Inicio Análisis y Perspectivas UNIDAD POPULAR – ¿POR QUÉ TUVIMOS DICTADURA Y NO SOCIALISMO?

UNIDAD POPULAR – ¿POR QUÉ TUVIMOS DICTADURA Y NO SOCIALISMO?

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Dictadura de Pinochet

Este 11 de septiembre se cumplen 45 años del golpe militar que ahogo en sangre los sueños de millones de chilenos que querían construir un país más justo y solidario. A pesar de que han pasado más de cuatro décadas desde aquel fatídico día, la burguesía y sus lacayos en el gobierno no han logrado que los trabajadores olviden y perdonen a los criminales.

Con el último gobierno de Bachelet, la Concertación completó 24 años en el poder, bastante más de lo que duró la dictadura y prácticamente muy poco ha cambiado en relación a los derechos humanos; la impunidad continúa no solo respecto a los asesinos, si no también respecto a los derechos sociales de los trabajadores, los jóvenes y sectores populares en general, como el derecho a la educación, la salud o una jubilación digna. Hoy, con un nuevo gobierno de derecha, definitivamente ningún cambio podemos esperar al respecto.

Los promotores del golpe

Todos los gobiernos de la Concertación-Nueva Mayoría  insistieron en hacernos creer en su momento, que todos fuimos culpables del golpe de Estado de 1973. Estas iniciativas no son una casualidad, dado que en dicha coalición participó uno de los principales partidos que instigaron el golpe, la Democracia Cristiana. Lejos de los aires democráticos con los que se tiñen en el presente, la calidad de instigadores del golpe es irrefutable. No se puede olvidar que la DC, fue la principal precursora del Golpe de Estado de 1973, y la imagen de sus dirigentes golpeando las puertas de los cuarteles aún está fresca en la retina de miles de trabajadores.

Después de 45 años de la sangrienta asonada militar, todavía las heridas no cierran en la mayoría de las personas que vivieron esos años de cambios y de esperanzas para la clase trabajadora, como tampoco es un capítulo cerrado para los jóvenes que aún no nacían en esa época, y requieren una explicación frente a lo que les tocó y toca vivir hasta hoy, como producto del fracaso del gobierno de la Unidad Popular.

Tenemos que pensar que los jóvenes que hoy tienen menos de 35 años, vivieron parte de su vida bajo dictadura y hoy son los que más sufren las consecuencias del modelo instaurado por ésta, como lo han demostrado las movilizaciones estudiantiles durante estos últimos años y es preciso explicarles a ellos, porque tuvimos dictadura y no el socialismo que se pensó construir.

Por esto es tan importante sacar las conclusiones de la Unidad Popular y hacer un análisis honrado de este período y reconocer los errores para no volver a repetirlos.

¿Se avanzó demasiado rápido en los cambios? ¿No se transó lo suficiente? ¿Faltó tener la mayoría absoluta de los votos? ¿Se provocó a la reacción para que diera el golpe de estado? Estos son preguntas recurrentes cuando se habla del tema y que junto a muchas otras hay que tratar de responder.

Una de las frases más usadas es que “avanzamos demasiado rápido”, que queríamos todos los cambios de una sola vez y no entendíamos que las transformaciones de la sociedad tenían que darse en forma gradual, lenta y sin enfrentamientos violentos, es decir a través de la democracia burguesa… paso a paso.

Debemos decir frente a esto que las buenas intenciones no son más que eso. No es posible pensar que la burguesía chilena y las transnacionales se iban a quedar tranquilos viendo como “paso a paso”, se transformaba la sociedad convirtiéndola en socialista cuando el último paso se concretara.

En 1970, la burguesía, frente a la posibilidad de que ganara la UP (sólo ante la posibilidad), empieza a mover los hilos de la reacción. Lo primero que hace es intentar un golpe contra Frei Montalva: El “tacnazo” del general Viaux, para impedir el posible ascenso al poder de la UP, maniobra golpista que fracasó.

Posteriormente, una vez que la Unidad Popular había ganado las elecciones en 1970, vino el asesinato del comandante en jefe del Ejército, el general René Schneider, este crimen perpetrado por la derecha se quería usar como excusa para impedir que Allende fuese nombrado Presidente.

