CIT 13 de diciembre de 2021
Anton McCabe, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Periodistas (a título personal) y Militant Left (CIT Irlanda)
Imagen: Julian Assange en la embajada de Ecuador, Londres, antes de su detención (Foto: CC)
La decisión del Tribunal Superior británico de conceder la extradición de Julian Assange a Estados Unidos criminaliza el periodismo y es un golpe a los derechos humanos. El Tribunal ha admitido un recurso del gobierno estadounidense contra una decisión judicial anterior de denegar la extradición.
Esto es una victoria para el matón del mundo, el gobierno de Estados Unidos. No se trata sólo de Assange. Esto significa que cualquier persona que desagrade al gobierno de EE.UU. corre el riesgo de sus escuadrones de secuestradores, en cualquier parte del mundo en que se encuentren.
Assange prestó un enorme servicio a la humanidad al exponer la matanza de civiles por parte de las fuerzas estadounidenses en Irak y Afganistán. El vídeo «Daño colateral» que obtuvo mostraba a las tropas estadounidenses matando a tiros a 10 civiles y a dos periodistas. Por eso se le persigue.
En enero, un tribunal británico rechazó la extradición porque Assange corre el riesgo de suicidarse. Su equipo jurídico lo estableció. Una ley de 2003 otorga a los jueces la «facultad de proteger a los enfermos mentales de la extradición cuando su trastorno mental sea tal que la extradición a un Estado extranjero sea «opresiva»». Assange sufre depresión y un trastorno del espectro autista.
Los abogados del gobierno estadounidense acusaron a Assange de «ocultar información». Una declaración jurada del abogado de derechos humanos Gareth Pierse explicó que esto era para proteger a su pareja y a sus dos hijos.
El Gobierno de Estados Unidos ha prometido que no lo mantendrá aislado en una prisión de máxima seguridad. Esto no tiene ningún valor porque sus abogados añaden «en el caso de que, después de la entrada de esta garantía, cometiera cualquier acto futuro que entonces significara que cumplía la prueba para tal designación [es decir, ser mantenido en aislamiento en una prisión de alta seguridad]».
El historial de Estados Unidos de incumplir sus promesas
Estados Unidos ha prometido que Assange puede cumplir su condena en su Australia natal. Estados Unidos tiene un historial de incumplimiento de tales promesas. Un tribunal español permitió la extradición de David Mendoza a EE.UU., sobre la base de que podría ser devuelto a España para cumplir su condena. Con Mendoza en una prisión estadounidense, el Departamento de Justicia se negó a devolverlo a España. Finalmente fue devuelto tras seis años de discusiones diplomáticas.
Las administraciones estadounidenses tienen a Assange en el punto de mira desde hace más de 10 años. La administración Trump discutió secuestrarlo en la embajada de Ecuador en Londres, donde había pedido asilo, o asesinarlo allí.
El gobierno de Biden ha adoptado un estilo diferente al de Trump. Ha entregado la misma determinación bárbara para extraditar a Assange, y criminalizar el periodismo.
Por eso es tan importante la protesta. El Sindicato Nacional de Periodistas (NUJ) condenó inmediatamente la decisión de extradición. Un par de horas después de que se anunciara la decisión, los miembros de la sección de Derry del noroeste de Irlanda del NUJ celebraron una pequeña protesta en el centro de la ciudad de Derry. El NUJ de Belfast está planeando una protesta en el Ayuntamiento. Otras secciones del sindicato están planeando hacer lo mismo. El movimiento sindical más amplio debe dar el apoyo que pueda. También deben hacerlo todos los que valoran la libertad de expresión y quieren impedir que los ricos y poderosos oculten sus crímenes.
