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Un Programa Socialista para un futuro Gobierno de los Trabajadores

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Socialismo Revolucionario

Entramos en un período de campañas electorales, donde como de costumbre aparecen las y los supuestos demócratas de los conglomerados políticos tradicionales ofreciéndonos la solución a todos los males que nos afectan.

En un contexto de crisis sanitaria, económica y política, nos enfrentamos a un escenario mucho más polarizado socialmente; que se ha caracterizado los últimos años por masivas movilizaciones que han impugnado el modelo económico y a la corrupta casta política empresarial defensora del Status Quo.

En el próximo período tendremos en forma paralela, por un lado, las campañas presidenciales y por otro el funcionamiento de la Convención Constitucional. En medio de la aguda crisis política e institucional, el proceso constituyente en curso ha llevado a sectores de la convención a radicalizar sus posiciones en la línea de sobrepasar los márgenes institucionales preestablecidos por el acuerdo del 15 de noviembre de 2019.

Dado el nivel de conciencia que ha tomado el proceso de movilización a través de las Asambleas territoriales y la irrupción de sectores independientes como la Lista del Pueblo es necesario exigir y construir propuestas que entreguen soluciones reales y definitivas, diferenciándonos en forma clara de programas que “no quieren quedar mal con dios ni con el diablo”.

En primer lugar, es importante dejar en claro que los abusos, la cesantía, las bajas remuneraciones, las miserables jubilaciones, la crisis de la educación y salud pública, el grave déficit de viviendas, la contaminación de zonas de sacrificio y el saqueo de nuestros recursos naturales; son el resultado de un modelo y sistema económico que ha  enriquecido solo a unos pocos.

Esto ha llevado a que miles de familias en zonas como Quintero-Puchuncaví, Coronel, Huasco, Mejillones, Tocopilla, Petorca, Paine, Illapel, etc.… sufran por la contaminación y la sequía de forma dramática.  La falta de viviendas obliga a cada vez más familias a vivir de allegados de manera indigna.  Junto a la brutal desigualdad que padecemos, se suma la opresión y racismo que existe contra los pueblos originarios y los migrantes.  Este sistema lleva a la acumulación de riqueza en muy pocas manos a diferencia de la gran mayoría de la población que cada día ve mermados sus recursos. La forma en que la elite basurea a la gente común y corriente, reprimiendo con la policía y los militares como pasó durante la Rebelión de Octubre del 2019, son también consecuencias de la implantación de un modelo económico y político heredado de la dictadura.

 Es el capitalismo neoliberal quien nos ha conducido a esta situación, donde la pandemia y la crisis económica, han acentuado la opresión y desigualdad a niveles nunca antes vistos.

 Este modelo implantado a sangre y fuego por la dictadura Cívico-Militar, ha sido administrado por la derecha, después por la Concertación que le dio legitimidad a la Constitución de 1980 maquillándola un poco y poniendo su firma; posteriormente el maquillaje y legitimidad a este sistema se lo dio la Nueva Mayoría.

Por todo lo anterior, no podemos permitir que sigan maquillando este modelo para seguir administrando las mismas injusticias hacia el pueblo trabajador.

Hoy más que nunca debemos luchar y construir una genuina alternativa de los trabajadores y el pueblo; que defienda un programa que solucione los problemas que nos aquejan a la gran mayoría de la gente de a pie.

