Gauche Revolutionnaire (CIT en Francia)
(Foto: Jean Luc Melenchon. Creative commons)
El presidente francés Emmanuel Macron había «lanzado [su] granada activa en nuestras piernas» [según sus propias palabras] el 9 de junio, al disolver la Asamblea. Dio a la RN (Agrupación Nacional de extrema derecha) de Jordan Bardella, ganador de las elecciones europeas en Francia, la oportunidad de colocarse a la cabeza del Gobierno.
Los resultados de la primera vuelta de las elecciones del domingo 30 de junio confirmaron esta amenaza. Con un 33%, la RN obtuvo un número récord de votos. Capitalizaron la inmensa cólera contra Macron, y el racismo que su gobierno no ha dejado de impulsar. Sus votos aumentaron con una participación muy alta, pero también porque muchos jóvenes (2 de cada 3) y trabajadores, optaron por no votar, asqueados o desesperados.
En la segunda vuelta, el 7 de julio, muchos jóvenes y trabajadores utilizaron su voto a la alianza electoral Nouveau Front Populaire (Nuevo Frente Popular – NFP) para bloquear a la RN. Esta táctica funcionó: ¡evitamos un gobierno de derechas ultrarreaccionario, aún más racista y también al servicio de los capitalistas!
El NFP tiene el mayor número de diputados, 180. Algunos de los que se abstuvieron en la primera vuelta fueron a votar por el candidato del NFP o contra la RN el 7 de julio, en particular todo un sector de jóvenes de 18 a 34 años (35-38%). Es un alivio para una gran mayoría de jóvenes y trabajadores que no quieren más autoritarismo, caos, divisiones y ataques a nuestras condiciones de vida y de trabajo.
Macron todavía puede jugar sus cartas, puede nombrar al primer ministro y participar así en la determinación de la orientación política del futuro gobierno. Pero la «granada activa» ha rebotado hacia sus piernas.
No cabe duda de que tratará de dividir al NFP, apuntando a su participante de izquierdas La France Insoumise (LFI) y su lider, Jean Luc Mélenchon. Pero su margen de maniobra es estrecho. Macron busca el apoyo del Partido Socialista (PS) de François Hollande, de los Verdes (EELV – ya acostumbrados a llevar a cabo políticas para los capitalistas, la ley «laboral» conocida como El Khomri en 2016, por ejemplo), y de la derecha clásica de Los Republicanos (LR).
La disolución de la Asamblea confirma una fragmentación de la situación política con tres grandes bloques: la RN, el partido Ensemble de Macron, y France Insoumise -la mayor fuerza del NFP con más diputados (71 de 180). Dentro de estos bloques, algunos partidos como LR (39 diputados) y el PS (64 diputados) están divididos sobre las alianzas a realizar para continuar sus carreras y seguir sirviendo a los intereses de los capitalistas en detrimento de la mayoría de la población y de los trabajadores.
RN es el partido con más diputados (126 RN + 17 LR-RN). Los macronistas y la derecha, incluida la RN, ya han aprobado leyes juntos, como la Ley de Asilo e Inmigración. Claramente, si las políticas de Macron no son desafiadas y derrotadas por las movilizaciones de masas, seguirán allanando el camino para el ascenso de la RN.
Cuando los trabajadores y los jóvenes luchan juntos, Bardella y Macron pierden su control y las divisiones comienzan a erosionarse. Es vital que los trabajadores luchen para conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo. Para poder cambiar las tornas frente a Macron, la RN y los capitalistas, debemos unirnos en torno a nuestras reivindicaciones, al tiempo que luchamos contra todas las divisiones que engendra este sistema capitalista. No hay capitalismo sin racismo ni discriminación.
Es necesario un programa al servicio de la mayoría de la población, de los trabajadores y de los jóvenes. El programa del NFP promete reducir la edad de jubilación a partir de los 64 años, aumentar el salario mínimo mensual a 1600 euros netos, congelar los precios, ofrecer verdaderos servicios públicos y también afirmar una posición contra la guerra, especialmente en Gaza.
