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Los túneles del Chilean: Un centro de tortura que harán desaparecer sin investigación

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29 enero 2022

Hace unos días se está denunciando en redes sociales que junto a la demolición del colegio Chilean Eagles College de La Florida, se estarían por demoler viejos túneles con calabozos que pudieron ser usados como centros de detención y tortura durante la Dictadura Cívico-Militar de Pinochet. Conforme avanza la demolición, el tiempo se reduce para qué se investigue este lugar que podría tener un valor importantísimo para la justicia y la memoria de Chile.

En La Florida nuevamente un colegio está siendo demolido, los empresarios de la educación han aprovechado la pandemia para otras oportunidades de negocios. Sin embargo la preocupación mayor de este caso no es que más y más edificios continúen llenando la comuna, sino lo que quedará sepultado bajo estos edificios. Mientras los ex alumnos y profesores son invadidos por la nostalgia, surge el recuerdo compartido de un secreto a voces que hasta ahora no había salido de la comunidad educativa.  Hace unos días, a través de redes sociales, vecinos, ex alumnos e incluso antiguos profesores del colegio Chilean Eagles College de La Florida, han denunciado la existencia de túneles bajo el colegio que contienen rastros y evidencias de haber sido un centro de detención y tortura. Con esta nota buscamos rescatar los detalles que decenas de testigos han contado y que lamentablemente la censura de las redes sociales ha hecho desaparecer, para que ojalá se tome conocimiento oficial de este caso y se paralicen las obras para una debida investigación.

probando

La demolición del colegio comenzó a principios del mes de enero.

El Túnel

El Túnel del Colegio Chilean Eagles ha sido un secreto a voces desde su fundación a comienzos de los años 80. Muchos profesores lo conocieron y lo mantuvieron oculto de los estudiantes, lo que obviamente generó especulaciones, rumores y leyendas. Sin embargo en las Tomas del año 2011 y 2013, los estudiantes, teniendo vía libre para recorrer el colegio, finalmente pudieron conocer lo que había debajo de sus salas de clases.

Según testigos, la escotilla para ingresar al túnel es una pequeña puerta de madera, oculta bajo una alfombra que a su vez estaba debajo de una mesa en la sala de profesores, aquí ellos escondían los balones de fútbol después de los talleres, por ejemplo. También hay menciones de una segunda escotilla en lo que solía ser el patio de los Kinder, sin embargo los detalles presentados hablan de ésta principal de la sala de profesores.

Al ingresar se bajaba por una escalera de madera, antigua y previamente instalada. No está claro, según los relatos, cuán profundo es el descenso inicial, pero se presume entre 2,5 y 3 metros.

En el primer tramo, oscuridad total salvo por la luz de la escotilla, que permite ver un túnel lleno de polvo y con una gran cantidad de libros esparcidos por el suelo. No eran libros escolares, que es lo que se podría asumir, cuentan los testigos que eran libros muy viejos y casi todos manchados con lo que podría ser sangre. El túnel está aparentemente construido de ladrillo y parece ser un pasillo recto, sin embargo al adentrarse la morfología del túnel comienza a cambiar y conforme se curva ligeramente, se aprecian «Calabozos» o «Jaulas» de metal en el costado izquierdo del túnel, con rejas en muchos casos rotas. Cada jaula mide aproximadamente 2 por 3 metros, quizás menos, no eran grandes. No hay una cantidad específica pero aparentemente eran muchas, por lo menos decenas, pero incluso se habla de cientos, aunque podría ser una exageración debido a la indefinida extensión de las catacumbas.

No son pocos los testigos que recuerdan ropa antigua y manchas oscuras en los calabozos, quizás de sangre u otros fluidos. En algunos calabozos habían camillas de metal, en otros cadenas colgando, incluso algunos grilletes en el piso y esposas colgando de sillas.

Aparentemente nadie llegó hasta el final del túnel, ya sea por la oscuridad total o el evidente estado de incomodidad y miedo que un ambiente así generaría en los adolescentes, sin embargo era el aire el principal problema. Gran cantidad de testigos menciona que el aire era «pesado» con “olor a perro muerto y humedad” acompañado de una angustia emocional que bien se puede explicar por la evidente falta de oxígeno que el túnel tiene ya que, de haber existido, sus ventilaciones están completamente cerradas y de existir una salida en el otro extremo, estaría sellada también.

La extensión del túnel es incierta. La leyenda habla de que el túnel llegaría hasta el Santuario de Schöenstatt, lo que daría una extensión de por lo bajo unos 100 o 200 metros.

Imagen del Servicio Aerofotogramétrioco de 1978. En la esquina inferior izquierda se puede apreciar que antes de la inauguración del colegio ya existían los edificios que lo componen, a escasos 100 metros lineales del Santuario Bellavista de Schöenstatt.