Algunos puntos fundamentales que debiera contener un gobierno de las y los trabajadores:

  • Por una protección plena del empleo, la seguridad y los derechos laborales de todos los trabajadores. Por un salario mínimo de 600 mil pesos mensuales y una renta básica universal equivalente que cubra las necesidades familiares, permitiendo en este período, mantener una cuarentena efectiva.
  • ¡¡A frenar el desempleo!! Por la reducción de la jornada laboral a 36 horas, sin recorte salarial. Esta medida es fundamental para terminar con la cesantía y para poner fin a las jornadas de 12 o 16 horas diarias a que están sometidos miles de trabajadores.
  • En relación al grave problema de las pensiones, debemos exigir el fin del sistema de AFP y plantear como alternativa un Sistema solidario de reparto que entregue pensiones dignas que garantice pensiones equivalentes al salario mínimo.
  • Establecer el derecho a la educación, la salud y la vivienda como derecho público y humano esencial. Impulsar una educación inclusiva, integral y digna, donde el lucro no tenga cabida y que considere dentro de su malla curricular la diversidad multicultural, donde las comunidades educativas puedan incidir, terminando con las lógicas mercantiles.
  •  Por un Sistema único de Salud Pública de alta calidad y acceso gratuito.
  • Garantizar el acceso a viviendas públicas dignas bajo gestión comunal y congelar los elevados precios de los arriendos y casas, que solo benefician a las inmobiliarias.
  • Nacionalización de las áreas económicas estratégicas y de todos los recursos naturales, con el fin de ponerlos a disposición del desarrollo del pueblo, gestionado en forma sustentable con la participación efectiva de las comunidades; sobre todo las que se han visto afectadas con la sequía, la contaminación y la pobreza.
  • Es necesario terminar con el poder de los grupos económicos y transnacionales que someten a la mayoría de la población a la pobreza e incertidumbre cada día. El poder debe radicar en el pueblo y la clase trabajadora organizada; de manera que pueda participar en el control y gestión de la sociedad, para decidir verdaderamente su destino.
  • En relación a la policía y las FFAA, existe evidencia de sobra de su carácter represivo hacia el pueblo trabajador, la juventud y al Pueblo Mapuche.Por ello es necesaria la disolución inmediata de estas instituciones que son resabios de la dictadura, acabando con su estructura verticalista y represiva. Esto además es necesario dado los altos niveles de corrupción y robo que existe al interior de estos cuerpos armados. En su lugar, habrá que establecer una institución democrática controlada por la ciudadanía, donde la tropa elija su oficialidad y tenga derecho a sindicalización, además de la facultad para revocar de su cargo a los oficiales que intenten ordenar violaciones a los Derechos Humanos.
  • Terminemos con la discriminación contra la mujer. Por la igualdad de derechos. Igual trabajo, igual salario. Por un aborto libre, seguro y gratuito, Sin mujeres no hay revolución!!
  • Por el fin a la opresión de los pueblos originarios. En relación al pueblo Mapuche, exigimos el fin inmediato a la militarización de su territorio y la devolución de todas las tierras usurpadas.
  • Autodeterminación de los Pueblos Originarios.
  • Libertad a todas y todos los presos políticos de la revuelta
  • Libertad a todas y todos los presos políticos Mapuche.

Es necesario entender que toda conquista puntual arrancada a la clase dominante bajo el capitalismo, inevitablemente se perderá en una futura crisis, por un alza de la inflación o por recortes sociales.  Por eso la única forma de consolidar nuestros derechos para el futuro, es vincular las luchas concretas de cada día con la necesaria transformación revolucionaria de este podrido sistema.  

El capitalismo se ha mostrado incapaz de responder a nuestras necesidades y permitir el avance de la sociedad. Por eso es fundamental acabar con él y avanzar hacia una sociedad y economía que funcione para responder a nuestras urgentes necesidades; con una amplia y democrática participación en los diferentes planos de la vida.

 Lo que se necesita es un gobierno de los trabajadores que, con el apoyo de las capas más amplias de la sociedad, tome bajo propiedad pública los bancos, las instituciones financieras y las grandes empresas que dominan la economía. De esta manera, bajo el control y la gestión democrática de la comunidad, se podrían verdaderamente tomar las decisiones sobre lo que la mayoría necesita. 

En esto consiste el funcionamiento de una sociedad de carácter genuinamente socialista, que es la alternativa que necesitamos construir ante la opresión y barbarie del capitalismo.

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