LaBot
reproducido de El Porteño
por Francisca Skoknic y Alberto Arellano
Alcogal creó seis sociedades en las Islas Vírgenes Británicas para el abogado Óscar Aitken, quien las utilizó para ocultar el patrimonio de Augusto Pinochet y recibir pagos como intermediario en la venta de armamento. Luego de que en 2004 la justicia chilena comenzara a investigar estas sociedades, Alcogal debió dar explicaciones a la fiscalía panameña, negando haber sabido que Aitken era un testaferro de Pinochet. Según uno de los socios de la firma, este ha sido uno de los episodios más incómodos en la historia del bufete. Así lo detallan documentos publicados en Pandora Papers, una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y cuyo capítulo chileno fue realizado por CIPER y LaBot.
La noticia tardó en llegar a Panamá. El 15 de julio de 2004 el Senado de Estados Unidos dio a conocer el informe que reveló que Augusto Pinochet tenía cuentas secretas en el banco Riggs de ese país. La revelación de la fortuna oculta de Pinochet impactó en Chile y en todo el mundo, pues sugería que se había apropiado de fondos públicos durante sus 17 años como dictador. Sólo dos semanas más tarde, la desaparecida revista Siete+7 comenzó a destapar la trama offshore: Pinochet tenía una red de sociedades en las Islas Vírgenes Británicas, creadas por el hasta entonces desconocido abogado Óscar Custodio Aitken Lavanchy con la ayuda del estudio panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal).
Aitken se transformó en una pieza clave de la investigación por lavado de activos y enriquecimiento ilícito que el juez Sergio Muñoz abrió apenas se conocieron las revelaciones. El 4 de agosto de ese año, Aitken ya le había entregado los libros contables y documentos de las sociedades de papel, mientras la prensa lo perseguía para entender su rol de albacea y “cerebro financiero” de Pinochet. Pero no fue hasta un mes después, cuando Aitken concedió una entrevista a El Mercurio, que en Alcogal se dieron por enterados de lo que estaba pasando con las sociedades que habían creado para él en las Islas Vírgenes a partir de 1991.
“Hemos leído en el diario El Mercurio que tú has aceptado el hecho de que el General Pinochet es el dueño de algunas de estas sociedades, lo cual nunca se nos informó a nosotros anteriormente. Nosotros no estamos en posición de juzgar si el patrimonio de estas sociedades fue obtenido o no de manera ilegal, pero el mero hecho de que su posible propietario sea el General Pinochet (quien es una “persona políticamente expuesta”) es suficiente, de acuerdo con nuestras políticas internas, para que procedamos a renunciar como Agentes Residentes de todas las sociedades en las cuales tú apareces como corresponsal”, se lee en un correo electrónico enviado por Alcogal a Aitken en septiembre de 2004, contenido en los Pandora Papers. En el intercambio lo tratan con una sorprendente familiaridad “de tú a tú”, poco habitual para este tipo de vínculos comerciales.
Un extracto de esa comunicación fue incluido en un informe que Alcogal envió al fiscal anticorrupción de Panamá, Daniel Batista, en noviembre de 2005. El documento buscaba desligar al estudio de eventuales responsabilidades por el destino de las sociedades y entregaba detalles de los movimientos de cada una de ellas.
Aunque los documentos disponibles no permiten saber con certeza cuánto conocía Alcogal de las operaciones de Aitken, es un hecho que el escándalo Pinochet golpeó fuerte al estudio. Jaime Alemán, uno de los socios que fue ministro de Justicia y embajador de Panamá en Estados Unidos, argumenta en su biografía “La honestidad no tiene precio” (2014) que, entre las decenas de miles de sociedades que dice haber incorporado desde 1985, han vivido dos situaciones “particularmente incómodas”, una de las cuales derivó de que no sabían que el verdadero dueño de las sociedades de Aitken era Pinochet.
PINOCHET INC.
