Cuando estamos a semanas de que se cumplan 50 años del criminal golpe de estado cívico militar, muchos intentan dar justificaciones para tan atroz acto terrorista y magnicidio.
Algunos justifican diciendo que se avanzó muy rápido y eso asustó a la burguesía, otros que hubo división y esto socavó la gestión de Allende, pero, primero hay que decir que el golpe comenzó a fraguarse antes incluso de asumir el gobierno Salvador Allende. Una confabulación entre el gobierno de Nixon y la burguesía chilena.
Luego durante la gestión de la Unidad Popular la Democracia Cristiana junto a los partidos de derecha complotaron para hundir la economía y paralizar la producción, desprestigiando así la conducción de Allende en la presidencia propiciar las condiciones para un golpe de estado.
Nada de esto fue capaz de detener el avance de la clase obrera, que se organizó a lo largo de todo Chile para hacer frente a las dificultades que creaba la derecha fascista y así nacieron Los Cordones Industriales, las JAP, los comandos comunales, organizaciones que unían en la lucha a obreros, campesinos y pobladores(as).
Frente a la paralización de industrias, los trabajadores tomaban el control de la fábrica y controlaban así la producción bajo gestión obrera, lo mismo hacían los campesinos con la tierra, tomando control de los terrenos no explotados para producir el alimento que necesitaba la población.
Estás organizaciones y acciones del poder popular nacido en la lucha, chocaban de frente con la organización del estado, porque el poder popular plantea de manera directa, la cuestión de la toma del poder y es antagónica a la institucionalidad burguesa.
Esto los obreros lo entendieron muy bien y generaba conflictos con el gobierno que pugnaba por mantenerse dentro del orden del estado burgués que estaba en contradicción con la lucha de la clase trabajadora.
Es necesario entender cuál es el rol del estado en el orden burgués.
El estado es una organización de la violencia por parte de la clase dominante para mantener sometida a la clase dominada.
El congreso, las cárceles, la constitución y las Fuerzas Armadas, están al servicio de la burguesía para defender la propiedad privada y sus privilegios, no es posible pensar que los militares son un órgano independiente de la sociedad.
De manera lamentable, los dirigentes de la Unidad Popular, nunca tuvieron una política orientada hacia las fuerzas armadas, donde también se dan las diferencias de clase, en cambio partieron firmando el pacto de garantías constitucionales, con lo cual se comprometieron a no tocar el aparato represivo de las fuerzas armadas y carabineros, también se comprometían a no armar a la clase trabajadora y además se dictó una ley de control de armas con la cual se le quitaron las pocas armas que podían tener los trabajadores.
Tanto el PC como el PSCH tenían una idea utópica del rol de las FFAA y pretendían que las ellas eran Profesionales, patrióticas e imparciales, con lo cual se engañaron a sí mismo y peor aún, engañaron a la clase trabajadora.
Es imposible hacer cambios profundos en la sociedad dentro del sistema capitalista, en algún momento de la lucha por mejoras, para elevar el nivel de vida de la clase trabajadora se plantea la cuestión de la toma del poder y subvertir completamente el orden burgués y cambiarlo por una sociedad socialista.
Cualquier intento de cambiar la sociedad sin derribar el sistema capitalista, termina siempre en catástrofe y fascismo contra la clase trabajadora.
Sacar las lecciones correctas del proceso de la Unidad Popular es una obligación de todo revolucionario, sino, la historia se volverá a repetir.
COMITÉ POR UNA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
CWI – CIT.