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¿LE ESTAMOS REGALANDO LA CALLE A LOS FASCISTAS?

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por Gustavo Burgos

El día de hoy poco más de mil fascistas, en su mayoría ancianos y personal en retiro de la Armada, se reunieron en la Plaza Sotomayor de Valparaíso en supuesto «desagravio» al monumento a los Héroes de Iquique. En Providencia, una acción de las mismas características se desarrolló en el seno del antiguo barrio burgués capitalino, a la misma hora. Previo a estos hechos, en Osorno, un par de piñeristas atacó con un artefacto incendiario un acto de del PC comandado por Jadue, no siendo este el único ataque a locales de izquierda ni a militantes del levantamiento popular.

En la madrugada de hoy resultaron atacados el Museo de Violeta Parra en Santiago, por segunda vez, y el monumento del Cobre en Av. Argetina de Valparaíso. Si sumamos estas acciones a la brutal campaña de terror vertida desde La Moneda con el advenimiento de un «marzo chavista», debemos necesariamente arribar a la conclusión que el régimen se prepara a aplastar el movimiento abierto el 18 de Octubre. Como ya lo hemos señalado, el ejercicio represivo en el centro de Viña del Mar -para «proteger» el festival- es una demostración de laboratorio de lo que se disponen a hacer a escala nacional.

La firme -a ratos torpe y risible- campaña de criminalización de la Primera Línea, la victimización de las FFEE de Carabineros y la amenaza de suspender el Plebiscito del 26 de abril, han confluido en estas acciones de propaganda fascista que hemos presenciado este sábado, último del mes de febrero. Es una pretendida advertencia a la vanguardia y a los trabajadores en general. La burguesía tiene miedo a marzo y culmina un verano en que se han jugado todo por aislar a la vanguardia y replegar a la masa movilizada con el expediente de la perspectiva electoral.

¿Por qué ocurre esto? La respuesta es muy sencilla, la oposición burguesa ha definido como política central desmovilizar y volcar el movimiento a la vía muerta del Plebiscito. El insípido inicio de la campaña del Apruebo -la del Rechazo carece de toda relevancia- expresa la desconfianza de amplios sectores en el proceso eleccionario propuesto como salida a la crisis. La «Carta de los 231» de la ex Concertación, un confeso y explícito acto de apoyo a Piñera ya su política de «pacificación», pone de relieve que el centro de la campaña burguesa por el Apruebo a una Nueva Constitución persigue cerrar la crisis en términos de dejar intacto el régimen capitalista, neoliberal del Pinochetismo.

De lo indicado se desprende que la presencia fascista, aún incipiente pero creciente en las calles, es el resultado directo de la campaña de desmovilización iniciada desde el Acuerdo por La Paz, suscrito por la Derecha, la ex Nueva Mayoría y parte sustancial del Frente Amplio. Mientras nos sacan de las calles, desde las letrinas del régimen vuelve a aparecer la basura fascista con la que se disponen a atacar a los trabajadores. Hoy día cantan ridículamente sus himnos militares y alzan la bandera nacional que pisotean diariamente sirviendo al imperialismo, mañana estarán armando campos de concentración y poniéndonos en fila para fusilarnos.

La única forma de limpiar la basura fascista de las calles es retomando el camino de la movilización popular. En tanto seamos capaces de sostener un decidido plan de lucha y unir a los organismos de base, Asambleas Populares, a la Primera Línea y a las organizaciones de trabajadores, los fascistas volverán a sus podridas madrigueras.

En este sentido resulta prioritario fortalecer una campaña del Apruebo el 26 de abril que persiga profundizar la movilización. Aprobamos cárcel para Piñera y sus secuaces; aprobamos la amnistía y la inmediata libertad a todos los presos políticos; aprobamos acabar con las AFP y expulsar al imperialismo; aprobamos, en definitiva, que los trabajadores tomen en sus manos los destinos del país y materialicen una Asamblea Constituyente desde las bases, libre y soberana. Aprobamos acabar con el orden establecido y pasar por encima del fraude constitucional que se nos propone, un proceso que termina en una Convención en que los mismos de siempre seguirán atacando a los trabajadores y a los explotados y sirviendo los intereses del corrupto gran capital.

No compañeros, compañeras, con alegría no, ya sabemos a dónde termina ese discurso ingenuo a la fuerza. Saldremos a las calles nuevamente a concluir la tarea pendiente y esa tarea es lucha y acción directa. Esta tarea comienza reivindicando la memoria de los caídos y mutilados del levantamiento, porque es este movimiento -al que tanto teme la Derecha y la oposición burguesa- el único capaz de resolver la crisis.

Esta crisis no es una simple expresión de ingobernabilidad o de expectativas. No es un simple «estallido social» ni una acción concertada desde Venezuela. El proceso al que asistimos es el de una revolución que da sus primeros pasos y que tiene a la mayoría trabajadora como su protagonista. Hagamos de este mes de marzo el 9, el 11, el 18 y el 26 -fecha del Paro Nacional convocado por la CUT- una gigantesca demostración de fuerza. Dejemos en claro que mientras subsista el orden capitalista no habrá democracia. No hay otra legalidad que aquella que emerja de los propios organismos de lucha. En esta tarea es imprescindible la construcción de una nueva dirección política de los trabajadores una que persiga hacer unificadamente y de manera consciente, aquello que espontáneamente realiza el movimiento a lo largo del país. Con ello no sólo barreremos a los fascistas, abriremos el camino al gobierno de los trabajadores.

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