Saludos a todos y todas las presentes
Nos encontramos ante un panorama absolutamente desafiante. Diversas expresiones del movimiento social han irrumpido este año para instalar reivindicaciones de sus derechos esenciales. El movimiento feminista ha logrado colocar una demanda que rompe con las estructuras tradicionales del paradigma dominante, al mismo tiempo tensiona las diversas miradas que sobre la materia hoy existen. Eso es altamente positivo. Permite restituir a la gente, a la ciudadanía, a los trabajadores y trabajadoras la capacidad de pensar, de reflexionar; pero, por sobre todo, permite imaginarse una sociedad donde los derechos fundamentales sean efectivamente reconocidos por todos, lo cual es en sí, un cuestionamiento al modelo chileno que todo lo ha privatizado. Estamos ante un cambio cultural, y como tal, eso siempre será positivo para los sectores postergados, para los débiles, para los explotados. Eso es lo grande de este movimiento que hoy copa las páginas principales de los medios, sobrepasando el interés de quienes desearían que el status quo no sufriera modificaciones.
Desde nuestra Coordinadora hacemos nuestra la demanda del mundo feminista, así como también las demandas de otros actores relevantes, como la del estudiantado que continua luchando por Educación Pública y la lucha del movimiento de pobladores que intenta dignificar el derecho a la vivienda, rompiendo de paso con la lógica espuria de las inmobiliarias, que no solo han mercantilizado este derecho, sino que, de paso, han destruido el espacio público al enajenarlo en beneficio de los poderosos.
Ahora bien, todo movimiento social necesita que sus demandas sean escuchadas, sea considerada. Un movimiento social que no logra materializar en conquistas sus demandas, es un movimiento social cuyo destino inevitablemente está condenado a la bancarrota.
Actualmente, al igual como hicieron los gobiernos anteriores, existe el claro interés de invisibilizar la lucha del movimiento social. El desdén con que son tratadas las cientos de demandas es la característica de los nuevos tiempos. El presidente Piñera, no se distingue de los anteriores. Continuarán con su política de consolidar al Estado chileno como una institución subsidiaria, que no reconoce derechos, sino que captura parte de los recursos públicos para transferirlos focalizadamente, asegurando una suerte de asistencialismo que refuerza la lógica de la caridad por sobre la solidaridad.
Ese es el Estado chileno, un Estado que fue degenerado para ponerlo al servicio de cautelar el interés del poderoso. Lo vemos con lo que ocurre diariamente. No hay espacio en nuestra sociedad, donde las instituciones no estén descompuestas. La corrupción campea ante la mirada atónita de millones de chilenos que han perdido toda la confianza en que pueda haber justicia para restituir a nuestra sociedad un poco de igualdad.
Es en este escenario que nuestra Coordinadora Nacional de Trabajadores y Trabajadoras NO+AFP hace este lanzamiento.
A lo que hoy estamos dando la partida no es un acto menor, ni un ejercicio que se inscriba en las tradicionales formas que utiliza el poder político para cooptar las demandas de los movimientos sociales, por el contrario se trata de devolver al pueblo, a los ciudadanos, a los trabajadores la capacidad legislativa, secuestrada por una constitución espuria e impuesta, que impide a los ciudadanos ser partícipes de la construcción de las leyes que le afectan.
Hoy, estamos convocando a mujeres y hombres, a trabajadoras y trabajadores a jóvenes y adultos mayores, independiente de su color político, creencia religiosa, filosófica o ubicación social, a participar a través de cabildos o encuentros colectivos, a un acto inédito en la historia de Chile, a discutir y elaborar una ley, y no cualquier ley, sino una que proponga un nuevo sistema de pensiones, que resuelva el problema que aqueja hoy y en futuro a millones de compatriotas que sobreviven y sobrevivirán con pensiones indignas.
Contrariamente a lo que sucede en muchos países del orbe, en Chile la ciudadanía no tiene ni el derecho ni la oportunidad de proponer ni ser partícipe de la construcción de leyes que posibiliten garantizar derechos, mejorar su calidad de vida o generar políticas públicas. La actual constitución política de la nación, herencia de la dictadura, entrega la iniciativa de ley en forma casi exclusiva al poder ejecutivo, relegando al legislativo solo a presentar proyectos o moción que no impliquen gastos. Un verdadero remedo de democracia.
