al capitalismo.  La TSI/SWP operó durante buena parte de la década de los 90 desde una posición completamente opuesta al SU-CI; fueron ultra-izquierdistas y sectarios.  Sin embargo, recientemente se han movido a la derecha y estan crecientemente ocupando el mismo terreno político del SU-CI.

 

La vision política de TSI/SWP sobre el colapso del muro de Berlín se estrelló completamente con lo ocurrio desde aquel punto clave en la historia.  De acuerdo a ellos nada fundamental ocurrió que decisivamente alterase la realidad confrontada por los marxistas.  De forma impresionante, han ignorado que la conciencia de la clase trabajadora fue afectada por estos eventos.  Como hemos visto antes, esta no fue la vision de la burguesía en aquel tiempo y ahora, como los comentarios de Greenspan citados anteriormente lo indican.  Ante todo, cualquiera con raíces en la clase trabajadora y en sus organizaciones no puede dejar de registrar los cambios que ocurrieron, las dificultades encontradas por los socialistas, las barreras y los ataques contra las ideas del “socialismo”  que dejaron a marxistas y trotskistas aislados.

 

En efecto, la TSI ha pretendido desafiar las leyes de gravedad de la política con el empleo de métodos “voluntaristas” y esto les ha traído frutos en el corto plazo, apelando principalmente a los estudiantes y a la pequeña burguesía radicalizada cuyo ambiente esta muchas veces aislado de los reales problemas y visión de los trabajadores.

Su mala lectura de la situación viene de la falsa base teórica de esta organización:  la “teoría del capitalismo de estado”, desarrollada por su mayor teórico, el fallecido Tony Cliff.  Una teoría que inicialmente aplicó al estalinismo ruso, al Este de Europa, China, etc. C, y ompletamente distintas de las ideas de Trotsky, delineadas en su gran trabajo “En Defensa del Marxismo”.

 

El CIT se  ha opuesto consistentemente a esta teoría y  fue respondida cuidadosamente  en “Against the Theory of State Capitalism” (Contra la Teoria del Capitalismo de Estado) de Ted Grand y recientemente, en trabajo “The Struggle for Socialism Today: A Reply to the politcs of the Socialist Workers Party” (La Lucha por el Socialismo Hoy: Una Respuesta a las políticas del Partido Socialista de los Trabajadores) de Peter Hadden o en “Welcher Weg zum Sozialismus?” de Sascha Stanicic, así como en otras publicaciones del CIT.

 

La TSI/SWP, a pesar de revindicarse en ocasiones de trotskistas, divergió de manera decisiva de la herencia teórica de Trotsky, particularmente en relación a la cuestión clave que es; el carácter de clase de los estados del Este Europeo y de la Unión Soviética bajo el control de las burocracias estalinistas.

Un error teórico, particularmente en una cuestión crucial como el carácter de clase de la Unión Soviética vendría tarde o temprano a reflejarse en una política, métodos y organización erroneos.  Este fue el caso cuando la Unión Soviética colapsó donde se revelo un acercamiento falso a la situación.  Para TSI/SWP, los países del Este Europeo y la ex-Unión Soviética fueron, “estados capitalistas” ,  por lo tanto el fin de estos estados no fue registrado por la TSI como un retroceso histórico para la clase trabajadora, sino simplemente como un “movimiento lateral” y el reemplazo de un régimen capitalista por otro.

Esto llevó a conclusiones falsas, que fueron esbozadas por la sección Alemana de  TSI, en relación a los eventos de 1989 y a la caída del muro de Berlín dijeron: “En lugar de defender la independencia de la RDA (Alemania Oriental) a cualquier precio, los socialistas deberían tener la tarea de impulsar las luchas reales de los trabajadores.  Una huelga general contra las Stasi y por un referéndum de unificación, que serian posibles a inicios de diciembre (de 1989).  Un gobierno revolucionario transitorio surgido de una huelga general tendría la tarea de disolver completamente los aparatos de la Stasi y del antiguo poder y negociar las condiciones para la reunificación con el gobierno de Khol”.

En otras palabras, la sección alemana de la TSI apoyó la reunificación capitalista con todos los terribles problemas que esto significo para los trabajadores alemanes, principalmente los orientales.  El fin de la economía planificada, a pesar de ser corrompida y distorsionada por el estalinismo en declinación, no tuvo mayores consecuencias según esta tendencia.   Según ellos estos eventos no alteraron de ninguna forma el nivel de comprensión y la conciencia de la clase trabajadora.

 

Esta surrealista interpretación de la situación posterior a la caída del muro de Berlín difiere completamente a las conclusiones que hemos planteado antes, que incluia las visiones de sectores avanzados de la clase trabajadora, dentro de los sindicatos, en los partidos social-demócratas, y particularmente en los partidos “comunistas” de aquel momento.

 

En el largo plazo, a pesar del desprestigio del estalinismo, que históricamente degradó al movimiento obrero con sus métodos, purgas, expulsiones masivas, prisiones, etc., este probará ser progresivo.  Porque la economía planificada del Este Europeo y de la Unión Soviética, a pesar del monstruoso carácter totalitario del estalinismo fue relativamente progresista si se compara con el capitalismo.  Citando a Trotsky; “fue en el lenguaje del acero, el concreto y el cemento, con un espectacular crecimiento en el periodo inicial al menos donde  estas economías demostraron las ventajas de la propiedad estatal y de la economía planificada sobre el obsoleto, caótico y anárquico capitalismo”.  Su liquidación fue intensamente sentida por los sectores socialistas y comunistas avanzados de la clase trabajadora a nivel mundial y por razones totalmente opuestas este proceso fue celebrado por los estrategas del capitalismo mundial.  Pero para la TSI, no tuvo ninguna consecuencia fundamental!

 

El Programa de Transición

 

Ahora,  TSI a pesar de su adhesión al objetivo de un “partido revolucionario”  imita al SU-CI en un viraje claramente oportunista, especialmente en Inglaterra, y en fuerte contraste con sus políticas en la década de los 90.  La realidad sin embargo siempre se impone tarde o temprano sobre aquellos en contradicción política.   Hacia fines de los años 90 politicamente TSI se encontraba en una encrucijada y el SWP fue obligado entonces a moderar su ultra-izquierdismo y sectarismo anterior –“no-participación en elecciones”, “destruir el estado” etc.-, cuestión que Peter Hadden trato efectivamente en su trabajo; “The Struggle for Socialism Today; A Reply to the Politics of the Socialist Worker Party”.

 

A la manera de la social-democracia del periodo anterior a 1914, el SWP levantó un `programa máximo` – llamado por la revolución y el socialismo, la destrucción del estado- junto con un `programa mínimo` de reformas cotidianas.  Pero los programas `máximos` y `mínimos` estan separados en la agitación y en la propaganda del SWP.  Trotsky por el contrario y, basándose en las experiencias del Partido Bolchevique,  propuso un programa de demandas transitorias en los años 30.  Este emanaba de la situación económica de dicho periodo donde el capitalismo no podía soportar mas reformas y por esta razón, la lucha por reformas, conducida seriamente colocaba la necesidad para una transformación socialista de la sociedad.

La serie de “demandas transitorias” de Trotsky fueron un puente entre el nivel de conciencia existente de la clase trabajadora y la idea de una transformación socialista de la sociedad.  Pero la TSI, comenzando por Tony Cliff, rechazó esta idea.  Cliff hizo ver claramente sus posición al respecto: “El argumento básico tras las demandas transitorias de Trotsky fueron que la crisis económica era tan profunda que la lucha por incluso pequeñas mejorías en las condiciones de los trabajadores iría a provocar conflictos con el propio sistema capitalista.  Pero cuando la situacion objetiva refuta a este argumento no hay mas sustentación para el programa”.

Ningún programa es formulado sin tomar en cuenta las condiciones históricas concretas.  La aproximación de Trotsky era completamente justificada en la década de los 30.  Pero lo que Cliff no entendió fue el cambio en la situación objetiva que surgió del ascenso mundial del capitalismo en el periodo post-1945, que permitió la conauista de serias reformas para la clase trabajadora.  Incluso bajo esta situacion, contrariando la argumentación de Cliff, la clase trabajadora implemento algunas de las demandas destacadas por Trotsky.  Por ejemplo, durante un periodo histórico los trabajadores italianos implementaron la idea de una escala progresiva de salarios a través de la escala móvil.  El gran desarrollo de comités sindicales en Inglaterra en el periodo pos-Segunda Guerra y en otros países tuvo una realización parcial, aunque de manera muy diferente de la demanda por comités de fabrica del programa de Trotsky.

Pero, las condiciones esbozadas por Trotsky en la década de los 30 estan comenzando a madurar hoy.  Hay una crisis orgánica de la economía mundial capitalista que obliga a la clase dominante a atacar ferozmente los niveles de vida, como ha sido comentado anteriormente.  Esto significa que la lucha por reformas duraderas inevitablemente coloca la cuestión de la transformación revolucionaria de la sociedad.  De ninguna forma esto quiere decir que beneficios importantes a corto plazo sean imposibles, pero serán temporales y no podrán tener un carácter durable a causa del inevitable intento de los capitalistas por retirarlos.  Hemos sido testigos de la insistencia obstinada de la clase dominante francesa, a pesar de haber sido derrotada varias veces en diez años de intentos, por reducir los niveles de vida de los trabajadores franceses e incluso terminar con las 35 horas-semanales, una conquista del periodo anterior.

 

Justo cuando el método de Trotsky comienza a retomar validez, a pesar que el tipo de programa y varias demandas sean diferentes hoy,  debido a varias condiciones, el SWP lo rechaza.  En el pasado, ellos acusaron al CIT, particularmente al “Militant” (hoy Partido Socialista) en Inglaterra, de capitular ante el `reformismo`.  Esto nunca ocurrió; nosotros conectamos, indisolublemente las demandas cotidianas de la clase trabajadora con la idea del objetivo socialista, mencionando la contribución de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.  Algunas veces el SWP llego a hablar de “revolución”, pero hoy cada vez sus actividades diarias consisten en limitar su programa a consignas mínimas como “Impuesto a los ricos” por ejemplo.  Esto va acompañado con un acercamiento acritico hacia las figuras y dirigentes de izquierda.

 

Otro ejemplo de la actitud de TSI es la declaración “Anti-Capitalismo”, escrita por el dirigente del SWP, Chris Harman.  Este trata de manera extensa sobre el movimiento anti-capitalista, pero no realiza ninguna propuesta programática y no menciona en ningún momento el socialismo.  En ninguna parte, Harman hace un llamado por la nacionalización de las empresas multinacionales bajo control democrático de los trabajadores.  En ningúna parte del documento sugiere una economía planificada democráticamente como alternativa al sistema de libre mercado.  Trata al movimiento anticapitalista y al movimiento obrero como si fuesen dos cosas completamente separadas que no pueden unirse.  La necesidad por nuevos partidos de los trabajadores con un programa socialista tampoco es mencionada.

 

El electoralismo del SWP

 

En el pasado el SWP acuso al CIT de “electoralismo” pero  esta acusación no tiene ningún fundamento. En todas las campañas electorales hechas en Liverpool en los años 80, en Coventry en el pasado y actualmente, o las exitosas campañas parlamentarias de Joe Higgins, en Irlanda, el socialismo, la necesidad de una economía socialista, democrática y planificada siempre fue planteada de manera relevante y abierta.  El SWP nunca ha planteado claramente la cuestión del socialismo en las campañas electorales en las que han estado envueltos.

Esto fue reflejado en Inglaterra por el apoyo acrítico a los dirigentes y a la coalición “Respect Unity” de George Galloway.   En ésta, en lugar de defender un programa socialista, se han preocupado sólo en conseguir éxitos electorales.   Un ejemplo interesante de su reticencia a mencionar la letra “S” (de SWP) fue dado por Alex Callinicos, profesor de la Universidad de Nueva York al norte de Inglaterra y uno de sus principales dirigentes.  Quien fue invitado a participar el 30 de junio del 2003 a un debate en el programa de radio BBC-4; “Broadcasting House”, junto a Ruth Lea encargada de política de la organización de empresarios británicos, el Institute of Directors” y a Robert Kelsey un comentarista y autor pro-capitalista.  Al final de la discusión Callinicos fue interpelado sobre cual era la alternativa al capitalismo, pero ni siquiera mencionó la palabra socialismo.  Sonando como como un liberal su respuesta comenzó simplemente planteando que era hora de “moverse fuera del capitalismo”.  Y continuó; “…debemos crear un modelo alternativo”, y prometiendo: “…nosotros traeremos una mejor vía para conducir el mundo”.  Finalmente, cuando fue desafiado por los otros de porque estaba defendiendo algo como la estalinista Corea del Norte, todo lo que Callinicos pudo decir fue “…que hubo varios modos mejores de conducir el mundo”.  La pregunta que salta de inmediato es si Callinicos es o no un post-socialista o si el SWP cree que la palabra socialismo sólo puede ser planteada en círculos limitados y no en una radio nacional.

En su reciente libro, “Manifiesto Anticapitalista” las demandas que Callinicos presenta estan completamente dentro de la estructura del sistema capitalista.  Él exige el control de capitales, pero no llega a la necesidad de nacionalización de los grandes bancos e industrias.  La cuestión de una economía planificada parece ser tomada en cuenta por el libro, pero no como parte de un programa de transición.  Su “programa de transición” tampoco incluye ninguna demanda para el movimiento obrero y ninguna propuesta de estrategia para la clase trabajadora.  Callinicos escribe que estas demandas deberían significar mejorías aquí y ahora y confusamente  plantea la invención de “una lógica social diferente”.

TSI demostro una actitud similar en la discusión del  2004 sobre la necesidad de un nuevo partido de izquierda en Alemania.  Aqui abiertamente se opusieron, no solamente a un programa socialista para el nuevo partido (conocido en junio del 2004 como “Alternativa Electoral-Trabajo y Justicia Social”), sino además contra un debate dentro de la nueva formación sobre esta cuestión.  Argumentando que esto significaría una barrera para que más sectores se sumaran.  Al menos en tres ocasiones, miembros de TSI han intervenido abiertamente contra compañeros del CIT y otros que han querido levantar la “cuestión del sistema”, apoyando a los reformistas.

 

En la lucha anti-capitalista, por ejemplo en Génova, el principal eslogan de TSI/SWP era “Otro mundo es posible”, pero ni siquiera intentaron ligar esto con la idea de un mundo socialista.  Bob Labi, miembro del Secretariado Internacional del CIT que participó en estas manifestaciones comentaba: “Su contingente Irlandés (en Génova) tenía un lienzo llamando por “Acuerdo Justo No acuerdo Libre”, una demanda utópica bajo el capitalismo que intenta pedir un capitalismo “más legal”.  Al ser consultado por el significado de esta consigna, uno de los dirigentes irlandeses respondió; “Porque no disfruta de este evento maravilloso?  Mire cuantas personas estan aquí, no eche a perder ésto”.

En la misma ocasión la agrupación Alemana de TSI, Linkruck, produjo un material especial de nueve paginas bajo el titulo; “Un mundo distinto es posible”, como material informativo para las protestas de la reunión del G-8 en Génova”.  Este documento, que trata de la construcción de un movimiento anticapitalistas con fuertes raíces locales no plantea el problema de cómo llevar este movimiento a un movimiento socialista.  En realidad, la palabra socialista no se utiliza en ninguna parte del documento.

En Inglaterra su principal vocero ha argumentado específicamente contra el uso de la palabra socialismo.  Linsey German se opuso a su inclusión en el programa de la coalición Respect, según el  debido a que la “Alianza Socialista” había fracasado en las elecciones porque mantenía una plataforma socialista!  Sin embargo este cambio de su política no se ha extendido  a los métodos y las aproximaciones que esta organizacion tenia al interior de la alianza hacia las otras que, como siempre,  fueron atropelladas.

Una indicación de la completa falta de habilidad de TSI en estimar correctamente una situación es viendo  como Alex Callinicos, su mayor teórico desde la muerte de Tony Cliff, puede escribir en marzo de 2002 sobre “el aislamiento de los socialistas revolucionarios… en los últimos años”.  Y ésto en Inglaterra incluye los acontecimientos del período de la huelga de los mineros -1984-85-, el magnífico movimiento contra el poll tax, organizado y liderado por Militant, los tumultuosos levantamientos en el Partido Laborista británico alrededor de la figura de Tonny Benn y la emergencia de una poderos izquierda.

Este fue un período de aislamiento pero no para los socialistas revolucionarios genuinos, sino para los sectarios del SWP/TSI, que fueron reducidos a gritar al margen del movimiento real de la clase trabajadora.  Por ejemplo, cuando el Concejo Municipal de la ciudad de Liverpool humilló a la Thatcher en 1984 y logró grandes concesiones del gobierno, el SWP denunció al Concejo de la ciudad en su periódico “Socialist Worker” diciendo que la clase trabajadora había sido traicionada.

 

Por otra parte, mientras la situación objetiva se tornaba realmente difícil y bastante desfavorable, para los socialistas revolucionarios en los 90, ¿que declaró Tony Cliff, por décadas el jefe teórico del SWP?: La década de los 90 fue, de acuerdo con Cliff, “como una reedición de los años 30 en cámara lenta”.   Esto es como el caso de una célebre fábula de la literatura rusa sobre un bobo cantando una marcha fúnebre en un casamiento y una música de casamiento en un funeral.  Esa conclusión, no obstante, fue levantada por Cliff no sólo a inicios de los años 90, cuando no estaba del todo claro cuales serían las repercusiones políticas del colapso del muro de Berlín, sino durante toda la década después.   La visión de Cliff de que nada aconteció significó que las organizaciones miembros de TSI, particularmente el SWP de Inglaterra, podrían continuar con un celo fanático construyendo sus organizaciones –incluyendo una constante rotación de miembros- sobre la premisa de un período de radicalización.  Con la defensa de ideas simplificadas y consignas como “Única solución, Revolución!”, no percibieron de ninguna forma el retroceso en la conciencia general de la clase trabajadora.

 

En aquel momento defender tal acercamiento para  construir la organización  tendría un fuerte costo interno, pues hubo un cuestionamiento inevitable dentro de las filas del SWP/TSI, cuando las falsas perspectivas de esta organización chocaron con la realidad del medio donde sus miembros trabajaban.  La consecuencia fue un giro inevitable del sectarismo hacia el oportunismo y reforzado tras la muerte de Cliff en el 2001.

También en Inglaterra estos giros espectaculares significaron el fin de varias figuras de izquierda o de aquellos que parecían estar en la izquierda, como Ken Livingstone, después de su expulsión del Partido Laborista mientras participaba en la campaña para Alcalde de Londres en el 2000.  Livingstone luego se trasformó en un sólido pilar del Blairismo, lo que preparó la base para su regreso al Partido Laborista.  Luego de su re-admisión, la intención de votos para Livingstone durante las elecciones municipales del 2004 cayó en términos porcentuales de 39% a 34.5%.

En junio del 2004 Livingstone declaraba vergonzosamente que pasaría por encima de los piquetes de los metroviarios de Londres si éstos no desistían de sus demandas en las negociaciones salariales.

Los cuidadosos intentos de las secciones inglesa y escocesa del CIT –el Partido Socialista (Socialist Party)- en organizar la “Alianza Socialista” como una formación con el fin de preparar las bases para un futuro nuevo partido de los trabajadores fue destruida con la entrada del SWP y sus métodos sectarios.

Antes de su entrada, la Alianza Socialista era un intento genuino de diversas organizaciones, en su mayoría pequeñas (con la excepción del Partido Socialista), que comenzaron a trabajar llevando  adelante un frente único con un  táctica limitada, centrada en principio en los procesos electorales.  Todo esto cambió con la entrada del SWP que, haciendo uso de su tamaño, debido a su gran militancia de la pequeña burguesía de Londres y también de sus recursos materiales, insistió en imponer una “línea” única,  pre-determinada por ellos.   Oponiéndose a otros sectores en la izquierda, que apoyaban por ejemplo a RTM (sindicato de trabajadores del trasporte) y su campaña contra la privatización del metro o las elecciones de la Greater London Assembly (una asamblea paralela que fiscaliza las actividades de la alcaldía de Londres) en el 2000, así como a otras campañas sobre problemas específicos que buscaban unir a las organizaciones de izquierda en un frente electoral común.

 

Los marxistas en formaciones amplias

 

Materialmente abundante en recursos, el SWP es ideológicamente pobre cuando intenta elaborar tácticas y estrategias complejas necesarias para lanzar los fundamentos para nuevas formaciones de la clase trabajadora.  El Partido Socialista defendió una organizacion federativa en la Alianza Socialista, en la cual se pudiera desarrollar una comprensión común, confianza mutua y un genuino acuerdo sobre el programa que debiera ser debatido y logrado alcanzar.  Esto fue rechazado totalmente por el SWP, que  quería imponer su enfoque, su programa y sus métodos, cuando ninguno de ellos había logrado ser exitoso en alguna lucha seria de la clase trabajadora inglesa.

Esto no impidió que los dirigentes del SWP actuasen como pavos reales cuando se pronunciaban sobre la “importancia” de su partido.

Demostrado por John Rees en su respuesta a Murria Smith del SU-CI, en un debate sobre “El Partido Amplio, El Partido Revolucionario y el Frente Único”, Rees argumento: “Murria Smith trata el desarrollo del Partido Socialista de los Trabajadores como si esto fuera sólo tangencial al estado de la lucha de clases cuando de hecho es lo central de la discusión y el corazón de la cuestión”.

El Militant, sección británica del CIT, lideró duras batallas de masas contra el gobierno de la Thatcher en Liverpool y contra el odiado poll tax entre 1984 y 1987.  En Liverpool, esto involucró a sectores industriales de la clase trabajadora, que no sólo apoyaron las tácticas y la estrategia central, sino que se unieron al Militant, que en cierto momento organizó a 1000 miembros bajo sus banderas en Merseyside.  Durante la huelga de los mineros en Inglaterra (1984-85), reclutamos a 500 mineros y tuvimos una influencia significativa en áreas claves del NUM (sindicato nacional minero).

