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1 de Julio: invitación a presentación del libro LOS INTRAMARCHAS

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Los ‘Intramarchas’: Josefa Barraza habla sobre su libro que expone al grupo de Carabineros que se infiltró en el estallido social

El Sol de Iquique, abril 21, 2022

Durante los meses de estallido social que vivió Chile en 2019, un grupo de carabineros se infiltró con agentes encubiertos en las manifestaciones con el objetivo de detener a personas supuestamente involucradas en acciones delictivas. Sin embargo, su trabajo fue sobrepasando las líneas de la justicia y derivó en la incitación a la comisión de delitos y detenciones arbitrarias. ¿Cómo se infiltró Carabineros en el movimiento ciudadano que se articuló en esos días? La periodista Josefa Barraza lo expone en su libro “Los intramarchas: Cómo el poder se infiltró en el estallido social”, y lo explica en esta entrevista que dio a pocos días del lanzamiento que hará este viernes a las 17:00 en la UAH.

Por Bryan Galvez 


Al comienzo, los ‘intramarchas’ eran algo así como un mito: se sabía que estaban ahí, pero no había pruebas de su existencia. Hacía años que en las protestas ciudadanas había sospechas de que carabineros o policías de civil se infiltraban para mimetizarse entre la gente y, desde adentro, dirigir la represión. La sensación creció tras el estallido social del 18-O y se acrecentó con videos y fotos capturadas in situ y viralizadas en redes sociales a modo de denuncias o funas. Pero seguían siendo algo extraoficial, algo que las autoridades negaban y que parecía imposible comprobar.

Pero eran una realidad.

La primera vez que leímos sobre estos ‘intramarchas’ fue gracias a una investigación que realizó la periodista egresada de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), Josefa Barraza, y que plasmó en un reportaje que publicó en septiembre de 2020 en La Voz de los que Sobran. En ese trabajo, por primera vez se confirmaba la existencia de este equipo especial de la policía uniformada y su reconocimiento por parte del Ministerio del Interior como una medida para detener las movilizaciones que se habían desatado en todo el país.

Ese fue apenas el primero de una serie de reportajes y entrevistas que Barraza realizó para distintos medios y que, a medida que avanzaba, cerraba el cerco sobre aquellos carabineros que al límite –o incluso al margen– de la ley operaron encubiertos, como si fueran manifestantes, deteniendo por vías irregulares a quienes sí lo eran y justificando sin pruebas concretas el encarcelamiento de varios presos de la revuelta que, tras meses e incluso años en prisión, terminarían absueltos.

Toda esa línea de investigación periodística que Barraza rastreó por medio de entrevistas, documentos y pistas sueltas que fueron surgiendo en su camino, hoy es parte de su primer libro: “Los intramarchas: Cómo el poder se infiltró en el estallido social”, que será presentado este viernes 22 de abril a las 17:00 horas en el auditorio E11 de la Universidad Alberto Hurtado (ver formulario para inscribirse).

En poco más de 100 páginas, el texto que publicó Editorial LOM relata cómo agentes del Estado se infiltraron en las multitudinarias manifestaciones ciudadanas que siguieron al 18-O, quiénes eran, cómo se organizaban e incluso, en voz de uno de ellos, quiénes dieron las órdenes. Al mismo tiempo, rescata las historias de las víctimas de esa represión y de las violaciones a los derechos humanos que ya han acreditado diversas instancias internacionales.

Dos años y seis meses han pasado desde que en Chile estalló aquel movimiento social que remecería toda la estructura política y social del país. En todo ese tiempo han pasado tantas cosas, desde el inicio de un proceso constituyente hasta la victoria de un Presidente que partió su ruta con el movimiento estudiantil. Pero una cosa que no se ha olvidado y ha tensionado estos dos procesos ha sido el de los denominados ‘presos políticos’ del estallido y con quienes los intramarchas están, inevitablemente, unidos.

Puroperiodismo conversó con Josefa Barraza a pocos días del lanzamiento que realizará en la que fuera su casa de estudios. En la siguiente entrevista, la periodista adelanta parte de lo que será esa presentación refiriéndose a su trabajo periodístico de investigación, a sus consecuencias y a qué se viene de aquí en adelante para ella.

–¿Cómo nace la idea de este libro?

De una manera sumamente espontánea; no lo tenía planificado ni organizado. Cuando me enteré del caso de los intramarchas en el verano de 2020, me di cuenta de que se generaba un efecto de bola de nieve. Ya no estaba frente a un solo caso, sino que a medida que iba investigando y reporteando más sobre el tema, me encontraba con uno, y otro, y otro, y otro y así se fue formando un grupo de casos intramarchas. Y esto [la idea del libro] ocurre finalmente en octubre de 2021. Imagínate lo que voy a contar: estaba en un cumpleaños y había un niño, muy tierno, con el que empecé a conversar. Ahí me di cuenta de que la mejor forma de dejar un testimonio, de dejar una investigación para las próximas generaciones sobre lo que había pasado en nuestro país, iba a ser a través de este libro. Y así nace, a través de una conversación con un niño.

–¿Qué aborda en este libro?

