Por Hugo Rodriguéz. Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT.
Con motivo de la inauguración de una estatua de Patricio Aylwin en la plaza de la ciudadanía, el presidente Gabriel Boric dijo.
““Si alguna vez se nos recuerda a los Cariola, Jackson, Vallejo, Boric de la actual generación como hoy se recuerda a Aylwin, sin lugar a dudas habremos cumplido nuestro cometido”.
No hay dudas que Patricio Aylwin es un personaje nefasto para la historia de Chile y sobre todo para la clase trabajadora.
Se ha pretendido blanquear su imagen, pero el pueblo chileno tiene memoria y no olvida que el ex presidente fue uno de los principales instigadores del golpe de estado contra Salvador Allende.
Un golpe de estado que desembocó en miles de muertos, torturados y detenidos desaparecidos, sembrando el terror en todo el país y aún más allá de nuestras fronteras.
Fue además el primer gobernante a la vuelta de la democracia, conquistada con sangre de muchos compatriotas y su lema fue “En la medida de lo posible”, que se tradujo en la más brutal impunidad de muchos de los criminales y una espera eterna, que dura hasta nuestros días por parte de los familiares de detenidos desaparecidos que aún claman por VERDAD Y JUSTICIA.
Cuanta distancia moral, ética y de cercanía con el pueblo hay entre un personaje como Patricio Aylwin y el compañero Salvador Allende.
Esto marca un gran retroceso y es una evidencia más del viraje a la derecha que ha tenido el gobierno en estos ocho meses que lleva en la Moneda.