Es hora de tomar el destino en nuestras manos
Marco Gonzalez
En las últimas semanas se ha comprobado que las AFP son incapaces de pagar pensiones dignas. Menos de administrar adecuadamente los fondos de pensiones. Las pensiones de vejez por Retiro Programado, en promedio se pagan bajo la línea de la extrema pobreza[1]. Mientras las pensiones por Renta Vitalicia, la estrellita del sistema, se paga en promedio apenas sobre la línea de pobreza. Por su parte, el primer semestre la administración de riesgo tuvo otro estrepitoso fracaso, sumado al fracaso de todo el año 2016[2].
El sistema espera desesperado, y apuesta a elevar el gasto social del Estado, para subsidiar las pensiones pobres y en extremo pobres que pagan, vía impuestos generales.
Lejos del tibio aumento de 5% (con 2% de reparto) pretendido por Bachelet, Piñera anuncia 40% de aumento de gasto social para este cometido. Una aberración de la que la casta corrupta y cohechada de la transición, calla.
Las pensiones hoy, de ser una conquista social en el siglo XX, administrada hasta 1973 por las corporaciones sin fines de lucro del sistema de reparto, incluyendo al Estado, son usurpadas por el sistema privado impuesto por la cúpula pinochetista neoliberal, que hoy deja en evidencia que constituye sólo una gran expropiación de los fondos de los trabajadores, para el funcionamiento del sistema financiero capitalista.
Hoy la misma derecha pinochetista que instaló este sistema, pretende mantener el control del país a ultranza, desconociendo su pasado pinochetista, para administrar el modelo de Pinochet sin la mácula de terrorismo de Estado de la que fueron parte.
Así tratan de salvar el botín capturado a los trabajadores tras la derrota militar de la Unidad Popular.
Hoy, convertidos en sagaces vendepatria, exportan nuestro dinero a “mercados financieros”, donde no tenemos ningún control y del que los retornos son definitivamente ilusos, mientras por la vía del cohecho controlan todo el espectro político nacional, comprando las leyes en el Congreso, que les permiten mantener las leyes del Dictador.
La principal, el Decreto Ley 3500, que crea el sistema privado de pensiones, donde se acumulan activos financieros de los mercados por un monto de 213 billones de dólares (128 trillones de pesos)[3].
Frente a esta monstruosa cifra, dinero de todos los trabajadores, pagan sin embargo sólo cinco billones de dólares anuales en pensiones, el 2,3% del total ahorrado por los trabajadores[4].
Frente a esta insostenible realidad financiera, los neoliberales hacen gárgaras que el reparto lleva al sistema a la quiebra, por la pirámide poblacional de envejecimiento prematuro de la población chilena. Una amenaza inconsistente y sin base científica, desde que la ratio de envejecimiento hoy, según Censo 2017, es de 17 mayores de 60 años, por cada 100 en edad de trabajar, siendo la misma ratio de 10 trabajadores pasivos por cada cien activos en 1992[5]. Vale decir, la pirámide de envejecimiento dista del todo de las falsas alarmantes cifras con que las AFP engañan al pueblo trabajador.
Misma cosa ocurre respecto al apoyo del Banco Mundial (BM) y el credo de fe que se intentó crear sobre la administración privada de pensiones. Ya antes de la crisis de 2008 que significó una merma del 45% de fondos en el Fondo A, y de 29% promedio el sistema, luego del crack de 2008, un grupo de altos economistas validados en el BM alertaron del fracaso del sistema privadodepensiones[6].
Mientras, pretenden usurpar por todo este siglo XXI de nuestro dinero para pagar pensiones, miserables mientras sus familias disfrutan del lujo y bienestar con el dinero de las jugosas comisiones que cobran a nuestros fondos, amén de disponer del total de fondos para sus negocios.
Y qué negocios. Ponce Lerou, yerno de Pinochet, hace poco logró mantener el control de Soquimich con un billón de dólares frescos desde el fondo de pensiones. El grupo Penta de “los Carlos”, reconocidos fanáticos pinochetistas, se beneficiaron por una década de la AFP Cuprum, mientras diversos grupos internacionales en base a consorcios norteamericanos, más la Cámara Chilena de la Construcción, otro nido de pinochetistas, controlan todos nuestros ahorros previsionales. Seis controladores para 213 billones de dólares.
Tras ellos, se esconde una sofisticada estructura financiera de sociedades anónimas, donde descansa todo el pinochetismo de civiles en Chile, que hoy reniegan tratando de borrar con el codo lo que hicieron con la mano.
Hoy ya no saludan como héroes a los militares, sino con tibios intentos de indultos para los que mueren en prisiones eternas por sus delitos de lesa humanidad. A su turno, lejos de sus pretendidos honores, los militares se degradan en las peores redes de corrupción de negocios, capturados por esta casta del lucro doloso.