El Santuario Schöenstatt y la memoria de los vecinos

Los mismos jóvenes al intentar encontrar más información recurrieron a entrevistas con los vecinos del sector. En el santuario, los guardias comentaban que debajo había un sistema de catacumbas que bien podría conectar con el sector del colegio ya que, a principio de los años 50 cuando comenzó a construirse el santuario, estas tierras pertenecían a la orden religiosa y aún no estaban las casas que hay ahora.

Cabe mencionar que, además de protagonizar graves casos de pedofilia y el encubrimiento de párrocos pederastas, la orden religiosa de Schöenstatt también tiene fuertes vínculos con la extrema derecha chilena, siendo sus miembros más emblemáticos la familia Kast.

Fotografía aérea del sector del Paradero 14 de La Florida a principios de la década del 70′. En la esquina superior izquierda se puede apreciar los alargados edificios antes de ser colegio.

El colegio fue inaugurado el 1981, sin embargo los edificios y galpones ya existían previamente en la década del 70 y según los vecinos más antiguos, durante los primeros años de la Dictadura Cívico-Militar de Pinochet, “este lugar era usado como barracas de alguna manera, porque cada cierto tiempo llegaban camiones con milicos”.

Los estudiantes mencionan que para el año 2012 cuando estaban investigando el tema, incluso habían páginas web que mencionaban listas de Centros de Tortura y aparecía listado Vicente Valdés #80 como uno de ellos, pero lamentablemente esas web ya no existen o serían muy difíciles de encontrar.

Ventanal del colegio abandonado el 2020. El Águila Heráldica ha sido el símbolo de esta cadena de colegios. 

¿Y por qué hay un colegio sobre estos calabozos?

Una de las entradas a las catacumbas fue descubierta en un colegio, el Chilean Eagles College. Este colegio era de propiedad de Filomena Narvaez Elgueta, famosa empresaria de la educación que llegó a construir un imperio de decenas de colegios enriqueciéndose con el lucro generado por la educación siendo incluso dueña de la Universidad Iberoamericana, que cerró por la malversación de fondos, evasión de impuestos y el mal manejo de fondos públicos. Filomena Narváez fue además dueña de fundos en Renca, en dónde desalojó con la policía militarizada a cientos de pobladores de una toma; como también la dueña de los fundos donde se emplazaba la emblemática Toma de Peñalolén y el Campamento Esperanza Andina. En La Florida también es dueña de la puntilla norte del Cerro Isla La Loma, dónde desalojó también el proyecto vecinal de construir un parque, liderado por Germina La Florida, lugar ahora cerrado con planchas de metal y alambres de púa.

Todas estas tierras y empresas lucrativas de educación tienen una estrecha relación con la Dictadura Cívico-Militar, como muchas y muchos otros empresarios, por ser una íntima amiga del Dictador Augusto Pinochet, algo que se veía reflejado en el antisindicalismo y autoritarismo con el que manejaba sus instituciones educativas.

Plano del colegio Chilean Eagles College en 1986. Se puede apreciar que eran los mismos edificios y galpones que ya existían en los 70’s.

La conclusión

Ante todo lo presentado por testigos es evidente presumir que se trata de un Centro de Detención y Tortura utilizado durante los primeros años de la Dictadura Cívico Militar de Pinochet en los años 70. Es posible que los túneles hayan sido construidos mucho antes por la orden religiosa Schöenstatt cuando se construyó el santuario, sin embargo hayan sido utilizados para estos otros fines.

Tanto la memoria de los vecinos y ex alumnos, como las conexiones políticas de los organismos involucrados, sumado incluso a la censura en redes sociales de la denuncia, es que se puede presumir que de todas maneras hay algo que había permanecido oculto por casi 50 años y que quieren mantener de esa manera.

Actual cercos de la demolición del colegio.

En este momento la empresa Rhino Demoliciones está realizando los trabajos de demolición de las dependencias del colegio para posteriormente la Inmobiliaria Pilares comenzar a construir un edificio en el lugar. Con la construcción de este edificio nuevamente un Centro de Detención y Tortura de la Dictadura sería sepultado en cemento, sin investigación y  completamente olvidado bajo un edificio, como ocurrió ya en La Florida con el palacio de Rojas Magallanes, algo gravísimo para las miles de familias que aún esperan por justicia y reparación.

Lamentablemente todo lo anterior será mera especulación mientras no se investigue de la debida manera. Esperamos con esta nota llamar la atención no solo de agrupaciones de defensa de los Derechos Humanos, sino también de las autoridades pertinentes para que se paralice lo antes posible las obras de demolición y se realice una investigación seria antes de que el fascismo borre una vez más la evidencia del pasado.

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