En el documento enviado a la fiscalía panameña, Alcogal informa que las dos primeras sociedades vinculadas a Aitken fueron solicitadas por el banco Barclays el 17 de julio de 1991: Belview International Inc. y Cornwall Overseas Corp. Las acciones de ambas sociedades quedaron al portador y Alcogal les brindó un director nominal llamado Lorenzo Manríquez B., quien emitió poderes en favor de Oscar Aitken Lavanchy, Sergio Marcelo Moreno Saravia, Daniel Frías Fernández y Patricio Henríquez Japke.
Mientras Frías y Henríquez compartían estudio con Aitken en Agüero, Aitken, Frías y Henríquez, Moreno Saravia es un retirado general que fue subsecretario de Guerra durante la dictadura. Fue condenado en 2015 en el caso Riggs en calidad de autor del delito de malversación de caudales públicos y estafa en perjuicio del Fisco. De hecho, el capital inicial de Belview se pagó con fondos públicos (US$100 mil) que fueron depositados por Moreno Saravia.
En Belview también se solicitó un poder especial para que Moreno Saravia o Guillermo Letelier Skinner pudiesen girar instrucciones para el manejo de los fondos depositados en el banco Barclays. Letelier Skinner era otro hombre de confianza de Pinochet, quien lo puso a la cabeza de Corfo durante la fase final de las privatizaciones y lo designó como director de las Fábricas y Maestranzas del Ejército (Famae) a semanas de dejar la Presidencia en marzo de 1990. Fue condenado por exportación ilegal de armas a Croacia y estuvo procesado en el caso de las millonarias cuentas secretas de Pinochet en el banco Riggs.
Coutts & Co. reemplazó con posterioridad a Barclays en el “manejo de los asuntos de la sociedad” y, luego, EFG Capital International heredó ese rol. Finalmente se indica que a partir del 5 de enero de 1998 el “abogado Óscar Aitken Lavanchy, se encargará del manejo de la sociedad”.
Belview fue la sociedad offshore que más actividad tuvo en Chile y como tal fue clave en la investigación sobre el patrimonio de Pinochet. A través de ella el ex dictador realizó sus negocios inmobiliarios y para ejecutarlos Aitken creó en Santiago una subsidiaria: Sociedad de Inversiones Belview International S.A., 99% propiedad de Belview International Inc. y 1% del abogado Axel Buchheister (ex jefe de gabinete de Letelier Skinner).
Augusto Pinochet
Según Alcogal, Aitken les negó que esta sociedad estuviera vinculada con Pinochet, pese a que para ese momento ya lo había reconocido ante el juez Muñoz. En Chile era difícil de negar, pues Belview había dejado demasiadas huellas en documentos relacionados con Pinochet en notarías y conservadores de bienes raíces.
Respecto de Cornwall Overseas Corp., el documento enviado por Alcogal a la fiscalía panameña indica que también se instruyó la apertura de una cuenta corriente en el Barclays Bank “a ser manejada individualmente” por Aitken. El 18 de marzo de 1992, se autorizó la apertura a nombre de esa sociedad de una cuenta en el banco Julius Baer de Nueva York, también para ser manejada de manera individual por el albacea de Pinochet. Al igual que en el caso de Belview, el 5 de enero de 1998 Alcogal fue informado de que Aitken se encargaría del manejo de la sociedad (antes lo habían hecho Coutts & Co. y EFG Capital International).
Aunque respecto a esta sociedad Aitken respondió a Alcogal que “él era su dueño personal y exclusivo desde su creación en 1991”, a diferencia de Belview esa versión coincide con la que dio respecto a Cornwall desde que se descubrieron las empresas, aunque su utilización también ha sido investigada por la justicia.
La huella de Cornwall aparece en varias de las indagatorias por ventas irregulares de armas, negocios en los que Aitken operaba como comisionista. Por mencionar uno, en mayo de 2004 Cornwall recibió US$150 mil de parte de British Aerospace (BAE) por su asesoría para buscar un “finiquito amigable” con el gobierno chileno tras el desastre de la venta del cohete Rayo, que él mismo viajó a supervisar a Londres en compañía de Pinochet.
Los documentos de Pandora Papers dan cuenta de que tras la publicación un artículo sobre el rol de Óscar Aitken en El Mercurio, los ejecutivos de Alcogal se contactaron con él para informarle que debía cerrar las seis sociedades que mantenía con ellos o bien dejar de ser su cliente y traspasarlas a otra firma que administrara empresas offshore.
