por Celso Calfullan
Es un deber moral y ético votar en contra de una constitución racista
La propuesta de nueva constitución de la ultra derecha es intrínsecamente racista, a pesar de que formalmente reconoce a los pueblos indígenas, lo hace poniendo una camisa de fuerza, “como parte de la nación chilena, que es una e indivisible”
Luego también mencionan el “reconocimiento a la interculturalidad como un valor de la diversidad étnica y cultural del país y promueve el diálogo intercultural en condiciones de igualdad y respeto recíprocos.”
Entre otras cosas también habla de manera ambigua de la probable participación política pero que dependerá de una ley que “podrá establecer mecanismos para promoverla en el Congreso Nacional”, o sea, en otras palabras nunca.
Los mapuche y demás pueblos indígenas pasan a ser ciudadanos de cuarta categoría, esto a pesar de ser los primeros habitantes de este territorio.
El texto constitucional defiende una sola visión de sociedad, clasista y con un modelo conservador en todos los aspectos, especialmente en lo referente a la economía neoliberal, lo que impide que los pueblos indígenas puedan ejercer sus propios criterios de modelo de sociedad que es más colectiva y no individualista como la que les pretenden imponer.
La nueva propuesta también busca endurecer la represión contra las legítimas demandas que tienen los pueblos indígenas como es la recuperación de las tierras que les fueron usurpadas y no caer bajo la acusación de “terroristas”.
En el proyecto aprobado por ejemplo se profundizan los estados de excepción constitucional, que hace rato ya no tienen nada de excepcionales. Con la vigencia de la nueva constitución, el territorio mapuche o Wallmapu, seguirá siendo una zona ocupada militarmente de forma permanente.
Por todo esto decimos que es un deber moral y ético que todos los electores indígenas y chilenos de este país, voten EN CONTRA de este proyecto constitucional aprobado por los sectores más racistas de la sociedad chilena. Los mapuche y demás pueblos originarios no se puede dejar engañar por una derecha criminal y fascista, que siente y respira un profundo odio contra los pueblos indígenas, especialmente contra el pueblo mapuche.