Así tienen al país, degradado en redes de corrupción moral y financiera, donde la clase empresarial es el seno de las más sofisticadas asociaciones ilícitas, las que son seguidas a coro por sus resguardos de la iglesia y las fuerzas armadas, todos corrompidos ética y moralmente, y por cierto superando la legalidad con las peores abyecciones. Junto a ellos, yace la casta de partidos y personeros de la transición que compraron y cohecharon, hoy vagón de cola de este esperpento de nación que nos quieren vender.
Para qué. Preguntamos, y la respuesta es una sola, para mantener el poder financiero con el dinero de los trabajadores. Ya no tienen honor, cordura, decencia, son sólo una enorme masa de inescrupulosos abusando del poder financiero, con la venia e igual decadencia del poder eclesiástico e institucional, para seguir robandocon ropaje democrático, lo obtenido en Dictadura.
Por nuestra parte, decimos con voz clara que ya no nos pueden engañar. El grito de Chile despertó, el 24 de junio de 2016 en la marcha más grande de la Historia, es definitivo. Sabemos que el fondo de pensiones que administran las AFP recibe nueve billones de dólares al año, de cinco millones y medio de trabajadores cotizantes regulares y cinco millones de trabajo precario. El excedente anual, pagadas las pensiones, es de cuatro billones anuales actualmente.
Bajo el subterfugio de que el dinero es de cada trabajador, para impedir la solidaridad de la clase trabajadora, acumulan estos excedentes en favor de los mercados financieros por 38 años ya, y pretenden seguir disponiendo de ese dinero fresco para sus negociados.
Nuestro movimiento en alza desde sus inicios en la Confederación bancaria, luego de las marchas históricas del año 2016, del Plebiscito Popular igualmente histórico del año 2017, avanza este 2018 en un proceso de Iniciativa Popular de ley, para que podamos disponer de nuestros fondos de pensiones, a través del sistema solidario de reparto, financiando proyectos de desarrollo de los trabajadores, y primeramente el pago de pensiones con valores acordes y similares a los países OECD, venciendo para siempre la línea de extrema pobreza y pobreza en Chile.
Sólo nuestra propuesta, de reparto y bienestar social, canalizada a través de la iniciativa popular de ley, apoyada en el pueblo movilizado y en alerta por nuestros derechos sociales fundamentales, puede garantizar estas pensiones, mientras que permite disponer del formidable fondo de pensiones para desarrollo de inversión social, lejos de la especulación financiera del capital de riesgo de los mercados.
La pensión mínima universal garantizada que planteamos en nuestra propuesta, ascendente a 279 mil pesos, permite holgura respecto a la pobreza y extrema pobreza en Chile, mientras hacia arriba de este valor, proponemos aumento de pensiones en todos los tramos según años cotizados, incluidos los salarios altos en relación con sus pensiones, rompiendo el tonto mito que en el reparto los que ganan más reciben menos.
Es hora de avanzar con paso firme a tomar nuestros dineros para mejorar nuestra vejez, y terminar con el monopolio del mercado financiero que administra nuestro dinero.
Es momento de estudiar y profundizar el clamor expresado ese 24 de junio de 2016 en la marcha más grande de la Historia, y transformarlo en la liberación de nuestro pueblo, del yugo de empresarios corruptos y pinochetistas que lucran con nuestro trabajo y esfuerzo.
[1]Línea de pobreza $ 160.103. Línea de extrema pobreza: $ 106.736. En http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/ipc/Valor%20CBA%20y%20LPs%2018.01_5a7caf0b422ef.pdf
Pensiones por Retiro Programado: Promedio Hombres y Mujeres: $ 127.170. http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/layout/doc/ipc/Valor%20CBA%20y%20LPs%2018.01_5a7caf0b422ef.pdf
Pensiones de mujeres se sitúan en 92 % bajo la línea de extrema pobreza. Ver: https://www.spensiones.cl/apps/centroEstadisticas/paginaCuadrosCCEE.php?menu=sci&menuN1=pensypape&menuN2=penspag, OPCION N°2.
[2]https://www.spensiones.cl/apps/rentabilidad/getRentabilidad.php?tiprent=FP
[3]https://www.spensiones.cl/apps/centroEstadisticas/paginaCuadrosCCEE.php?menu=sest&menuN1=sistpens&menuN2=fondospen, OPCION N°4. Tipo de cambio $ 600.
[4]https://www.spensiones.cl/apps/centroEstadisticas/paginaCuadrosCCEE.php?menu=sest&menuN1=sistpens&menuN2=fondospen, OPCION N°3.
[5]http://www.ine.cl/prensa/detalle-prensa/2017/12/22/primeros-resultados-definitivos-del-censo-2017-un-total-de-17.574.003-personas-fueron-efectivamente-censadas
[6]Stiglitz 1999, Fultz y Rock 2000, Blackburn 1999, Minss 2001, Barr 2002, Gill, Packard y Yermo 2005, Arza 2008, Barr y Diamond 2009. En Orenstein, M. A. (2011). La crisis de la privatización de las pensiones: ¿desaparición o resurgimiento de una tendencia política global? Revista Internacional de Seguridad Social, 64(3), 73–90. https://doi.org/10.1111/J.1752-1734.2011.01403.X pág. 79-80