En este período, el SWP atacó a quienes  estaban liderando las luchas, algunas veces con tonos de denuncia y en otras ocasiones adoptando un tono totalmente pasivo.  Por ejemplo, en la lucha contra el poll tax, Tony Cliff, durante un encuentro en Escocia sugirió escandalosamente que no pagar el poll tax era igual a no pagar el boleto del microbús!   La consecuencia de esto fue la completa ausencia del SWP en la lucha contra el poll tax y no tuvieron ningún miembro elegido en el Comité Nacional Anti-Poll Tax en Inglaterra.  Pero esto no impidió posteriormente al SWP decir, fuera de los oídos de los simpatizantes de Militant, tanto en Inglaterra como internacionalmente, que ellos habían sido  “los verdaderos líderes de la campaña”.

La consecuencia de ésto fue que por cerca de 20 años su organización fue virtualmente  inmune a las luchas de la clase trabajadora incluyendo sus retrocesos.  Nutriéndose de una dieta de perpetua radicalización, particularmente en la década de los 90 donde, como vimos, no estuvieron en lucha.   Por un tiempo es  posible actuar y crecer para una organización basada en elementos inestables de la pequeña burguesía y no de los trabajadores,  pero ésto inevitablemente se ve enfrentado a un balance, sobre todo cuando la política interna no corresponde con la diaria realidad confrontada por los trabajadores.  En esa situación, un partido como el SWP puede girar de los más profundos métodos sectarios y completamente repelente a los trabajadores y a aquellos en la izquierda; hacia un grosero oportunismo.

Esto se ha reflejado en muchos asuntos: desde la posición de TSI/SW en la Guerra en Irak y sus tácticas en los “Comités contra la Guerra” en Inglaterra o su análisis del Partido Laborista y su carácter de clase.   TSI/SWP giró de una posición a otra: “Durante el largo boom, los Socialistas Internacionalistas (SI), un grupo con poca capacidad organizacional pero con una clara propaganda ideológica fue lo único posible de construir”, según John Rees. El entonces argumenta: “En 1968 el SI creció.  En los años subsiguientes ganó una pequeña pero más real implementación en la clase trabajadora… que se tornó una organización centralista democrática… entonces con un trabajo más abierto y agitativo, incluyendo el establecimiento de un núcleo… estando juntas con la más `leninista` forma de organización partidaria”.  Lo que Rees no esta dispuesto a admitir es que este modo de trabajar los llevó inevitablemente a una colisión con los pocos trabajadores que entraron a sus filas; y que salieron rápidamente.  Por ejemplo, los núcleos en Liecester y otros lugares, fueron arbitrariamente cortados por Cliff, personalmente, mientras tanto los mineros mostraron una mínima independencia con relación a la línea de la dirección.  Aquellos que estaban envueltos en estos grupos fueron invitados a unirse inmediatamente al SWP, pero fueron pocos los que respondieron positivamente a esta oferta.

 

La democracia y el partido

 

El SWP nunca fue capaz de tolerar oposiciones dentro de sus filas.  El CIT y el Militant, que fueron acusados por el SWP y otros de `monolíticos` experimentó sin embargo luchas fraccionales, y permitió derechos totales para todas las fracciones.  Este fue el caso del periodo antes de la salida de Ted Grand en 1992, y también antes de la salida de Sheridam-McCombes de la dirección de la sección escocesa del CIT a finales de la década del 90.  Ninguna de estas posibilidades ha sido dada para la existencia de oposiciones dentro de las filas del SWP ingles.  Estas fueron invariablemente tratadas con suspensiones y expulsiones.

Fue el caso de la expulsión de la sección Americana de la TSI, la International Socialist Organization (ISO) en el 2001.  La oposición política a la dirección de la TSI, con base en Londres alrededor del SWP ingles, fue suficiente para que la ISO (que tenía 1000 miembros) fuera expulsada totalmente, dejando a unos pocos remanentes leales a TSI.  Lo mismo ocurrió con aquellos que simpatizaron y apoyaron a ISO, como la mayoría de la sección griega.

 

En la conformación de TSI, Cliff defendió que ésta no era igual a otras llamadas “Internacionales trotskistas” y que esta sería más democrática.  No habría estructuras internacionales, ninguna elección para cuerpos internacionales o alguna dirección internacional.  La tarea era construir secciones nacionales y unirlas frágilmente, como se planteó en sus orígenes la TSI.  Sin embargo, como las disputas públicas entre la dirección del SWP y la ISO en los EE.UU., estas declaraciones demostraron ser una completa farsa.  La dirección del SWP ingles decidió la `línea` y cualquier oposición era tratada con medidas disciplinarias, sin ninguna posibilidad de réplica por parte de aquellos que eran afectados por su disciplina.  En otras palabras, esta forma abierta, aparentemente menos rígida y por lo tanto más `democrática` de organización internacional, fue exactamente lo opuesto.   Permitiendo a los dirigentes de la mayor sección, el SWP ingles dictar la política, el programa y la organización para el resto de la TSI.

 

Se puede construir una organización de “tontos obedientes” de esta manera,  pero nunca una organización de genuina cooperación y cuadros que sean capaces de analizar y llegar a decisiones independientemente y que es una cualidad indispensable para direcciones genuinamente marxistas y revolucionarias.

Los mismos métodos fueron utilizados arbitrariamente por el SWP dentro de la Alianza Socialista.  Esto los llevoó inevitablemente a un conflicto con las organizaciones que permanecieron después de la salida del Socialist Party (CIT) en el 2002.  Muchas de éstas criticaron nuestra decisión de dejar la Alianza,  pero lamentablemente fueron obligados a seguir nuestros pasos, cuando los métodos del SWP chocaron radicalmente con los procedimientos democráticos elementales de un frente único o los intentos  de colaboración de las organizaciones de izquierda.

Habiendo servido a los propósitos del SWP, la Alianza Socialista en Inglaterra fue destruida.  El SWP luego decidió ponerse al servicio de la recién formada coalición “Respect”, una plataforma para las elecciones europeas en Inglaterra el 2004, alrededor de la figura del parlamentario expulsado del Partido Laborista George Galloway.

 

La expectativa de que esta plataforma pueda ser la base para una nueva iniciativa de masas, un paso para un nuevo partido de masas de los trabajadores, se frustra a causa de los métodos y políticas artificiales y del apoyo al proyecto de Galloway por parte del SWP.

La completa adaptación oportunista en la fase actual del SWP es demostrada más claramente en relación al Partido Laborista.  Rees (del SWP) por ejemplo, argumenta que: “El Partido Laborista aún es de la clase trabajadora y en un sentido crucial, debido a sus miembros, son significativamente de la clase trabajadora”.  Solamente una formación política que nunca experimentó en el Partido Laborista en el periodo en que los trabajadores realmente participaban en su interior o en su periferia y decidían sus políticas y acciones, podría defender hoy este increíble argumento.

 

La participación de la clase trabajadora en el Partido Laborista hoy es mínima y en muchas áreas de Inglaterra es inexistente.  No somos los únicos que decimos esto, Rees debería leer los comentarios de la prensa de izquierda del Partido Laborista como “Tribune”, que reporta regularmente la antipatía con la que sus miembros y ex-miembros ven al Partido Laborista de hoy.  Aquellos que de mala gana adhieren al Partido Laborista son predominantemente la vieja generación, para la cual la inercia histórica, la falta de una alternativa real y la necesidad de evitar un giro  mayor a la derecha es la mayor motivación para participar y votar Laborista.   Pero este partido dejó de ser de la clase trabajadora en su base y en la forma que los marxistas en general lo entendemos.  En el pasado fue en realidad un partido burgués de los trabajadores, con una dirección burguesa o pro-burguesía  pero con una base de la clase trabajadora, particularmente de los sindicatos.

 

De una manera totalmente bizarra el SWP argumenta hoy que aquellos de izquierda y socialistas que aún estan el Partido Laborista deben mantenerse en su interior. Incluso, Liz Davies, anteriormente en la izquierda del Partido Laborista y que colaboró con el SWP por un tiempo en la Alianza Socialista, protestó por los métodos del SWP en una carta presentada cuando abandonó la Alianza:  “En este reporte (de la conferencia del 2002 del SWP) sus dirigentes defienden que los “reformistas” deberían permanecer dentro del Partido Laborista, una perspectiva bastante diferente de la que fue puesta por estas mismas personas cuando me pidieron que ingresara al SWP en el 2001”.

Los inútiles esfuerzos de las direcciones sindicales en Inglaterra por “reivindicar al Partido Laborista” fracasarán.  Como lo planteó uno de los 47 ex-concejales de Liverpool, en relación al Partido Laborista de Liverpool: “Buena suerte para los dirigentes de izquierda si quieren reivindicar al Partido Laborista, el problema sin embargo, es si lo van a encontrar”.   En su posición en relación al Partido Laborista, el SWP esta a la derecha de los mejores militantes luchadores en los sindicatos, como los sindicatos de ferroviarios  y transportes, el RTM, incluso de sus direcciones, que efectivamente se desafiliaron del partido en Escocia, y deberán hacer lo mismo para el resto de Gran Bretaña.  El sindicato de los bomberos (Fire Brigades Unión-FBU) tomó la misma decisión siguiendo una resolución sustentada por los miembros del CIT para el FBU de Irlanda del Norte.  Esto acontece cuando el SWP y sus simpatizantes confunden la situación, en lugar de plantear las cosas de una manera clara y llamando a la desafiliación de un  partido pro-imperialista, degenerado y ya no más de los trabajadores –el Partido Laborista- para  iniciar la construcción de un nuevo partido, el SWP simplemente propone una “democratización” de las bases políticas en los sindicatos.

Los argumentos del SWP hoy son análogos a aquellos levantados por trabajadores confundidos y dirigentes sindicales conservadores en la última parte del siglo XIX, quienes defendían que la clase trabajadora debía mantenerse como un sustento del Partido Liberal y “regenerarlo”!

Los mismos argumentos –“la teoría del mal menor”- son colocados en EE.UU. para justificar el apoyo a los Demócratas contra Bush.  Los simpatizantes norteamericanos del CIT se opusieron vehementemente a esta posición planteando: “Este  argumento puede ser utilizado  no sólo para el 2004, sino para el 2008, 2012 y hasta el 2036 si es necesario”.  En otras palabras la teoría del “mal menor” es un argumento en contra de la construcción de una alternativa independiente de la clase trabajadora que pretende atarla para siempre a los partidos de la burguesía.

 

El intento del SWP por levantar ilusiones en el “reformismo” (que sin duda existe entre los trabajadores) con el apoyo al Nuevo Laborismo es una táctica estéril.  En una era en que la clase trabajadora esta sujeta a ataques feroces por parte de los patrones y de sus gobiernos, el nuevo laborismo procura destruir los niveles de vida.  Cuando el socialismo ha sido removido de la agenda a causa de la campaña ideológica de la burguesía es inevitable entonces que puedan haber amplias ilusiones en una ya lejana era de reformismo, que signifique por ejemplo un incremento en los estándares de vida de la clase trabajadora.

El Partido Laborista en inglaterra es el vehículo de políticas neoliberales feroces que buscan bajar aún más los niveles de vida.  Las diferencias entre el Nuevo Laborismo, los Tories y los liberales demócratas, que aceptan un amplio plan privatizador, son sólo a nivel de comprensión, porque en el papel las diferencias son muy pequeñas.  Como tantos autoproclamados marxistas en épocas pasadas, el SWP adoptó una posición derechista y oportunista con el fin de ganar una influencia política significativa en un corto período de tiempo.  Esta no es la primera vez que ellos emplean esta táctica, en la “era liberal” de esta organización durante los años 60 se adaptaron oportunistamente a todos los tipos de campañas episódicas y particulares sin ningún intento por ligarlas  sólidamente a una alternativa socialista.  Sin embargo existen algunas diferencias en su posición política  actual, la que es conducida cada vez mas hacia las cúpulas de cualquier movimiento y no a su base radicalizada, por ejemplo hacia George Galloway a través de Respect, a Livingstone en el pasado o a figuras significativas anti guerra, etc.

 

A pesar de sus proclamaciones rituales acerca de la necesidad por un “partido revolucionario”, en la práctica el SWP esta experimentando una rápida evolución de su plan inicial.  Como la dirección del SSP en escocia o la LCR en Francia, ésto marca el abandono de sus posiciones originales.  Lo que podría llevarlos a ser los ideólogos en algun momento de la organización y la estructura de una gran corriente, incluso masiva, reformista de izquierda o incluso centrista que pueda desarrollarse en el futuro bajo una crisis económica y social.  Esto no necesariamente significará formalmente el abandono completo de sus anteriores “ideales”, pero en la práctica, en el futuro estos “ideales” serán relegados a la bruma del tiempo.

Ahora, han bajado sus posiciones “revolucionarias” y efectivamente han marginado el mensaje central del socialismo y en su lugar levantan una posición amplia y radical, pensando que ésta es la única manera de llegar a los trabajadores.

 

Hubo varios periodos en la historia en que las ideas del socialismo parecieron estar condenadas a la extinción.  El co-fundador del socialismo científico, Federico Engels, comentaba que luego de la ejecución de Babeuf al final de la Revolución Francesa, sus ideas socialistas y comunistas fueron restringidas a las áreas periféricas de Paris y de otras ciudades francesas.  Sin embargo, los residuos de esas ideas ventilaron una pequeña llama y luego prendieron fuego a la acción de la clase trabajadora por cambios en su situación objetiva con crecimiento de la lucha de la clase trabajadora de Francia y otros lugares.  La clase trabajadora francesa en los movimientos de 1830 y 1848 y en la inmortal Comuna de Paris de 1871 como también en los dramáticos eventos revolucionarios del siglo XX, dieron cuenta del crecimiento inexorable de la clase trabajadora y con esto, de las ideas del socialismo.  El mismo proceso ocurrió en otros países aunque muchos patrones históricos sean diferentes.

La muerte prematura de la clase trabajadora y con ésto de las ideas del socialismo, ha sido proclamada en varias ocasiones, incluyendo como hemos visto a Alan Greenspan hoy.  Los Bolcheviques bajo Lenin y Trotsky en el período que siguió a la derrota de la primera revolución Rusa de 1905-1907, enfrentaron una situación similar a la que enfrentaron los marxistas en la década de los 90.  Los compañeros de Lenin fueron reducidos a un pequeño grupo y él, asi como Trotsky se vieron en la obligacion de combatir las ideas oportunistas, incluso entre las filas de los propios bolcheviques.  Lenin también lucho contra las posiciones ultra-izquierdistas, como el boicot a la antidemocrática Duma zarista, una política que fue adoptada inicialmente por la mayoría de los bolcheviques luego de la derrota de la revolución Rusa de 1905-1907.

 

El reformismo del SWP

 

El reformismo –un programa que restringe la lucha de los trabajadores a las llamadas “medidas posibles” y fortalece la ilusión de que la sociedad puede ser transformada con medidas inplementadas durante un periodo prolongado- ha sido combatido enérgicamente por los marxistas desde el tiempo de Marx.  En la era del capitalismo globalizado, con su programa de ataques neoliberales brutales sobre la clase trabajadora, estas ideas resultan más utópicas de lo que siempre han sido.  Esto no significa que los marxistas no deban luchar por la defensa de mejoras en las condiciones de vida de la clase trabajadora.  Sin embargo, constantemente buscamos explicar que, incluso cuando algunas victorias son logradas, éstas son necesariamente de carácter temporal.  Dadas con la mano izquierda y quitadas con la mano derecha cuando existen nuevamente las condiciones para el despojo por parte de los capitalistas.  Por ésto es necesario construir una poderosa fuerza de la clase trabajadora que pueda llevar adelante una transformación socialista en la organización y el funcionamiento de la sociedad.

 

Las fuerzas del socialismo y del marxismo retrocedieron en números y en apoyo durante  los años 90.  Pero la viabilidad del socialismo democrático y libertador, como el propuesto por Marx, Engels, Lenin y Trotsky, mantiene su validez incluso en un período de relativo aislamiento de las fuerzas que lo defienden.   La marcha de los acontecimientos y el colapso del capitalismo que crea cambios bruscos en las condiciones de vida de la sociedad, en última instancia afecta  la conciencia de la clase trabajadora.  Trayendo de vuelta  a la agenda política a estas ideas.  Como ha sido explicado anteriormente este proceso ya esta en camino y se ira desarrollando a una alta velocidad probablemente antes de la primera década del siglo XXI.  Mientras lucha por el socialismo, el CIT,  esta envuelto íntimamente en las luchas diarias de los trabajadores.

 

A diferencia de otros que estan preparados sólo para comentar desde fuera, el CIT nunca ha vacilado en estar envuelto en las luchas cotidianas de la clase trabajadora, de ahí nuestro triunfo en varios países.  Nuestra sección británica, pionera en varios campos como se mencionaba anteriormente, ha tenido el mejor resultado electoral de los partidos a la izquierda del Partido Laborista en Inglaterra y el País de Gales.  A parte de ésto, en los sindicatos tenemos un número significativo de miembros del Partido Socialista en comités nacionales y en la base más que cualquier otra tendencia de la izquierda británica.  Esto sólo fue posible debido a que nuestros cuadros sindicales y nuestros militantes en general  establecieron fuertes vínculos en áreas locales y dentro de algunos sindicatos.

Al mismo tiempo nunca hemos ocultado nuestras ideas y nuestro programa, nos reivindicamos abiertamente como socialistas y trotskistas.  Y lo más importante, expresamos las ideas generales del marxismo de una forma que pueda ser comprendida por los trabajadores y trabajadorás mas avanzados.

Esto es en general la razón de porqué el CIT a conseguido congregar a algunos de los mejores luchadores de la clase trabajadora en sus filas, aunque todavía es muy poco frente a las tareas que hay por delante.

La TSI, ejemplificada por el SWP ingles, es generalmente vista con sospecha en el movimiento obrero internacional.  En toda gran huelga en Inglaterra, sea esta la reciente batalla de los bomberos, la huelga de los funcionarios municipales o la lucha en Heathrow, etc., cuando los militantes del Socialist Party (CIT) han estado en los piquetes se encuentran invariablemente con la siguiente pregunta: “Ustedes no son miembros del SWP, cierto?”  Solamente después de aclarar que no lo somos, nuestros compañeros consiguen ser escuchados.  La actitud del SWP fue en el pasado acompañada por un acercamiento extremadamente ofensivo hacia los dirigentes de izquierda del movimiento sindical.    Estos eran denunciados como “vendidos” por el SWP, bajo un feroz discurso sectario.  Esto se hacía también durante la década de los 90, con la idea de Cliff de una “vuelta a los años 30 en cámara lenta”.  Su exageración llevó al SWP a decir ridículamente que si ellos hubiesen contado con 15 mil militantes o 30 mil simpatizantes en la masiva manifestación de los mineros el 21 de octubre de 1992 (aproximadamente 100 mil personas participaron en esta manifestación), el SWP pudo haber llevado esta marcha al parlamento, donde los parlamentarios Tories se verían obligados a apoyar el programa de Michael Heseltine e incluso  el gobierno de John Major habría caído!

 

Como hemos visto, esta retrasada política se estrelló  con la realidad de los años 90 y llevó al SWP a girar en 180 grados sobre su propia cabeza hasta llegar a una adaptación total a las figuras de izquierda, bajo su recién descubierta necesidad de la “unidad de la izquierda”.  Esto involucró un acercamiento a figuras radicales de la izquierda en la coalición “Stop the War” y de su último frente el Respect.  Hicieron lo mismo en las elecciones sindicales,  por ejemplo en el sindicato de profesores, el NUT, el SWP se alió a “Camping for a Democratic Fighting Unión” (CDFU), tendencia que no defiende un programa socialista, contra el único candidato serio de la izquierda, Martín Powell-Davis.  El zigzagueo del SWP en su política ocaciona inevitablemente tensiones en sus filas, esto es demostrado en la poca permanencia de sus miembros,  una característica de esta organización que será agravada y puede resultar en mayores quiebres.

 

Con el giro a la derecha el SWP también se acerco al SU-CI.  Argumentando que el núcleo de la “izquierda revolucionaria… esta formado por aquellas organizaciones que lograron sobrevivir a las derrotas de la década de los 80 (?), esto a escala internacional cuenta a los simpatizantes de Tendencia Socialista Internacional (TSI) y el Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU-CI)”.  Con este tipo de comentarios, TSI pretende aislar al CIT de la arena política mundial y su considerable intervención en varios países, que excede a las fuerzas de TSI.

Por otro lado, TSI esta en general compuesta por pequeña burguesía radical, particularmente en Inglaterra.  El Partido Socialista del CIT es menor numéricamente que el SWP en estos momentos (a pesar de que éste  no era el caso en los años 80), pero el Partido Socialista ingles tiene una posición más significativa en las organizaciones de la clase trabajadora y una importante influencia en la conciencia política de la clase trabajadora y del movimiento obrero británico.

 

Las tendencias `morenistas`

 

Otras corrientes trotskistas también fueron incapaces de,  inicialmente, comprender los cambios de la situación en la década de los 90.  Algunas de ellas son remanentes de la tradición `morenista` establecida principalmente en América Latina y que aun conservan  en varios países una significativa influencia en el movimiento obrero.  Tony Saunois (del secretariado internacional del CIT), quien se ha reunido con  algunas de estas organizaciónes varias veces resumió las visiones del CIT en torno a ellas: “Las fuerzas de la tradición morenista principalmente aquellas provenientes de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT) y luego del quiebre; Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT) tiene entre sus filas a trabajadores y jóvenes heroicos.  Lamentablemente, han cometido numerosos errores en el análisis del carácter del período actual.  No enfrentaron la realidad de las condiciones objetivas que se desarrollaron después del colapso del estalinismo.  Algunos simplemente se dedicaron a repetir discursos y consignas de Lenin y Trotsky sin enfrentar la situación real del mundo y las tareas actuales puestas para el movimiento obrero.

Esto fue reflejado especialmente durante el período del colapso del estalinismo.  Basándose en las llamadas “Tesis de los 90”, ellos inicialmente vieron los eventos de 1989-90 como parte de una continua onda revolucionaria internacional!  Por todo un período se negaron a reconocer la naturaleza de lo que estaba aconteciendo en la Unión Soviética y en Europa del Este y, lo más importante,  cuales serían las repercusiones internacionales que esto significó”.