LA ZONA GRIS ENTRE PINOCHET Y AITKEN
Cornwall también aparece mencionada en investigaciones sobre negocios de armamento por transacciones vinculadas con Eastview Finance. Se trata de otra de las sociedades creadas por Alcogal, que en su misiva a la fiscalía panameña detalló había sido solicitada por el Barclays Bank Plc de Miami el 22 de mayo de 1992 y cuyos directores iniciales “eran los señores Carlos Cordero B. y Lorenzo Manríquez B., quienes, conforme a instrucciones del banco, emitieron un poder general a favor del señor Karel Honzik Hubka”. Honzik, de origen checo, fue protagonista en la trama de coimas en la compra de los aviones Mirage para la Fuerza Aérea en 1994. Dice el documento que los accionistas de la sociedad eran Lego Corp., Berthier Investment Inc. y Cornwall Overseas Corp., por partes iguales. Berthier fue la sociedad en la que Honzik recibió los pagos ilegales por los Mirage, mientras que Lego Corp. era de Letelier Skinner y controlaba otra sociedad que gestionada Alcogal, llamada Marchill Investmets Ltd.
El documento enviado a la fiscalía panameña indica que posteriormente los asuntos de Eastview ya no serían vistos por Barclays Bank, sino que por el Coutts & Co., que fue la entidad que solicitó que se revocaran los poderes para el manejo de la cuenta bancaria emitidos a favor de Honzik y de Guillermo Letelier Skinner y que se emitiera un nuevo poder a nombre de Aitken Lavanchy, lo que ocurrió el 29 de noviembre de 1995.
El 4 de junio de 1998, Aitken instruyó que se otorgara un nuevo poder general a nombre de su esposa, María Soledad Leiva O’Ryan, sin perjuicio de que se mantuviera vigente el poder general a su nombre. El propósito de esa solicitud era proceder con la apertura de una cuenta en el banco Merril Lynch en Nueva York. Poco antes, se había dispuesto que “los asuntos de la sociedad” fueran atendidos por la entidad financiera EFG Capital International.
En las diversas causas judiciales en que ha debido a declarar, Aitken ha intentado separar aguas entre los ingresos por sus negocios de armas y los dineros de Pinochet. El punto más crítico es Eastview, por cuyas cuentas pasaron fondos de ambos orígenes. Pero Aitken ha caído en contradicciones al momento de dar explicaciones. El informe encargado al perito de la Universidad de Chile Leonardo Torres Huechucoy en el caso Riggs señala que Aitken ha declarado tanto que Eastview fue abierta a petición de Pinochet, como que éste comenzó a utilizarla después. Tampoco hay coincidencia en las distintas declaraciones respecto de cuándo Pinochet habría comenzado a usarla, aunque está acreditado que estando detenido en Londres usó cuentas vinculadas a Eastview para mover fondos. En el fallo del caso por la venta de tanques Leopard se cita a Aitken diciendo incluso que le traspasó la sociedad a Pinochet, ya sin activos, de manera gratuita. Esto habría ocurrido en 1998 o 1999.
El traspaso a Pinochet queda claro por una transferencia que recibió de Eastview en 1999 la sociedad Abanda Finance LTD., cuya apertura había solicitado Aitken el 22 de diciembre de 1997 con acciones al portador. Según otro documento obtenido por Pandora Papers, el beneficial owner o dueño final de Abanda era Belview, por lo tanto, era propiedad de Pinochet. De hecho, a nombre de Abanda figura un departamento del ex dictador en Reñaca, que fue adquirido en 1999 luego de que una cuenta de la sociedad recibiera US$400 mil desde Eastview.
Otro traslape se da con Tasker Investment Limited, otra sociedad creada por Alcogal para Aitken en las Islas Vírgenes Británicas. Las declaraciones del abogado también son contradictorias y en distintos pasajes citados en el fallo Riggs afirma desde que las cuentas de Tasker no tenían nada que ver con Pinochet, hasta que éste empezó a usarlas en 2001. Sin embargo, en declaraciones del mismo Aitken citadas en el fallo Leopard éste señala que entre 2000 y 2001 la cuenta de Tasker en el Coutts & Co. recibió casi US$1 millón de Red Diamond Trading, una filial de British Aerospace (BAE), como pago de honorarios por la modernización de obuses.