En Chile es urgente ampliar la democracia, hacer efectiva la participación ciudadana y devolver la soberanía al pueblo. Hacerlo participe de manera efectiva de las grandes decisiones para llevar adelante las transformaciones que el país requiere y dar legitimidad a las políticas públicas y a la gestión de los gobernantes y representantes populares. No basta ya con convocar cada cierto tiempo a chilenos y chilenas a votar para elegir autoridades y representantes que al día siguiente olvidan a sus mandantes. Se requiere dotar al soberano de los instrumentos necesarios para ejercer plenamente su potestad y decidir sobre materias trascendentes.
Pero también es claro que los que ejercen el poder no entregarán nada gratis. El poder económico y los dueños de las AFP no están dispuestos a desprenderse del usufructo del ahorro de los trabajadores que ascienden ya a US$217.000 millones, casi el 80% del PIB. La ampliación de la democracia y la participación efectiva para el ejercicio pleno de la soberanía popular deberán ser conquistadas con organización, creatividad y movilización por parte de los trabajadores organizados y los movimientos sociales que demandan derechos.
Es en este contexto que, la Coordinadora Nacional de Trabajadores/as NO+AFP, movimiento social que desde hace años conduce e impulsa las movilizaciones por el fin de las AFP, ha convocado a la realización de la Iniciativa Popular de Ley No + AFP.
Con la iniciativa popular de ley la Coordinadora apuesta a traspasar de manera participativa a través de cabildos desde Arica a Magallanes, nuestra Propuesta a un proyecto de ley que exprese muy claramente cómo debería ser el sistema previsional que proponemos para el país y exigir a las autoridades legislar en esta materia en base a la voluntad popular.
En lo concreto se trata de convocar con la mayor amplitud posible y organizar aprovechando la experiencia que dejó el plebiscito -donde participó más de 1 millón de personas-, miles de encuentros o cabildos locales donde la ciudadanía exprese su opinión, haga llegar sus aportes y suscriba el proyecto de ley para demandarlo a las autoridades y a su vez esa misma ciudadanía se comprometa a impulsarlo hasta que se convierta en Ley de la República. En la ejecución de esta iniciativa la participación activa de las principales organizaciones sindicales y sociales, en todas las regiones y comunas del país será relevante.
En resumen, la Iniciativa Popular de Ley NO+AFP es un llamado a que el pueblo legisle sobre las pensiones. Es una nueva forma de movilización que impulsa la Coordinadora NO+AFP para restituir a chilenos y chilenas un sistema que garantice derechos.
Se ha dicho que los movimientos sociales solo se quedan en la protesta tras sus legítimas demandas por recuperar derechos conculcados. El accionar de nuestra Coordinadora NO+AFP va marcando un nuevo rumbo en este sentido, a la protesta sumamos la Propuesta de un Nuevo Sistema de Pensiones. Pero, también entendemos que no basta con tener Propuesta y seguir marchando y protestando. Lo hemos dicho una y otra vez, no basta con tener la fuerza de la razón, la fuerza de la verdad, es preciso sumar a la ciudadanía empoderada y movilizada tras ese objetivo, así, solo así es posible derribar la intransigencia de quienes niegan derechos. La Iniciativa Popular de Ley No+AFP se inscribe en este proceso de construcción de nuevos instrumentos de educación y movilización ciudadana, tal como lo fue el plebiscito que demando el fin de las AFP. Si la autoridad, el poder político no da respuesta a la demanda por pensiones dignas, el movimiento social cada vez más y en forma ascendente deberá plantearse nuevas iniciativas de movilización y de rompimiento de la institucionalidad impuesta que le ata de manos e impide la obtención de sus legítimos derechos.
Si el estado niega a su pueblo derechos esenciales, abre el legítimo derecho para que ese pueblo tome en sus manos el camino que considere más justo, más adecuado y más posible para conquistarlos. El movimiento social adquiere legitimidad.
Para finalizar, llamamos a los compatriotas de todo el país, de todas las regiones, ciudades y pueblos desde el extremo norte al extremo sur, desde Arica a Magallanes a organizar y participar de los cabildos, a ser parte de este ejercicio histórico que permitirá sumar a la Propuesta surgida del mundo del trabajo un Proyecto de Ley tras el objetivo de conquistar un nuevo sistema de pensiones, para garantizar una vida digna a nuestros viejos y viejas jubilados.
NO+AFP
Santiago, 12 de junio de 2018