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Argentina: Análisis de las elecciones y perspectivas de una crisis permanente

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por Hugo Rodriguez y Pedro Albornoz

Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT)

 

La situación política en Argentina, muestra la total banca rota por un lado del reformismo peronista y por otro, de la dirigencia sindical.

 

El gobierno de Milei ha sorteado con relativo éxito importantes conflictos sociales, a pesar del fracaso colosal de su programa económico y de acciones vinculadas a delitos y fraudes.

 

A poco de asumir Milei, comenzó un ataque brutal contra los niveles de vida de la clase trabajadora. Sus dos ejes principales para gobernar son, superar el déficit fiscal recibido de los gobiernos anteriores y bajar la inflación.

Debemos recordar que Alberto Fernández asumió con una inflación de 36% y dejó el cargo con un índice superior al 210%.

 

Para enfrentar estos desafíos, la promesa era hacer pagar a la casta el costo de la crisis. Lo que nunca se especificó era ¿quién era la casta?. Javier Milei y su gobierno enfocaron su acción directa contra la población más vulnerable, recortando el gasto público en pensiones para los jubilados, medicamentos para los enfermos de cáncer; paralizando completamente las obras públicas.

 

Recordemos que en su discurso ultra neoliberal afirmaba que el gasto en derechos sociales era un robo, un atentado a la propiedad privada y hasta llegó a decir que, si faltaba un puente en un pueblo, no era justo que todo el pais pagara el costo de construirlo; que debía hacerlo la gente del pueblo que se beneficiaría de él.

 

Dentro de su actuar, aparte de golpear de manera brutal a los jubilados que protestaban por mejoras de pensiones, la policía disparó a la cabeza a un fotógrafo reportero, el que hasta el día de hoy sigue internado y en estado grave después de ocho meses de tratamiento.

 

Debemos recordar el episodio de la gran estafa en que se vio envuelto el gobierno tras patrocinar la compra de una criptomoneda (libra) que al ser promocionada por Milei, subió un 1200 % en pocos minutos; para luego desplomarse; haciendo perder millones a más de cuarenta mil inversores.

 

En cuanto a la economía, el gobierno de Milei se ha empeñado en mantener anclado el precio del dólar a costa de intervenir el mercado cambiario, inyectando miles de millones de dólares para mantener sobrevaluado el peso. Dólares provenientes del ahorro de miles de argentinos de clase media, de préstamos del Banco mundial, del Fondo Monetario Internacional y últimamente del tesoro de la reserva federal de Estados Unidos.

 

Todas las medidas han provocado un alza en los índices de pobreza, miles de familias no llegan a fin de mes con sus ingresos, el consumo ha caído 6.3 % en un año y durante septiembre cayó 7.9% respecto al mes de agosto. Miles de pequeñas industrias han debido cerrar despidiendo a otros tantos miles de trabajadores.

 

A pesar de toda la debacle económica, represiva y que decir de la humillación a la cual se ha sometido Javier Milei frente a Donald Trump en su afán de recibir un rescate económico; ha promovido el despojo de los recursos naturales de la Argentina.

 

Por otra parte, el movimiento sindical, ha brillado por su ausencia en las manifestaciones. Y en el congreso, gran parte de los parlamentarios peronistas, han sido afines a las políticas del gobierno; de manera miserable.

 

Todo lo anterior, deja de manifiesto la falta de una organización de la clase trabajadora que pueda liderar una lucha ante los ataques brutales al nivel de vida.

 

Han pasado algunos días de las elecciones de medio término, donde Milei logró una victoria contundente. Este escenario no estaba en las previsiones de ninguna encuesta y mucho menos en los cálculos de la oposición peronista.

 

En las elecciones de medio término, Milei consiguió una importante victoria

La Libertad Avanza de Milei ha ganado con el 40,7 % de los votos la elección para renovar el Congreso. Pasando, así, de 37 a 93 diputados. Y de 6 a 19 senadores, una cámara en que ha obtenido más del 42% de los sufragios. Pero, la gran sorpresa fue cómo remontó la diferencia en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, donde el 7 de septiembre pasado había perdido por casi 14 puntos ante el peronismo y en esta elección lo venció por menos de un punto.

En tanto, Fuerza Patria, la alianza peronista, quedó segunda, con apenas el 31,7%.

La tercera fuerza, con 7,13% de los votos, fue la alianza Provincias Unidas, una fuerza de seis gobernadores que intentaba ocupar el centro del escenario político.

El cuarto puesto fue para el Frente de Izquierda, con alrededor del 4%.

 

No obstante, cabe señalar que aproximadamente el 68 % del padrón electoral votó en estas elecciones. La participación más baja de los últimos años.

 

Hoy día es fundamental el análisis de por qué el gobierno ganó a pesar de los ataques a amplios sectores de la población y de la profunda crisis económica en curso.

Sin duda son varios los factores que contribuyen a explicar lo sucedido.

