Por Celso Calfullan
Después de la enorme derrota que sufrió Piñera y su gabinete con la aprobación del retiro del 10% de las AFP, al cual se oponían, su gabinete quedo totalmente desprestigiado y debilitado, no tenía más opción que cambiarlo y sacar a los ministros que ya no tenían un piso político para seguir desarrollando sus labores.
Con los ministros que entran queda claro que el gobierno no está buscando el dialogo o llegar a acuerdos con los sectores que no están de acuerdo con sus políticas anti trabajadores.
Todos los nuevos ministros tienen la impronta de la vieja derecha, esa derecha dura que estuvo muy apegada a la dictadura y que está por aplicar mano dura contra los movimientos sociales y sus demandas.
Como lo han dicho algunos analistas este es el gabinete del “rechazo” o el gabinete con el que el gobierno se está preparando para la probable explosión social que veremos una vez que pase la crisis sanitaria por el corona virus.
Ejemplo de lo anterior es el nuevo ministro del Interior, Víctor Pérez, reconocido hombre duro de la UDI, además de reconocido pinochetista, la misma impronta tiene el nuevo Canciller Andrés Allaman, reconocido hombre duro de RN y también muy cercano al pinochetismo, el nuevo ministro de Defensa Mario Desbordes, vendría a ser el menos belicoso de los nuevos ministros, la vocería ahora también estaría a cargo de los duros de la UDI con Jaime Bellolio, todos estos nombres hacen prever que estamos entrando en una nueva etapa del gobierno de Piñera que apunta al enfrentamiento y la represión contra los movimientos sociales.
Al gabinete de los duros hay que agregar que el gobierno de Piñera está comprando y renovando toda la maquinaria que utiliza el estado para represión, junto a nuevos armamentos anti disturbios, listos para ser usados contra las manifestaciones sociales.
Pero habría que ver si todo eso alcanza para aplacar la rabia, la bronca acumula entre los jóvenes y trabajadores de este país, que desde octubre del año 2019 han demostrado que no le tienen temor, ni le faltan ganas para enfrentarse a la represión, que hasta ahora ha sido bastante brutal, muy similar a la sufrida bajo la dictadura.
Con o sin nuevo gabinete el gobierno de Piñera ya es un cadáver político, a pesar de que aún le falta poco más de un año y medio para completar su periodo, este ya no tiene ninguna capacidad de tomar iniciativas políticas y solo le queda ganar tiempo, para que no lo saquen antes de que cumpla sus cuatro años, su meta es llegar hasta el final del mandato, para eso la única iniciativa que puede tomar es prepararse para resistir la inevitable nueva ola de manifestaciones que casi todos saben que se avecinan en el próximo periodo.
La única razón por la que el gobierno de Piñera y los empresarios no se ha derrumbado, es porque no existe un movimiento sindical fuerte y decidido a dar la lucha o una alternativa política de los trabajadores capaz de conducir esta proceso a un macizo triunfo de la clase trabajadora, sacando a la derecha del gobierno e instaurando un gobierno de los trabajadores y los sectores populares.
Celso Calfullan.