“Recien en el año 96 aceptaron finalmente que Rusia era capitalista.  Incluso en 1995 todavía seguían argumentando que “la caída de las burocracias, mediante acciones revolucionarias de las masas, fue altamente positiva… pues se había destruido el aparato estalinista”.  En el mismo año, su partido brasileño, el PSTU, simplemente planteaba: “El colapso del aparato estalinista mundial es una victoria estratégica para el movimiento socialista de los trabajadores”.

La UIT, que salió de la LIT, aceptó la idea de  restauración del capitalismo un poco antes que la LIT, ésto parcialmente fue logrado debido a las discusiones establecidas con el CIT.    Una sección de aquella agrupación lamentablemente giró hacia una dirección más oportunista, a fin de lidiar con la nueva situación y  como los antiguos miembros del CIT en Escocia, ahora se han manifestado sólo por la construcción de formaciones más amplias, sacrificando la construcción de un partido y en caso mismo de estas nuevas formaciones de una corriente revolucionaria independiente.  Pero la mayoría de la UIT rechazó este acercamiento.

Hoy la CST (sección brasilera de la UIT) juega un papel importante en la formación de un nuevo partido de los trabajadores (PSOL- Partido Socialismo y Libertad), que puede abrir un nuevo futuro para la clase trabajadora brasileña.

Otra organización es el Comité por una Internacional Marxista (CMI) también conocida como Tendencia Marxista Internacional, grupo encabezado por Woods-Grant y que se separó a principios de los años 90 del CIT.  Hemos tratado sobre sus ideas y su creciente degeneración oportunista en documentos como; Los socialistas revolucionarios y la revolución venezolana, elaborado por Tony Saunois.

 

Una Internacional o una casilla postal?

 

Una cuestión vital para los marxistas hoy, es la necesidad de construir partidos revolucionarios que la clase trabajadora irá a necesitar en la lucha por superar el capitalismo y establecer un mundo socialista.  El planeta es controlado por capitalistas despiadados y expertos, muchos de sus gobiernos ya son dirigidos por el re-emergente imperialismo norteamericano, que aterroriza a toda la humanidad alrededor del mundo.

El periódico dominical británico, The Observer, hace algun tiempo reveló el contenido de un documento secreto elaborado por el Pentágono, que alertaba sobre grandes destrucciones ambientales.  Que ocurrirían cambios climáticos que, entre otras consecuencias,  podrían resultar en un “Invierno Siberiano” en Inglaterra dentro de 20 años si la destrucción del medio ambiente continúa de esta forma.

 

La guerra en Irak demuestra la ambición  de la burguesía de  EE.UU. y Gran Bretaña en particular, pero también de Italia y España, que  fueron a la caza de los recursos y las reservas de petróleo del segundo país mayor productor de Medio Oriente.  La “liberación” de Irak es en realidad una ocupación brutal del imperialismo, y específicamente del imperialismo norteamericano.  Los EE.UU., han gastado en defensa lo mismo que invierte el resto del mundo junto.  Esto contrasta de manera obscena con la pobreza masiva y el empeoramiento en las condiciones de vida de partes significativas del mundo y con la perspectiva de empeorar, si el capitalismo y el imperialismo permanecen.

 

La centralización del capital, no sólo dentro de las naciones sino a escala internacional y la colaboración entre los gobiernos burgueses contra las demandas de la clase trabajadora, con el fin de fortalecer las políticas neoliberales,  exige de los trabajadores la organización de acciones comunes para enfrentarlas.   Sin embargo si estas acciones son inmaduras y  restringidas a un solo movimiento opositor, como el medioambiental por ejemplo,  serán fatalmente derrotadas.

Los masivos movimientos anti capitalistas y contra la guerra sacudieron a la elite burguesa mundial, pero sin organización estos espectaculares movimientos seran incapaces de parar la guerra y mucho menos derrotar al centralizado capital.

Esto esta siendo comprendido claramente por sectores significativos de jóvenes y trabajadores que de hecho han participado en estos movimientos.  Por lo tanto la conclusión y las ideas que plantean la necesidad de organización y unidad, o sea de un partido y de una Internacional pueden crecer rápidamente.  Pero la pregunta es, Que tipo de partido construir? y, sobre todo, cual es el papel de los marxistas y trotskistas en este proceso?.

 

La direccion del Partido Socialista Escocés (SSP) defendió claramente la necesidad de un partido amplio, con  lo que concordamos, pero lamentablemente no vieron que todavía seria necesario mantener un núcleo revolucionario al interior de esta nueva formación.  El oportunismo, una adaptación al reformismo, especialmente en un período no revolucionario nunca proclama abiertamente su abandono del marxismo y del trotskismo.  Bernstein, quien revisó las ideas de Marx en una dirección reformista, planteaba incluso que estaba defendiendo las ideas y conceptos de Marx.  También nuestros antiguos compañeros en Escocia aun reivindican mantener sus “credenciales revolucionarias”, sin embargo en la práctica aplican una agenda reformista.

 

Sostuvimos que inevitablemente iban a revisar oportunistamente su programa, sobre todo en torno a la cuestión nacional y la necesidad de una organización revolucionaria.  Lamentablemente nuestros pronósticos estaban en lo cierto, incluso en un lapso de tiempo mucho menor del que contemplabamos.  Al cabo de un tiempo de organizarce como Movimiento Socialista Internacional (International Socialist Movement –ISM) al interior del SSP (Partido Socialista Escocés) la direccion de esta tendencia propuso que esta corriente debía disolverse.  Sin embargo esta decisión se encontró con resistencia al interior de sus propias filas, de parte de militantes que no estaban sincronizados con este proceso.

ISM es ahora una agrupación frágil, que es parte de la dirección del SSP y que han hecho muy poco por impedir un giro oportunista hacia una posición nacionalista, que apoya la independencia capitalista de Escocia y una “Europa Social”.

 

Una situación semejante ocurre con el SU-CI, particularmente en Francia (su mayor sección) y la Liga Comunista Revolucionaria (LCR).  La LCR defiende incluso que ya no es una organización revolucionaria, acomodándose asi al lado de la izquierda social demócrata.   Todo esto se hizo en base a una fácil y temporal popularidad conseguida mediante éxitos electorales.   Esta política oportunista es combinada con una peculiar organización interna que difiere considerablemente con las normas de una organización revolucionaria que trabaja en base al centralismo democrático, una forma de organización interna extremadamente estática prevalece ahora en la LCR.

 

En el plano internacional existen las mismas frágiles concepciones de organización.  El documento del Congreso Mundial del SU-CI; “El papel y las tareas de la Cuarta Internacional, nuevos estatutos adoptados en el 2003” plantea:  “El CI (el antiguo Comité Ejecutivo Internacional del SU-CI) debe continuar jugando su papel de centro de gravedad en el continuo debate con posiciones contrarias.  El debate es totalmente libre, asi como el estatuto que plantea una autonomía de las secciones nacionales, a las que no se les impone ninguna obligación de defender las posiciones sacadas por la mayoría del CI.  Esto es mucho más abierto dada la presencia en el CI de organizaciones externas que contribuyen a nuestras discusiones sin ningún compromiso organizacional hacia nosotros”.  En otras palabras, esta Internacional se ha convertido simplemente en un club de discusión que no impone ninguna obligación organizacional para  tomar y defender  las posiciones concluidas  a través del debate.  ¿Cuan diferente es esto de la descripción de Lenin sobre la degeneracion de la Segunda Internacional como una mera casilla postal y más encima ineficiente?

El SU-CI hoy existe sólo como una organización para el intercambio de documentos internacionales, en lugar de ser un centro internacional para movilizar a los sectores avanzados de los trabajadores y de la juventud y a través de ellos a la clase trabajadora.

 

Una Internacional genuinamente democrática y revolucionaria no “impone” decisiones de arriba hacia abajo a la manera burocrática.  Lamentablemente, el SU-CI hizo esto en el pasado, como lo han hecho otras organizaciones internacionales levantadas bajo la bandera del trotskismo.  Los métodos de Gerry Healy y del Partido Revolucionario de los Trabajadores en Gran Bretaña vienen a la mente, como también los métodos de James Cannon y Joseph Hansen, antiguos dirigentes del SWP norteamericano.

En estos casos, cuando los dirigentes fracasan en convencer a las diferentes secciones de una Internacional, toman generalmente medidas “disciplinarias” e imponen una decisión sin discusión y sin un previo debate.  Esto contrasta con los métodos utilizados en los primeros tiempos de la Tercera Internacional (Internacional Comunista –IC) bajo Lenin y Trotsky.  La Tercera Internacional envolvió a partidos de masas, como el caso de Francia por ejemplo, y realizaba un diálogo y discusiones durante un período de tiempo considerable antes de que una sección nacional fuese presionada para tomar alguna decisión.

Por ejemplo, Trotsky, en nombre de la Internacional Comunista, polemizó con el Partido Comunista Francés (PCF) durante casi dos años sobre la cuestión del “Frente Unico” en el cual el PCF inicialmente se rehusaba a participar.  Solamente después de un debate considerable y con el apoyo de la mayoría de la Internacional Comunista, el Comité Ejecutivo de la IC presionó al PCF a tomar la decisión.  Si asi no hubiese sido, la Internacional Comunista habría pasado a ser sólo un club de discusión y no  una organización internacional combativa.

 

Existen obligaciones y disciplina en cualquier organización o partido, y sobre todo en cualquier partido revolucionario que merezca tal denominación.  Discusiones y debates plenos y la toma de decisiones por parte de la mayoría son necesarias, pero luego las decisiones deben ser seguidas disciplinariamente.  Esto debería ser un axioma para un partido revolucionario, pero no lo es para el SU-CI.

Sin embargo en el caso de una organización federativa, transicional y amplia dicha disciplina rigurosa es inapropiada, pero para una organización que reivindica estar bajo la bandera del marxismo y del trotskismo, formas de organización amorfas y confusas destruyen el objetivo de preparar una fuerza de masas que sea capaz, juntamente con la clase trabajadora, de superar el capitalismo y establecer el socialismo.

El hecho es que tanto el SU-CI como la dirección del SSP  abandonaron esta tarea, una conquista del pasado, y que es el verdadero concepto de centralismo democrático, poniendo en su lugar una forma de organización no revolucionaria y próxima a la social democracia.  El SU-CI plantea la cuestión brevemente: “En una nueva Internacional, la Cuarta Internacional será una entre otras,  esto involucrará definitivamente una cierta continuidad, pero la mayor característica será la refundación sobre un nuevo programa,  cuya renovación, obviamente, lanzara las bases de una nueva constelación social e ideológica”.

 

La autodenominacion “Cuarta Internacional” es utilizada por el SU-CI y no por otras corrientes trotskistas como el CIT, que aún suscribe el concepto de Trotsky de construir una nueva Internacional de masas y revolucionaria.  En todos los escritos del SU-CI, sus dirigentes citan críticas adoptadas del un oportunismo político proveniente de tendencias que fueron trotskistas en el pasado, como el Partido Socialista Democrático (DSP) en Australia o de otros que aun reivindican permanecer bajo la bandera del trotskismo.

Históricamente, el marxismo y el trotskismo han luchado no sólo contra el sectarismo y el ultra-izquierdismo, sino también contra el oportunismo, el reformismo, el centrismo y otros abordajes diferentes del cuerpo de ideas sustentadas por Marx, Engels, Lenin y Trotsky.  Mientras tanto, hoy el SU-CI declara: “Nosotros tenemos la convicción de que será a través de una colaboración sistemática con otras corrientes radicales y no sectarias, especialmente con las nuevas fuerzas y nuevos partidos,  que la nueva internacional atraerá”.

 

 

 

 

El colaboracionismo de clase en Brasil

 

Hacia donde lleva tal abordaje se ve concretamente expresado en el colaboracionismo de clase de los dirigentes de la sección brasileña del SU-CI con el gobierno de Lula.  Dado el giro a la derecha de Lula, ellos concluyeron correctamente que: “La dirección del Partido de los Trabajadores brasileño que por años defendió la lucha de clases y la lucha contra el neoliberlismo esta hoy implementando una política neoliberal exigida por los mercados financieros y por el FMI”, escribe Francois Sabidel, una dirigente de LCR.  La misma afirmación es hecha con respecto a Refundación Comunista en Italia: “Otro ejemplo es el giro de Fausto Bertinotti y la dirección de Rifondazione Comunista en Italia que se prepara  para discutir la posibilidad de una coalición con la centro izquierda, o sea, las fuerzas del “Olivo” y de Romano Prodi, Presidente de la neo-liberal Comisión Europea”.  Desde que estas líneas fueron escritas, la RC acepto un pacto formal con las fuerzas burguesas de la coalición “Olivo”.

En el caso de Brasil, el gobierno de Lula esta tan a la derecha que la broma entre la izquierda brasileña es que él estaria incluso dispuesto a romper con el FMI, pues (el FMI) es muy de izquierda!  El gobierno de Lula, como la sección brasileña el CIT denunció en sus publicaciones, atacó tanto a los profesores como a los funcionarios públicos y esto significó una manifestación de 30 mil trabajadores de todo Brasil en junio del 2003.  En el 2004, los niveles de vida de quienes trabajan descendieron y el salario real se esperaba que cayera en un 15%.  También, una de las grandes decepciones de las masas brasileñas ha sido con el problema agrario.

 

Solo 13 mil familias fueron asentadas antes de finales del 2003, muy por debajo de las 60 mil asentadas que prometió Lula.  Mientras tanto el Ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, era nada menos que militante de la sección brasileña del SU-CI; Democracia Socialista (DS), que permanecia en el cargo de ministro mientras otros miembros de la sección brasilera del SU-CI estaban siendo expulsados del PT!

La más prominente de estos últimos es la Senadora Heloisa Helena y que ahora esta apoyando la formación del nuevo partido PSOL.  Esto ocurre en un momento en que  DS permanece como una tendencia del PT y apoya la posición del Ministro de Desarrollo Agrario en el Gobierno y ademas tiene miembros que son consejeros políticos en el Ministerio de Hacienda.  La  “izquierda” de DS restringe sus demandas dentro del PT a la salida de estos consejeros del Ministerio de Hacienda pero no por la renuncia del Ministro de Desarrollo Agrario.  Esto fue impedido por lo que ahora se presenta como una mayoría de derecha en la DS.

 

Todo esto efectivamente es ignorado por la dirección del SU-CI, que sólo esta preparada para hacer un “debate”, pero no para una cíitica inteligente a sus miembros brasileños que, claramente, estan sirviendo a un gobierno burgués y estan traicionando los intereses de las masas en Brasil.  Que tan diferente es el comportamiento de la sección brasileña del SU-CI al POUM en España que, como todos los trotskistas saben, tubo un papel fatal en el descarrilamiento de la Revolución Española en los años 30?  Sin embargo, el SU-CI es responsabilizado de fortalecer no a un gobierno de `izquierda`, como aquel que supuestamente existió en España en cierto momento de 1936, sino de un claro partido `neoliberal` anteriormente de izquierda, que esta sustentando un gobierno de derecha.  A pesar de todo, Heloisa Helena lanzó, junto a otros tres parlamentarios –Babà, Luciana Genro y Joao Fontes- y con apoyo de Socialismo Revolucionario (CIT en Brasil), un movimiento por un nuevo partido, precisamente porque ninguna oposición en el PT es tolerada por Lula.

 

El mismo silencio diplomático es mantenido por el SU-CI sobre la Rifondazione Comunista (RC) en Italia.  Por un lado, en el verano del 2003, en su Congreso Mundial, el SU-CI saludaron aquello que llaman ser “un significativo rompimiento representado por organizaciones como la Rifondazione Comunista y el Partido Socialista Escocés.  En el caso de RC, sin duda representó un rompimiento significativo cuando fue fundada, pero esto fue en 1991!  Esta no llevó a cabo los deseos originales de sectores de la clase trabajadora italiana, que se levantaron contra el oportunismo de la dirección de DS (anteriormente Partido Comunista) por su degeneración política.  La RC se movió de la izquierda hacia el centro y, durante la última década los miembros del SU-CI dentro de RC hicieron parte de una facción de la dirección.  Ahora, con la apertura de Bertinotti hacia la derecha con su alianza con Olivo, el SU-CI dentro de RC intentó salir en oposición.  Pero, esto fue realizado de una manera muy confusa e incoherente.  Ellos dicen, por ejemplo, que desde finales de junio del 2003 hubo una “Apertura… hacia una alternativa para colocar la problemática de una nueva relación entre la RC y lo que es el Olivo, proyectando una alternativa programática que emerge de la realidad del conflicto y de la oposición social.  Esto no es una relación programática entre dos sujetos, sino una relación entre varios compañeros, abierto a los movimientos de la forma en que los propios movimientos decidan escoger.”

 

Que quiere decir esto!  El SU-CI no hace nada por preparar a los miembros de RC y, en particular, a los simpatizantes pasivos de RC, para el esperado giro a la derecha de Bertinotti.  Al contrario, han actuado apoyando a Bertinotti, esto fue reflejado cuando RC giro a la derecha a través del Olivo.  A causa del vacío político en Italia, es posible que, a pesar de esta derechización, la RC pueda ganar apoyo electoral.  Sin embargo, mientras la inercia de las masas pueda dar apoyo electoral a RC, los trabajadores activos que acompañaron y apoyaron todo este proceso, pueden tornarse pasivos, algunos incluso saliendo de RC.  Su apoyo electoral puede crecer mientras una militancia de base se contrae.  Claro esta, que existen algunas evidencias de que esto esta aconteciendo hoy.  Lo que no significa que el capítulo de RC acabó, pero su presente derechización ciertamente no será una propuesta atractiva para los grandes sectores de la juventud, que estan buscando una alternativa revolucionaria.

 

Los eventos revolucionarios del futuro

 

El papel de una dirección trotskista-marxista es prever los eventos y proponer acciones sobre éstos, incluyendo el examen de la debilidad política de los partidos, de sus programas y el método de sus direcciones.  Inevitablemente, los dirigentes de esos partidos pueden girar a la derecha al menos que se encuentren con corrientes concientes influenciadas por la alternativa marxista.  Por este criterio, el SU-CI fracasó, y continuara fracasando mientras mantenga su actual trayectoria política.  Nada de esto significa que la posibilidad de nuevos partidos de masas de la clase trabajadora, conteniendo un núcleo revolucionario, este fuera de la agenda.  En la búsqueda de una nueva Internacional de masas, que fue la perspectiva del CIT en su fundación, esto se torno menos importante.  Al contrario, las condiciones que llevaron a la fundación del CIT -los eventos revolucionarios de 1968-76, y la emergencia de una nueva generación combativa-  serán superadas por eventos explosivos que se anuncian en la primera década de este nuevo siglo.

Los primeros años de este milenio surgieron bajo un escenario semejante a aquellos del siglo XX.  Fueron años de guerras –la más devastadora de ellas hasta ahora ha sido la de Irak- un venenoso racismo, dislocaciones económicas y crisis.  Aunque todavía hay también un deseo sin igual de parte de la población mundial por una sociedad de plenitud y paz, de armonía social, y de liberación y desarrollo de los talentos de cada uno.  Tal mundo no es posible bajo el obsoleto capitalismo.  Tarde o temprano, parte de la población mundial –comenzando por la clase trabajadora- verá ésto claramente.

Las más grandes revueltas sociales –y la socialista será la mayor en la historia mundial- son preparadas por una minoría valerosa.  Ellos condensan este deseo por cambios en la forma de un programa y en la forma de un consciente, socialista y marxista  partido revolucionario, y con la organización que ésto exige.  Esta es la razón de por que el CIT nació en 1974.  Esto es tan relevante y “moderno” hoy como hace treinta años atrás!  En la era de la globalización capitalista, vemos la emergencia de una embrionaria “globalización socialista”, que sólo puede ser realizada completamente a través de una nueva Internacional revolucionaria de masas.  Esto no envolverá una estéril lucha sectaria entre pequeños grupos.  Necesitará una batalla de ideas frente a los movimientos de masas para la adquisición de respuestas ideológicas claras a los problemas de la clase trabajadora y colocando a ésto las conclusiones tácticas organizativas.

 

 

 

 

Referencias

  1. Comentarios hechos por Alan Greenspan en Bundesbank Lecture 2004, Berlin 13 de enero de 2004. `Bank of International Settlements Review`, marzo 2004.
  2. Karl Marx, Ideología Alemana, Hicitec, Sao Paulo, 1993, p. 52.
  3. Ibid, p. 88
  4. Bob Woodward, `The Agenda: Incide the Clinton White House`. 1994.
  5. International Viewpoint, octubre 2000.
  6. Vercammen, `The question of the party: Trotsky`s weak point`,  International Viewpoint, octubre 2000.
  7. Michael Lowy, International Viewpoint, octubre 2000.
  8. Ibid.
  9. Ibid.
  10. `Cuba: Socialism and Democracy –Debates on the Revolution and Cuba Today`, CWI Publications, 2000 o visite socialistworld.net
  11. Ibid.
  12. Karl Debbaut, `France: Workers on the move`, Socialism Today, junio 2003, puede tambien ser encontrado en www.socialistworld.net/eng/2003/06/28france.html.
  13. International Viewpoint. Noviembre 2001.
  14. `At the heart of the anti-capitalist combat… Relaunch, opening, regroupment and the repositioning` Francois Vercammen International Viewpoint 349-mayo 2003.
  15. Ibid.
  16. Ted Grand, The Unbroken Theread, junio 1989.
  17. Disponible en idioma ingles en www.marxist.net.
  18. `Which Way for Socialism?` 2001, disponible en idioma alemán en el sitio www.sozialismus.info.
  19. Publicado inicialmente en `Sozialismus von unten`(`Socialism from below`), Numero 2, noviembre-diciembre 1994.
  20. Tony Cliff, Trotsky: The Darker the Night, the Brighter the Star, p.300.
  21. Alex Callinicos, The Anti-Capitalist Movement and the Revolutionary left, marzo 2001.
  22. `For the Re-Building of the Fourth International –Joint Declaration of the LIT and the Workers `Intermational` (editado en ingles), diciembre 1995.
  23. Ver «Los Socialistas revolucionarios y la Revolución Venezolana» en www.socialismworld.net y `Militant`s Real History` en www.marxist.net.
  24. `At the Herat of the anti-capitalist combat… Relaunch, opening, regroupment and repositioning`  Francois Vercammen International Viewpoint 349-mayo 2003.
  25. Ibid.
  26. `A New Force`, International Viewpoint, febrero 2004.
  27. `Fourth International: A Congress of Optimism`.
  28. Livio Maitan, International Viewpoint, septiembre 2003.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La historia del CIT

 

 

Introducción a la primera edición de 1998

 

El desarrollo de la crisis económica mundial ilustra como el mercado internacional domina el mundo.  Esta idea básica del socialismo es la razón por la cual todas las organizaciones y partidos genuinamente socialistas se ven como parte integrante de un movimiento internacional.  Mientras el inicio de la construcción de una nueva sociedad puede ser echo en un país específico, una vez que su clase trabajadora haya superado el capitalismo, la construcción de una sociedad socialista plena solo será posible en el momento en que la economía mundial este libre de las amarras del capitalismo.

