por Celso Calfullan
El domingo 18 de octubre, justo cuando en Chile se conmemoraba un año del comienzo de la revuelta y miles de personas salían a las calles, en el vecino país el MAS con Luis Arce a la cabeza propinaba una dura derrota a la derecha racista y fascista boliviana y junto con ellos a toda la derecha Latinoamericana y los Estados Unidos, que estuvieron detrás del golpe contra Evo Morales, hace menos de un año.
Con el triunfo del pueblo boliviano se retomaron las luchas que hace menos de un año surgieron en Ecuador, Bolivia y Chile, que la crisis sanitaria debido al Covid-19, vino a interrumpir por un unos cuantos meses, pero esto nos recuerda que los pueblos de la mayoría de nuestros países todavía tenemos cuentas pendientes con las elites dominantes de estos países.
Este gran triunfo nos demuestra una vez más que la lucha de millones de trabajadores, pobladores, estudiantes, mujeres, ecologistas e indígenas, que han tenido un alto costo en vidas y traumas físicos de todo tipo, finalmente están abriendo avances importantes para la clase trabajadora de nuestro continente.
Todos estos triunfos son pasos importantes para seguir avanzando en la defensa de los derechos sociales de nuestros pueblos, como pensiones dignas, una mejor educación y salud, derecho a una vivienda digna, la defensa del medio ambiente y el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas, que en estos países son el sector mayoritario de la población.
La lucha del pueblo boliviano, es la misma lucha que estamos dando en Chile y en todos los países de nuestra América, sus triunfos son nuestros triunfos, lo mismo que sus derrotas y retrocesos. La lucha contra las injusticias del capitalismo inevitablemente continuara en todo nuestro continente.
La unidad del conjunto de la clase trabajadora y del pueblo pobre de nuestro continente es fundamental para lograr los cambios que necesitamos, para poner fin al actual sistema político, económico y social que solo genera miseria, abusos y opresión contra las grandes masas de América Latina.
Celso Calfullan
