por Sergio Cit Ramirez
Til Til comuna rural vecina de Santiago se está convirtiendo en una nueva zona de sacrificio, y es noticia desde hace tiempo por las protestas de vecinos debido a la contaminación por la minas que operan en la comuna, el vertedero de basura que llega desde la capital, malos olores y el criadero industrial de cerdos de la empresa Porkland .
En febrero de 2017 pudimos leer en el diario La Tercera que «los habitantes de la comuna viven rodeados de vertederos, dos relaves mineros, industrias contaminantes, una planta de cerdos, la cárcel de Punta Peuco y, como si fuera poco, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana aprobó por unanimidad la instalación de una planta de tratamiento de residuos industriales, que sería uno de los más grande de Chile. «
El fin de semana los vecinos salieron a protestar contra una nueva planta procesadora de basuras que se instala en la comuna y fueron reprimidos por las fuerzas de Carabineros.
Til Til es una comuna de 20 mil habitantes que está recibiendo la basura que transporta diariamente en tren la empresa KDM, residuos producidos por millones de habitantes de Santiago. Las comunas del sector oriente de la capital son las que más basura producen por persona, no es lógico que Til Til deba sacrificarse por basura que debería reciclarse, mayoritariamente cerca de su origen y procesarse para aprovechar de reutilizarse en un alto porcentaje.
La situación de Til Til también afecta Santiago, la contaminación de las napas de aguas subterráneas llega hasta Pudahuel.
Chile tiene la mayor tasa de mortalidad por cáncer de América, la contaminación, es una de las causas que explica este fenómeno.
Necesitamos poner freno a este camino al desastre ambiental con sus consecuencias también sobre la salud y la vida humanas. Esto es posible solamente con una sociedad orientada no por el lucro sino por el bienestar general, una sociedad socialista en que trabajadores y vecinos tengan participación decisiva sobre las decisiones con consecuencias medioambientales.
