Pedro Albornoz
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.
Ya ha transcurrido un mes desde la instalación del gobierno y la inestabilidad política económica y social siguen siendo la característica principal del actual período. No ha habido luna de miel.
Debemos recordar que Boric y su coalición llegan al poder, con la expectativa de responder a las demandas sociales por cambios profundos en la sociedad y acabar con las instituciones heredadas de la dictadura. La rebelión de Octubre de 2019 y los masivos movimientos de masas habian puesto en jaque no solo al gobierno de Piñera, si no que a todo el antiguo regimen. Sin una dirección política que diera una salida revolucionaria a la crisis, el moviento entró en reflujo y toda la energia se canalizo por vias institucionales: Plebiscito, Convención y Elecciones.
Boric y el Frente Amplio fueron los principales impulsores de la salida institucional y el llamado “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”, firmado por la casta politica en Noviembre del 2019. Siguiendo esa misma línea el nuevo gobierno sigue promoviendo acuerdos con el sector empresarial y el antiguo regimen, diluyendo cada vez más su programa de reformas para no “asustar al mercado o la inversión”.
Al momento de la designación del gabinete, ya señalamos que ello debía ser una alerta para los trabajadores y la juventud. La incorporación de los partidos de la ex concertación (excepto la DC) al gobierno en puestos claves, claramente fue una respuesta a las presiones de la elite empresarial que teme a posibles cambios radicales que afecten sus millonarias ganancias.
Hechos más que símbolos o palabras
Mas allá de las expectativas que se puedan tener, de los actos simbólicos o anuncios del nuevo gobierno, la población debe juzgar por los hechos. En la práctica la coalición de gobierno se ha transformado en una re edición de la Nueva Mayoría, sin la DC. Allí estan de nuevo los viejos políticos y partidos (PPD, PS, Radicales) que legitimaron por años la constitución de Pinochet, que atacaron los intereses de los trabajadores y que se corrompieron por el financiamiento empresarial de la politica.
Boric en su momento criticó ,con razón, a la iglesia católica por amparar a encubridores de abusos de niños; pero guarda un conveniente silencio sobre el pasado corrupto de sus ahora aliados de gobierno, solo para tener más votos en el Congreso. Se vuelve a las antiguas prácticas politicas que en su momento se criticaron.
En términos de seguridad pública y respeto de los derechos humanos, nada se ha avanzado en la supuesta refundación de Carabineros. Las propuestas de cambios profundos en estas instituciones militarizadas se han quedado en anuncios, en cambios cosméticos. Por ello seguimos observando el accionar brutal de la policia ante movilizaciones o protestas.
En relación a las históricas demandas del pueblo Mapuche, el gobierno vuelve a repetir los mismos errores del pasado. Sin coordinarse con las comunidades y carentes de una propuesta seria sobre la cual avanzar, pretendió un fallido encuentro en Temucuicui.
No se puede servir a dos señores
La crisis política y social abierta en octubre del 2019, sigue su curso. Ninguna de las demandas fundamentales planteadas por la población ha sido respondida. Estamos en medio de una profunda crisis global del capitalismo, agudizada por la guerra, la catastrofe alimentaria y ecológica. En este contexto, una masiva parte de la población se sigue empobreciendo, mientras un grupo reducido de familias sigue obteniendo multimillonarias ganancias. Así , pues, un gobierno que se plantea realizar cambios profundos en beneficio de la gran mayoria, no puede al mismo tiempo resguardar los millonarios negocios de trasnacionales y unas pocas familias.
Ejemplo de lo anterior ha sido la designación de Máximo Pacheco como Presidente del directorio de Codelco. Desoyendo las denuncias realizadas por la Federacion Nacional de Trabajadores del petróleo, en relación a las licitaciones irregurales y corrupción ocurridas mientras Pacheco fue presidente de Enap.
Por otra parte, la Ministra de Mineria, Marcela Hernando (Partido Radical), en relación a la discusión del royalty minero y el debate en la Convención ha señalado que : “no nos interesa elevar extremadamente la carga impositiva y, de esa manera, perder la posibilidad de inversión de otros países e incluso de empresas que son nuestras “. Además, recalcó que “no está en el programa del presidente Boric nacionalizar, expropiar ni ahuyentar la inversión”.
Es bastante claro, que si no se tocan las millonarias ganancias de las trasnacionales y no se lucha por la nacionalización de los recursos naturales; será imposible reponder a las enormes necesidades de la población y dar un salto de desarrollo.
Tensiones y crisis de expectativas
El gobierno ya esta sometido a enormes tensiones, tanto dentro de la coalición; como a los ataques de la oposición. La actual oposición del gobierno a un quinto retiro de las AFP, sin dar una alternativa de ayuda a las familias está abriendo grietas en la coalición gobernante. Estas tensiones pueden llevar a rupturas en el futuro.
Tambien se han producido tensiones al interior de la Convención Constitucional, donde sectores afines a la ex concertación y al actual gobierno se han coordinado para frenar las normas más radicales propuestas por las comisiones.
Sin duda, hay altas expectativas de amplios sectores de la población en lo que pueda hacer este gobierno, pero esto puede decaer al igual que su apoyo, si no ven medidas concretas que mejoren el nivel de vida.
Lo mismo puede ocurrir con la Convención y el nuevo texto constitucional que surga; atizado además por la campaña de ataque permanente de los sectores más conservadores del país.
Si no se da una respuesta y salida, la crisis abierta en octubre se profundizará inevitablemente. La alternativa que tenemos como trabajadores y jóvenes es construir nuestra propia organización de lucha, independiente y de clase. Que levante un genuino programa de transformaciones revolucionarias en interés de las grandes mayorías y no de unos pocos.