Son medidas de emergencia. Un gobierno del NFP tendrá que ponerlas en marcha. Pero aplicar este programa implica una confrontación con Macron y los intereses de los capitalistas. Es inevitable. Pero esto no es lo que defiende una parte del NFP, especialmente el PS-EELV. Macron lo sabe muy bien y por eso intentará fracturarlo.
Pero sectores muy importantes de trabajadores recuerdan anteriores gobiernos llamados de «izquierda» que han destrozado los servicios públicos, llevando a cabo políticas para los ricos y los capitalistas. Por lo tanto, la desconfianza es grande, y con razón. Cualquier coalición con Macron sería una traición a los votantes del NFP y a los intereses de la mayoría de la población porque haría imposible aplicar un programa en nuestro interés.
En las elecciones, no teníamos ninguna confianza en los candidatos del NFP que, en funciones, llevan a cabo una política «compatible con Macron» (Hollande, Delga y los demás). Después de haber surfeado sobre el voto del NFP, a menudo llevado por la fuerza militante que es France Insoumise, los Macron-compatibles no dudarán en pactar con él.
El pretexto del riesgo de RN no se sostiene. No hemos olvidado las reivindicaciones del programa del NFP. La France Insoumise ha sido a menudo una brújula para todos aquellos que quieren resistir y ganar contra Macron, RN y los grandes capitalistas. No se debe plantear que La France Insoumise entre en este tipo de coalición.
La inestabilidad política permanece. Macron quería dejarnos sin aliento y agotarnos con un ritmo político insostenible y el miedo a un gobierno Bardella-Macron. ¡Y ahora dice que quiere tomarse su tiempo para nombrar un primer ministro!
Además de la inestabilidad política, es probable que la economía francesa entre en recesión en los próximos meses. Los capitalistas y cualquier gobierno a su servicio intentarán aprobar leyes contra los desempleados, seguirán desmantelando los servicios públicos, pudriendo el futuro de los jóvenes.
Se plantea la necesidad de poner fin a esta política sin más demora. El movimiento obrero, los sindicatos y los partidos que defienden a los trabajadores fueron incapaces de hacer frente a la magnitud de los ataques del año pasado. Y, en parte, esto explica cómo la RN ha podido hacerse un espacio en la escena política. No se puede hablar de un periodo pacífico sin huelgas o luchas masivas.
Ya sea con un gobierno de coalición pro-Macron y pro-capitalista, o con un gobierno del Nuevo Frente Popular, para no sufrir más derrotas sin una verdadera batalla, ¡hay que organizarse!
Únete a Gauche Revolutionnaire, para debatir y poner en práctica las ideas marxistas revolucionarias, para involucrarte y comprometerte en la lucha contra Macron, los capitalistas y por una sociedad auténticamente socialista y democrática, libre de explotación, guerra, racismo, sexismo y discriminación de género y orientación sexual.
Luchamos por fortalecer nuestro campo y apoyamos cualquier paso positivo en esta dirección. Desde los años 90, los trabajadores y los jóvenes ya no tenemos un partido propio en el que organizarnos. Mientras tanto, los capitalistas tienen la mayoría de los medios de comunicación y los partidos a su servicio.
Necesitamos un verdadero partido de masas de trabajadores contra el capitalismo y por el socialismo, una herramienta política para discutir el programa, coordinar y estructurar nuestras acciones, trabajadores y jóvenes juntos. Por el momento, esta fuerza no existe.
Hoy, La France Insoumise ocupa un lugar especial en la situación política. Con más de 100.000 nuevos inscritos en un mes, la France Insoumise, Mélenchon y sus dirigentes tienen una responsabilidad. Deben, sin más demora, alzar la voz y armarse políticamente creando un verdadero partido a partir de La France Insoumise, en torno a un programa de lucha contra el capitalismo que los militantes puedan discutir y desarrollar colectivamente.
Llamando a la afiliación masiva de una fuerza política más fuerte, más eficaz, más inclusiva y democrática, miles de trabajadores y jóvenes más pueden incorporarse a la lucha política contra el capitalismo.
- Este artículo es una traducción de un artículo publicado por primera vez en francés en línea el 9 de julio.