Por Andrés Figueroa Cornejo
El Día Internacional de los Trabajadores en Santiago, se caracterizó por la criminal balacera contra los manifestantes protagonizada por individuos de civil fuertemente armados. La acción paramilitar que ocurrió a vista, paciencia, anuencia y presencia de Carabineros, tuvo por lo menos dos momentos y se sucedieron seguidamente en plena Alameda, arteria principal del país. Hasta el momento, el resultado de los disparos dejó gravemente herida a la comunicadora social del Canal Señal 3 de La Victoria,Francisca Sandoval, a un menor y dos personas más. La periodista se encuentra en la exPosta Central con un diagnóstico reservado.
Pasado el mediodía de este primero de mayo, entre la Universidad de Santiago de Chile y la Estación Central se efectuó un acto en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. Como ha ocurrido en los últimos años, la actividad no logró siquiera terminar cuando las Fuerzas Especiales de Carabineros, la policía militarizada chilena, arremetió con bombas lacrimógenas antimotines y carros lanzaaguas contra los convocados. La novedad, y según las nuevas formas de represión “tercerizada” de las policías contra las disidencias sociales, como pasó hace unas semanas en medio de una movilización de estudiantes en el mismo sector, fue que aparecieron individuos vestidos de civil, con armas de munición real, disparando sobre los activistas. Al menos dos de los individuos fueron registrados fotográficamente por los presentes y uno de ellos, trabando amistosa conversación con los uniformados.
Minutos después, siempre por la Alameda, un automóvil de vidrios oscurecidos y a toda velocidad, también disparó contra los manifestantes. En este caso, afortunadamente y debido al rumbo zigzagueante del vehículo, los balazos no dieron en ninguna persona. El coche se dio a la fuga como en los peores tiempos de la dictadura militar.
De acuerdo a diversas versiones, los civiles armados corresponderían a mafias y al crimen organizado de una zona poblada de trabajadores informales y comercio ambulante. Sin embargo, ello no niega en absoluto la relación de complicidad y complementariedad represiva con carabineros. No es un fenómeno nuevo en Latinoamérica la colaboración de la delincuencia más estructurada con las fuerzas represivas del Estado. De hecho, esa es una de las maneras más corrientes en que la policía “no se ensucia las manos” directamente, sobre todo cuando se trata de una entidad con una pésima evaluación de la opinión pública desde el estallido social del 18 de octubre de 2019, a causa de su violación sistemática de los derechos humanos. Al mismo tiempo, en el territorio de la resistencia mapuche, las Fuerzas Especiales de Carabineros actúan de manera similar; o sea, con falsa bandera y mediante el tráfico de drogas.
Mientras tanto, en el extremo oriente de la Alameda, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, presidida por un militante del Partido Socialista (liberal), organizó un acto que arrancó desde la Plaza Dignidad hasta el escenario ubicado en Santa Rosa y Alonso Ovalle. A diferencia de lo sucedido en la actividad de Estación Central, la marcha se desarrolló sin percances ni Fuerzas Especiales de Carabineros ni crimen organizado a la vista.
Las alocuciones centrales estuvieron muy próximas al relato oficialista y en la manifestación participaron representantes del sistema político institucional. Sin embargo, un importante sector de los asistentes expresó una mirada crítica a la presidencia de la CUT, debido a su notoria obsecuencia con el gobierno de turno cuyas iniciativas en materia de salario mínimo y bonos han sido evaluados como insuficientes por el pueblo trabajador para enfrentar la actual crisis en curso.
Asimismo, una facción de izquierda (MIT, MST) que estuvo en la marcha efectuó un acto paralelo en las escalinatas de la Biblioteca Nacional, lejos de la representación de la militancia del Partido Socialista en la CUT.
En la movilización también se expresaron organizaciones del feminismo popular y sindicatos de base con una fuerte identidad clasista.