por Celso Calfullan
La derecha chilena desde siempre ha usado la violencia contra los trabajadores, los pobladores y contra el pueblo pobre de Chile.
Históricamente ha sido así, basta recordar las una serie de masacres que han realizado en Chile, solo por mencionar algunas, “Pacificación de la Araucanía”, genocidio cometido contra los mapuche, la masacre de los portuarios en Valparaíso en 1903, matanza de los trabajadores del salitre en la Escuela Santa María de Iquique en 1907, masacre de Ranquil, 1934, masacre de Puerto Montt en 1969, el golpe de estado de 1973, solo por mencionar algunos.
Los gobiernos de la Concertación-Nueva Mayoría, también usaron la violencia contra las comunidades mapuche, que tienen como resultado varios comuneros mapuche asesinados o la represión contra las huelgas de los trabajadores contratistas de la minería o los trabajadores forestales y ni hablar de los dos gobiernos de la derecha encabezados por Sebastián Piñera, que tiene a su haber decenas de manifestantes asesinados y centenas de mutilados.
Esta es la misma gente de derecha que jamás han condenado la violencia brutal de las fuerzas represivas de la policía, esa que rompe los huesos de los detenidos, esa que tortura o arranca ojos de la personas a las que está reprimiendo.
También es la misma gente de derecha que tampoco ha condenado los asesinatos o montajes contra los mapuche, como la Operación Huracán o el montaje para encubrir el cobarde asesinato de Camilo Catrillanca, por supuesto el listado es mucho más largo que este par de ejemplos.
El problema de fondo es la ambición y avaricia de los empresarios, de los capitalistas que prefieren reprimir y asesinar a los trabajadores, a la gente antes de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias.
Este es el cinismo de todos los que hoy están condenando la “violencia” de los jóvenes que salen a las calles a manifestarse precisamente contra de la violencia del capitalismo, contra la enorme desigualdad, contra los salarios de pobreza o las pensiones miserables que están recibiendo los trabajadores que se están pensionando, todo esto también es extremadamente violento contra los sectores más pobres de esta sociedad.
Basta de tantas mentiras, basta de tanto cinismo de la elite de este país, que nos violenta día a día.
Celso Calfullan.
Conbatir al terrorismo de Estado desde cuaiquier trichera es balido