por Jano Ramírez
El carnicero no es solo uno, el verdadero rostro de la represión
Los videos revelados por Ciper Chile sobre el ex teniente Claudio Crespo, más conocido como “el carnicero”, no solo exponen la brutalidad de un individuo. Revelan algo mucho más profundo, el verdadero papel que cumple Carabineros de Chile y todas las instituciones armadas en este país.
Crespo no es un caso aislado. Es un engranaje funcional de una máquina diseñada para aplastar toda forma de protesta, toda expresión de rabia popular, toda chispa de rebeldía. Su violencia no es un “exceso”, es parte del libreto. Porque esa es la misión que se les ha dado, reprimir a quienes se atreven a cuestionar el orden actual, ese que asegura privilegios para unos pocos y miseria o incertidumbre para la mayoría.
Hay que decirlo sin rodeos, el rol de estas fuerzas no es proteger a la gente. Su verdadera función es proteger un modelo, un sistema que concentra la riqueza en manos de unos pocos y margina a millones. Cuando el pueblo sale a las calles exigiendo dignidad, ahí aparecen los Crespo, con sus armas, sus balines, su rabia contra el que lucha.
Pero curiosamente, cuando se trata de las redes del narcotráfico, de las bandas que operan en los barrios, del crimen organizado que destruye comunidades enteras, ahí la reacción es tibia, lenta, o simplemente inexistente. ¿Por qué? Porque esos problemas no desafían al poder, no cuestionan a los dueños de todo. En muchos casos, hasta les sirven, porque siembran miedo, dividen al pueblo, distraen de los verdaderos enemigos.
Todo esto no es un error. No es “falta de preparación” ni “corrupción individual”. Es el resultado de una estructura que necesita del miedo y la fuerza para mantenerse. Es un aparato montado para garantizar que nada cambie en lo esencial.
Por eso no basta con cambiar nombres o pedir reformas. Hay que romper con esta lógica. Hay que organizarnos, formarnos, levantar fuerza desde abajo, desde los barrios, desde los liceos, desde los trabajos. Porque esta máquina de represión no va a dejar de funcionar sola. Solo la organización consciente del pueblo puede detenerla.
Porque ni mil carniceros nos detendrán, !!! arriba lxs que luchan !!!