Por una parte, se evidencia la aguda fragmentación y polarización social. Donde la consolidación del voto anti peronista es claro en la historia argentina reciente. Este voto ha sido consistente y siempre ha rondado el 40%. Este voto se constituye del tradicional voto conservador de derecha, pero también abarca apoyos de sectores populares que han sufrido duramente de la gestión del peronismo; especialmente del último gobierno de Alberto Fernández. Aquí caben importantes sectores de la población más joven que rechazan a los partidos tradicionales y han visto en Milei una esperanza de cambio.

 

Además, la población argentina se ha visto enfrentada a una situación electoral polarizada y extorsiva, viéndose obligada a votar por el mal menor. Entre el peronismo, que no ha liderado las luchas, que no presenta un programa claro alternativo; que solo plantea administrar el capitalismo en crisis permanente. Y un gobierno, que en medio de la crisis económica, ha planteado inteligentemente que el triunfo de la oposición significaría el colapso del país.

 

Finalmente, el rescate de último momento por parte de Trump y el Tesoro de Estados Unidos, ha permitido sostener temporalmente la economía, el tipo de cambio; controlando de alguna manera la inflación. Esta cuestión ha sido fundamental para amplios sectores de la población. El apoyo de Trump y su amenaza de abandonar la Argentina si triunfaba la oposición, ha tenido un importante impacto en los resultados electorales.

 

Cabe señalar que los intereses geopolíticos de Estados Unidos bajo la administración Trump y su guerra comercial con China; han sido una razón clave para apoyar el gobierno ultra neoliberal de Milei en la región.

 

Las razones de la derrota del peronismo

Como revolucionarios y luchadores por una sociedad socialista, es necesario indagar más allá de la superficie para encontrar las razones de esta derrota del peronismo.

Por un lado, para la población y la clase trabajadora argentina, los partidos tradicionales no han planteado ninguna alternativa para solucionar los problemas que acarrean desde hace décadas.

Quedó demostrado en esta elección, que no bastan las críticas por la actuación fraudulenta del gobierno, hay sectores importantes que no fueron a votar, más de un 30% de la población se abstuvo de concurrir a las urnas; porque no cree en nadie, no cree en las instituciones. Más aún, con la poca representación que tenía Milei en el parlamento, algunos parlamentarios “peronistas y radicales” dieron sus votos para algunas leyes del gobierno.

 

El total descrédito de la oposición y la falta de un partido que represente genuinamente a la clase trabajadora, explican el avance de la ultra derecha no solo en Argentina, sino a nivel mundial.

 

Lo que veremos en el futuro sin duda, será un gobierno de crisis, porque a pesar de todos los dólares que pueda enviar Estados Unidos; no lograrán resolver los graves problemas estructurales del capitalismo argentino.

 

Con este resultado seguirán los ataques a los derechos de los trabajadores. Ya se anuncia una reforma laboral, para introducir mayor precariedad laboral, aumentar las horas de trabajo y flexibilizar los acuerdos de las paritarias, haciéndolas reversibles, según declaró un personero de gobierno; “medida muy necesaria para la creación de empleos” y el crecimiento económico.

Se volverá a poner a prueba a la dirigencia sindical que ha tenido un rol pasivo en estos dos años.

Se está acumulando mucha ira, mucha rabia y algunos analistas y comentaristas de la actualidad hablan de la urgencia de hacer un cambio para encausar dentro de la institucionalidad este descalabro, antes de que sea demasiado tarde y se vuelva a tener una situación como la ocurrida en el año 2001; que en esta oportunidad puede ser catastrófica y transformarse en un baño de sangre.

 

Hay que recordar que los resultados mueven a engaño, si se toma en cuenta el alto porcentaje de abstención, tenemos que el gobierno obtuvo en realidad solo alrededor del 25% de apoyo.

 

Un gobierno de crisis

Lo claro es que seguirá siendo un gobierno de crisis y la situación no cambiará. Al contrario, con cada medida contra los derechos de la clase trabajadora, la crisis se agudizará.

El sistema capitalista global es el que está en crisis y todas las medidas para buscar una solución, se orientan a quitar derechos sociales conseguidos en décadas de lucha.

Mientras no seamos capaces de levantar una organización revolucionaria que tenga como objetivo el cambio del sistema capitalista, la humanidad seguirá estando en peligro, seguirán las guerras, seguirán los muertos por hambre.

Solo una Sociedad Socialista, que ponga el foco en el bienestar social y no en la acumulación individual, podrá dar solución a los problemas de educación, de salud, de falta de viviendas, de puestos laborales y de cuidado de la naturaleza.

Es el sistema el que está en crisis permanente y muchos gobiernos de la región se enfrentan al mismo desafío. Mientras no haya una alternativa real de la clase trabajadora, Argentina seguirá de crisis en crisis. Solo una organización revolucionaria y de clase puede dar solución a la actual situación; levantando las banderas del socialismo y una verdadera democracia de los trabajadores.

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