Gastón Ramírez
Socialismo Revolucionario
Respecto del voto voluntario y el voto obligatorio es importante plantear cuestiones básicas antes de entrar en esta discusión.
Primero el ejercicio de sufragar en forma individual dentro de una urna eligiendo quien entregue la mejor oferta es simplemente el acto con menos nivel político que existe.
Más bien se podría decir que el voto es la respuesta o la salida que la oligarquía entregó a las comunidades de campesinos, pobladores y trabajadores cuando estas se organizan y reclaman frente a las injusticias sociales, sin embargo cuando a través del voto gana un sector que se proponga llevar cambios al modelo económico, se levanta la elite inventando argumentos para invalidar el resultado de la misma forma como está ocurriendo con los resultados de las elecciones en Perú, si eso no les resulta acuden al boicot económico con la ayuda del imperialismo yanqui y si eso tampoco les resulta no dudan en inventar motivos para derrocar militarmente al sector que la propia ciudadanía eligió, para qué buscar ejemplos, lo tenemos marcado con sangre en la memoria.
La idea de volver al voto obligatorio, cuando estamos llegando al primer cuarto del siglo XXI que tanto derecha e “izquierda” plantean y que se vuelve a poner en el debate cada vez que el porcentaje de votantes es baja es lo más absurdo y conservador para ser cortés en los conceptos y además es otra forma de opresión hacia el pueblo, (sigan sembrando rabia!!!)
Cuando no hay respuestas en la institucionalidad y al contrario, los abusos en contra de la gente se agudizan, por otra parte los sectores políticos en vez de defender a los sectores populares negocian con las elites o administran el mismo modelo, la misma energía que se acumula con el descontento y desesperación del pueblo, se va transformando en acción.
La ciudadanía chilena tiene una memoria histórica y colectiva bastante sólida, eso explica el hecho de que las asambleas o cabildos de las comunidades se hayan levantado, antes y con una aceleración impresionante después del estallido de octubre del 2019.
Las comunidades ciudadanas están en un proceso de aprendizaje con los cabildos y las asambleas territoriales, porque finalmente el reflexionar, discutir y deliberar en forma colectiva es la forma que contiene un nivel político mucho más elevado y democratico que votar dentro de una urna.
Como muchos ya han dicho, para el plebiscito de Mayo, se demostró que cuando la gente ve que puede conseguir algo importante a pesar de todo el negociado, va a votar, al contrario cuando los partidos de izquierda llamados a conducir o canalizar la energía desatada en Octubre del 2019, muestran vacilación y acuerdan salidas con las élites y no con la ciudadanía, estos comienzan a vaciarse y algo nuevo nace, precisamente en ese periodo estamos, en la construcción de una alternativa de las bases, las mismas que están en la calle y que confían en sus propias fuerzas.
Ninguna ley de voto obligatorio va a parar este proceso, donde la gente despertó y se dio cuenta que la solución no es solo depositar un voto por los mismos de siempre.
Esto no es llamado a no votar, sin embargo, el concepto de participación que tienen los sectores tradicionales difiere, con los sectores más combativos.
La ciudadanía está participando, pero no de la forma que las elites quisieran.
Si vamos a votar, que sea por candidatos levantados desde los sectores populares, alejados de los sectores tradicionales, si vamos a votar que sea sin soltar la calle y sin soltar las asambleas territoriales.
Arriba las y los que luchan!!!