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Enormes cifras de votos nulos y en blanco en las elecciones chilenas

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Celso Calfullan, CIT en Chile.

El 26 y 27 de octubre se llevaron a cabo en Chile elecciones para gobernadores y diputados regionales y alcaldes y concejales para los gobiernos municipales.

Las elecciones se realizaron en medio de una serie de escándalos de corrupción en distintas comunas del país. Otros casos de corrupción a nivel nacional involucraron al anterior gobierno encabezado por Sebastián Piñera y a su ministro del Interior Andrés Chadwick. Este es conocido como el caso Hermosilla –por el nombre del abogado Luis Hermosilla, quien trabajó para el gobierno de Piñera-. Aunque muchos ahora intentan negarlo, el caso también es conocido como el caso de los audios. Esto se debe a que luego de que todos ellos dejaron el cargo, se encontraron audios de WhatsApp del abogado Hermosilla y empresarios discutiendo cómo coordinarse para ayudar a acelerar algunos proyectos. También tenían grabaciones de audio con el jefe de investigaciones policiales que les informaba de investigaciones que eran de interés para algunos de los empresarios.

Sin embargo, lo más grave fue el descubrimiento de audios que daban cuenta de intervenciones malintencionadas, nombrando a jueces, relacionadas con los intereses de Chadwick. El jefe de la policía fue destituido y hasta ahora uno de los jueces de la Corte Suprema mencionados en los audios ha sido destituido. El caso afecta a muchos partidos políticos. Incluye algunos partidos que forman parte del actual gobierno. Los casos involucran corrupción en entidades públicas. El caso de la Universidad de San Sebastián (una universidad privada) reveló que personajes de derecha recibieron salarios millonarios para ser empleados de la universidad, pero no tomaron ninguna clase.

Otro tema que estuvo presente en la campaña electoral fue la crisis migratoria y la participación de personajes claves haciendo públicos los problemas de seguridad y estando involucrados en el crimen organizado.

Finalmente, tenemos el caso Monsalve, que tiene que ver con la acusación de violación contra el ex subsecretario de Gobernación, Manuel Monsalve, en el actual gobierno. Se trata de un funcionario del Ministerio del Interior que acusa a Monsalve de abuso sexual. Este caso ha resultado en un desplome masivo del apoyo al gobierno. Muchos piensan que los medios de comunicación de derecha y controlados por las grandes empresas han sacado a relucir este caso para desviar la atención del caso Hermosilla y tratar de sacar provecho de él, ya que Monsalve era un miembro del gobierno que se enfrentaba a las elecciones.

Tanto el caso Hermosilla como el caso Monsalve son extremadamente graves y deben ser procesados. El gobierno destacó mucho los derechos de las mujeres cuando fue elegido, pero ahora uno de sus ministros enfrenta cargos de violación. Todos los casos demuestran la descomposición de las instituciones estatales de Chile.

Este era el ambiente en el período previo a las elecciones locales. La gente se siente absolutamente disgustada con todas las instituciones: el parlamento, el poder judicial y toda la clase política.

Al entrar en el debate sobre las elecciones, se escuchó muchas veces que «las elecciones no se ganan, se explican». Hoy vemos que todos los partidos políticos, pero principalmente el gobierno y la oposición de derecha, se declaran «ganadores» de las últimas elecciones.

Pero al analizar los votos, está claro que los verdaderos «ganadores» fueron los votos nulos y en blanco. El porcentaje de votos nulos y en blanco es mayor que el obtenido por los partidos que obtuvieron los mejores resultados electorales.

Los medios de comunicación chilenos destacaron el alto porcentaje de personas que acudieron a votar –85% de los votantes–, pero no dijeron que mucha gente fue a votar por miedo a la posibilidad de recibir una multa por ser obligatorio el voto. Es decir, las cifras de votación no dan cuenta de la obligatoriedad del voto y del desagrado y repulsión que sienten millones de chilenos hacia los principales partidos políticos y el establishment.

Esto se demuestra en el alto número de votos nulos y en blanco. En la elección de alcaldes esa cifra alcanzó el 10,72%. En la elección de concejales llegó al 21,46%. El partido que obtuvo el mejor resultado fue el derechista Renovación Nacional (RN) que junto a Independientes obtuvo el 15,52% de los votos, pero muy por debajo del porcentaje de votos nulos y en blanco –el más alto desde las elecciones de 1996. En 2024, cinco millones de electores no votaron por ningún candidato, de un padrón electoral de quince millones.

Esto demuestra el inestable período político y social que vive Chile y el alejamiento de millones de personas de la “democracia representativa”, un sistema que la burguesía, la élite, tiene en su poder. Quedó claro que el voto nulo y en blanco sustituyó a la abstención electoral que vimos cuando el voto era voluntario y no obligatorio en Chile.

Elección de Matías Toledo

Es importante y necesario destacar lo que pasó en las elecciones. La elección de Matías Toledo en la comuna de Puente Alto fue significativa. Hizo un fuerte discurso de clase sobre la lucha que millones de chilenos participaron durante octubre de 2019. La elección de Matías Toledo en Puente Alto debe ser un ejemplo de lo que se debe hacer en otras comunidades obreras.

Presentamos dos candidatos del CIT para las elecciones en la región metropolitana de Santiago. El compañero Hugo Rodriguez obtuvo 11.567 votos y el compañero Celso Calfullan obtuvo 9.539 votos. Entre los dos candidatos logramos 21.106 votos: una cantidad nada despreciable de votos, para una pequeña fuerza marxista en Chile. Nuestros discursos y propaganda resaltaron las condiciones de los trabajadores y la población en general, y defendimos las ideas socialistas como la única alternativa para cambiar la situación actual de injusticias del capitalismo. No fue una tarea fácil, ya que gran parte del electorado no cree en las palabras y los hechos de los políticos y no ve diferencias reales entre ellos. Para gran parte de la población, todos los políticos y partidos son iguales. Esa es ahora la visión de un amplio sector de la población de este país.

El pasado mes de octubre se cumplieron cinco años de la rebelión popular del 18 de octubre de 2019. Cada año, al llegar esta fecha, conmemoramos el estallido social. Con ello surge la necesidad de hacer un análisis de la situación actual. Al revisar el panorama, nos enfrentamos a una realidad que es difícil de negar: poco ha cambiado en beneficio de los trabajadores y sus familias. De hecho, el nivel de vida de la población sigue empeorando. A cinco años del estallido social, el abuso y la corrupción siguen gobernando el país.

Es necesario e imprescindible plantear una alternativa de clase; reivindicar las demandas de los millones de trabajadores que salieron a las calles en octubre de 2019. La demanda de acabar con el sistema de pensiones de las AFP sigue siendo inmensamente popular. Poner fin al sistema de salud y educación de libre mercado, y acabar con el sistema de educación privada CAE. La necesidad de ofrecer soluciones dignas de las necesidades de la clase trabajadora. Quitar el poder de las garras de los bancos y las grandes empresas y ponerlo en manos de la clase trabajadora con un programa para satisfacer las necesidades básicas de nuestra clase.

Hoy está más claro que nunca que es necesario levantar las banderas de la lucha por una sociedad socialista que ponga fin al actual sistema de injusticias.

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