Estos acontecimientos muestran cómo se movilizó la burguesía nacional coludida con el imperio norteamericano, para evitar que un gobierno elegido por los trabajadores, siguiendo todas las reglas democráticas, tomara el control del Poder Ejecutivo.

El triunfo de Allende

La UP obtuvo una mayoría relativa el 4 de septiembre de 1970 (aunque  analizar esto sólo desde el punto de vista electoral es un error), pero aun así, si se suman los votos de la Unidad Popular y los votos al programa de Tomic (candidato DC), que también planteaba cambios profundos al sistema; existían más de dos tercios de la población votante que estaba por modificaciones de fondo a la sociedad de esa época. Un año después  del triunfo de Allende, la UP en las elecciones municipales, concitó un apoyo de 44,03% de los votos, contra un 55,7% de la CODE, esta votación impedía que la reacción acusara constitucionalmente al presidente Allende.

La UP ha sido el único gobierno en la historia de Chile que ha recibido un apoyo popular activo tan amplio. La clase trabajadora en su conjunto lo veía como SU gobierno, el cual mejoró considerablemente la calidad de vida de los trabajadores, entregándoles mejoras sustanciales en salud, educación, viviendas, la implementación de una verdadera reforma agraria, así como la devolución de tierras que habían sido usurpadas a los pueblos indígenas, devolviéndoles en los tres primeros meses del gobierno popular, más hectáreas de terreno que las entregadas por la Concertación en todos sus años en el gobierno. Por primera vez en la historia, la clase obrera se sintió parte de un proceso que la beneficiaba, tomando conciencia de su fuerza y de su rol en los cambios.

Cordones industriales

Ante el boicot permanente de los patrones y la derecha, los trabajadores respondieron al tomándose las industrias y exigiendo su nacionalización. Crearon los cordones industriales, planteándose no sólo la defensa de la industria, sino también la defensa de la Unidad popular y sus conquistas.

La clase trabajadora se organizó y le pidió armas al Gobierno para terminar con la reacción. Organizó a la JAP (Junta de Abastecimiento y Control de Precios) para tomar el control de la distribución de los alimentos que la burguesía estaba escondiendo. De esta manera los trabajadores, en todos los niveles de organización intentaron dar una respuesta a la reacción de los patrones, profundizando los cambios; mientras que sectores dentro del gobierno, atemorizados por los acontecimientos, frenaban el proceso revolucionario que se estaba desencadenando.

La JAP en acción

El Poder Popular

Los trabajadores entendían claramente la necesidad del poder popular. Lamentablemente los dirigentes de la UP y en particular, de los partidos obreros, como el PC y el PS no basaron su fuerza en las organizaciones obreras, prefiriendo negociar y entregar nuevas concesiones a la burguesía, como la devolución de las industrias y la dictación de la Ley de Control de Armas, con la cual las fuerzas armadas se dedicaron a desarmar a los pocos trabajadores armados que había, como un paso previo al golpe, con consecuencias desastrosas para la clase trabajadora.

Es necesario sacar las lecciones de este proceso y una de ellas es que no podemos confiar en la burguesía o sus representantes, pactos y alianzas nada significan para ellos.

Tanquetazo

En el momento en que ven amenazados su poder y privilegios, no vacilan en romper unilateralmente con las reglas del llamado juego democrático. Y sin embargo, a Salvador Allende lo acusaron permanentemente de no respetar la constitución, frenaron sistemáticamente sus proyectos de ley, con el afán de desestabilizar al gobierno.

 

No debemos olvidar que estos sectores incluso hicieron un primer intento golpista que fracasó en su momento; el “tanquetazo” del 29 de junio de 1973.

Tanquetazo de junio de 1973

Ahora, 45 años después,  necesitamos sacar las conclusiones correctas para no cometer los mismos errores y recuperar  todas las conquistas que teníamos hasta el 11 de septiembre de 1973 y desde ahí, pasar a los cambios verdaderamente socialistas.

Una de las primeras y más importantes lecciones, es que jamás podrán llevase a efecto los cambios que nos conduzcan al genuino Socialismo dentro de la institucionalidad burguesa, ni haciendo alianzas con partidos burgueses. Solo podemos confiar en la clase trabajadora organizada y consciente en la lucha por su emancipación.

 

SOCIALISMO REVOLUCIONARIO.

Comité por una Internacional de los Trabajadores en Chile.

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