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COMPROMISO HISTORICO

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por Felipe Portales

A propósito de la segura proyección del «modelo chileno» con el acuerdo del 15 de noviembre que le concedió a la derecha virtual poder de veto en la elaboración de la nueva Constitución con el quórum de 2/3 (análogo al regalo de la Concertación de la mayoría parlamentaria a la derecha en 1989); es importante recordar algunas de las innumerables muestras del «compromiso histórico» de la Concertación con el modelo neoliberal; y de los eufóricos reconocimientos de la derecha nacional e internacional con aquello. Se han escogido algunas «perlas» al respecto. 

De la Concertación:
Alejandro Foxley: «Pinochet realizó una transformación, sobre todo en la economía chilena, la más importante que ha habido en este siglo. Tuvo el mérito de anticiparse al proceso de globalización que ocurrió una década después, al cual están tratando de encaramarse todos los países del mundo (…) Esa es una contribución histórica que va perdurar por muchas décadas en Chile y que, quienes fuimos críticos de algunos aspectos de ese proceso en su momento, hoy lo reconocemos como un proceso de importancia histórica para Chile, que ha terminado siendo aceptado prácticamente por todos los sectores. Además, ha pasado el test de lo que significa hacer historia, pues terminó cambiando el modo de vida de todos los chilenos, para bien, no para mal. Eso es lo que yo creo, y eso sitúa a Pinochet en la historia de Chile en un alto lugar. Su drama personal es que, por las crueldades que se cometieron en materia de derechos humanos en ese período, esa contribución a la historia ha estado permanentemente ensombrecida» («Cosas»; 5-5-2000).
Eugenio Tironi: «La sociedad de individuos, donde las personas entienden que el interés colectivo no es más que la resultante de la maximización de los intereses individuales, ya ha tomado cuerpo en las conductas cotidianas de los chilenos de todas las clases sociales y de todas las ideologías. Nada de eso lo va a revertir en el corto plazo ningún gobierno, líder o partido (…) Las transformaciones que han tenido lugar en la sociedad chilena de los 90 no podrían explicarse sin las reformas de corte liberalizador de los años 70 y 80 (…) Chile aprendió hace pocas décadas que no podía seguir intentando remedar un modelo económico que lo dejaba al margen de las tendencias mundiales. El cambio fue doloroso, pero era inevitable. Quienes lo diseñaron y emprendieron mostraron visión y liderazgo» («La irrupción de las masas y el malestar de las elites. Chile en el cambio de siglo»; Grijalbo, Santiago, 1999; pp. 36, 60 y 162).
Nicolás Eyzaguirre: «En el mediano plazo la tendencia es que el Estado debería deshacerse de la mayoría de las empresas públicas. La única excepción es Codelco, que debería seguir en manos del Estado» («Que Pasa»; 2-9-2000).

De la derecha:
Oscar Godoy: Al ser consultado si observaba un desconcierto en la derecha por «la capacidad que tuvo la Concertación de apropiarse del modelo económico», respondió: «Sí. Y creo que eso debería ser un motivo de gran alegría, porque es la satisfacción que le produce a un creyente la conversión del otro. Por eso tengo tantos amigos en la Concertación; en mi tiempo éramos antagonistas y verlos ahora pensar como liberales, comprometidos en un proyecto de desarrollo de una construcción económica liberal, a mí me satisface mucho» («La Nación»; 16-4-2006).
César Barros (destacado economista y empresario): «Un grupo de amigos empresarios que denominaban a Don Ricardo ‘El Príncipe’ (tanto por aquello de Maquiavelo como por ser el primer ciudadano de la República) han optado en llamarlo de ahora en adelante, ‘Zar de todos los Chiles’ (…) Antes de este gobierno, los empresarios repetían el padrenuestro del rol subsidiario del Estado. Y, por lo tanto, un príncipe socialista solo podría hacernos daño. Pero el hombre, trabajando con cuidado y con inteligencia, los convenció de que estaba siendo el mejor Presidente de derecha de todos los tiempos; y el temor y la desconfianza se transformaron en respeto y admiración» («La Tercera»; 11-3-2006).
Arnold Harberger (Adlátere de Milton Friedman): «Estuve en Colombia el verano pasado participando en una conferencia, y quien habló inmediatamente antes de mí fue el ex presidente Ricardo Lagos. Su discurso podría haber sido presentado por un profesor de economía del gran período de la Universidad de Chicago. El es economista y explicó las cosas con nuestras mismas palabras. El hecho de que partidos políticos de izquierda finalmente hayan abrazado las lecciones de la buena ciencia económica es una bendición para el mundo» («El País», España; 14-3-2007).

Con la consternación de
Felipe Portales

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