Esto explica porque desde 1840 han existido diferentes intentos de crear un movimiento internacional de los trabajadores.   La solidaridad es una parte importante del internacionalismo, pero no es la única motivación de los socialistas por crear tal organización internacional.  Una internacional obrera debe ser también un arma política en la lucha contra el imperialismo y por un mundo socialista.

En diferentes momentos fuertes organizaciones internacionales de trabajadores fueron creadas pero, por diversos motivos, todas colapsaron.  El Partido Laborista (Labour party) en Inglaterra es parte de la Internacional Socialista, pero ésta deja de ser socialista de hecho, cuando la mayoría de sus dirigentes apoyó a su propia clase dominante durante la Primera Guerra Mundial.  La Internacional Comunista, creada en la ola de entusiasmo posterior a la Revolución Rusa de 1917, decayó y luego desapareció cuando la camarilla de Stalin arrancó los derechos democráticos y la idea de una lucha internacional.

El Partido Socialista (Socialist Party) en Inglaterra es la sección británica del Comité por una Internacional de los Trabajadores.  El CIT, fundado en 1974, defiende la tradición de Trotsky y su lucha contra el estalinismo y la creación de un `Partido Mundial de la Revolución Socialista`, la Cuarta Internacional.

Hoy el CIT tiene miembros y simpatizantes trabajando en más de 35 países en todos los continentes.

El programa y la política del CIT son decididos democráticamente en un Congreso Mundial, constituido por delegados provenientes de las secciones nacionales.   Este Congreso elige un Comité Ejecutivo Internacional (CEI) el cual decide sobre las políticas entre los Congresos.  El trabajo cotidiano del CIT es tratado por el Secretariado Internacional (SI), elegido por el CEI y basado en el Centro del CIT, que actualmente esta en Londres.

 

Orígenes del CIT

 

Este es un balance general del desarrollo del Comité por una Internacional de los Trabajadores en sus primeros 24 años.  Basado en un discurso echo por Peter Taaffe en la Escuela Europea del CIT en julio de 1997.  Comentarios valiosos también fueron hechos durante la reunión por parte de varios compañeros, algunos con larga trayectoria dentro del CIT.  En particular, Arne Johansson de Suecia, Angela Bankert de Alemania, Francois Bliki de Bélgica y muchos otros que hicieron aportes importantes sobre la historia del CIT.  Mientras fue posible, sus comentarios han sido incorporados en el texto.  Este no pretende ser un balance completo del trabajo del CIT durante dos décadas y media, que aún es ansiosamente esperado.  Sería necesario que un compañero tenga la posibilidad de realizar esta tarea en un futuro próximo.

 

Fundación, 1974

 

El CIT fue fundado en una reunión con 46 compañeros de 12 países en abril de 1974.  Este no fue el comienzo del trabajo internacional de los simpatizantes del Militant británico (hoy Partido Socialista), quienes fueron los principales incentivadores de la fundación del CIT.  Varios esfuerzos fueron hechos durante los diez años anteriores para entender la influencia de las ideas de Militant internacionalmente.  Incluso con sólo un contacto internacional, el Militant siempre procedió a través de un punto de vista internacionalista.  Una internacional es, primero que todo, ideas, un programa y una perspectiva.  Las ideas generales son el sustento de cualquier organización.  Sobre esto corre el tipo de organización necesaria.  Por lo tanto, la historia del CIT, tal como de Militant, es la historia de las ideas de ese cuerpo, en contraste con las ideas de otras organizaciones marxistas.

La necesidad de una organización internacional brota del propio desarrollo del capitalismo.  El gran mérito histórico del capitalismo fue desenvolver las fuerzas productivas, de las cuales la clase trabajadora es la más importante, y unir a las naciones individuales a través del mercado mundial.  El internacionalismo, como apunto Marx, surge de la situación específica creada por el capitalismo, a saber, la creación del mercado mundial y la clase trabajadora mundial.  Esta idea es incluso más importante hoy, en un periodo de globalización.  La estrecha relación entre empresas, continentes y diferentes economías nacionales a escala mundial se ha desarrollado en una extensión que Marx, Engels, Lenin y Trotsky jamás imaginaron.

 

Primera Internacional

 

El primer intento por construir una internacional fue, claro, realizada por Marx y Engels con la fundación de la Primera Internacional.  Marx trató de congregar en una organización internacional a los más avanzados sectores de la clase trabajadora: Los radicales franceses, los sindicatos británicos y también a los anarquistas rusos.  Un gran trabajo fue realizado por la Primera Internacional, culminando en la heroica Comuna de Paris.  Engels planteo que la Primera Internacional fue `intelectualmente` responsable por la Comuna de Paris aunque no haya puesto un dedo en su creación.

Este primer gran intento de la clase trabajadora por establecer su propio estado hizo que la burguesía temblara.  Ellos ahogaron en sangre a la Comuna y dirigieron una caza de brujas contra aquellos que fueron responsables, principalmente todos los líderes y miembros de la Primera Internacional.  Pero la derrota de la Comuna de Paris también coincidió con una recuperación del capitalismo y una seria crisis en la Primera Internacional, especialmente por el papel de los anarquistas, liderados por Bakunin.  Marx y Engels encabezaron una lucha victoriosa contra las ideas anarquistas pero, junto a las actividades corrosivas de los anarquistas, el desarrollo del capitalismo mundial crea ilusiones reformistas en aquellos, como los líderes sindicales británicos, responsables de la división y fragmentación de la Primera Internacional.  Marx y Engels concluyeron, entonces, que la Primera Internacional había cumplido su trabajo; establecer la idea del internacionalismo y de una internacional en la conciencia de la clase trabajadora.  Pero ellos también concluyeron que, habiendo cumplido su histórica misión, esta debía ser disuelta luego trasladar su sede a Nueva York.

 

Segunda y Tercera Internacional

 

En el periodo que sigue se vio la creación de partidos de masas de la clase trabajadora.  Estos partidos fueron influenciados principalmente por las ideas de Marx y Engels.  Este proceso culmina con la fundación de la Segunda Internacional  1889.  Esta organización se desarrollo en una fase progresiva del capitalismo.

Decenas de miles trabajadores fueron movilizados por esos partidos, atraídos por las ideas del socialismo y prendiendo algunas de las enseñanzas básicas de clase.  Pero debido a las condiciones objetivas –el proceso constante del capitalismo en el desarrollo de las fuerzas productivas- los dirigentes de los partidos que se habían adherido a la Segunda Internacional colaboran con los capitalistas, buscando compromisos, lo que se trasformó en una constante.    En efecto, esta capa se elevó por sobre la clase trabajadora, con consecuencias catastróficas, una vez que la fase de progreso capitalista se estanco.   Esto fue claramente contemplado en el inicio de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de los dirigentes de los partidos de la Segunda Internacional apoyo a su propia burguesía en la batalla  sangrienta de la guerra.

Los adeptos al internacionalismo genuino fueron reducidos a un puñado.  Algunos que talvez sientan, que los internacionalistas genuinos hoy estan muy débiles debido al colapso del estalinismo y de la ofensiva ideológica de la burguesía, deberían tomar en cuenta la situación de Lenin, Trotsky, Connolly, MacLean, Liebknecht, Luxemburgo y otros marxistas genuinos, durante la Primera Guerra Mundial.  En la conferencia de Zimmerwarld, que reunió a aquellos que se opusieron a la Primera Guerra Mundial, el chiste dice que los delegados cabían en dos vagones de tren!  Sin embargo dos años después estallo la Revolución Rusa, y dentro de nueve meses, los bolcheviques estaban en el poder y el primer estado genuino de los trabajadores fue establecido.  Con esto se iniciaron  los “diez días que estremecieron al mundo”.

Con la Revolución Rusa llegó, en 1919, la creación de la Tercera Internacional.  Si alguien tiene dudas sobre los efectos de la revolución rusa, lea la trilogía USA de John dos Pasos.  El da varias impresiones de la prensa norteamericana sobre la revolución rusa.  No solo los diarios de la prensa sensacionalista, sino también los periódicos conocidos como “responsables y bien informados”, como The New York Times, que imprimió titulares como “Lenin asesina a Trotsky” o “Trotsky mata a Lenin”.  Más patético fue el titular que anunció: “Trotsky mata a Lenin en una pelea de borrachos”.  Los trabajadores húngaros intentaron seguir a los rusos, como lo hicieron los trabajadores alemanes e italianos.  De hecho, el conjunto de la clase trabajadora europea estaba motivado en esa dirección.  Trotsky realizó un análisis profundo de las causas de la degeneración de la Tercera Internacional en el libro `La Revolución Traicionada`; que no podemos reproducir en forma detallada.  Las principales causas fueron el aislamiento de la revolución rusa y del desarrollo de un estrato privilegiado que usurpó el poder político, a la derrota de la revolución alemana y la posterior traición a la clase trabajadora con la llegada de Hitler al poder consolidaron la contra-revolución política hecha por la elite estalinista.

 

Cuarta Internacional

 

El colapso político de la Tercera Internacional lleva a Trotsky a colocar la necesidad de una nueva Internacional.   Pero la conferencia de fundación no tuvo lugar hasta 1938.  Esto no fue accidental.  Este paso estaba basado en la perspectiva desarrollada por Trotsky y el movimiento trotskista de una nueva guerra mundial.

Como consecuencia, contemplaba una fuerte ola revolucionaria sobre Europa Occidental.   Estaba absolutamente correcto en ésto, como demostraron los eventos de 1944-47.   Estos comenzaron con la revolución italiana en 1943-44 y fue seguida por los eventos revolucionarios de Francia y otras convulsiones por Europa.   Pero Trotsky no pudo anticipar que el estalinismo saldría fortalecido de la guerra y que el imperialismo estaría seriamente debilitado.

Como parte de este proceso, los partidos comunistas, que participaron y muchas veces encabezaron la lucha contra Hitler, Mussolini y el fascismo, aumentó su apoyo de masas.  La social-democracia también se fortaleció.  Todo el poder invertido en estas organizaciones por una clase trabajadora movilizada permitió a sus líderes salvar al capitalismo en una coyuntura histórica crucial.  La contra-revolución capitalista fue hecha, no de forma militar o fascista, sino principalmente por medios `democráticos`.  La social-democracia, el estalinismo y los partidos de masas que se basaron en estas ideas, salvaron al capitalismo en Europa Occidental en este periodo y, en efecto, lanzó las precondiciones políticas para el comienzo de un avance del capitalismo mundial en la situación post-1945.

 

Después de Trotsky

 

Como todo trotskista, nosotros hemos sacado raíces en el propio Trotsky.  Nosotros en Gran Bretaña, por ejemplo, venimos de la Liga Obrera Internacional (WIL en sus siglas en ingles), formada en 1937, y del Partido Comunista Revolucionario (RPC), de 1944.  Veíamos que los análisis de este partido y de sus dirigentes, como Ted Grand, Jock Haston y otros, eran más aterrizados que el de otras perspectivas.  Ellos anticiparon el desarrollo de los `estados obreros deformados` del este europeo y de China, al respecto, la dirección de la `Cuarta Internacional`, Ernest Mandel, Michael Raptis (Pablo), Pierre Frank y otros, planteaban que este fenómeno –la creación de `estados obreros deformados`- era una imposibilidad.  Frente a la realidad, sin embargo, ellos cambiaron completamente.  Moviéndose entonces hacia el otro extremo y, Tito en Yugoslavia, se trasformó en un `trotskista inconsciente` como también Mao Tse Tung.

Es claro que los dirigentes del RCP cometieron errores.  No existe dirección infalible, Ted Grand, por ejemplo, caracterizó, principalmente, a los regímenes del este europeo, como Polonia o Checoslovaquia, como `capitalismo de estado`.  Sin embargo, luego revisó su posición, reexaminó los trabajos de los grandes maestros, como Marx, Engels, Lenin y Trotsky, llegando a una conclusión correcta de la situación de estos estados.  Tony Cliff, por otro lado, mantuvo la doctrina del capitalismo de estado.

Los dirigentes del RCP también se equivocaron, en nuestra opinión, al entrar al Partido Laborista en 1959-50.   La mayoría, liderada por Grand y Haston, argumentó que no había condiciones para entrar en el Partido Laborista.  El gobierno laborista de 1945 estaba, haciendo reformas, con la creación del estado de bienestar social, etc., y había indicios de una recuperación de la economía mundial.  Habría sido más correcto permanecer como un partido independiente, con  la mayoría de los esfuerzos de los trotskistas, en aquella fase, dirigidos hacia el trabajo sindical en la industria.  Pero la capitulación de Jock Haston llevó a la desintegración de la mayoría y, en la práctica, a la capitulación también de Ted Grand a la política errada de Gerry Healty de entrismo en el Partido Laborista.  Sin embargo, debido al inicio del boom de la post-guerra, incluso una poderosa organización marxista habría sido aplastada.  La situación objetiva en ese período, y para un futuro probable, favorecía tanto al reformismo como al estalinismo.

 

El Congreso de 1965 del SU-CI

 

Mi generación entra en escena a finales de los años 50 y comienzo de los 60.  Yo ingresé a la organización en 1960.  Teníamos una base entre los trabajadores en Liverpool y también una base entre un sector bastante promisorio de estudiantes que entraron a nuestra organización de la Universidad de Sussex.  Fuimos forzados a una fusión sin principios con la organización de Mandel en Gran Bretaña, el Grupo Internacionalista (Internationalist Group), y posteriormente con el Grupo Marxista Internacional (IMG), a mediados de 1964.  Trotskistas en aquel tiempo se decían (irónicamente) “infelices con las fusiones, felices con las divisiones”.  De hecho, a finales de 1964, después de 6 meses de unidad sin bases de principios, hubo una división.  Con el objetivo de aclarar los motivos del quiebre, Ted Grand y yo fuimos al Congreso del SU-CI en 1965.  Nuestros argumentos para continuar siendo la única sección oficial británica del SU-CI fueron rechazados.  Esta decisión estuvo en la traición, lamentablemente, de los dirigentes que preferían a los seguidores capaces de reproducir su línea, en lugar de tener colaboradores genuinos, incluso con diferencias políticas serias.  Nuestra tradición fue siempre tratar de argumentar sobre las diferencias políticamente.  El tono para el SU-CI fue dado por el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) de los EE.UU.  James Cannon fue un dirigente hábil, pero poseía un cierto trato zinovieista, es decir, manipulador.  Un acercamiento honesto sobre las diferentes secciones del SU-CI era extraño para esta dirección.

El Congreso del SU-CI tuvo lugar en la Montañas de Taunus, en Alemania, durante noviembre / diciembre de 1965.  Enviamos documentos alternativos y enmiendas para la dirección.  Teníamos diferencias con relación a la perspectiva actual sobre el capitalismo y la economía.

Mantuvimos, creo que correctamente, que las ideas de Mandel eran neo-keynesianas en contenido.  Tambien diferimos de ellos en las perspectivas para el Mercado Común, como se denominaba la Unión Europea en aquella época.  La dirección del SU-CI claramente creía que el capitalismo europeo estaba pronto a “despegar”, que el capitalismo conseguiría unificar a Europa.  También diferimos de los análisis del mundo colonial y semi-colonial.   Apoyamos las luchas de liberación nacional, incluso bajo la dirección burguesa pero, de ninguna forma, dar un mínimo de apoyo político a las direcciones de esos movimientos.  El SWP americano, que era entonces parte de la dirección del SU-CI, planteaba que Fidel Castro estaba, más o menos, haciendo las tareas como un genuino trotskista en aquella altura.  No había necesidad, de acuerdo al SWP americano, de una revolución política en Cuba, con la creación de soviets y la elección de los cargos de dirección, el derecho a ser revocado, etc.  Durante el congreso, la dirección reconoció que hubo una diferencia entre Mandel, por un lado, y del SWP americano, por otro lado, con relación a Cuba y a Mao Tse Tung.   Cuando cuestionamos a Mandel sobre una fórmula en su documento respecto a la necesidad de un `movimiento anti-burocrático` en China, este admitió que el SWP americano planteaba que era necesaria una revolución política, pero que Mandel, Maitain y Frank no estaban de acuerdo.  En general, sin embargo, a pesar que de hecho nuestros documentos eran la única oposición real en el congreso, no hubo casi ninguna mención de éstos en los debates y nadie se dio el trabajo de discutir nuestras ideas.

Refutando nuestros argumentos, Mandel y cia, reconocieron a dos grupos simpatizantes del SU-CI en Gran Bretaña, nosotros e IMG.  Esto no tenía precedente en la historia del movimiento trotskista.  Mientras había ejemplos de secciones oficiales y grupos simpatizantes siendo aceptados, no había precedentes de una sección oficial dejando de ser reconocida, menos aun en igualdad a un grupo simpatizante.  Esto fue una forma de expulsión, ante todo, desleal y deshonesta.  Decidimos que ya era tiempo de salir de esta organización y de las luchas internas de estos sectores que se describían como `trotskistas`.

 

Fuera del SU-CI

 

Intentamos ser coherentes con los consejos de Marx y Engels a sus seguidores en Alemania en los años de 1870.  Escribiéndole a Bebel, uno de los dirigentes del que se trasformo luego en el gran Partido Social Demócrata de Alemania, Engels comento en 1873: “Es fácil prestar bastante atención en un rival y tener siempre el habito de pensar en el primero.  Pero tanto la Asociación General de los Trabajadores Alemanes como el Partido Social Demócrata de los Trabajadores, juntos, constituyen sólo una pequeña minoría de la clase trabajadora alemana.  Nuestra visión, que fue confirmada por una larga experiencia, es que la táctica y la propaganda no tienen que ajustarse para captar aquí y alla algunos militantes aislados del adversario o algunos grupos de militantes,  sin influenciar a las grandes masas que aun no se unen al movimiento.  La energía virgen de un solo individuo sin formación que captamos de las masas menos conscientes vale mas que el de los trásfugas de los `lasallianos`, que siempre traen hacia el partido los gérmenes de sus conceptos erróneos” (Los `lassallianos` eran los seguidores de Ferdinand Lassalle, que fundo la Asociación General de los Trabajadores Alemanes, en 1863):

Marx comento antes, en 1868, que: “Las sectas ven su razón de ser en `la cuestión del honor` no en aquello que hay en común (enfatizado por Marx) con el movimiento de la clase sino en su idea particular que es la divisora entre una secta y el movimiento”.

Decidimos enfrentar en Gran Bretaña, Alemania, Irlanda, Suecia y en otros lugares la tarea de ponerse en contacto con trabajadores, principalmente trabajadores jóvenes, que tenían interés en las políticas de izquierda y podrían ser ganados para una posición marxista y trotskista.

Había varios buenos compañeros en los pequeños grupos trotskistas, muchos con potencial, pero las oportunidades de trasformarlos en marxistas con formación y practica adecuadas fueron perdidas por los errores de las direcciones de esos grupos.

 

La guerrilla y el SU-CI

 

Teníamos diferencias fundamentales con la posición del SU-CI sobre el papel de los estudiantes en la revolución, y particularmente sobre el guerrillerismo.  Su posición sobre la guerrilla resulta en la destrucción de muchos potenciales buenos luchadores revolucionarios.  No se trata de criticar un problema post ipso, pues polemizamos con el SU-CI ya en aquel tiempo, cuando estaba envuelto en aventuras sectarias en América Latina y en otros lugares.  En enero de 1972, por ejemplo, cuando fue revelado que había una división entre las principales secciones europeas del SU-CI y los seguidores del SWP americano, utilizamos la oportunidad para explicar nuestra posición a través de literatura del partido para los compañeros y armarlos teóricamente contra las ideas de Mandel y otros.

El principal defensor de la guerrilla, al menos públicamente, fue Livio Maitan.  Citaremos solo algunos trozos de un documento escrito en 1972, con nuestras criticas a su posición: “Este pequeño texto es para familiarizar a los compañeros con la presente evolución del Secretariado Unificado (SU-CI), la organización de la cual fuimos expulsados en 1965.  Los documentos internos del SU-CI que llegaron a nuestras manos, revelan una división entre las principales secciones europeas del SU-CI y el SWP americano.  La cuestión central que polarizo a estas tendencias es la guerra de guerrillas (pero no solo eso) y la actitud tomada por su organización sobre este problema.  Esto es de interés especial para nuestra tendencia porque fue una de las cuestiones que tratamos de plantear en el Congreso Mundial del SU-CI de 1965.  El tema fue analizado a fondo en nuestro documento sobre la revolución colonial que presentamos al congreso.  Fue rechazado y ni siquiera hubo un debate” (Ver nuestro documento sobre la revolución colonial y el informe del Congreso)

“Miatan da innumerables citas de los grandes maestros marxistas.  Marx, Engels, Lenin y Trotsky son transformados por las manos de Maitan de maestros del socialismo científico en románticos guerrilleros que antecedieron a Guevara, Debray y similares como proponentes de la idea del campesinado basada en operaciones guerrilleras.  Entonces, en una replica a una critica del SWP, Maitan coloca extractos fuera de contexto de Engels, Marx y Lenin para demostrar la valides de la guerra de guerrilla!  Él cita, por ejemplo la introducción de Engels para `La Lucha de Clases en Francia` de Marx, que se refiere a la insurrección como un `arte`.  Engels estaba tratando de los problemas de un levantamiento del proletariado en las ciudades!  Donde los grandes maestros del marxismo apoyaron conflictos de guerrilla, fue solo como auxiliar del movimiento de la clase trabajadora en las ciudades.  El intento de Maitan por utilizar artículos de Lenin sobre la guerrilla en 1906 esta completamente distorsionado.  Este hace aparecer a Lenin mas como un teórico populista (SRs o Social-Revolucionarios) al ver a la guerrilla y al movimiento campesino como el principal factor en la situación de aquel tiempo, por sobre los bolcheviques.  En realidad, el Partido Bolchevique lleva delante de manera insistente una batalla precisamente contra estas ideas, insistiendo en el papel principal del proletariado industrial, mientras daba apoyo a los movimientos campesinos en las áreas rurales intentando atraerlos para la influencia del proletariado”.

