por Gustavo Burgos
Hace 81 años el cerebro de Trotsky fue perforado por un piolet empuñado por la mano contrarrevolucionaria de Stalin. Ocurrió en Coayacán, México, allí donde los capitalistas y la burocracia termidoriana empujaron al último de los clásicos del marxismo, el preclaro teórico proletario e implacable general constructor del Ejército Rojo, la primera fuerza militar proletaria de la historia. Bajo la conducción de Trotsky, nacido Lev Bronstein en la estepa ucraniana, ese Ejército Rojo materializó la orientación internacionalista, permanentista, que dio origen a la URSS, el primer Estado obrero de la historia.