por Gustavo Burgos
La jornada del este 1º de Mayo es una pequeña representación de la situación general que vive el movimiento obrero en nuestro país. El mismo se encuentra marcado por la división, la escasa convocatoria y el surgimiento de graves actos de represión y de tinte fascista. En efecto, la marcha oficialista convocada por la CUT en Santiago transcurrió plácida marcada por un discurso condescendiente con el Gobierno, amparada por un cerco policial como viene haciéndose hace años esta convocatoria no tuvo ningún impacto y más bien pareció algo diseñado desde el llamado segundo piso de La Moneda. Con la presencia de la presidenta de la Convención Constitucional el acto tuvo más de espacio institucional que de auténtica manifestación obrera.