El programa con el cual llegó el Pacto Apruebo Dignidad a la Moneda, es una propuesta de pequeños cambios al sistema Neoliberal y está lejos de ser comparable al programa de la Unidad Popular con Allende a la cabeza.
Nadie está hablando de Socialismo ni de revolución, se habla de profundizar la democracia para darle un mejor nivel de vida a la clase trabajadora.
Pero este es el punto más importante dentro de la contingencia actual.
La burguesía con su brazo político, la derecha y la ultra derecha se oponen de manera feroz a estos pequeños cambios, las palabras del ultra conservador Carlos Larraín (Padre de Martin Larraín quien salió libre de cargos después de atropellar conduciendo en estado de ebriedad y dar muerte a Hernán Canales).
“Hay que apretar a Boric hasta que chille” que recuerda a las palabras de Kissinger para sacar a Allende del poder. Muestran que ningún programa de reformas, puede tener éxito en Chile, por muy tibias y mínimas que sean estas reformas.
Un poco de ficción política
Lo que hay detrás de todo, es la visión de la burguesía de no permitir que Gabriel Boric logre llevar a la práctica su programa, porque esto podría abrir las puertas para que la ciudadanía lo sienta como un gobierno que de verdad está haciendo bien las cosas y generar así un movimiento de masas que termine llevando a la Moneda otro gobierno con un programa un poco más osado en cuanto a reformas.
Ya sabemos cómo es la dinámica de los movimientos sociales y la burguesía tiene muy claro esto.
La derecha jamás permitirá que se haga ninguna reforma por mínima que sea, por temor a lo que pueda desatar.
Eso es lo que muestra la sinceridad brutal de Carlos Larrain.
Cada día queda más claro que el reformismo no tiene ninguna posibilidad de gobernar y mejorar la vida de la clase trabajadora y mucho menos la derecha capitalista.
