Grupo Socialista Independiente, CIT en Estados Unidos.
Los cuatro años de la presidencia de Donald Trump han sido un desastre total para los trabajadores. El racismo, el sexismo y la intolerancia que se manifestó durante las elecciones de 2016 caracterizaron todo su mandato, con ampliaciones masivas de la detención de refugiados, continuas deportaciones, ataques a los derechos de la mujer, una extrema derecha envalentonada y la policía respaldada hasta la médula contra los manifestantes antirracistas.
Se demostró que las falsas promesas de Trump y del Partido Republicano a los trabajadores no eran más que palabras vacías: los salarios no han aumentado, la manufactura no ha vuelto del extranjero, los empleos y la prosperidad no han vuelto a las comunidades de la clase trabajadora de todo el país que han sido devastadas por el capitalismo neoliberal en las últimas décadas. De hecho, el gobierno de Trump atacó activamente los derechos de los trabajadores y los sindicatos a través de la Junta Nacional de Relaciones Laborales y el Departamento de Trabajo, ya que la Corte Suprema aprobó la decisión antisindical de Janus. (Fallo judicial que anula las llamadas “disposiciones de cuotas sindicales justas” y privará a los sindicatos del sector público de millones de dólares en cuotas sindicales)
A pesar de su afirmación de «drenar el pantano» de la política interna, la administración Trump ha continuado la misma dirección fundamental que la administración de Obama antes de eso, y todas las administraciones de los últimos 50 años. Trump impulsó exenciones fiscales para los ricos, vertió el alivio del coronavirus en las cuentas bancarias de las grandes empresas, todo ello mientras millones de personas han perdido sus empleos y seguros.
Sin embargo, el principal oponente de Trump, Joe Biden, no promete ningún cambio real. Su objetivo es devolver a los EE.UU. a los desastrosos años de Obama, incluyendo el aumento del gasto militar y más fondos para la policía. Biden se jacta de haber derrotado el «socialismo» (en referencia a Bernie Sanders y su movimiento) y continúa con las políticas del Partido Demócrata, como la de negarse a respaldar a Medicare para todos en medio de la peor pandemia en un siglo, y la de negarse a prohibir la fracturación hidráulica a medida que la crisis climática empeora. Biden ha dejado muy claro que quienquiera que gane la presidencia, llevará a cabo un programa de ataques a los trabajadores y defenderá el capitalismo a toda costa.
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