Tasker Investments Limited, dice el documento que Alcogal envió a la fiscalía, fue incorporada a las Islas Vírgenes a solicitud de EFG Capital International el 11 de diciembre de 1996. Las acciones fueron emitidas al portador y también se emitió un poder general en favor de Óscar Aitken, quien, a partir del 5 de enero de 1998 sería quien manejara directamente “todos los asuntos de la sociedad”. El 8 de febrero de 2001, Alcogal recibió instrucciones que autorizaban a Aitken a manejar los fondos que la sociedad mantenía en el banco Coutts & Co. de Miami. Y, luego, el 22 de agosto de 2002, se instruyó reemplazar a Alcogal como agente residente por otra compañía: Citco.
La disputa sobre la propiedad de Tasker duró hasta hace pocos años. Aitken reclamó que los US$1,3 millones que reposaban en esa sociedad hasta 2004, cuando fueron incautados por la justicia, debían ser devueltos a su patrimonio. Sin embargo, en 2019 la justicia rechazó la petición y corroboró que ese dinero correspondía a Pinochet y su familia. “Es el propio Óscar Aitken quien asume entonces que el origen de los dineros depositados en la cuenta de Tasker corresponden a bienes cuyo propietario era Augusto Pinochet Ugarte”, determinó el ministro en visita Guillermo de la Barra.
En cuanto a G.L.P. Limited, el documento enviado a la fiscalía panameña indica que su creación fue solicitada por el propio Aitken el 24 de septiembre de 2002 con el fin de “canalizar a través de ella inversiones bursátiles en la empresa Lehman Brothers u otra de similares características”. Fue incorporada en Islas Vírgenes Británicas ese mismo día. Se emitió un poder general a su nombre y acciones al portador.
CIERRE FORZADO
Luego del impacto que provocó el caso Riggs en Alcogal, Aitken no opuso resistencia para el cierre cuatro de las seis sociedades gestionadas por el estudio panameño: hacia noviembre de 2004 ya había disuelto a Eastview, Belview, GLP y Abanda. Pero alegó que de las dos restantes, Tasker y Cornwall, él era su dueño. Sobre la primera dijo: “Esta empresa siempre ha sido de mi propiedad absoluta”. Y sobre Cornwall, aseguró que era suya desde su creación. En los archivos no hay pistas sobre qué hizo con la primera de ellas, mientras Cornwall quedó en manos de un nuevo agente residente en Islas Vírgenes Británicas, Proservices Limited.
Al cierre del documento, y sin hacer un mea culpa sobre sus procedimientos de chequeo de clientes, Alcogal también le indica a la Fiscalía panameña que en ninguno de los expedientes relativos a todas esas sociedades aparece mención alguna a Augusto Pinochet: “Además, ni los bancos ni posteriormente el señor Aitken, jamás nos mencionaron ni nos dieron razón para pensar que ninguna de estas sociedades tenía vínculos con el señor Pinochet”.
Tras los coletazos del caso Riggs y las cuentas secretas de Pinochet, Alcogal comenzó a enviar comunicados a distintas entidades clamando su inocencia y a lidiar con requerimientos de prensa. Consta que amenazó con acciones legales a un portal web de Islas Vírgenes Británicas que dio detalles del caso y le exigió bajar inmediatamente la publicación. De acuerdo con los documentos de Pandora Papers, las explicaciones se extendieron al menos hasta 2015. En febrero de ese año, Alcogal envió una carta a la entidad financiera BBVA Compass Investment Solutions, ocupando el mismo argumento que utilizó apenas estalló el escándalo: “Es inevitable, dado el extenso número de compañías que incorporamos, que las actividades de algunas de esas compañías estén sujetas a investigaciones criminales por las autoridades de los países donde ellas operan”.
(*) Colaboró en esta investigación el periodista Benjamín Miranda (CIPER).