“Trotsky elaboro esta idea en su libro sobre la revolución permanente y en varios artículos sobre la incapacidad del campesinado, debido a su posición social, su falta de cohesión, etc., para tener algún papel independiente en la revolución; o apoya al proletariado, como en la revolución rusa, o a la burguesía”.

“Lenin apoya ciertamente a la guerrilla en 1906, como un auxiliar cuando él considero que la revolución estaba avanzando.  Después, cuando quedo claro que esta retrocedía, Lenin se opuso a la continuación de la guerra de guerrilla, como lo hizo con aquella facción al interior de los bolcheviques que boicotearon y se opusieron a cualquier participación en la Duma zarista y a la posibilidad de incluso un limitado trabajo legal.  Él lo trataría como un insulto si, a causa de estos artículos, fuese acusado de proponer una teoría de guerrilla como Maitan esboza” .

 

“La posición es aun peor en el caso de Trotsky: `Sobre la cuestión mas especifica del conflicto de guerrilla, Trotsky comprendió la importancia del campesinado armado independiente en la segunda revolución China (SU-CI International Information Bulletin, enero de 1968, p.13).  La impresión que da es que Trotsky saludo a la guerrilla campesina en China entusiasta y acriticamente.  En realidad, como los siguientes extractos iran a demostrar, él estaba preocupado debido a que la base social del Ejercito Rojo era predominantemente campesina,  podría entrar en colisión con el proletariado si derrotase a Chiang Kai Shek y entrase a las ciudades: “Una cosa es cuando el Partido Comunista, basado fundamentalmente en el proletariado urbano, se esfuerza a través de los trabajadores para liderar la guerra campesina.  Es una cosa completamente distinta cuando algunos miles e incluso decenas de miles de revolucionarios asumen la dirección de la guerra campesina y pretenden ser comunistas o ganar el nombre sin tener un apoyo serio del proletariado.  Esta es, precisamente, la situación en China.  Esto aumenta al extremo, el peligro de conflictos entre los trabajadores y los campesinos armados…  No es posible que las cosas caminen de una manera en que todo este capital sea conducido en cierto momento contra los trabajadores?… El campesinado, incluso cuando esta armado, es incapaz de conducir una política independiente” (La Guerra Campesina en China, 1932)

“Como sabemos, el llamado “Ejercito Rojo” realmente ataco y mato a los trabajadores que se levantaron en las ciudades con el objetivo de apoyar a este ejercito.  Debido al impasse de la sociedad China, los estalinistas chinos fueron capaces de usar al ejercito campesino para maniobrar entre las clases y construir un aparato de estado a la manera de Moscú”

“Y como si hubiese sido escrito hoy, Trotsky respondió los argumentos `guerrilleristas`… cuando llama la atención en este pasaje: “Los narodniques rusos (populistas) acusan constantemente a los marxistas rusos de ignorar al campesinado, de no realizar trabajo en las aldeas, etc.  A esto los marxistas responden: `Vamos a estimular y organizar a los trabajadores avanzados y a través de ellos debemos movilizar a los campesinos`.  En general, este es el único camino posible para un partido proletario”

 

“Estos principios fundamentales del marxismo nuca fueron colocados, por ejemplo del rol social de la clase trabajadora, organizada en la industria a gran escala, siendo la única clase capaz de desarrollar la cohesión y conciencia necesaria para llevar las tareas de la revolución socialista”

“Al contrario, habiéndose inclinado al sentimiento del guerrillerismo rural dentro de sus propias filas, esta a un paso de saludar los últimos eventos de la guerrilla urbana como un avance: `También visualizamos la posibilidad de conflicto de guerrilla esencialmente urbano y de lucha armada`. (SU-CI International Information Bulletin, p.17).”

“Una de las ideas que ha sido defendida desde los inicios del movimiento marxista fue el protagonismo de las masas del proletariado como la principal fuerza para la revolución social, al contrario de lo que defendían los anarquistas y terroristas.  Ningún auto sacrificio individual o pequeños grupos armados con bombas y pistolas es capaz de derrotar al sistema capitalista.  Al contrario, el terrorismo individual puede traer una ola de represión sobre todo el movimiento obrero, como ha sido el caso de una serie de países de América Latina y en Québec recientemente…”

 

“Hansen, por el lado del SWP en respuesta a los argumentos de Maitan y Mandel, brindo un indicio crucial de la orientación abiertamente `guerrillerista` actual de la mayoría de su propia organización internacional.  Varios argumentos correctos son hechos contra la mayoría con los cuales podríamos… concordar.”

“Sin embargo, las criticas de Hansen son al mismo tiempo similar a las posiciones que el y SWP mantenían ayer y que no han abandonado totalmente.”

“Muchas de estas ideas e incluso las formulaciones que tienen relación con el rol de la guerra de guerrillas y, en consecuencia, del campesinado, son sacadas de nuestros documentos presentados en el Congreso Mundial de 1965.”

 

“Si el SWP reivindica ahora que mantuvieron consistentemente esta posición deberían explicar por que se opusieron a nuestro documento presentado en el Congreso Mundial donde es dada una perspectiva marxista clara con relación a los desarrollos en el mundo colonial y semi-colonial.  Nuestra posición era la única que partía de las ideas fundamentales del marxismo, la primacía de la clase trabajadora y la necesidad de que los cuadros marxistas se arraigaran en el proletariado.”

“En realidad la orientación pro-Castro y por lo tanto pro-guerrillas es uno de los temas en el documento de Hansen.  El cita con aprobación el anterior documento de reunificación en 1963 que fundo el presente Secretariado Unificado: `El conflicto de guerrilla sobre una dirección que se compromete a llevar la revolución hasta su final, puede jugar un papel decisivo en minar y precipitar la caída de un poder colonial o semi-colonial.  Esta es una de las principales lecciones a ser sacadas de la experiencia posterior a la Segunda Guerra Mundial.  Debe ser incorporado conscientemente en la estrategia de construir partidos revolucionarios marxistas en países coloniales”.

 

“No hay ningún intento, como hemos planteado en nuestro material, de, antes de todo,  colocar la principal estrategia de las tendencias marxista en esos países de concentrar primeramente las pequeñas fuerzas disponibles entre los trabajadores industriales, mientras tanto, por supuesto, brindar toda la asistencia a las acciones armadas de los campesinos y tratar de unir estos movimientos con los trabajadores organizados.  Las `experiencias` referidas son aquellas de Cuba, Argelia, etc., de los métodos del conflicto de guerrilla rural…”

“Talvez el punto más oportuno en todos esos documentos es aquel realizado por Hansen contra Maitan: «Uno de los dos itemes en la evolución del pensamiento del compañero Maitan puede verse en los desarrollos en la sección italiana de la Cuarta Internacional cuando, si él estuviera bien informado, gran parte de la juventud fue perdida para una corriente maoísta»! (SU-CI International Information Bulletin, p.22).”

 

“Esta sola declaración es una evidencia clara de las criticas que hicimos en el Congreso de 1965 y en nuestro documento sobre la disputa sino-soviética  y la revolución colonial (escrito por Ted Grand).  Donde alertamos:  `Ninguna concesión puede ser hecha para el nacionalismo degenerado de todos los brazos del estalinismo… Aquellos compañeros que sueñan con un acercamiento más `fácil` se estan ilusionando.  No es posible imaginar un acercamiento sobre una `actual`, `moderna` y oportunista línea, mientras una aproximación revolucionaria es dejada de lado”.

“Por que algún cuadro del lado ruso o chino se acercaría a la Cuarta Internacional al menos que esta tenga algo que ofrecer?  Que tenemos que ofrecer en este momento a excepción de las teorías de los maestros, reforzada y enriquecida por la experiencia de las ultimas décadas? (Colonial Revolution, p.25-6)”

 

“La posición pro-china del conjunto del SU-CI no solo fracasa en ganar sectores de los Partidos Comunistas para una posición critica a Moscú sino, por el contrario, resulto en la partida del  sector de la juventud italiana del SU-CI hacia el maoísmo! Ellos preferían a los maoístas de verdad!”

“Esta posición del SU-CI hizo estragos considerables en América Latina.  No es exageración decir que miles, decenas de miles, de jóvenes y trabajadores en Argentina, Brasil, Bolivia y otros lugares, que inicialmente fueron atraídos al trotskismo, fueron llevados al callejón sin salida de la guerrilla por los dirigentes del SU-CI.  Tuvieron una posición similar de apoyo acritico al Provisional IRA en Irlanda.  Es necesario decir que su posición como abogados políticos de diferentes dirigentes guerrilleros no resulto en ganancias sustanciales para su organización.  Por el contrario, como vimos arriba, llevo en cierto momento a la ida de simpatizantes potenciales del trotskismo a estos movimientos guerrilleros.  El SU-CI destruyo varios potenciales importantes luchadores revolucionarios.

 

En busca de nuevos sectores y el Partido Laborista

 

Consideramos que nuestra principal tarea en el periodo de la década de los 70 y también después, era adoptar una posición decisivamente hacia el proletariado, especialmente hacia los nuevos sectores.  En Gran Bretaña, como detallamos en nuestro libro `The Rise of Militant`, concentramos nuestro trabajo en el Partido Laborista y, particularmente, en los sectores jóvenes del partido.  Tuvimos que adaptarnos con habilidad a ese ambiente, pero nunca escondimos nuestras ideas.  De hecho, se trasformo en un chiste constante entre nuestros opositores que un simpatizante de Militant seria reconocido inmediatamente por el movimiento exagerado de sus manos en sus alegatos pero, sobre todo, sobre todo si mencionaba que permanecía en las bases de las ideas de “Marx, Engels, Lenin y Trotsky”.   Esto no impidió que nuestros oponentes `marxistas`, generalmente de fuera del movimiento obrero organizado, nos acusaran de `oportunismo`.  Mientras dábamos apoyo critico a la izquierda, especialmente al movimiento Benn en los años 80, siempre defendimos nuestra posición de manera independiente.

Puede ser dicho lo mismo hacia aquellos `puristas revolucionarios` que no se mancharon las manos dentro de las organizaciones de masas de la clase trabajadora?  Los seguidores de Mandel, en varios países, se agarraron de forma oportunista, a diferentes reformistas de izquierda y en el proceso dejaron fuera su programa.  Tal critica no puede ser realizada a los simpatizantes de Militant (hoy Partido Socialista- Socialist Party) en Gran Bretaña.  Construimos una base sólida entre la Juventud Socialista del Partido Laborista (LPYS).  El noventa por ciento de nuestros esfuerzos fueron concentrados en ese campo.  No fueron solo los compañeros jóvenes, sino los compañeros más viejos que participaron y tuvieron un papel en la educación de un nuevo sector de la juventud que estaba girando al marxismo.

Ganamos la mayoría del la LPYS en 1970, como explicamos en otra ocasión, y después conseguimos todas las posiciones en el Comité Nacional.  Esto probablemente fue ir un poco lento pero, los miembros del Comité Nacional del LPYS eran electos en conferencias regionales.  La experiencia mostró que a menos que los marxistas ganasen un puesto en el CN de la región, la burocracia del Partido Laborista iría a barrer, destruir y frustrar los intentos del movimiento de la juventud en aquella área donde pudiera atraer al movimiento de los trabajadores.  En el futuro, sin embargo, donde estábamos acoplados a la masa trabajadora, en general no seria apropiado para nosotros, incluso donde teníamos una abrumadora mayoría, tener todos los cargos en el movimiento.

 

Éramos tolerados en el Partido Laborista en aquel periodo.  Una de  las razones para esto es que había una genuina democracia en la base del partido.  También éramos energéticos, muchos de nuestros compañeros eran jóvenes, tenían muy buenas ideas, etc.  Una parte de la burocracia planteaba que los jóvenes de Militant, como las generaciones anteriores, iban a caminar mas a la derecha con el paso del tiempo.  Sin embargo, estos `trotskistas` crecieron mas, para el horror de la derecha, y continuaron defendiendo sus ideas y algunos de ellos se transformaron en parlamentarios.  Estos no fueron el tipo de parlamentario que la derecha y la burocracia habían anticipado.

 

Los años 80 fue un periodo bien exitoso para los marxistas en Gran Bretaña, como explicamos en `The Rise of Militant`.  En cierto periodo nuestra militancia llega a 8 mil.  Tres parlamentarios –todos sabidos trotskistas- fueron electos y dieron contribuciones maravillosas para las luchas de la clase trabajadora británica.  Era claro que la clase dominante nos odiaba y pusieron una enorme presion sobre la burocracia del Partido Laborista para debilitarnos y sacarnos del partido.  Sin embargo esto no nos impidió de llamar a los trabajadores que estaban comprometidos en la lucha.  A lo largo de la batalla de Liverpool, ganamos una experiencia valiosa en la dirección del movimiento de masas contra el poll tax.  Derrotamos esta medida y, en el proceso, derrumbamos a la Thatcher.

 

Un trabajo meticuloso

 

El desarrollo de la sección británica siempre camino junto con el crecimiento del CIT.  Sin embargo seria un error ver al CIT como un mero apéndice del trabajo que hicimos en Gran Bretaña.  El CIT tiene una identidad separada.  Fue imposible reproducir exactamente la experiencia de los marxistas británicos en cada país de Europa Occidental.

Hubo discusiones meticulosas constantes con compañeros en diferentes países para elaborar estrategias y tácticas distintas y variadas para mejorar el perfil, los números y la eficacia de los simpatizantes y miembros del CIT.  Como ha sido explicado arriba, incluso cuando estábamos reducidos a un pequeño hilo en Gran Bretaña, siempre tuvimos una visión internacional.  Nunca tomamos una posición puramente británica, sino que procedimos con un análisis internacional, solo entonces examinábamos como la situación británica se engranaba a ella.  Siempre estuvimos interesados en contactos internacionales.  Muchos de los contactos internacionales que hicimos parecen ser puramente `accidentales`, sin embargo, estos `accidentes` estaban ligados a cambios en la situación objetiva que afectaba a la clase trabajadora y a sus organizaciones.

 

Construyendo las secciones

 

Irlanda

Un fuerte crecimiento en nuestros contactos internacionales estaba relacionado a inicios de los años 70, a los grandes cambios que estaban en progreso en las masas y en las organizaciones tradicionales de la clase trabajadora.  Pero la primera extensión de nuestra influencia se vio en Irlanda.

Reclutamos a un joven estudiante en Gran Bretaña que entonces regresaba a Irlanda del Norte en un auge explosivo del movimiento de los civiles a finales de la década del 60.  Él hizo contacto entonces con una nueva generación de la juventud, tanto católica como protestante, alrededor del Partido Laborista de Irlanda del Norte en la ciudad de Derry.  Fui invitado a Irlanda del Norte en 1969.  Llegué solo una semana antes de los eventos explosivos, casi revolucionarios, de agosto de 69 en Derry.  Pude hacer contacto y discutir con varios jóvenes socialistas en aquel momento: John Throne, Bernardette Devlin (ahora McAlliskey), Cathy Harkin (fallecida), Gerry Lynch y varios otros.

 

Construimos una posición importante, en aquel momento, entre la juventud católica y protestante a través de la Juventud Socialista de Derry.  Después, a través de nuestro trabajo en la Universidad de Sussex, reclutamos a Peter Hadden, que regreso a Irlanda del Norte a inicios de los años 70, él tuvo un papel decisivo en nuestra seccion del norte y en toda Irlanda en ese periodo.  Siguiendo con las discusiones, viaje al sur y encontre a un grupo de jóvenes que eran miembros del Partido Laborista de Irlanda del Sur en Dublim.  Lamentablemente, muchos de ellos que se proclamaban marxistas no se avocaron a la tarea de construir una organización marxista poderosa.  Aunque, nuestro trabajo en Irlanda del Norte llevo, posteriormente, a establecer una presencia importante en el sur con el reclutamiento de compañeros que se convirtieron en dirigentes de la seccion irlandesa, como Dermot Connolly y Joe Higgins, que ahora es un miembro del parlamento irlandés por el Partido Socialista (SP).

 

Unión Internacional de la Juventud Socialista

 

En ese momento, trabajábamos no solo con diferentes organizaciones de la juventud en Europa, sino también en la organización internacional de la juventud social demócrata, la Unión Internacional de la Juventud Socialista (IUSY).  Nos confrontamos a un joven pero extremadamente  cínico grupo de jóvenes carreristas que eran preparados como futuros dirigentes de los partidos de masas social-demócratas.  Su principal objetivo era ocupar los lujosos escritorios y limusinas de los ministerios en futuros gobiernos social-demócratas.  Representábamos un peligro mortal para ellos.  Comparado  a la burocracia laborista en Gran Bretaña, estas criaturas eran mucho más agresivas.  Sin embargo, nuestros jóvenes compañeros en toda reunión se centraban, no importa que tan peligrosa o chata era la tarea de confrontar a estos jóvenes carreristas, en traer valiosos luchadores potencialmente socialistas revolucionarios.

 

Esto fue recompensado en 1972 cuando dos de nuestros compañeros, Peter Doyle y Andy Bevan, fueron enviados a la conferencia de la Juventud Social Demócrata en Suecia (SSU).  Ellos se encontraron con Arne Johansson y Anders Hjelm que de inmediato reconocieron el espíritu de los jóvenes socialistas británicos.  Arne comenta:

“La visita de dos representantes del Militant británico llego enhorabuena.  Había una radicalización entre la juventud social-demócrata de Suecia, con una creciente oposición a la burocracia.  En aquel momento éramos parte de una creciente fracción de izquierda dentro de la Juventud social-demócrata.   Erramos conocidos por todo el mundo, pues incluso un burócrata social-demócrata nos hablo de los jóvenes socialistas británicos y dijo que nuestras ideas eran parecidas a las de ellos y que deberíamos `discutir con ellos`.  Hicimos eso durante el congreso y encontramos que teníamos mucho en común.”

 

“Estábamos concentrados en la ciudad de Humea en el norte de Suecia en un disperso grupo de discusión de izquierda y marxista.  Sin duda, si no hubiéramos encontrado a Militant en aquel momento, esta organización se habría desintegrado completamente.  No éramos homogéneos políticamente.  No estaba pre-decidido que nos fuéramos automáticamente a afiliar al Militant o a la organización que luego se convirtió en el CIT.  De hecho, los representantes del SU-CI, en la persona de Pierre Frank, hicieron esfuerzos determinados para ganarnos.  Él viaja a Umea para realizar una reunión con nuestro grupo de estudiantes.  Le pregunte si conocía al Militant británico.  Su respuesta fue corta y brutal: `Ellos son completamente impotentes!`”.

“Roger Silverman, del Militant británico, visito Suecia, internándose en todas las discusiones profundas conoció y nos ayudo a consolidar las posiciones políticas de los compañeros británicos.  Dimos los pasos para organizar una fuerza marxista seria, pero esta era muy, muy pequeña en aquella fase.  Por otro lado, la Juventud Social Demócrata sueca era una organización grande y la burocracia aprendió con la experiencia en Gran Bretaña.  Ellos, por lo tanto, presionaron rápidamente para nuestra expulsión del SSU, pero esto no significo que fuéramos borrados del partido completamente –usted podía ser expulsado del SSU y aun seguir siendo miembro de la social-democracia.  Aunque, la `izquierda dispersa` en Umea y otros lugares se desintegro, nosotros mientras tanto ganábamos algunos compañeros muy buenos para nuestra organización”.

 

“Sin duda, los años 80 fueron tiempos difíciles para los marxistas suecos y solamente procurando establecer raíces firmes, junto al contacto internacional serio, fue posible la sobrevivencia en ese periodo.  Como consecuencia, no podíamos tener un trabajo efectivo dentro del SSU ya que nuestras fuerzas estaban  por fuera y, subsecuentemente, fuera del Partido Social Demócrata.  En la creación de nuestra organización, tuvimos que combatir no solo las ideas del reformismo sino las ideas falsas de los mandelistas en Suecia.  Su actitud consistía en afirmar que los estudiantes revolucionarios eran la nueva vanguardia de la clase trabajadora y adoptaron una actitud extremadamente sectaria ante cualquiera que no concordaba con ellos.  Solo a través del análisis correcto de la situación nosotros fuimos capaces de sobrevivir y hacer serios progresos en el curso de los años 90.”

 

Alemania

 

Tuvimos una situación parecida, pero con diferencias, en Alemania.  Conocí a un compañero en la conferencia de la LPYS en 1971.  Él fue luego reclutado para nuestra organización y, a su vez, atrajo a un sector de jóvenes que entraron a nuestras filas.  Pero si en Suecia llegamos en buena hora, como Arne comento, este talvez no fue el caso en Alemania.  Angela Banket comenta: “El CIT llego un poco tarde a Alemania.  La radicalización de la juventud estaba en curso y se canalizo en la juventud de la social democracia, el Jusos.  Lamentablemente, no fue el marxismo genuino, bajo la forma de nuestras ideas y organización, el que intervino con éxito en esa situación, sino las organizaciones influenciadas por el estalinismo.”

