Róża Kwiecińska, Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales)
Se necesitan cambios socialistas y planificación para combatir el cambio climático
Tras semanas de olas de calor con temperaturas que alcanzaron los 35°C, una ola de inundaciones se está extendiendo por el sur de Polonia. Las regiones de la República Checa, Polonia, Eslovaquia, Austria y Alemania están sufriendo fuertes lluvias.
En 2020, los expertos asociados a la Academia Polaca de Ciencias advirtieron que deberíamos esperar que se produzcan sequías más frecuentes, así como excesos de agua destructivos. Incluso en un mismo año, pueden ocurrir sequías e inundaciones, y lo que antes se consideraba «anormal» se está convirtiendo en la nueva normalidad. Esto es exactamente lo que estamos afrontando hoy.
El agua se está infiltrando en las ciudades y alcanza alturas de hasta un metro y medio. Algunas calles de las ciudades polacas están cerradas al tráfico rodado. A muchos residentes también se les ha dado la opción de evacuar. En algunas ciudades, las escuelas, jardines de infancia y guarderías están cerradas. Los residentes están trabajando para levantar las defensas contra las inundaciones. En algunas zonas se esperan niveles de agua más altos que durante la «inundación del milenio» de 1997.
Polonia ha declarado el estado de desastre natural
Las intensas lluvias y las graves inundaciones que afectan actualmente al sur de Polonia han estado precedidas de olas de calor con temperaturas de alrededor de 30°C, algo sin precedentes para esta época del año en Polonia. Del 3 al 9 de septiembre se produjeron seis días consecutivos de temperaturas récord. Cuando finalmente llegaron las lluvias, su magnitud alcanzó proporciones catastróficas, provocando inundaciones en muchas ciudades y pérdidas de vidas humanas, y las labores de rescate exigieron un enorme esfuerzo por parte de los servicios de emergencia. Mientras tanto, Polonia sigue enfrentándose a una reducción de los niveles de agua en ríos y lagos, lo que se denomina sequía hidrológica.
El agua tarda más en filtrarse en el suelo seco después de una ola de calor que en condiciones normales de verano. Siempre ha habido sequías, tormentas e inundaciones, pero debido al cambio climático, se están produciendo con mayor frecuencia y son más intensas.
Es hora de que los políticos tomen en serio el cambio climático
En relación con la situación actual, el primer ministro Donald Tusk respondió: “No cabe duda de que las inundaciones locales son una realidad, pero estamos mucho mejor preparados que en 1997 y que en 2010”. El gobierno está preparando un paquete de ayuda para las zonas afectadas, para lo cual ha destinado una reserva de 1.000 millones de zlotys. El primer ministro añadió que, tras las conversaciones con los líderes de los demás países afectados (República Checa, Eslovaquia, Austria y Rumanía), pedirá a la Unión Europea que financie parte de los daños.
Lamentablemente, hasta ahora los políticos polacos no han sido capaces de poner en marcha iniciativas políticas eficaces destinadas a proteger a los ciudadanos de los efectos del cambio climático. Los sucesivos gobiernos han ignorado sistemáticamente la necesidad de un cambio y una transformación energética.
Los científicos polacos han hecho un llamamiento a los políticos para que inicien finalmente un debate y adopten medidas concretas para abordar la crisis climática. ¿Qué está haciendo el gobierno para proteger a los ciudadanos de los efectos del cambio climático provocados por el hombre?
Después de la inundación de 1997 se realizaron importantes obras, principalmente en la construcción de estructuras hidráulicas. Sin embargo, al mismo tiempo se han urbanizado las zonas de llanura aluvial, se han talado los bosques y se ha seguido construyendo en zonas propensas a inundaciones. No se han establecido suficientes restricciones.
En la actualidad, las sequías están provocando un aumento de los precios de los alimentos, las olas de calor están provocando un aumento de las hospitalizaciones, especialmente de los pacientes más vulnerables, y las inundaciones están causando pérdidas tanto al Estado polaco como a la población. Según el informe de los expertos, existe el riesgo de un aumento de la inflación, que podría ser consecuencia de los daños a la agricultura y las interrupciones en las cadenas de suministro.
La inundación continúa. Una de las ciudades más grandes, Wrocław, se prepara para una nueva ola. Los preparativos se llevan a cabo sin interrupción durante varios días. Miles de personas están ayudando.
Hay mucho trabajo: llenar y colocar sacos de arena, asegurar las colecciones de bibliotecas y universidades, trasladar los restos de los sótanos a los pisos superiores y salvar a los animales sin hogar. También hay muchas donaciones para personas y animales, y mucha gente se desplaza a las zonas inundadas para ayudar.
Si estamos verdaderamente comprometidos con la lucha contra el cambio climático, no podemos aceptar las limitaciones del sistema actual. En lugar de ello, la economía debe reorientarse y dejar de centrarse en las ganancias para abordar las necesidades de las personas y del medio ambiente. El capitalismo impulsado por las ganancias no puede abordar eficazmente el cambio climático.
Esto sólo puede lograrse mediante medidas socialistas: la transferencia de bancos y corporaciones a propiedad pública bajo control y gestión democráticos y una economía planificada democráticamente.