Principalmente, cómo el personal de Carabineros y la Dipolcar (Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros) se infiltró en las manifestaciones y en el estallido social. Pero no tan solo nos quedamos en eso, sino que además, cómo distintas esferas del poder –como Gendarmería, el Poder Judicial, el Ministerio Público y empresas privadas– se infiltraron también en el estallido social a través de los ‘intramarchas’. Entonces, cuando la gente cree que sólo se va a encontrar en el libro a Carabineros de Chile y los ‘intramarchas’, se equivocan: van a encontrar mucho más que eso.

–¿Cómo fue reportear algo que oficialmente no se quería revelar?

Fue sumamente complejo. Primero, partiendo porque la institución principal, Carabineros de Chile, me negó en todo momento información. Hasta el día de hoy estoy peleando para que reconozcan el concepto de ‘intramarchas’. A medida que iba reporteando y encontrando más casos, encontraba más obstáculos que debía sortear mi investigación, como el acceso a algunas carpetas investigativas secretas y confidenciales. Además, a medida que encontraba un caso, me encontraba con dos más, y tenía la necesidad de reportear todos los casos de los que tuviera conocimiento. No es fácil investigar a Carabineros en Chile. No es para nada sencillo y mucho menos cuando eres periodista independiente, freelance y cuando no tienes un contrato que te pueda blindar en caso de algo.

–¿Ha sufrido alguna presión o amenaza por este trabajo?

Creo que más que amenazas, sí he recibido cierto hostigamiento y violencia digital debido a este tipo de reporteo. Además, me han sucedido algunos hechos muy extraños que me los voy reservar, pero sí me he visto vulnerada en ciertas situaciones y puedo decir que tenían directa relación con los hechos que estoy investigando.

–¿En qué momento decide enfocarse en el estallido? Su trabajo previo se concentraba en historias sobre el Sename junto a Carola Rojas y, de repente, aparece como una periodista referente sobre casos de la revuelta…

Cuando salí de la escuela de periodismo de la UAH, mi meta, mi misión y anhelo era escribir solamente sobre Sename y casos de violencia sexual. Te estoy hablando de agosto de 2019, pero cuando ocurre el estallido social me doy cuenta de que hay muy pocas manos periodísticas para escribir y cubrir esos casos. O sea, teníamos a la prensa tradicional que estaba entregando una información que siempre era información oficial, pero cuando ingresaba a redes sociales, especialmente a Twitter, me encontraba con otra realidad. Era otro Chile, un Chile paralelo. Y ahí es cuando tomé la decisión, en noviembre de 2019, de empezar a cubrir casos del estallido social.

–¿Cómo parte esa ruta?

Mi primer reportaje fue una crónica sobre cómo jóvenes de escasos recursos se enfrentaban e integraban esta primera línea y cómo ellos, a través de sus historias de vida, se motivaban a salir a las calles a manifestarse. A medida que iba avanzando en mi reporteo, me fui topando con casos de presos de la revuelta, los cuales tampoco estaban siendo cubiertos por la prensa tradicional. Nadie estaba cubriendo esos casos y es ahí cuando, de manera autónoma y aprovechando que era periodista independiente, decidí que quería cubrir sus historias. Mi primer artículo sobre los presos de la revuelta fue sobre dos adolescentes que habían estado en el Sename, acusados de incendiar la Municipalidad de Buin. Luego me llegó el caso de Nicolás Ríos, el primer caso ‘intramarcha’ del que tuve conocimiento. Y después el de Cristian Valdebenito, asesinado por el impacto de una bomba lacrimógena. Ahí me comencé a relacionar no tan sólo con los presos de la revuelta, sino que también con las víctimas del estallido social y de la vulneración de sus derechos humanos. Es así como en 2020 empecé a desarrollar todo este tipo de periodismo independiente, de primera línea, de estallido social, y es la línea que he seguido en los últimos años.

–¿No cansa seguir tanto un solo tema?

Pero es que tampoco quita que investigue otros casos como violencia sexual, abusos en el Sename o lo que ocurre en Wallmapu. Incluso el texto “Tres disparos en el bosque“, que explica la muerte de Pablo Marchant (integrante de la CAM), fue preseleccionado para la última edición del Premio Periodismo de Excelencia de la UAH. Más que referente del estallido social, lamentablemente fui una de las pocas periodistas que se atrevió a creer y escribir casos de la revuelta. Me hubiese encantado que hubiera habido más manos para poder escribir, porque habrían sido más los casos cubiertos y se habrían masificado aún más las historias.

–¿Qué viene después de esto?

Me han preguntado si estoy trabajando en algo más o si es que me gustaría escribir un segundo libro. Pero primero me gustaría ver cómo nos va con “Los intramarchas: Cómo el poder se infiltró en el estallido social”. Quiero vivir ese proceso correctamente, quiero llenarme del conocimiento que me va a dejar el lanzamiento de este primer libro y, si la gente lo recibe bien y tiene una buena aceptación, obviamente estaría planeando la escritura de un segundo libro que tenga relación directa con el estallido social. Pero sí, tengo en mente la escritura de un segundo libro, pero me voy a reservar de qué se trataría porque es una investigación que creo que dará que hablar e incomodará al poder. Y eso es lo que debemos hacer como periodistas: incomodar al poder y no ser relacionadores públicos; ser el puente para la búsqueda de verdad.

Fuente Puroperiodismo

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