En diferentes contextos históricos de crisis agudas, de situación revolucionaria o pre-revolucionaria, esta posición en Alemania podría haber sido crucial, como fue el caso en otros países en el pasado.  Por ejemplo, en España en los años 30, los `trotskistas` rehusaron el consejo de Trotsky para entrar en las juventudes socialistas españolas.  Pero los estalinistas no eran tan `puros`.  Ellos entraron y ganaron, virtualmente, a toda la juventud socialista que, no solo fortaleció al Partido Comunista Español, sino que resulto en la perdida de la oportunidad para que el trotskismo estableciera una base de masas.  La consecuencia fue el aislamiento de los trotskistas y la derrota de la revolución española.  Angela comenta que: “Nosotros intervinimos, con nuestras pequeñas fuerzas del inicio, ya cuando la ola radical estaba comenzando a retroceder.  Aunque, había una audiencia entusiasta para nuestras ideas.  En conferencias regionales de Jusos y del partido, con a veces trescientas personas presentes, conseguíamos frecuentemente vender cerca de 150 periódicos”.

 

Bélgica

 

La seccion belga del CIT fue fundad en 1974, nuevamente por `accidente`.  Roger Silverman estaba en el camino de regreso a Gran Bretaña y perdió el barco de Bélgica a Gran Bretaña y fue así, obligado a pasar la noche.  Se preocupo de un contacto en una conferencia de la LPYS y de esta original introducción, una activo grupo de jóvenes dentro de la social democracia belga viro hacia nosotros y fueron ganados para nuestras ideas.

Francois Bliki, que participo en la seccion belga casi desde su fundación comenta:

“Si hubiésemos hacho contacto con el CIT antes de la década del 70, no seria exagerado decir que ahora seriamos la mayor seccion del conjunto del CIT, tal vez superando en numero a la seccion británica.  Hubo efervescencia y tremendas protestas dentro del movimiento de los trabajadores a inicios de los años 70.  Esto fue reflejado en la social-democracia, con su giro a la izquierda, particularmente a través de la juventud.  La mayor organización trotskista en aquel momento estaba alrededor de Ernest Mandel, que se rehusó a involucrarse en esta lucha dentro de la social-democracia.  Nosotros éramos muy jóvenes e inexpertos pero, no obstante tuvimos un gran impacto desde el inicio.  En 1986, organizamos un movimiento de masas de 26 mil estudiantes en 25 ciudades de Bélgica.   Fue organizado bajo el nombre de nuestra organización pues la Juventud Socialista Belga no nos dejaron usar su nombre.  Tuvimos éxitos significativos durante el trabajo que dirigimos al interior de la social-democracia.”

“Desde un punto de vista histórico, este trabajo fue enteramente justificado.  Pero es claro que las condiciones cambiaron, la división con el grupo de Grand en 1992 también se sintió en Bélgica.  Esto significo que 32 compañeros permanecieron con la mayoría y 30 con la minoría.  Esta minoría siguió repitiendo meramente las ideas del pasado que eran bastante adecuadas para su tiempo, pero tornaron completamente desfasadas por los cambios en la situación.  Mientras ellos se estancaron, nosotros tuvimos un gran crecimiento.  Ahora nosotros tenemos mas de 100 miembros y ellos 20, bastante viejos, compañeros con una militancia estancada.”

 

“En 1995, hubo una división del grupo de Mandel con la salida de los mejores compañeros hacia nuestra organización.  En aquel momento, el IS (grupo belga ligado al SWP británico) tenia 24 miembros.  Ellos de hecho se acercaron al ex grupo de Mandel, liderados por un compañero que ahora esta con nosotros, pero ellos no tenían razón para entrar en esa organización que la que teníamos nosotros.  Entonces en 1997, en un encuentro nacional con 21 presentes, la dirección basada en Londres del SWP intento imponer su línea internacional (a pesar de haberla implementado en Gran Bretaña), esto significaba que los miembros de IS belga deberían entrar en la social-democracia.   Todo contra una situación donde las condiciones para un trabajo dentro de la social  democracia no existían mas para una tendencia marxista seria.  Nos acercamos a ellos y tuvimos discusiones con 13 de los que votaron en contra (fue la mayoría) y, consecuentemente, la mayoría de esos compañeros entraron a nuestra organización.  Fueron los compañeros que anteriormente había dejado el grupo de Mandel, y que fueron abordados por IS para que ingresasen a su organización, los que ahora fueron y persuadieron al IS belga para entrar en nuestra organización.”

 

Abril de 1974 – CIT y Grecia

 

En 1974 estaba claro que los condiciones maduraron para tomar la iniciativa de formar propiamente una organización internacional estructurada.  Grandes movimientos ocurrieron por toda Europa.  El CIT fue fundado en una conferencia en Londres entre el 20/21 de abril de 1974.  Cuatro días después, el 25 de abril, estalla la revolución portuguesa e intervenimos inmediatamente.  Levantamientos similares ocurrieron en Grecia y tiempo después en Chipre, y la dictadura de Franco estaba dando sus últimos suspiros.

 

La historia de nuestra internacional es una de ideas, de un intento de trabajar la estrategia y tácticas más efectivas para la construcción de fuerzas del marxismo.  Con una pequeña organización, esta siempre la cuestión de concentrar todas, o casi todas, sus fuerzas en el `punto de ataque`.  Para nosotros, en aquel momento –a inicios de la década del 70- el punto era dentro de las organizaciones de masas que aun mantenían el apoyo masivo del proletariado.  Uno de los casos fue Grecia: proyectamos la necesidad de trabajar en organizaciones de masas incluso antes de que estas fueran creadas formalmente.  Casi tan pronto como la junta militar fue derrumbada en Grecia, en julio de 1974, nuestra organización delinea la perspectiva para el desarrollo de un partido socialista de masas.  Argumentamos que esto surgiría, inevitablemente, de la situación que siguió a la superación de la junta que abriría las compuertas para la participación política de las masas que tendría una nueva forma de aquella que existió antes del golpe militar de 1967.

 

La nueva generación, especialmente, estaba buscando un camino revolucionario, pero fue negado por los partidos que aun eran adeptos al estalinismo.  Identificamos la figura que probablemente iría a liderar tal partido, Andreas Papandreou.   Este fue dirigente de la `izquierda` del partido liberal burgués, la Unión de Centro, antes del golpe militar.  Pero luego se convirtió en un radicalizado opositor socialista a la junta militar.  Luego de su retorno del exilio, en septiembre de 1974, Papandreou dio los pasos para organizar el partido socialista, el PASOK, que rápidamente atrajo grandes sectores de la juventud y de la clase trabajadora que buscaban una alternativa revolucionaria.

 

Conseguimos en intervenir en Grecia porque hubo otros encuentro `accidental` con un compañero griego en Gran Bretaña.  El estaba participando en un encuentro de LPSY en el este de Londres después que la junta había tomado el poder y un compañero que hablaba griego, un escritor que hablaba mal ingles, inmediatamente nos identifico como “trotskistas”.  Este compañero participo luego en los márgenes de nuestra organización, durante años.  Regreso a Grecia en 1973 y cuando intento volver nuevamente a Gran Bretaña fue impedido por las autoridades.  Esta fuerte medida represora contra él termina siendo bastante afortunada para nosotros.  Él estaba alla cuando la junta fue derrumbada e inmediatamente tomo contacto con un grupo trotskista que había tenido un heroico papel en la lucha contra la dictadura.  El pidió que visitásemos Grecia urgentemente o que fuéramos lo antes posible.

 

A fines de 1974, me reuní con este y otro grupo y los dos se afiliaron al CIT.  El primer grupo era liderado por Nicos Redoundos.  Nicos aun tiene un papel vital en Xekinima, nuestra organización griega.  También ganamos un grupo muy importante de jóvenes socialistas en Chipre.  Los compañeros Doros y Andros permanecieron en nuestra organización y tienen un papel importante en ella.  Del grupo original que entro a la organización.  Andros se mantiene activo en la dirección de la organización griega.  Conseguimos, conducir la fusión de dos grupos en Grecia que, por un periodo, trabajaron con cierto éxito.  Lamentablemente, esta unidad no duro mucho, no obstante, nuestra organización, en cierto momento llego a tener 750 miembros.  Además tuvo un papel bastante decisivo en los desarrollos de la izquierda en el PASOK durante un periodo histórico muy importante.  Ahora el PASOK, junto a varios otros partidos tradicionales de Europa Occidental, esta en un proceso de abandono de su base de clase y, por tanto,  la tarea en Grecia es trabajar como una organización independiente.

 

La Revolución Portuguesa

 

El CIT, desde su nacimiento, fue extremadamente enérgico al intervenir en cualquier movimiento serio de los trabajadores.  Por ejemplo, luego de que estallara la revolución portuguesa, tanto Bob Labi como Roger Silverman estaban en las calles de Lisboa distribuyendo material saludando la revolución y destacando la perspectiva que considerábamos era el desarrollo más probable.

Para nosotros no solo era la cuestión de ideas correctas, sino de las ideas ligadas a la acción y a la intervención.  Un abordaje similar y bien exitoso fue adoptado con relación a España.  En `The Rise of Militant` destacamos nuestra intervención en la situación española.  Lo que no es normalmente comprendido es que hubo varios intentos de establecer contacto con marxistas y revolucionarios, pero estos contactos no tuvieron éxito debido a que no entramos en contacto a través de serias fuerzas en 1974.  Lynn Walsh, mas tarde, también fue enviado para ver si el CIT podría encontrar contactos en Portugal.  Valorizamos cualquier contacto internacional como si fuese oro e invertimos en su formación con la esperanza de esto llevara a mejores posibilidades hacia delante.

 

Llamamos a nuestra organización internacional el `Comité por una Internacional de los Trabajadores` por varias buenas razones.  Había numerosas `Internacionales`,  todas sostenían que ellas eran la `verdadera` Internacional.  No queríamos seguir este camino.  Por eso llamamos a la organización `Comité` apuntando a una futura internacional de masas.  Utilizamos `de los Trabajadores` por el deseo de enfatizar el papel central del proletariado, en distinción a otros que basaban en el campesinado, en ideas de guerrilla y en los estudiantes, como los `detonadores` de la revolución.

 

Sri Lanka e India

 

No fue solo en Europa, donde estaba nuestra principal base, en donde comenzamos a tener logros.  Teníamos un importante contacto de Sri Lanka en Londres que estaba ligado con una gran oposición de izquierda que se estaba desarrollando dentro del Partido Lanka Sama Samaja (LSSP).  Este era el mayor partido trotskista del mundo, con una gran tradición revolucionaria, pero cuya dirección estaba yendo en un sentido oportunista al entrar en frentes populares con el Partido Libertador de Sri Lanka (SLFP) después de 1964.  A través de este compañero singales, establecimos contacto con esa organización liderada por Siritunga Jayasuriya (Siri), Vasudeva Nanayakkara (Vasu) y Vicremabahu Karunaratnee (Bahu).  De esta forma, Ted Grand hizo una visita a Sri Lanka en 1976 que llevo a relaciones políticas cercanas con estos compañeros.

También hicimos una visita a India a un grupo mas disperso de `marxistas` que entraron en contacto con nosotros.  Visite, posteriormente, Sri Lanka en 1977 y la tendencia liderada por Siri, Vasu y Bahu ganada para el CIT.  Ellos atrajeron tras de sí a un grupo significativo de trabajadores en una escala de centenas.  De hecho, todos los mejores dirigentes sindicales que estaban en el LSSP se fueron con esta tendencia que se constituyo, después de ser formalmente expulsada del LSSP, como el Partido Nava Sama Samaja (NSSP).

Se hizo también una visita a India con Bahu después de visitar Sri Lanka en abril de 1977.  Las discusiones que tuvimos con un grupo de `marxistas`, establecidos en Bangalore, resultaron ser completamente inútiles.  Esta era una agrupación de seudo-intelectuales sentados en sus escritorios, contemplando sus ombligos mas que al propio Buda.  Inmediatamente los dejamos y por fortuna tomamos contacto con miembros del antiguo partido maoísta y de masas; el Partido Comunista de India (Marxista), el CPI (M).  De esos contactos tuvimos discusiones con trabajadores excelentes y activos en los sindicatos y en el CPI (M), establecimos la primera base de nuestra organización india.  Roger Silverman, consecuentemente, hizo varias visitas a India viviendo un largo periodo en el subcontinente.

 

La primera escuela internacional

 

Después de dos años de existencia del CIT organizamos, en 1976, una escuela internacional en la ciudad de Ulm en Alemania Occidental.  Hicimos esfuerzos espectaculares en Gran Bretaña para tener el máximo de compañeros posibles esa escuela.  Compramos un viejo y maltrecho microbús para viajar a la escuela.  Ese antiguo vehículo atravesó por el continente europeo, a pesar de la sorpresa que causaba en la población de los diferentes países que visito.  Al retornar a Gran Bretaña prontamente vendimos el microbús.

El encuentro en Ulm fue en parte una escuela, en parte una conferencia de cuadros que organizamos para reunirse en torno a la bandera del CIT.  Además de los países mencionados anteriormente, había varios con los que teníamos contacto o grupos que estaban yendo en dirección al CIT.  uno de estos grupos era de Chipre, de compañeros que tuvieron un papel clave en el momento de la invasión Turca a la isla en 1974.  Ellos tuvieron una participación heroica al levantarse en armas contra los invasores turcos como la organización juvenil del partido socialista; EDEK.

 

Expulsados de la social democracia

 

Mientras en Gran Bretaña tuvimos un amplio trabajo dentro del Partido Laborista durante los años 70 y gran parte de los 80, este no fue el caso de muchos compañeros de otros países.   Las burocracias social demócratas en los países de Europa Occidental aprendieron con la experiencia en Gran Bretaña.  Rápidamente en España y en Suecia, nuestros compañeros, casi tan pronto como formaron agrupaciones distintas y significativas, enfrentaron a mediados de los años 70 una caza de brujas y expulsiones.

Eso no los impido de tener una participación importante en las luchas de los trabajadores y de la juventud en esos países.  En Gran Bretaña, iniciamos con éxito una huelga de estudiantes secundarios en 1985 contra el establecimiento de trabajos forzados a través del plan YTS, con 250.000 estudiantes en huelga.  Basándose en la experiencia en Gran Bretaña la sección española del CIT organizo un movimiento de masas entre los estudiantes secundarios envolviendo en la huelga a millones de jóvenes.  Ellos también hicieron un último trabajo durante la Guerra del Golfo a inicios de los años 90.  Nuestra sección alemana y otras secciones también hicieron trabajos extremadamente útiles en aquel periodo.

 

Emisarios por el mundo

 

Pero no enviamos emisarios de las ideas del CIT  solamente a Europa.  También hicimos intervenciones determinadas en Latino América.  A inicios de los años 80, enviamos compañeros como Paulina Ramírez, su hermano Matías y Tony Saunois a Chile.   Esto envolvía un gran peligro para estos compañeros pues la dictadura de Pinochet todavía estaba en el poder.  Un gran trabajo fue hecho en Chile donde las bases para la organización que tenemos hoy fueron fundadas.  También enviamos a un compañero de la sección española para trabajar en Argentina, pero que no tuvo tanto éxito.

Además compañeros de Gran Bretaña, como Clare Doyle y Dave Campbell, intervinieron en la antigua URSS en condiciones de extrema dificultad a fines de los años 80 e inicio de los 90 para establecer las bases de la organización que tenemos alla.  Otros compañeros, como Steve Jolly, Robin Hoyl y Paul True fueron enviados a Australia, donde nuevamente un ultimo trabajo fue realizado.  Esto ahora esta dando frutos con el crecimiento exitoso de nuestra organización australiana.

Nuestra política general siempre fue trabajar, donde esto es posible, en organizaciones de masas.  Después de, inicialmente, reunir los cuadros, la tarea era entonces desarrollar secciones viables del CIT.  Pero ligado a esto estaba también el mejor método de desarrollar los cuadros iniciales y, juntamente,  la dirección de las diferentes organizaciones nacionales del CIT.  Dirección no es algo fácil de conseguir; es un arte que debe ser aprendida y que envuelve, inevitablemente, errores, especialmente de una dirección joven.  No hay nada de errado en esto, de hecho es inevitable, principalmente en las cuestiones tácticas, pero la cosa más importante es aprender con los errores.

 

Campaña Internacional

 

Un componente vital del desarrollo del CIT fue la organización bien exitosa de las campañas internacionales.  En el problema de España, por ejemplo, antes de establecer los cuadros iniciales, dirigimos una campaña de solidaridad con los trabajadores españoles en general pero, en particular, con los sindicatos y los socialistas clandestinos, la UGT y el PSOE.  En aquel momento, este partido permanecía mucho más a la izquierda del Partido Laborista británico y de la Social democracia en general.  Estas campañas eran importantes no solamente porque nos permitieron intervenir en España, sino también porque atrajeron hacia nosotros a figuras importantes de los sindicatos en Gran Bretaña.

 

En nuestras discusiones con los compañeros de Lutte Ouvriere, que estaban presentes en la Escuela Europea de 1997,  planteábamos el punto de que a pesar de haber hecho un buen trabajo –y muy exitoso- en los sindicatos, esta no era la única forma de ganar a los trabajadores.   Es posible ganar trabajadores muy buenos, incluyendo dirigentes en las fabricas, a través de trabajo no relacionado directamente con la fabrica o en la industria en general.  Por ejemplo, nosotros ganamos a Bill Mullins, dirigente sindical de una fabrica con 12.000 trabajadores en Birmingham, no a través de una cuestión sindical, sino mediante una campaña de solidaridad con los trabajadores españoles.  Después de que él fue ganado para nuestra organización, tuvimos un trabajo exitoso en esta fabrica en los problemas sindicales.  Después desempeñó un papel clave en su región y en el trabajo sindical por todo el país y hoy dirige todo nuestro trabajo sindical.

 

Defendiendo a nuestros compañeros

 

En los años 80 también, las diferentes secciones nacionales del CIT que crecieron en importancia estaban envueltas en campañas vitales de defensa de compañeros que habían sido presos en sus actividades.  En Israel/Palestina, el compañero Mahamoud Masarwa fue detenido y torturado.  Femi Aborisade y otros compañeros en Nigeria fueron detenidos, compañeros sudafricanos fueron detenidos y algunos de ellos fueron encarcelados.  También estuvimos en la dirección de una huelga general en Sri Lanka en 1980, que resulto en la persecución de millares de trabajadores.  Organizamos una efectiva campaña de solidaridad con estos trabajadores a escala internacional.

 

Nigeria

 

Todo ese trabajo atrajo para nosotros algunos contactos muy importantes.  Algunos de ellos fueron ganados en condiciones muy peculiares e improbables.  Por ejemplo, la fuerte posición que tenemos hoy en Nigeria hoy fue posible hasta cierto punto por nuestra participación en la `Feria de Libros Negros` de Londres.  Un académico nigeriano visitando Londres accidentalmente se acerco a través de algunos libros y documentos nuestros.  El quedo bastante impresionado con las ideas contenidas en ellos y los llevo para Nigeria.  Esto tuvo un gran efecto en un numero de activistas nigerianos que se consideraban marxistas, algunos de ellos aun estaban bajo la influencia del estalinismo, pero que habían oído hablar de Trotsky, y ellos se acercaron hacia nosotros para hacer discusiones.  A través de eso ganamos el lugar que tenemos actualmente en Nigeria.

 

Sudáfrica

 

Igualmente, en Sudáfrica, un grupo de activistas, algunos de ellos abogados e intelectuales que participaron en la fundación de los primeros sindicatos independientes de trabajadores negros en 1973, fueron contactados debido a que habían leído nuestros documentos.  Quedaron muy impresionados y algunos de ellos dejaron sus trabajos y se exiliaron en Londres para tener discusiones con nosotros.  Esto, a su vez, llevo a una fase bastante exitosa de intervención en las luchas clandestinas en África del Sur, donde nuestra organización fue considerada como una `tendencia` del Congreso Nacional Africano.  Algunos de los materiales producidos en su periódico, Hincaba ya Basebenzi,  tenia un efecto poderoso en la posición de los militantes que estaban luchando en las fabricas y en la lucha contra el régimen del apartheid.  Esto fue posteriormente confirmado a inicios de los años 90, cuando el régimen del apartheid comenzó a desintegrarse.  Esto también llevo a los compañeros sudafricanos a intervenir en Zimbawe y que causo la fundación de nuestra sección en ese país.

En los EE.UU.  las visitas de Sean O`Torain y el trabajo de Alan Jones, que viajo originalmente desde Grecia resultaron en la construcción de la sección norteamericana.

 

Agotando las posibilidades

 

El trabajo en organizaciones de masas se estaba, claro, agotando con el fin de los años 80.  Cada vez mas el trabajo de nuestras diferentes secciones nacionales estaba ocurriendo por fuera de dichas organizaciones.  Pero, como ocurre constantemente en la historia, no sacamos todas las conclusiones necesarias en el tiempo que debíamos.  He apuntado esta cuestión en mi libro, `The Rise of Militant`, donde avance en la idea de que un trabajo independiente y exitoso bajo nuestra propia bandera seria posible en Gran Bretaña ya en 1985-86.

La persecución a los marxistas y el posterior giro a la derecha del Partido Laborista cambio completamente la situación.  El proceso comenzó cuando el Partido Laborista británico se estaba separando cada vez mas de su base en la clase trabajadora.  Organizamos encuentros de masas que envolvieron a 50 mil trabajadores protestando contra las expulsiones de nuestros compañeros.  Pero lamentablemente, no ofrecimos una clara alternativa organizacional y política en aquel momento.  Pedimos a las personas que se unieran a Militant, que aun lo describíamos meramente como un periódico.

No éramos un partido.  El principal foco de nuestra propaganda era contra las expulsiones.  Llamar a las personas para militar y apoyar alrededor del periódico, en lugar de militar en un partido no llego a impactar en la conciencia de los que fueron a nuestros encuentros.  En contraste con nuestra experiencia desde que cambiamos nuestro nombre a Partido Socialista en Gran Bretaña a la situación que obtuvimos entonces.  Doscientos veinte trabajadores acordaron entrar al Partido Socialista Británico en el curso de las elecciones generales de 1997.  El hecho que ahora no llamemos partido tuvo un efecto decisivo en nuestras filas y los hace más conscientes de las tareas que estan puestas, pero también en atraer y ganar trabajadores que buscaban un partido como el nuestro.

 

1992 – El trabajo independiente

 

Como es bien sabido, en 1992 hubo una división en el Militant y en el CIT.  No hay espacio para entrar en todas las cuestiones involucradas en esta división, hicimos esto en otras publicaciones.  Pero lo que esta claro es que la pequeña minoría que salió de nuestras filas fue totalmente incapaz de encarar el nuevo periodo y las nuevas tareas que estaban puestas por el desarrollo de los sucesos al final de la década de los 80 e inicio de los 90.   La decisión de conducir un trabajo más independiente lanza las bases para los éxitos de nuestra organización durante los años 90.   La iniciativa de construir una Juventud contra el racismo en Europa (YRE) llevo a grandes avances, que detallamos en `The Rise of Militant`.

 

Pero además, junto al establecimiento de secciones nacionales independientes nosotros, desde 1994, lanzamos abiertamente el CIT como una Internacional.  No habría sido posible hacer esto sin los logros del periodo anterior.  El bagaje que llevamos de nuestro trabajo dentro de las organizaciones de masas inevitablemente nos llevo a desafiar la verdadera extensión de nuestra organización internacional.  En realidad, casi todo el mundo sabia de la existencia del CIT.  Fue colocado constantemente por las burocracias de los partidos social demócratas como `pruebas` para justificar nuestras expulsiones.  La burocracia sabia de ella, nuestros oponentes de izquierda, particularmente los estalinistas, hablaban abiertamente sobre esto.   Fue la clase trabajadora, lamentablemente, la que no tenia un completo conocimiento de la existencia del CIT.  Ahora, como una organización más independiente, hemos corregido esto.

 

Cambiamos con el fin de levantar un trabajo más independiente y una organización internacional independiente y talvez en un momento histórico correcto.  Un gran vacío existe ahora en el movimiento de los trabajadores.  Basta mirar el encuentro  de la llamada Segunda Internacional en 1997.  Donde se reunieron lideres socialdemócratas y banqueros que muchas veces son la misma cosa.  Significativamente, la oposición a este encuentro, en las calles más cercanas a la conferencia, fue organizada por nuestra sección sueca.

 

No existe ninguna Internacional estalinista de masas hoy, solo fragmentos del estalinismo –algunos de ellos muy importantes- esparcidos por el mundo.    Lamentablemente, los compañeros del SU-CI, en su Congreso de 1995, en efecto, abandonaron la idea de construcción, en ese periodo, de partidos trotskistas de masas o una Internacional trotskista de masas.  También planteamos que ellos comenzaron a abandonar la idea de partido como una organización revolucionaria, con centralismo democrático.  Es bien cierto que no se puede tener un centralismo rígido en cualquier organización hoy en día.  Pero a pesar de que debemos examinar cuidadosamente esta terminología y cambiarla si es necesario, todavía la idea de una Internacional unificada, de una unidad revolucionaria, es una idea que debemos defender como también defender y desarrollar la idea de la necesidad de crear partidos que garanticen la victoria de la clase trabajadora.

 

En otro nivel, la huelga de los portuarios de Liverpool en Gran Bretaña muestra la necesidad de acción internacional de la clase trabajadora como nunca antes en la historia.  La batalla de los trabajadores de microbuses en Dinamarca en 1995 también demostró la necesidad de la clase trabajadora en unir los sindicatos a nivel internacional como hicieron los motoristas hindúes de Bangalore.  Al mismo tiempo hay una gran necesidad hoy, como mencionamos antes, en una era de globalización, de no solo tener un acercamiento general internacional sino también de crear organizaciones políticas de masas que estén unidas junto a una verdadera Internacional de masas.

 

Reuniendo las fuerzas revolucionarias

 

La cuestione s como construir dicha internacional de masas.  Nosotros tenemos un papel vital que jugar en este proceso.  Enviamos en el pasado, como describí, anteriormente, compañeros a distintos países y continentes por todo el mundo para establecer agrupamientos iniciales de marxistas genuinos.  Si es necesario continuaremos haciendo esto.  Sin embargo una nueva Internacional de masas no se desarrollara en forma lineal.  El proceso involucrara fusiones, divisiones, y reagrupamiento de fuerzas revolucionarias genuinas en los planos nacional e internacional.

Hemos tenido éxito en esta perspectiva.  Desde el inicio, intentamos unirnos con organizaciones que no concordaban del todo con lo que el CIT defendía.  En Chipre, por ejemplo, el grupo mencionado anteriormente, y que eventualmente ingreso a nuestra organización, después de largas discusiones, tenia una composición un poco heterogénea.   Muchos de aquellos que permanecieron con el CIT, y que tuvieron un papel clave en la construcción de una sección muy importante en Chipre, estaban comprometidos, desde el inicio, con las perspectivas generales y con el programa del CIT.  Pero había otros que podrían ser descritos como ocupantes de una posición de centro izquierda, vacilando entre las ideas del CIT y las ideas centristas.   Algunos de ellos se hicieron a un lado cuando el grupo se torno mas serio, mientras que otros se convirtieron en genuinos revolucionarios con una posición plenamente desarrollada.  Hubo casos semejantes en Sri Lanka.  Mientras el NSSP se afilo al CIT, los dirigentes de esa organización, particularmente Bahu, nunca concordo completamente con el análisis que nosotros hicimos sobre el estalinismo, de los desarrollos de l antiguo mundo colonial y semi-colonial, de la cuestión colonial, etc.  Mientras que colaboraciones exitosas continuaron por un periodo, las diferencias nunca desaparecieron y fue un factor en la salida del NSSP del CIT en 1989 (a pesar de una minoría muy importante liderada por Siri que permaneció en el CIT).

 

Un ejemplo más reciente de una fusión fue en Francia.  Renaud, de Izquierda Revolucionaria (GR), la sección francesa del CIT, comenta: “Llegamos al CIT desde el SU-CI.  Surgimos en la oposición política a la dirección de la organización francesa, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR).  A partir de 1987 en su política destaco la `autonomía` de los movimientos.  Toda iniciativa tomada por ellos incluso era  llamada sectaria.  Compañeros de la dirección de la LCR llegaron a argumentar que vender el periódico era sectario.  La línea era que debíamos intervenir en `nuevos tipos` de formas organizacionales, de nuevas formaciones, por ejemplo, en los progresos de la cuestión ambiental o entre los ecologistas”.

 

“Había, esta claro, algunos puntos correctos en aquello que plantaban.  Nunca rechazamos en apoyar cualquier grupo del movimiento obrero, especialmente aquellos nacidos de la izquierda, ambientalistas envueltos en luchas serias, etc.  Sin embargo el problema con la posición del SU-CI era que nunca intentaron colocar su propia línea política, sino que trataron de adaptar su programa, de manera oportunista, hacia los dirigentes de esas `nuevas formaciones`.  Por ejemplo, cuando un grupo de izquierda dentro del Partido Socialista (PS) planteo una unión entre los estudiantes secundarios el SU-CI deliberadamente subestimo su propio papel y abrió mano a cualquier intento por ganar a ese grupo.  En realidad, la organización de la juventud mandelista era más numerosa que ese grupo.  Denunciamos la idea de que nuestro papel era el de solo `ayudar` a los lideres de las organizaciones tradicionales de la izquierda y no el desafiarlos políticamente”.

 

“Al principio no estaba claro en nuestras cabezas, pero queríamos construir una fuerza del trotskismo en una organización abierta y combatiente.  Queríamos construir y reclutar para nuestro partido con nuestro programa.  Nuestro choque con los mandelistas en esta cuestión es lo que moldeo  nuestra tendencia dentro de su organización.  Ya habíamos comenzado a publicar un periódico incluso dentro de la LCR.  Ganamos a la mayoría de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR – la organización juvenil de la LCR) en 1989.  Pero usted vera que hubo muchos cambios en nuestra línea política mientras procurábamos esclarecer nuestra posición.  En la organización mandelista francesa hay varias tendencias, que son de hecho fracciones.  En realidad, la LCR no es un partido, sino una federación de fracciones.”

“Ellos nos expulsaron en octubre de 1992 cuando estábamos bien organizados con un grupo de 50-60 jóvenes alrededor de nosotros.  Cuando fuimos expulsados fuimos abordados por varios grupos.  Creo que los compañeros quedaron atónitos con el numero de organizaciones trotskistas por el mundo, varias de ellas muy extrañas por decir lo menos.  Conocíamos y nos encontramos con todas ellas.  Habíamos oído hablar de Militant, y como primera impresión era un tipo de tendencia de izquierda social demócrata, `obrerista` dentro del movimiento social demócrata y laborista.  Pero entonces tuvimos la experiencia de la manifestación de Bruselas luego que un compañero había visto un afiche en Irlanda.”

 

“Después de la manifestación nos acercamos al CIT con el objetivo de lanzar YRE (Juventud contra el Racismo en Europa) en Francia.  En un primer momento, pensamos que teníamos que entrar al CIT como una condición para construir YRE.  Vimos que esto había sido un buen comienzo que entonces llevo a discusiones políticas y eventualmente a un amplio nivel de acuerdo que resulto en nuestro ingreso al CIT.”

Murray Smith también fue uno de los fundadores de GR en Francia y, en el momento que hacia estos comentarios, ara miembro de nuestro Secretariado Internacional.  Murria dice:

“El SU-CI y Mandel fallaron completamente los cambios en la situación mundial.  Llegamos a la conclusión definitiva que esta organización era imposible de reformar después de su Congreso de 1991.  Entonces, como Renaud comento, comenzamos a mirar hacia otras organizaciones.  No nos confinamos solo a eso, sino que también desarrollamos nuestras ideas en oposición a LCR.  Esto nos llevo a entrar en contacto con varias organizaciones, mas de las que queríamos!”

“Un compañero de la JCR que no esta mas con nosotros –rompió de manera ruin, volviendo a la LCR- viajo de vacaciones a Irlanda en el verano de 1992 y compro una copia del Militant irlandés en una mesa.  Así nos enteramos de la manifestación anti racista de la YRE en octubre de 1992.  De hecho, llevábamos años dentro de la LCR y del SU-CI proponiendo iniciativas de este tipo y no prosperaron.  Luego de la manifestación de Bruselas tuvimos muchas discusiones con el CIT.”

 

“Para que, de hecho, servirían estas discusiones? Para, primeramente sacar cualquier engaño de que estábamos lidiando con `reformistas de izquierda`.  Mientras usted se acerca a una organización, debe descubrir la naturaleza de esa organización.  Son marxistas? Son reformistas? Son sectarios? Son estalinistas?  El segundo punto es; ¿Cómo esas personas analizan lo que esta ocurriendo en el mundo?  Cuales son sus perspectivas? Y, lo que es claro y lo que es vital, es si ellos; Son competentes para construir organizaciones viables tanto a escala nacional como internacional?  Durante las discusiones nosotros quedamos convencidos de que tanto el Militant como el CIT se ajustaban al criterio que teníamos puesto para nosotros mismos.”

 

“Hay varias lecciones en relación a la manera como ingresamos al CIT que tendrán utilidad en experiencias similares en el futuro.  No creo que las fusiones con otros grupos son el principal camino para construir una Internacional.  Creo que haremos esto atrayendo a nuevos sectores para la acción pero, también la cuestión de trabajar con otros grupos y fusionarse puede ser puesta también.”

“En Francia, en estos momentos, hay un cierto flujo hacia la izquierda.  En mi opinión hay un inicio de ruptura de los tres mayores grupos trotskistas –que fueron formados en los años 60- con el nacimiento de una oposición en Lutte Ouvriere, por ejemplo.  Al mismo tiempo, surgen corrientes políticas bien definidas, incluso con sus propios periodicos, dentro del PCF (Partido Comunista Francés).  Hay, por tanto, la posibilidad de fusiones y de reagrupamientos colocados juntamente con las cuestiones para nuestra intervención en las organizaciones de masas.  Pienso que situaciones similares se haran presentes en otros lugares.  Renaud dice al final de su contribución que cuando entramos en el CIT no éramos perfectos, aun no somos perfectos.  Creo que aprendimos muchas cosas y espero que también nosotros contribuyamos a la Internacional.”

“Solo una palabra sobre el trabajo dentro de las organizaciones tradicionales en el pasado.  La sección francesa es una de las pocas en la Internacional que nunca hizo, realmente, trabajo de `entrismo`.  Nosotros entramos a la Internacional después que el CIT había agotado su táctica de trabajo dentro de las organizaciones de masas tradicionales.  Yo imagino que si hubiésemos entrado hace diez o quince años atrás; Que estaríamos haciendo en Francia?  Déjeme poner el problema de otra forma.  La LCR con 1.500 miembros, en 1968, y 3 a 4 mil a mediados de los años 70, podría haber sido más efectiva trabajando dentro de una de las dos mayores organizaciones de masas de la clase trabajadora francesa?  Centenares de trabajadores ingresaron al Partido Comunista Francés en la década posterior a 1968 y decenas de miles ingresaron al Partido Socialista.  Ahora, si la LCR hubiese decidido emplear la táctica del CIT (dado el tamaño de la LCR) de entrar al PCF –difícil pero no imposible- o al PS –fácil pero no ventajoso- no hubiera sido posible que ellos lograran tener un mayor impacto?  A mí me parece que cuando una organización de ese tamaño –y desde este punto de vista el tamaño es importante- puede mantener una organización independiente y aun, al mismo tiempo, trabajar dentro como un brazo en una organización de masas, ese seria el método más eficaz.”

 

Lecciones del pasado para el futuro

 

Las principales fuerzas para el CIT vendrán de nuevos sectores del proletariado que apenas comienza a moverse para la acción o que aun no ha entrado en la arena política.  La tarea de ganar a estos nuevos sectores podría parecer ser inmediatamente más ardua que la `fácil` tarea de intentar agrupar diferentes organizaciones `revolucionarias`. Hay, esta claro, algunos compañeros excelentes en diferentes organizaciones con una tradición diferente de la nuestra.  Seria un error no procurar la unidad revolucionaria a través de principios con fuerzas genuinas.  Sin embargo, tenemos que evitar a fragmentos sectarios que nunca serán capaces de construir fuerzas marxistas genuinas de masas.

Los inicios de los años 90 no fueron los más fáciles para nosotros  y para los marxistas en general.  Pero tratamos de mantener viva la línea revolucionaria.  Creemos que analizamos correctamente, con detenimiento y de manera equilibrada, la situación objetiva de la clase trabajadora y de nuestra organización, y estamos bien preparados para una nueva y más favorable coyuntura.  A pesar de que no estamos completamente fuera de esa selva, el periodo más difícil esta, talvez, tras de nosotros.  Esto no significa que no tendremos mas problemas, pero, al mismo tiempo, habrá grandes oportunidades para el desarrollo de nuestras organizaciones y del CIT si trabajamos correctamente.  Los sucesos del futuro superaran ampliamente a los que tuvimos en el pasado.  Debemos mejorar el nivel político de nuestros compañeros, desde la dirección a los compañeros más nuevos.  Todo miembro tiene un papel vital que jugar en el desarrollo del movimiento revolucionario.  Cada compañero, como Trotsky comento, carga una partícula de la historia en sus propios hombros.  Permaneceremos en las mejores tradiciones revolucionarias de Marx, Engels, Lenin y Trotsky y los éxitos revolucionarios de las ultimas cuatro o cinco décadas.  Un trabajador que comienza a militar hoy puede en el futuro ganar 10, 15 o 100 compañeros y preparar el terreno para el desarrollo de nuevos partidos de masas de los trabajadores y de una nueva Internacional de masas de los trabajadores.

Debemos aprender las lecciones del pasado.  Hubo bastantes derrotas para el proletariado.  Por no tener ganada aun una influencia de masas, inevitablemente habrá retrocesos y derrotas.  Pero también habrá victorias.  Y entre derrotas y victorias, esta nueva generación aprenderá del pasado y construirá una organización que, de una vez por todas, llevara a la clase trabajadora a la victoria.

 

  1. Desde que esto fue escrito, la sección belga del CIT doblo su militancia y aumento significativamente su influencia entre los jóvenes y la clase trabajadora.
  2. Esa lucha heroica ocurrió durante un año (1996-1997) y recogió una solidaridad y apoyo fantásticos de la clase trabajadora británica e internacionalmente.  Lamentablemente, la huelga fue derrotada.  Los portuarios permanecen dimitidos.  Una vez mas los dirigentes sindicales de derecha, en particular el secretariado general de los sindicatos portuarios, el Transport and General Workers Union, no hizo nada para organizar la solidaridad necesaria para garantizar la victoria.
  3. Murria Smith, que fue activo en el ingreso de GR al CIT, retorna posteriormente a la LCR y fue recompensado con una posición en el Comité Nacional de la organización. Esto es irónico, dado las criticas anteriores de Murria Smith sobre el retorno de un compañero a la LCR.  Murria Smith nunca noto su inconsistencia.  Él estuvo en cierto momento con el SU-CI en su apoyo al IRA.  Él reconoció ante mí cuando ingreso al CIT, que él fue el autor del eslogan “Victoria al IRA”, que ellos usaron en Gran Bretaña.  Después Murria Smith se convenció de los análisis y consignas del CIT sobre Irlanda del Norte, pero quien puede saber que estará defendiendo ahora, y aun más, en el futuro!

 

 

 

 

 

 

 

Posfacio

 

La construcción del CIT

(1998-2004)

 

Los años que siguieron a la publicación de “Historia del CIT” (en ingles, 1998), las secciones y militantes del CIT estuvieron envueltos en actividades a un ritmo aun más intenso.  No es posible, por el espacio aquí disponible, dar detalles de las actividades del CIT y de sus secciones, pero un resumen de las principales áreas de trabajo mostrara el amplio alcance y la importante influencia del CIT.

 

El movimiento antiglobalizacion y contra la guerra

 

Así como un ascenso de la lucha de clases en varios países, los años recientes fueron marcados por el crecimiento del movimiento anticapitalista y antiglobalizacion y, es claro, por el gran movimiento de protesta contra la guerra y la ocupación imperialista en Irak.  El CIT analizó estos procesos, la situación mundial después de los ataques del 11/9 en Nueva York y las agresivas políticas imperialistas de Bush, dando claridad a los miembros y simpatizantes del CIT en un tiempo de gran crecimiento de contradicción política.   El CIT rechazo el pesimismo generalizado de muchos en la izquierda, que vieron solo a una maquina imperialista `imbatible`.  Al contrario, nosotros argumentamos que las invasiones militares norteamericanas solo irían a dejar al mundo más inestable y peligroso y que esto significaría la creación de nuevos problemas para el imperialismo.  En realidad, el CIT advirtió meses antes que Irak se transformaría en un pantano para las fuerzas de ocupación norteamericana y las demás, y que su presencia en el país llevaría a una amplia resistencia iraqui.

 

El amplio movimiento antigloblizacion representa una radicalización de los jóvenes en protesta contra muchos de los resultados de la globalización capitalista.  Este proceso –un resurgimiento político después de los retrocesos de los años 90- fue previsto por el CIT durante la ultima década (cuando varios en la izquierda internacional habían desistido de la habilidad por cambiar la sociedad por parte de la juventud y la clase trabajadora).  Esto marca un paso al frente en el ascenso general de la lucha de clases.  Esta claro que este proceso aun esta en un estado inicial.  Sin embargo los movimientos antigloblaizacion y las protestas contra la guerra incluyen a quienes son atraídos por las ideas genuinas del socialismo, como unica alternativa viable al sistema capitalista.

El CIT participo de las protestas antiglobalizacion, incluyendo las de Londres, Seattle, Praga, Melbourne, Gotemburgo y Génova, y presento en estas protestas un programa socialista.  En varios casos, los militantes del CIT tuvieron un papel vital en la organización y la conducción de estas protestas.  Nosotros también encontramos una recepción entusiasta a las ideas del CIT durante el Foro Social Mundial de Porto Alegre y de Mumbai, en India.  Para participar con éxito, combinamos las fuerzas del CIT en Brasil (2002 y 2003) y en India (2004) con varias otras secciones del CIT, una ilustración practica del internacionalismo socialista.

Sin duda, el amplio sentimiento antiglobalizacion ayuda al desarrollo de las protestas y debates contra la guerra, que comenzaron con las manifestaciones en 1999 contra la guerra de las fuerzas de la OTAN contra Servia, seguidas por las protestas en 2001/2002 contra la invasión liderada por los EE.UU. a Afganistán y, claro, las enormes manifestaciones en oposición a la guerra en Irak, en el 2003.  En varios países las secciones del CIT tuvieron un papel crucial en estas protestas.  Donde los militantes ayudaron a levantar la “Juventud Contra la Guerra” en varios países de Europa, en América del Norte, en Australia y en otros lugares, que llevan a las impresionantes huelgas escolares al inicio de la guerra.  Cerca de 20 mil estudiantes marcharon en Alemania.  Miles salieron de las escuelas en Londres.  En Irlanda del Norte, la “Juventud Contra la Guerra” atrajo a miles de estudiantes católicos y protestantes.   El CIT en EE.UU., Socialist Alternative, ayudo en las protestas universitarias, como parte de las protestas que recorrieron el país.

 

Batallas sindicales

 

Los últimos años han visto además un ascenso en las luchas obreras, especialmente en Europa.  Muchas de estas luchas fueron defensivas y en oposición a los recortes del gobierno.  Los militantes del CIT en Inglaterra, País de Gales, Escocia e Irlanda del Norte tuvieron un papel importante en el apoyo a la huelga de los bomberos durante el año 2002.  a través de eso, el CIT aumento su influencia en este importante sindicato.  Dirigentes del FBU, el sindicato de bomberos, ingresaron al Socialist Party en Irlanda del Norte.

La sección alemana del CIT, contra los deseos de los dirigentes sindicales, fue activa en la campaña bien lograda de protestas de masas contra los enormes ataques de Schroeder a los trabajadores.   Esto llevo a grandes manifestaciones desde el  primero de noviembre 2003 hasta hoy.   En el 2003, los militantes franceses del CIT, activos en sindicato de profesores, tuvieron un papel de liderazgo en la ofensiva de los trabajadores contra los paquetes de recortes del Primer Ministro Raffarin.  La ola de huelgas del 2003 en Australia impulsa la “Plataforma por Sindicatos Democráticos y de Lucha”, una red de activistas sindicales, iniciada por los militantes del CIT, que resiste a los cortes y al bloqueo de los dirigentes sindicales de derecha.

 

Los miembros del CIT también estan envueltos en luchas ofensivas importantes para conseguir mejores condiciones y derechos, como la exitosa batalla por mejores salarios de los asistentes de profesores en las salas de clase en Irlanda del Norte, y la reciente lucha de los trabajadores enfermeros en Escocia.  Ahora, el CIT tiene una influencia importante en varios sindicatos en Gran Bretaña y en Irlanda.  De hecho, militantes del CIT estan en las direcciones nacionales de sindicatos Británicos, Janice Godridge, la presidenta de PCS, sindicato de trabajadores públicos, es un miembro del CIT, así como Chris Baugh, el secretario general asistente de PCS, el principal sindicato de los servidores civiles.

El presidente del principal sindicato del sector publico en Irlanda del Norte, el NIPSA, es Carmel Gates, una militante del CIT, y otros miembros del Socialist Party estan en la dirección del NIPSA.  Por un periodo, el Socialist Party en Irlanda ocupo la posición de la presidencia del CPSU (sindicato de los servidores civiles) en Irlanda del Sur.

La actividad sindical es crucial para el CIT en el mundo neocolonial, desde Chile a Cachemira.  Los militantes del CIT ejercen un papel importante, por ejemplo, en el sindicato de los profesores en Brasil, y estan envueltos en la recomposición de las organizaciones de los trabajadores bajo una complicada situación en la antigua Unión Soviética (incluyendo a Rusia y Kazajstán).

 

Campañas Anti racistas

 

No es solo bajo las condiciones del llamado “tercer mundo” donde la lucha por la construcción de organizaciones de los trabajadores por derechos sindicales básicos y por el fin de los bajos salarios necesita ser conducida.  En junio del 2004, en Australia, una campaña por los derechos de los trabajadores jóvenes; `Unite!`, levantada por los militantes del CIT, obligo a la gerencia de la librería multinacional «Borders» a concordar una mejoría de las condiciones de sus trabajadores jóvenes.

Tanto en las palabras como en la acción, el CIT permanece del lado de las mujeres, de los jóvenes y de los pobres y, en particular de las minorías oprimidas.  El trabajo exitoso entre los inmigrantes realizado por la sección griega del CIT resulta en el ingreso de varios activistas inmigrantes al partido.  Sozialistische Linkspartei, CIT en Austria, estuvo al frente del `movimiento de resistencia` en el 2001, que protesto contra la inclusión de la derecha populista, FPO (`Freedom Party`), en el gobierno nacional de coalición.

 

Los compañeros australianos fueron activos en la campaña contra las crueles e inhumanas políticas anti-inmigrantes del gobierno liberal de John Howard.  Esto incluyo la organización de protestas afuera de los centros de detención de inmigrantes en el desierto.  El Socialist Party (Inglaterra y País de Gales), y «Youth against Racism in Europe» (YRE –Juventud contra el Racismo en Europa), organizo sólidas campañas contra las políticas anti-inmigrantes del gobierno del `New Labour` y también contra la extrema derecha racista y la derecha populista.  La campaña `Blokbuster` en Bélgica iniciada por el CIT, estuvo frente a las protestas contra el populista de extrema-derecha Vlaams Blok.  El CIT holandés, Offensief, organizo importantes contingentes, en el 2004, durante las grandes manifestaciones de protesta contra los planes del gobierno de coalición de derecha en Holanda de obligar el `retorno` de miles de refugiados hacia las zonas de guerras, extremadamente pobres y corriendo riesgos mortales.

 

Trabajando con otras fuerzas de izquierda

 

Mientras construye sus propias fuerzas, el CIT esta preparado para trabajar con otras organizaciones de izquierda, incluso en elecciones, donde esto sea posible y donde sea interesante para la clase trabajadora.  Durante las elecciones municipales alemanas de junio del 2004, un militante del CIT, Sozialistische Alternative (SAV), conquisto un cargo de concejal en Rostok, siendo parte de una lista electoral de izquierda. Sozialistische Alternative  esta tambien trabajando en la formación `Alternativa Electoral Trabajo y Justicia Social` , que tiene como objetivo transformarse en un nuevo partido.  Los militantes de SAV trabajaran para llevar adelante el trabajo para que esta formación levante una alternativa socialista al PSD.

En Brasil, la sección del CIT era parte del PT, pero dejo el partido, después que asumió el poder y avanzo en los ataques neoliberales contra la clase trabajadora.  La sección brasileña esta actualmente colaborando conjuntamente con otras fuerzas de izquierda en el recién lanzado P-SOL (Partido Socialismo y Libertad)  con el objetivo de construir una alternativa trotskista socialista de masas al PT de Lula.

En Escocia, Holanda y Portugal, el CIT participa en formaciones amplias de izquierda, mientras levanta la bandera del marxismo.  Luego de la salida de los antiguos miembros del CIT en Escocia, en el 2003, para formar la mayoría de la dirección del Partido Socialista Escocés (SSP) –abandonando el camino del trotskismo y el objetivo de construir un partido marxista-, el CIT en Escocia (International Socialist) esta ganando nuevos miembros, tanto dentro como fuera del SSP.  El CIT presenta en el SSP un programa basado en el marxismo, y esta en la línea de frente en oposición a las crecientes políticas reformistas y nacionalistas de izquierda de la dirección del SSP.  El CIT holandés, Offensief,  gano a miembros del Partido Socialista (un partido amplio de izquierda) defendiendo las ideas marxistas dentro del partido.  En el 2003, los militantes de Offensief, y otros activistas del PS, se organizaron para obligar a los dirigentes del PS para que llamaran a un encuentro especial en Ámsterdam para discutir la limitada democracia interna en el PS las políticas reformistas de izquierda del partido.  Esto llevo a un ataque contra los militantes de Offensief por parte de la dirección del PS de Ámsterdam.   Sin embargo, al año siguiente, nuevos simpatizantes de Offensief dentro del PS fueron ganados, incluso un concejal del PS, llevo a otros concejales, en la ciudad de Breda, a simpatizar con Offensief.

La Alternativa Socialista en Portugal, participa en el Bloque de Izquierda y los miembros del CIT estan en la Mesa Nacional del Bloque, su órgano de dirección nacional.  Nuevamente, la tarea de los marxistas en una formación amplia como el Bloque de Izquierda es promover un programa y una acción socialista audaces que pueda ganar el apoyo de la clase trabajadora y de la juventud.

El CIT también lucha consistentemente junto a las comunidades locales de la clase trabajadora.   Los socialistas en la Republica Checa, Socialisticka Alternativa Budoucnost (CIT), trabajan con las organizaciones de arrendatarios en la lucha contra la privatización de sus casas.  Una campaña contra el terrible impuesto a la extracción de basura, en Irlanda del Sur llega a su punto máximo en el 2003, cuando los gobiernos municipales intentaron implementar tasas injustas en las áreas de la clase trabajadora en Dublín.  El Socialist Party (CIT) estuvo al frente de la oposición de masas de la comunidad contra este impuesto, ayudando a organizar manifestaciones para parar las operaciones de los colectores de basura.  Al mismo tiempo, la campaña fue un llamado a los trabajadores de los municipios para que se sumaran a la lucha.  Manteniendo este principio, los manifestantes contra el impuesto a la basura fueron a parar a los tribunales y algunos fueron encarcelados, incluso Joe Higgins, miembro del parlamento por el Partido Socialista de Dublín del Norte, y otros valientes jóvenes y activistas comunitarios, entre ellos, miembros del Partido Socialista.  Por luchar por los intereses de los trabajadores.  Clare Daly fue reelecta como concejal en junio del 2004, y Joe Higgins obtuvo una excelente votación, en el mismo mes, cuando disputo al parlamento europeo.

 

Fortaleciendo el CIT

 

Desde la primera publicación (en ingles) de “History of the CWI”, en 1998, el CIT se ha fortalecido, reconstruyendo secciones y grupos, y también surgió en nuevas áreas del mundo.

Uno de los desarrollos más impresionantes ocurrió en Bélgica donde, a través de audaces y determinadas campañas, entre la juventud, en sindicatos y en las elecciones, los compañeros construyeron una presencia significativa tanto en la parte del país que habla flamenco como en la francesa.  La sección obtuvo 20 mil votos durante las elecciones europeas en el 2004.  Igualmente el CIT en Suecia produce un periódico semanal y esta envuelto en todas las principales luchas de la sociedad, como la huelga de los trabajadores municipales en el 2003.  La sección fue la principal fuerza tras las protestas anticapitalistas en Gotemburgo en el 2001, lucho por los derechos de las mujeres, y también realizo campañas contra la extrema derecha (enfrentando incluso ataques físicos en el proceso).

 

La segunda mayor sección del CIT, después del SP de Inglaterra y País de Gales, es el Movimiento Socialista Democrático (DSM) en Nigeria.  Este proceso fue posterior a un cambio significativo en el país, tras la caída de la ultima dictadura militar.  Por años, los compañeros del DSM trabajaron bajo la represión militar, y ganaron influencia y respeto por su aproximación de clase entre los pobres, trabajadores y estudiantes.  Después del fin del régimen militar, en 1998, el DSM fue lanzado como una organización abierta.  El nuevo periodo `democrático` de régimen civil vio al DSM responder con audacia e iniciativa, y el crecimiento de la sección fue rápido después de 1999.   La sección es un componente importante del amplio y radical Nigerian Conscience Party (NCP) y tiene autoridad entre los trabajadores organizados, especialmente en Lagos.  Los compañeros nigerianos del CIT llaman a la acción militante, incluyendo para huelgas generales bien preparadas, para resistir los ataques del gobierno, como los aumentos del precio del petróleo.  La sección también alerto contra el debilitamiento de los dirigentes obreros y de los dirigentes del CNP frente a la elite capitalista, solo la construcción de organizaciones de los trabajadores de masas e independientes, con un programa socialista, puede mostrar la salida para la pobreza, la corrupción, y las divisiones en líneas tribales, étnicas y religiosas.

 

También en mundo neocolonial, el Partido Socialista Unificado (USP), en Sri Lanka, esta reconstruyendo las ricas tradiciones del genuino trotskismo en este país.  Único entre la izquierda, el USP tiene tanto a miembros de origen Singales como de origen Tamil de la población y vienen ganando el apoyo de amplias comunidades durante las elecciones.

El CIT en los EE.UU., Socialist Alternative, esta hoy presente en ciudades por todo este país de escala continental.  Una alta prioridad ha sido puesta para ganar la juventud, en las universidades y en las comunidades.  Socialist Alternative participo del embrionario `Partido Laborista` antes de que se transformara en un simple grupo de presion sobre el partido demócrata de los grandes empresarios.  Durante las disputas electorales presidenciales del 2000 y 2004, Socialist Alternative, llamo a votar por Nader.  A pesar de las políticas radicales limitadas de Nader, atrajo a muchos jóvenes y trabajadores, buscando una alternativa a los dos partidos de las grandes empresas.    Durante las reuniones de apoyo a Nader, los compañeros del CIT presentaron una posición socialista, argumentando que solo esto puede construir una alternativa de masas viable.  La campaña reciente anti-racista y anti-fascista hecha por el CIT en Toronto también esta ayudando a ampliar la influencia de este grupo en Canadá.

 

En algunos países la situación política estuvo relativamente `dormida` durante años,  pero una ves que la clase trabajadora y la juventud despierten, el CIT responderá.

El CIT en Japón, participo de las grandes manifestaciones contra la guerra en el 2003 y defendió una posición socialista contra las aventuras militares extranjeras en Irak.  Los militantes del CIT en Chipre encontraron una calurosa respuesta a su llamado por la unidad de la clase trabajadora y para la solución socialista para la división en la isla.   Los simpatizantes del CIT en España y en el Caribe, por ejemplo, participaron de los movimientos contra la guerra y el gobierno en el 2003/2004, y estan envueltos en la lucha por la construcción de sindicatos combativos y democráticos.

 

Nuevas secciones

 

La sección en Israel, Maavak Socialisti, fue establecida oficialmente en 1999.  Ella defiende la unidad de los trabajadores contra los patrones y el gobierno de Sharon,  dando apoyo importante para las luchas de los trabajadores en Israel.  Los compañeros de Maavik Socialisti también apoyan el derecho de auto-determinación de los palestinos, y defiende una Palestina socialista e independiente junto a un Israel socialista, como parte de una confederación socialista de la región.

 

El CIT ahora también tiene un trabajo bajo una situación de extrema dificultad en Cachemira, un país dividido y ocupado, y que sufre una represión, pobreza y desempleo terribles.  Es, bajo este contexto, que los militantes del CIT ayudaron a organizar las manifestaciones del Primero de Mayo llamando a la unidad de los trabajadores.

Nuevos grupos del CIT se han establecido en Nueva Zelandia (2003), Polonia (2004) e Italia (2004).  Convencidos de que el CIT es la mejor  fuerza internacional trotskista, esos compañeros estan ansiosos por construir una sección en estos países.

 

Los últimos años también vieron el resurgimiento de las actividades del CIT en Sudáfrica, a través del Movimiento Socialista Democrático (DSM).  El fin del apartheid fue un enorme paso para los negros, pero la llegada al poder del Congreso Nacional Africano con un programa neoliberal provoco aprehensión y también desilusión entre muchos en la izquierda.  Esto incluyo a algunos antiguos simpatizantes del CIT que concluyeron que la globalización y el capitalismo eran sistemas imbatibles y que los socialistas podían hacer poco por cambiarlo.  El CIT, sin embargo, apunto los limites de la globalización y la necesidad de la clase trabajadora para organizar una transformación conciente de la sociedad  (argumentos que son, crecientemente, aceptados por varios jóvenes y trabajadores de Sudáfrica e internacionalmente).  Armado con un sólido programa, el DSM esta reconstruyendo sus fuerzas en Sudáfrica, y ayuda a liderar las luchas contra la privatización en las poblaciones y contra los crecientes cobros en las universidades.  La amarga experiencia de vida bajo el pro-capitalista gobierno CNA esta significando que el llamado del DSM por un nuevo partido de masas de los trabajadores se torne cada vez más popular entre las masas.

 

Un factor importante en el éxito del establecimiento del CIT en nuevas partes del mundo ha sido el papel de los sitios web del CIT.   El principal sitio del CIT (socialistworld.net) y el sitio de archivos del CIT (marxist.net) son medios vitales para divulgar las ideas trotskistas internacionalmente.  Junto con socialistworld.net (que es reconocido ampliamente a nivel internacional como uno de los mejores sitios de la izquierda), los sitios de varias secciones nacionales estan atrayendo nuevas fuerzas para el CIT.  Claramente, el trotskismo en Internet es un valioso complemento a los periódicos, panfletos y libros del CIT y de sus secciones.

El CIT también construyo nuevas fuerzas en países donde previamente estuvo envuelto en debates necesarios que llevaron a que algunos miembros dejasen nuestras filas y el marxismo.  Después de nuestro rompimiento con los dirigentes cada vez mas reformistas del `Partido Laborista de Pakistán (LPP) en 1998, el CIT se reorganizo como el `Partido Socialista Unificado`.   Esto mejoro la posición del CIT en Pakistán, especialmente de cara a muchos activistas de izquierda que estaban cansados con la corrupción y la entrega de sus `dirigentes`.  En el 2003, otros socialistas de la izquierda revolucionaria en Pakistán ingresaron al CIT, para formar el `Movimiento Socialista`.   Con la influencia de los grupos recién establecidos en los sindicatos y entre las comunidades, y aliado a un programa y políticas correctas, el CIT esta hoy presto a realizar progresos significativos en Pakistán.

 

La sección francesa del CIT, Izquierda Revolucionaria (GR), surgió de los debates dentro del grupo francés del CIT durante muchos años.  Después de un tiempo, algunos antiguos miembros retornaron hacia la LCR mandelista, y rápidamente se disolvieron dentro de la izquierda reformista.  Los compañeros de GR, en contraste, construyeron una base importante para el trotskismo revolucionario en las ciudades del norte de Francia, como Rouen, y en otras partes del país.  La sección tiene importantes puntos de apoyo en los sindicatos de profesores y de la juventud.  Ya en el 2004, un miembro de GR que fue parte de la lista de candidatos del la LCR/LO en las elecciones locales, y presentando el programa de GR, tuvo una votación respetable.

 

Las ideas durables y relevantes del trotskismo

 

El hecho de que el CIT no solamente haya mantenido una presencia en la antigua Unión Soviética, sino que también extendió su apoyo a través de la CEI, incluyendo Rusia, Kazakhastan, Ucrania y Moldavia, y esta actualmente ganando nuevos simpatizantes en las republicas de Asia Central, es un testimonio de la durabilidad y la relevancia de las ideas del trotskismo en la tierra de la revolución socialista de 1917.   Las condiciones en la CEI (Comunidad de Estados Independientes) empeoraron marcadamente desde el colapso del estalinismo y la restauración del capitalismo, llevando a una caída en las expectativas de vida de la población.  La clase trabajadora sufrió grandes derrotas y esta, fundamentalmente, en estado de recomposición de sus organizaciones independientes.

Sin embargo, a pesar de estos factores, y de la ola de ataques de la clase dominante sobre el bolchevismo y el marxismo, el CIT trata de construir una presencia importante en la CEI.  Las campañas de la juventud, sindicales y contra la guerra (incluso contra el actual conflicto chechenio), mejoraran la imagen del CIT y atraerán a nuevos militantes de la clase trabajadora y de la juventud hacia sus filas.  Además, el CIT ha debido resistir a los altos niveles de corrupción y oportunismo en el movimiento de los trabajadores, y sustentar la posición de principios del marxismo.  Ninguna otra fuerza trotskista, sin mencionar a las organizaciones de la izquierda en general, ha presentado el mismo éxito en la antigua Unión Soviética.

 

En realidad, ninguna otra organización trotskista tiene la misma presencia internacional como el CIT.   Esta claro que el CIT es aun una fuerza relativamente pequeña y la tarea adelante para la transformación socialista de la sociedad es enorme.  No obstante, armado con las ideas y tradiciones ricas del marxismo y del trotskismo, la militancia del CIT no se intimida por el camino que tiene por delante.  Al contrario, el CIT esta dispuesto y ansioso para cumplir su parte en la creación de fuertes organizaciones de la clase trabajadora y de una nueva internacional de masas de los trabajadores, que puedan comenzar a deshacerse del mundo del capitalismo y todos sus horrores, de una vez por todas de una vez por todas.

 

 

 

Para mayor información sobre cualquier asunto mencionado arriba, y para seguir las campañas y actividades del CIT, visite el sitio del CIT:

www.socialistworld.net

 

 

Glosario de partidos y organizaciones

 

Asociación Internacional de los Trabajadores (Primera Internacional)- Fundada en 1864, con Marx y Engels como lideres centrales; organizo a varios trabajadores en Europa y en América del Norte; enfrento una fuerte represión después de la Comuna de Paris en 1871; entro en declive y se disolvió en 1876.

Comitern (Tercera Internacional o Internacional Comunista) – Fundada en 1919 como partido revolucionario mundial; bajo stalin se convirtió en eun elemento contra-revolucionario de la política exterior y después de los intereses de la casta dominante privilegiada en Rusia; fue disuelta en 1943.

 

Comité por una Internacional de los Trabajadores (CWI/CIT) – organización trotskista internacional, con organizaciones y partidos afiliados en mas de 35 países.

 

Democracia Socialista (DS) – sección brasileña del SU-CI (Conocida también como Cuarta Internacional)

 

International Socialist (IS), sección del CIT en Escocia.

 

International Socialist Movement (ISM) – dirección mayoritaria agrupada en el Partido Socialista Escocés, que dejo el CIT a principios del 2001.

 

Liga Internacional de los Trabajadores (LIT) – tendencia morenista basada principalmente en América Latina.

 

Liga Comunista Revolucionaria (LCR) – sección del SU-CI en Francia.

 

Linksruck – tendencia de la TSI/SWP en Alemania.

 

Lutte Ouvriere (LO) – un partido trotskista en Francia.

 

Cuarta Internacional – Establecida por Trotsky y partidarios en 1938 como una sucesora revolucionaria de la Segunda y Tercera Internacional; sin embargo, después de la muerte de Trotsky y del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Cuarta Internacional degenera y se divide, bajo la dirección de Mandel, Pablo, J. P. Cannon y cia.

 

Partito della Rifondazione Communiste (PRC) – partido de izquierda en Italia, formado en 1991 de la división del antiguo Partido Comunista Italiano.

 

P-SOL – Partido brasileño, que fue formado en el 2004 por los miembros expulsados del PT y otros, incluyendo grupos trotskistas.

 

Partido Socialista Escocés (SSP) – partido amplio de izquierda formado a fines de los años 90.

 

Respect Unity Coalition (`Respect`) – agrupamiento electoral en Gran Bretaña, dominado por el SWP y del parlamentario expulsado George Galloway.

 

Secretariado Unificado Cuarta Internacional (SU-CI – `Cuarta Internacional`) – tendencia internacional liderada por Mandel durante un largo tiempo.

 

Tendencia Socialista Internacional (TSI) – agrupamiento internacional establecido por Tony Cliff; dominado por su seccion británica, el Socialist Workers Party (SWP).

 

Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT) – organización formada en 1995 a partir de las rupturas de la LIT.

 

 

Entre en contacto con el CIT

 

El Comité por una Internacional de los Trabajadores tiene partidos y organizaciones en mas de 40 países, en todos los continentes.  La forma de contactar a nuestros compañeros varia de país en país.  En algunos, usted puede contactar directamente.  En otros, será más fácil a través del centro internacional del CIT establecido en Londres.

 

Website: www.socialistworld.net

E-mail: cwi  worldsoc.co.uk ou

PO Box 3688, London, Ell IYE, Britain

Telefono: + 44 20 89 88 8760

Fax: + 44 20 8988 8793

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